domingo, 27 de febrero de 2022

Realidad vs. Ficción

Una de las frases más escuchadas es la siguiente: "Cuando la realidad supera la ficción"... Es una frase pegadiza, de esas que repetimos de forma incesante cada vez que sucede algo en el mundo que nos conmueve, nos sorprende o aterra. Ahora, ¿es ésta una frase válida? Si la pensamos como una mera frase del tipo "Oh! Esto que sucedió realmente nos dejó de cara". Una forma exagerada para demostrar nuestro asombro ante algo que pudo haber sacudido a la prensa internacional y a la opinión pública. Sin embargo, si la pensamos desde un punto de vista más literal, me atrevo a decir que es, no sólo exagerada, si no más bien errónea. 

Existen algunos adalides del realismo que aman una frase así, pero también están aquellos que subestiman y desprecian el mundo de la imaginación, o sea, la ficción. Para la mayoría de las personas, la ficción, sean libros de cuentos, novelas, como series y películas, teatro y sus derivados actuales, todo aquello que cuenta una historia que nace de la imaginación y de la construcción de alguien, es algo menor. Es algo pasatista y no puede ser comparado con la realidad. 

Pero claro que no puede ser comparado. Desde el inicio tenemos un problema de categorías aquí. Es imposible que la ficción se pueda medir con la realidad, simplemente porque la realidad rige nuestra vida, ES propiamente dicho y a secas LA VIDA. En cambio, la ficción son historias, son cuentos, mitos y leyendas, que son súper importantes en nuestra vida. Pero no se pueden comparar. Sería como comparar el comer con el dormir. Dos cosas que podemos disfrutar y necesitar, pero que no podemos elegir. AMBAS SON NECESARIAS y, a la vez, son cosas distintas. Como lo es la música y el automovilismo. No son comparables. Pero, en el afán de algunos de creer que sí pueden compararse vamos a pensar algunas ideas al respecto. 

¿La realidad superar a la ficción? A ver, veamos. No lo creo tan así. Entiendo los momentos históricos en los cuales se recurre a esta frase trillada pero si lo pensamos un poco más nos damos cuenta que no tiene sentido. Una pandemia mundial, si... Un conflicto bélico en Europa del Este, ok... Cambios en el "orden mundial", la era digital... es todo muy impactante claro, pero ninguna de estas cosas está por fuera de las posibilidades dentro de lo posible. Hace siglos venimos con los mismos problemas, o similares. En cambio si mañana me dijeran que se descubrió que en el centro de la tierra viven miles de dragones y que los volcanes tiene cierta relación con eso, o si de pronto arribara una flota intergaláctica al planeta, o no sé... se comprabara que existe un Dios que sostiene el universo... No lo sé... Cosas así creo que podrían superar a la ficción, o acercársele, pero la imaginación humana es escurridiza. Si hace 60 años era ciencia ficción pisar la Luna y poco después dejó de serlo, la imaginación humana se fué a Marte, a Ganímedes, o a recorrer el Universo. No importa a donde alcance la tecnología, la imaginación humana no encuentra límites, porque justamente es IMAGINACIÓN. La famosa frase La imaginación al poder, apela a la idea de que no existen límites para la misma, la imaginción es el infinito puesto al servicio de la humanidad, es la punta de lanza que abre camino para todo tipo de progreso. La imaginación (siempre abogando que sea para el bien, para algo productivo y provechoso para todos), es una de las fuentes de poder más importantes de la riqueza humana, una de sus joyas más preciadas. Y en parte, LA IMAGINACIÓN ESTÁ PARA TRANSFORMAR LA REALIDAD, y no al revés. Lo peor que nos puede pasar es que la realidad subyuge a la imaginación, y ahí es donde todos perdemos, caemos en la chatura total y ya no avanzamos como civilización. 

viernes, 25 de febrero de 2022

Poema fresco


En las huestes del mañana se vislumbra una carne seca. Es el amor que desgañita un rugido alevoso de pena inconmensurable. 

Devastados, apenas lúcidos para poder pensar en nada más, ellos viajan a través de la estepa, desafiando el torbellino helado del frío matinal.

Una madre recoge al polluelo, al pichón de Mamut, danzando con los lobos del gremio intemporal de las cosas buenas y el porvenir. 

Amedrentados por el viento helado, viajan sin parar, sin detenerse un solo paso. En el acorazado sentimiento del fresco degradamiento invernal, se camina, se cae, se desmigaja el alma enredada.

Por tanto sufrir, por tanto patear las piedras, el niño sonríe creyendo que no hay un mañana, sólo la teta caliente y ese pezón puntiagudo que derrama leche tibia. Es lo único que existe para él. 

Nada más que agregar a una sensación de cruda inminencia fatal. Todo aquello que no fué, será por el hoy que se escurre y por un mañana que no vendrá. 

Sortilegios de amor desesperanzado nos hacen creer que ya no dispondremos de la añorada madre tierra, madre invernal de corazón helado y de los tiempos venideros. 

Ahora ya sabemos a donde nos lleva el viento, ese intrépido destino sin palabras ni designios verbales. Todo es pasión en el vasto oceano del tiempo remoto y perdido para siempre. 

El lobito bosteza. El niño observa con asombro. La madre ancestral sonríe.