jueves, 29 de agosto de 2019

33 canciones por minuto



17) Pink Floyd es una banda que, como The Beatles o Queen, me acompañó desde los inicios, por ende es difícil ponerle una fecha exacta a su primer impacto en mí. Sin embargo, hay una canción poco conocida del repertorio Floydiano que me recuerda a un verano, el del 2003. A poco había terminado el colegio secundario y me había ido de vacaciones a la casa que mi abuela tenía en Merlo, San Luis. Con mi hermano y un amigo de cada uno tomamos la casa vacía por asalto. El resultado: Borracheras con damajuana, quesos y fiambre, asados, cervezas y mucho rock al taco. Visto a la distancia y desde afuera; éramos unos porteños rompepelotas de seguro.
Pero la cuestión es que allá empecé la novela de aventuras Ella de Rider Haggard. Su temática exótica en una África profunda, con civilizaciones perdidas y un amor inmortal me cautivó como pocas cosas hasta ese momento. Obviamente que como no estábamos en plan vacaciones de lectura fue poco lo que avancé allí, pero al regresar a Buenos Aires, me encerré durante varios días durante el letal verano porteño para devorarla. La que recuerdo como La banda sonora de aquella lectura juvenil fue el disco Obscured by clouds de Pink Floyd, que curiosamente era la banda sonora de una película que también trataba de un viaje a un país exótico, etc. La peli se llama La Valleé de Barbet Schroeder.
En fin, esas canciones, parte de un disco que siempre me gustó mucho, (más allá de ser considerado un disco menor en la obra Pink-Floydiana), y uno de los temas que mas recuerdo de sentir durante la lectura de Ella fue Stay. Una hermosa canción de Wright y Waters. La cadencia melódica y ese wah-wah de Gilmour que le impone al tema un halo introspectivo setentoso fumón me flasheaba mil.
Aún hoy es una de mis canciones preferidas de la banda y me remite mucho a esa etapa despreocupada de mi vida, llena de lecturas veraniegas y disfrute total del ocio.
Otras canciones del disco como Wot's... uh the deal, Mudmen, Free four o la extraña canción que da nombre al disco, también me remiten a ese momento, pero definitivamente Stay es la frutilla del postre, la canción mimada, la perlita de aquel hermoso y subvalorado disco de PF.
  

No hay comentarios: