sábado, 29 de diciembre de 2018

El progre malo y el cine de verano en Aguas Peligrosas



Harto de las opciones berretas de Netflix, llegó un momento en el que dije, a ver !pará! volvamos todo para atrás. Y con la llegada del húmedo verano porteño, decidí darle una nueva oportunidad a esta película de 1987 llamada White water summer, más conocida por estos pagos como Aguas peligrosas.

La historia es sobre Alan (Sean Astin de los Goonies y el Señor de los anillos), un pibe citadino medio nerd, hijo único, al cual los padres quieren mandar a un campamento y excursión de verano con Vic, un guía que consiguen por intern... las páginas amarillas, pongámosle.

Este Vic, interpretado por un joven Kevin Bacon, va a la casa y les muestra unas diapositivas de los viajes y aventuras que hizo con un grupo de chicos el verano pasado. El padre está encantado y trata por todos los medios de que Alan toque los tarros con Vic y así poder quedarse a solas con su mujer, para hacer lo que sea que quieran hacer, solos. Pero el pibe Alan no está convencido. Encima, la madre sobreprotectora muestra su desconfianza y apoya al puber para que se quede. Finalmente va.

A continuación viene el viaje en una combi Volkswagen, de esas hippies que todos queremos tener. Son cinco con Vic, mas Alan, otro chico de su edad colorado, y dos adolescentes, uno morocho y otro rubio, que es como un calco y mano derecha de Vic... Y bueno, Alan es un bicho de ciudad que no se banca estar ahí. Cuando todos van cantando por la ruta, él mira triste por la ventana. Si fuese hoy, iría viendo el celular.
Alan hecha mano de todos los recursos que dispone para distraerse de aquel ambiente varonil y campestre. Lleva un super cuchillo que le regaló su papá, una radio, ajedrez y todo el aparataje con el cual se dedica a romperle las guindas a Vic que tiene otra concepción del viaje.
Los problemas empiezan cuando Alan, estúpidamente, talla un árbol con su cuchillote con una A enorme. Vic lo descubre y luego a la noche, señalando las estrellas, les cuenta una leyenda aborigen sobre un ser mitológico que mataba a sus hermanos los animales y los árboles y fue enviado al cielo. Alan lo contradice y le dice que en realidad esa es la constelación de Orión. Vic admite esto, pero le dice que para los griegos, que ahí tiene otra connotación. Esto es América, no Grecia. Falto decirle.
Luego los lleva a todos al árbol e ilumina con la linterna el tallado de Alan. Todos votan por sacarle el cuchillo y así empiezan las rencillas entre el guía y el muchachito consentido.



Y entonces, pasa que empieza una lucha antagónica de dos visiones diversas del mundo. Por un lado Alan es un pibe caprichoso, cómodo, de esos que creen que se las saben todas (un smart ass en inglés), nerd, anti social, odia la naturaleza y todo lo que tenga que ver con eso. Echa mano de los recursos como fósforos para prender hogueras, trampas para pescar, pone música a todo volúmen en medio del bosque mientras Vic hace Yoga en cueros, se queja de todo y es mentiroso y miedoso. En definitiva, es un niño liberal, que se caga en la naturaleza, un nene de papa y mamá, muy malcriado y denso.

Por otro lado Vic ¿que es? Vic es como una especie de progre, pero de esos que no tienen sentido del humor, esos de los cuales si haces un chiste sobre feminismo por ej, se ofenden y se enojan, y son capaces de bajarte un discurso largo y denso lleno de moralina innecesaria y aleccionadora. Son los progres que piensan que ellos son el extremo de la cuerda y que todos los demás somos unos giles, fascistas, o seudo progres que en el fondo somos infantiles e inmaduros. O sea, un verdadero pesado. De esos que muchos odian porque son muy pedantes y sobre todo (lo peor para mi) solemnes. Nada peor que el progre solemne. Te hacen odiar el progresismo, cuando en realidad no hay otra opción si uno tiene un poco de consciencia social y cerebro. Pero a veces, estos tipos, imbéciles moralistas pomposos, realmente son infumables.

Como verán, ni Vic ni Alan son modelos de conducta para nadie. Quizás la película quiera decirnos eso. Que ni ser un pendejo citadino malcriado, ni un pomposo moralina pesado es la clave.
En el medio están los personajes grises que son la mayoría de la sociedad. Esos que no son ni izquierdistas ni derechistas. Son y van con el que más les conviene en el momento. Al principio, Alan es un pendejo insufrible y caprichoso y todos siguen a Vic con sus enseñanzas cuasi chamánicas. Pero luego Vic pierde los estribos con Alan, lo deja colgado de un arnés, y todos se revelan. Como le va a hacer eso al pobre Alan. Vic se convierte entonces en un dictador malvado al que hay que derrocar (un Chávez ponele). Pero Vic siempre se escuda que esas cosas las hace por su bien, para que aprenda a valerse por sí mismo. Pero las cosas se desmadraron, ya todos perdieron la confianza en el líder carismático y espiritual y se vuelcan a favor del "rebelde" y pragmático Alan, que demostró que no solo pudo salir del atolladero en el que lo dejó colgado Vic, sino que además puede liderar al grupo y llevarlos de vuelta a la comodidad de sus hogares con sus padres. Y basta de aventuras alocadas en medio del bosque. Después de todo, ¿que es esa visión romántica de la vida? No, loco, nosotros somos seres humanos, hombres civilizados de ciudad y basta de hacer el indio en medio del peligroso bosque como si fuéramos salvajes. Alan es la visión civilizante que odia todo intento de reconexión con "la matriz" o esa visión hippie y cuasi anárquica de regreso a la naturaleza.



En fin, al final, el que era como mano derecha de Vic, lo caga a piedrazos, Vic se cae por un risco y se rompe una pierna con una hermosa fractura expuesta. Pero el conocimiento de ingeniería de Alan crea con un tronco una especie de polea que sirve para levantar a Vic y luego llevarlo en canoa por los rápidos para, finalmente, salvarle la vida.
Fin de la película. Muchas canciones de rock de fondo, entre las que destaca Aphrodisiac Jacket de The Cult, un tema de candente actualidad en aquellos tiempos.

Entonces todo nos lleva a que Vic y Alan representan dos posiciones (políticas y filosóficas) opuestas. No hay forma de convivencia posible entre ambas, sin embargo una echa mano de la otra cuando le sirve, y en el medio, la mayoría de los perejiles yendo de un lado para el otro, en este caso si, como ganado ovino.

En definitiva: Peliculón!

******** 8 Santinos

martes, 25 de diciembre de 2018

Noticias del mundo, hoy

(Posible traducción bastarda de la letra imaginaria de, quizás, una inexistente banda de rock progresivo de los 70's, o no).



EL COLOSO:

Acercándonos por los pasillos fríos y plateados, sentimos el miedo que corrompe nuestros corazones.
Pero sabemos que estamos por la buena senda, nos haremos fuertes luchando contra la adversidad.
Somos feroces cuando tenemos que serlo, y ahora se acerca el momento de la batalla.

Nuestro copiloto nos advierte que por ahí se encuentra el gigante, que debemos cuidarnos.
Pero él no comprende que nosotros tenemos el rock, nosotros tenemos el poder.
Pero él nos advierte de nuevo. Cráneos destruidos ruedan por el piso, el coloso nos espera tranquilo.

Noticias del mundo hoy!
Noticias del mundo hoy!
Noticias del mundo hoy?

El coloso no demuestra piedad, la batalla comienza. Pero nosotros no entendemos que pasa.
Veo al corsario volando por los aires.
Veo al guerrero de las mil batallas ser abatido.
Veo al soldado universal ser aplastado por la mano del coloso plateado.

El coloso es perfecto en su imperfección, e imperfecto en su perfección.
Veo al sicario caer demolido por su enorme pie lacerado.
Veo al mercenario destrozado por las garras de metal laqueado.
Veo al caballero deglutido como una bocado de acero oxidado para el recuerdo.

Noticias del mundo hoy!
Noticias del mundo hoy!
Noticias del mundo hoy?

Las cosas se destruyen por sí mismas. Los últimos fuegos del combate comienzan por apagarse.
Mis amigos fueron destruidos, fueron devorados. Y no hay nada que pueda hacer.
Derrotados escapamos del aquellos ojos fríos e imperecederos. El coloso es indiferente.
Él solo nos destruye por compasión a nuestro sufrimiento.

Te adoramos por eso! Te alabamos por eso! Te rendimos culto eterno!
Colosus! Colosus! Colosus!

sábado, 1 de diciembre de 2018

Reseña orbital sobre la novela Incrustados de Ian Watson

Es complejo reseñar una novela que se publicó en 1973. Pasaron cuarenta y cinco años de su publicación. Todavía estaba la guerra de Vietnam, Pink Floyd sacaba Dark side of the moon y acá hacía lo propio Spinetta con su Artaud, mientras Juan Domingo Perón volvía a ser presidente tras dieciocho años de exilio y proscripción. 
Pero al margen de la contextualización, esta primera novela u ópera prima del escritor inglés Ian Watson volvió a las librerías en un mundo muy cambiado al de aquellos años. De todos modos creo que la lectura de la novela funciona hoy por algunos motivos que creo de valor y detallaré a continuación.

Primero: La nueva edición publicada por la editorial independiente argentina La Compañía tiene una nueva traducción a cargo de Carlos Abreu e Irene Vidal, mucho más amigable y cercana a nosotros que el gallegazo de la vieja edición de la colección Biblioteca de Ciencia Ficción Hyspamérica, España, 1986, conocida como "EMPOTRADOS".

¿La contra? La joda para mí es la letra hiper chica de la nueva edición. Había que ponerle unos numeritos más. En vez de ocho, doce, o algo así. ¿Me explico? Por otro lado la tapa. Esta bien, es sobria, gris, aburrida. Y tiene un fragmento del posfacio de Miguel Vitagliano donde habla de la gramática generativa y que se yo que historias. OK. Yo, si hubiese sido el editor hubiera apostado al público que en definitiva le interesan y leen esas novelas con pasión, o sea los lectores del género, sin tenerle miedo a las "etiquetas", al "nicho", al "fandom". Después de todo la edición de libros es un negocio más y por ende la idea es ser redituable, supongo yo. Creo que con una tapa más retro o al estilo "tapas de Yes" hubiese sido mucho mas atractivo para el lector avezado y para el otro lector  general, el que no lee con etiquetas, también. Cualquier cosa antes que una tapa que parece un prospecto médico.
Segundo: La novela está bien escrita, no tiene mucho para decir al respecto. Solo que hay que pasar el primer capítulo, el mas largo y denso de todos. Entiendo que es una prueba de fuego para los lectores de hoy día, donde ya si como arranca no te engancha pasas a cualquiera de los otros cuatrocientos libros que tenes en cola para leer. Bueno, esto es así. El primer capítulo es denso, muy cuesta arriba y de hecho yo abandoné en la primera lectura apenas salió a mitad del primer capítulo por que me ganó la ansiedad y básicamente me pudrió. Pero ya llegando al final del año, con todo el cansancio y cafeteo encima, decidí darle una segunda oportunidad al libro del cual me llegaban buenas críticas. Me dijeron "hay que pasar el primer capítulo y después la novela toma vuelo". 
Bien, quien puede culpar a Watson por eso, son cosas que le pasan a los que escriben y a veces quedan así. Pero lo importante es el todo y como dije al principio, el todo es bueno. Muchas de las mas famosas novelas del querido Philip K. Dick empiezan sin saber a donde ir y de pronto, sin que te des cuenta estás recontra enganchado con la historia. Acá pasa lo mismo, a medida que te vas sumergiendo en la novela, pasada la primera prueba, empezás a entender de a poquito que carajo pasa. Y te vas incrustando... Es como dice Vitagliano en la tapa, hay de todo, experimentos científicos con niños, experiencias psicotrópicas en una tribu perdida del Amazonas y contacto con alienígenas. Con todo este menú Nada puede malir sal ¿o si? No, de verdad, creo que tiene todos los condimentos para atrapar al lector ávido de aventura y cosa loca.

Tercero: Como si fuera necesario poner una excusa más, les digo que la novela de Ian Watson, hombre del cual me quedé con ganas de leer más, es extravagante, tiene momentos de intensidad visual y extrema violencia. No sería una novela apta para todo público. La parte "semiótica" para mi carece de importancia. O sea, está bien, es el eje principal, como en otras novelas podría ser la Física, la Biología, la Antropología o la Psicología. Bueno, pero eso no es con lo que me quedo del libro. 
¿Que rescato?
La novela de Watson tiene tramas diversas, tiene ritmo, tiene personajes interesantes como el indio Kayapi que me hace acordar a Karamakate de la película del 2015 El abrazo de la serpiente. Un indio orgulloso, misterioso, que tienta al hombre blanco, como Don Juan, con el conocimiento en base a una droga que no sé si existe, pero no importa. Y ese hombre blanco, en este caso es un francés progre llamado Pierre que cae como un gil en la artimañas del indio y que en definitiva todos se usan para su propio beneficio. Por otro lado está el alienígena semiólogo Ph'theri, una especie de ET soberbio que no le interesan mucho los humanos, y que pide lenguajes humanos a cambio de conocimiento científico (Como se dice él, es un comerciante de signos). Una raza de extraterrestres melancólicos que añoran a otra raza superior a ellos que en un tiempo pasado no precisado hicieron contacto para luego abandonarlos y romperles su alienígena corazón.
Por otro lado el estado brasileño de la novela es de extrema derecha, quiere aniquilar a los guerrilleros y a los indios por "mugrientos" , "ignorantes" y no abrazar la fe cristiana. Destruir el Amazonas y vendérselo a los yankis por monedas. Me recuerda a alguien que fue votado como presidente en Brasil hace menos de un mes. ¿Les suena? A eso llamo capacidad de anticipación, vigencia o triste coincidencia narrativa.

Cuestión: ¿Vale la pena leerla? Si, pero no tanto por su valor "académico" o bla-bla, sino como una novela para cualquiera que quiera entretenerse sin prejuicios de "géneros", pasar un buen rato de lectura y eso es todo.