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lunes, 16 de octubre de 2023

Una historia personal de la literatura de EEUU (S. XIX)

A continuaciòn dejaré por aquí una especie de ficha para aquellos/as que quieran introducirse en lo que considero las obras fundamentales del primer siglo de literatura Norteamericana (EEUU). Sin más preambulos, comencemos:

Rip Van Winkle (1819) / La leyenda de Sleepy Hollow (1820) Washington Irving.

Creo que todos estaríamos de acuerdo que comenzar con este autor Yanqui es clave. Ambos son cuentos, no solo archi conocidos, sino parte de la cultura popular y han influenciado a gran cantidad de obras posteriores. Fundamental influencia para géneros como el fantástico, el terror y la ciencia ficción. 

El último de los Mohicanos (1826) James F. Cooper. 

Aquí tenemos una novela por peso propio. Bastante adelantada a su tiempo en relaciòn contexto y situación literaria general en los incipientes Estados Unidos. Una historia de aventuras e historia que marcaría la senda de un nuevo género.

Naturaleza (1836) Ralph Waldo Emerson. 

Un escritor y pensador ligado al movimiento autòctono conocido como Trascendentalismo. Sus obras de poesía y ensayos son una gran influencia para autores tanto de filosofía como de ficción siendo su visión acerca del acercamiento del hombre a sus raíces naturales algo fundamental como parte de la contracultura norteamericana desde sus inicios. 

El experimento de Heidegger (1837) / La hija de Rappaccini (1844) Nathaniel Hawthorne.

Podríamos decir muchas cosas de la influencia de este gran autor en la literatura Americana, en principio mencionar que estos cuentos, junto a otros como Wakefield, marcarían el inicio de la modernidad con un agudo sentido de la crítica social y el manejo único del absurdo, influenciando a otros como Melville, Kafka, etc. 

La caída de la casa Usher (1839) / El gato negro (1843) Edgar Allan Poe. 

Mucho para agregar sobre este maestro no hay. Quizás sea el más popular de toda la lista y en su justa medida se lo merece. Poe ha inventado géneros, revolucionado la literatura y convertido en todo un ícono pop. Lo mismo que Hawthorne, mencionar solo un par de cuentos es injusto ya que casi toda su obra merece ser leída, sobre todo sus cuentos y su novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym. 

Desobediencia civil (1849)/ Walden (1854) Henry David Thoreau.

Thoreau es, como Emerson, un trascendentalista de la primera hora que llevaría sus pensamientos a la práctica al irse a vivir a una cabaña en el bosque (Walden), marcando a fuego también entonces a una parte importante de la cultura de Estados Unidos que bogaba desde el siglo XiX por un regreso a la vida simple y natural, contraponiendose a la cultura Capitlista del consumo voraz y de la falta espíritu.

Moby Dick (1851) / Bartleby, el escribiente (1853) Herman Melville.

Otro autor que marcó y dejó huella para los que vinieron después. Lo de Melville es paradigmático porque entre sus obra magna que es el Moby Dick (cita obligada para todo lector que se precie) y Bartleby, ejemplo de cuento moderno que parece adelantado 70 años a su época, mostrando a las claras que autores como Kafka o Borges no salieron de un repollo. 

La cabaña del Tío Tom (1852) Harriet Beecher Stowe. 

Un clásico de clásicos que ha salido en todo de tipo de colecciones juveniles a lo largo de al menos cien años de existencia. En los últimos sesenta fue perdiendo trascendencia y visto con malos ojos, aunque el libro esta escrito por un autora liberal y abolicionista. No deja de manejar ciertos estereotipos deifíciles de erradicar en aquellas épocas de pleno auge de la esclavitud sureña. 

Doce años de esclavitud (1853) Solomon Northup.

Si hablamos del problema de la esclavitud en Estados Unidos, un tema que tiene arriaga sus raíces en el origen mismo de la región y que sus aristas llegan hasta hoy día, entonces no podemos obviar el escrito denuncia de una de sus víctimas. Solomon Northup, un afroamericano nacido libre que fue capturado y vendido como esclavo. Esta es la contracara de la colorida novela de Stowe, publicada un año antes. 

Hojas de hierba (1855) / Canto a mí mismo (1855) Walt Whitman.

Si hablamos de literatura Estadounidense no podemos dejar de lado la tradición lírica, muy rica también desde sus inicios. Hojas de hierna es, probablemente la obra poética por excelencia del primer siglo de Estados Unidos. No se puede obviar su importante influencia, siendo el padre de una poesía bien americanista, arraigada en sus fuertes raíces, vitalista y hasta un poco narcisista, pero profundamente humanista y universalista.

La célebre rana saltarina del condado de calaveras (1565) / Aventuras de Tom Sawyer (1876) Aventuras de Huckleberry Finn (1884) Mark Twain.

También mucho se ha hablado y escrito acerca de este famoso escritor sureño. Muchas de sus historias están ligadas a la literatura juvenil (género que no existía en esos tiempos, claro) pero sus obras están plagadas de crítica social mordaz, de un uso extremo de la ironía y de un humor poco usual. Con decir que este escritor, que dio inicio como periodista, sería el primero de una larga tradición norteamericana en el siglo siguiente. La del autor-periodístico, dueño de una prosa directa y asincrónica, que marcaría el inicio de la literatura clàsica americana. 

Ben-Hur (1880) Lewis Wallace. 

Una novela clásica de la literatura decimonónica siguiendo la tradición iniciada por Cooper. Aventuras, misticismo y algo de moral en un clásico del género de novelas históricas. Su autor era un excéntrico ex militar que había luchado en la gran Guerra de Secesión.

Un habitante de Carcosa (1886) El incidente del puente del buho (1890) Ambrose Bierce.

Otro ex combatiente de la guerra civil que ilustraría con su experiencia las vicisitudes de la dura vida de los soldados en el frente de batalla. Pero Ambrose no se quedaría solo en el relato testimonial sino que trabajaría con una serie de relatos de una extraña fantasmagoría rural que haría escuela, influenciando entre otros a autores como H.P. Lovecraft en el siglo siguiente. Bierce desaparecería en México durante la revolución de 1912.

Mirando atrás (1888) Edward Bellamy. 

Quizás un autor no muy conocido hoy en día, pero que en su momento generó gran controversia por sus postulados socialistas en medio de una sociedad profundamente capitalista. Luego de la publicación de esta novela al estilo utopista se crearon varios clubs de fans a lo largo del país. Un importante representante y precursor norteamericano de la ciencia ficción.

Poemas (1890) / Esperanza (1891) Emily Dickinson. 

Siguiendo con la tradición poética de Estados Unidos es imposible no mencionar a una de sus referentes más canónicas la gran Emily Dickinson. Creadora de algunos de los versos más clásicos y arquetípicos de una lírica que por momentos se manifiesta existencialista. 

Retrato de una dama (1881) / Otra vuelta de tuerca (1898) Henry James.

Uno de los escritores más importantes de finales del siglo, dueño de una prosa cuidada y exquisita. Tal vez el más europeo de los escritores norteamericanos del siglo 19. Sus dotes e influencia se ilustran sobre todo en relatos y novelas como Otra vuelta de tuerca, donde lo fantasmagórico se mezcla con lo racional. Henry James, de alto origen social y liberal, terminaría radicándonse en Londres. 

La roja insignia del valor (1895) / El bote abierto (1897) Stephen Crane. 

Una de las últimas promesas del siglo que moría, Crane era el referente más claro del Naturalismo en Norteamerica. Su corta existencia dejaría frustrada una prominente carrera que podría haber sido tan fructífera como la de Jack London, escritor que emergería en la escena literaria en los primeros años del siglo XX. El rojo emblema del valor es una novela que transcurre en la guerra civil americana pero que trata sobre el sentido último de la cobardía y la valentía, dos caras de una misma moneda. 


martes, 20 de junio de 2023

Olaf Stapledon o Los finales posibles de la humanidad

Ahora que lo desagradable ya se fué... podemos volver a nuestra programación habitual. Allá por 1930, un profesor de filosofía de Seacombe (UK), frente a Liverpool, comenzaba una prominente carrera literaria. Una especie de eslabón perdido de la generación de J.R.R.Tolkien y C.S.Lewis. 

Su primer libro de relevante importancia se llamaba Last and first men, o como se conocería en estas Pampas... La última y la primera humanidad. Aunque más correcto sería decir Los últimos y los primeros hombres. 

Esta novela (si es que se la puede llamar como tal) la leí este verano, habiendo ya leído de él en otros años Hacedor de estrellas y Juan Raro. Dos novelas más cercanas a un concepto de hacer literatura, aunque Star maker podría llegar a ser debatible. No importan tanto los géneros literarios (que me perdone Bajtín), acá lo que es de relevante importancia es el hecho de que siendo Olaf un tipo más del palo de la filosofía y de los ensayos naturalistas que de la narrativa, se le puede perdonar (al menos de mi parte) esa tan particular forma de hacer literatura, y encima de ciencia ficción. 

Cuando en el 2016 leí Hacedor de estrellas tuve, lo que se dice, un viaje. Las descripciones de todo ese viaje astral que el protagonista tiene, sobrevolando un universo imaginario donde todos los cuerpos celestes tienen consciencia, me dejó pasmado. Al año leería Juan Raro, una novela más convencional acerca de un sujeto que vendría a ser un superhombre, con poderes mentales y todo aquel rollo tan explotado luego en la literatura, sobre todo en la sci fi. Sin embargo, disfruté del libro.

Pero cuando este verano volví al autor con su primera gran obra Last and first men, la cosa cambió. Por un lado, me pareció completamente áspera, lenta y por momentos repetitiva. La abandoné un par de veces porque su escritura me parecía demasiado densa para leer en vacaciones. Leí algunas otras cosas en el medio para despuntar el vicio de la "lectura veraniega", con obras más intrascendentes como Tiburón de Benchley y algunos poemarios medio pelo como el de Carla Quevedo y el de Vera Spinetta (un poco mejor). Después me obligué a terminar el libro de Stapledon porque más allá de toda pena, pienso que la vida es buena... Ejem, quiero decir... que pienso que el libro está bueno. La cosa es que la manera de narrar de Stapledon, sin diálogos, contando consecuentemente finales abruptos de la humanidad, puede cansar a cualquiera. 

El libro va de eso, como a partir de lá década del 30, la humanidad va tomando caminos álgidos. Claro, previo a la Segunda Guerra, el autor adivina que Alemania estará en el ojo de la tormenta, lo mismo que Rusia y eventualmente Estados Unidos. Toda esa primera parte es interesante pero aburre un poco ya que habla de un siglo veinte que al final no fué así, pero de todos modos es legible. Ese primer tercio del libro cuesta, es el más descriptivo al ser el autor más cercano en el tiempo, y a veces, entran en breve escena algunos personajes con unos diálogos muy minimalistas. 

Todo lo que vendría después, es pura imaginación del autor. Para la humanidad preveé como trece finales diferentes. Y a su vez, la humanidad iría mutando de forma, pasando por ser una especie de pato, hasta una consciencia incorpórea. (Debo hacer una sangría aquí y decir que tanto este libro como Star maker, sin quererlo y a veces hasta sin saberlo, ha dado de comer a casi la totalidad de la ciencia ficción de los siguientes noventa años. Cierro corchete.) La humanidad se destruye en guerras intercontinentales (obvio) entre el Este y el Oeste. Luego se destruye por la energía atómica de una humanidad Patagónica!! Y posteriormente, siempre es el mismo esquema. La humindad se reagrupa, sale de un estadía primitivo, evoluciona hasta una civilización avanzada y luego se autodestruye. En el medio de estas bataholas, nos invaden los Marcianos que son una especie de medusa invisible. Después, la humanidad invade Venus, y destruye su ecosistema. Y así lamarencoche. No quiero spoilear ni aburrir. Es una novela bastante extensa y de áspera lectura. Animo al lector de género audaz porque pienso que el libro vale la pena y pienso que es de esas obras que corren peligro de ser olvidadas sino le damos un poco de manija. Filosóficamente hablando es interesantísima. Desde el punto de vista literario es una rareza como pocas y desde el punto de vista de la ciencia ficción es casi como una Biblia. 

La recomiendo para leer con paciencia, tiempo y determinación para finalizarla. Después viene el debate, café o vino de por medio. Salú!

viernes, 30 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 9

Para cerrar este fabulósico programa de atención al cliente, vamos a recomendar a una de las escritoras más grandes que ha dado la literatura (sin error a equivocarme ni pecar de exagerado): Ursula K. Le Guin. 

Quizás algunos o algunas piensen que Úrsula ya tiene todo el reconocimiento (a diferencia de las mencionadas en los posteos anteriores) que merece y más; bueno, es posible que así sea. Sin embargo, cuando uno es un fan declarado de algún artiste, es imposible no querer buscar más reconocimiento. O al menos, ver que se la menciona más, que sus libros (como los de otros autores como Philip K Dick) son llevados al cine. Y hoy en día, donde está tan de moda el Fantasy y el Sci Fi en las plataformas, con series y películas, me parece un despropósito que nadie agarre un sólo libro de esta autora. Pero eso es accesorio, lo que me sorprende es que pareciera haber más fans masculinos que femeninos. Quizás esto tenga que ver con eso que mencioné de escritoras que no buscan escribir para un público determinado (sea por género, rango etáreo o profesión). Úrsula ecribe por todes pero es un hecho indiscutible que no es leída por todes sino más bien por algunos. 

Ojo, tal vez sea una búsqueda de ella. Me recuerda un poco el caso de Spinetta, que prefería ser fiel a su estilo y hasta a veces boicotear su masividad para mantener su libertad, quizás a costa de su fama y dinero pero fiel a sus principios. Esto es algo que noté en Spinetta y que si bien tampoco todo es tan así, siempre vi que un poco al flaco le dolía esa situación de no-masividad. En el caso de Le Guin creo que pasa algo similar y un poco lamento esas decisiones. Las re-contra respeto, pero una vez que uno encuentra algo que amar, ese artista se muestra inflexible y no quiere propagar ni hacerlo masivo. También pasó algo similar con Neil Young y se retirada de Spotify (y no es casualidad que lo acompañara Joni Mitchell, quizás los dos cantautores más importantes y comprometidos de la contracultura hippie y oh casualidad, ninguno es yanki, los dos canadienses). En fin, podría extenderme infinitamente con Neil y Joni que también son artistas poco reconocidos, pero no es la cuestión. Se entiende el punto. Lamento no poder disfrutar de una explotación más masiva de su obra y legado, para disfute meramente personal, pero mientras escribo esto me doy cuenta de lo egoísta y banal de mi deseo. De hecho, me siento orgulloso de que los artistes que amo tengan esas convicciones anti-sistema. Lo cual me muestra lo paradojal no sólo de eso sino de todas las entradas que hice bajo el mote de Mujeres que no ponderan otras mujeres. En definitiva, sin nadie quiere reconocerla o redescubrirlas allá ellos o elles, yo por mi parte lo seguiré haciendo sin estar pendiente de que vengan otros a legitimar aquello que ya tiene valor de por sí. Es sólo que me da bronca que se ponga de moda ponderar a determinados artistas y a otros se los deje de lado. En fin, boludeces, porque eso no cambia el valor intrínseco de su legado. Sólo voy a cerrar diciendo que ojalá más gente, mujeres, varones y todos los géneros del universo, puedan disfrutar de las artistas mencionadas en estas entradas porque bueno, pienso que vale la pena, es todo. Tampoco es una cuestión de vida o muerte. 

Salud a la compañía y a gozar!

lunes, 26 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 6


Siguiendo con el Mujeres que no ponderan otras mujeres, llegó el turno de una autora argentina que es poco conocida valorada por el público lector de mi país: María Angélica Bosco.

Esta autora podría correr el riesgo de quedar recordada como una autora más del montón, como Silvina Bullrich o Martha Lynch. O ser más recordada como Libertad Demitropulos o Aurora Venturini. Claro, como la Bosco no escribía desde su condición de mujer eso molesta a las fanáticas de género y tienden a olvidarse lo grosa que fué esta mujer. 

Entre sus obras más importantes se encuentran La muerte baja en ascensor y un gran libro de relatos como Tres mujeres, donde hace un racconto histórico narrativo de la historia de tres mujeres anónimas de la historia argentina. Toda su obra es digna de ser tenida en cuenta y revalorizada. Quizás no tenga el charme de Hebe Uhart o la militancia de Silvia Molloy, pero ¿quien puede negar que la Bosco ha sido una de las grandes de la literatura argentina del siglo veinte?

En sus propias palabras, María Angélica Bosco nos deja una idea que atraviesa no sólo su importancia trascendencia, sino que hasta también le da sentido a esta review que vengo haciendo de mujeres que no ponderan otras mujeres: 

"Las mujeres aburren a los lectores contándoles qué malos son los hombres y qué desgraciadas son ellas. La literatura femenina era un gran pañuelo. Yo no quería hacer eso, entonces por compasión al lector, para que se distrajera, para que se divirtiera y no me secara las lágrimas, me pareció que el policial era una oportunidad."

Espero que estas palabras y otras notas pongan en su real dimensión el valor de su obra, y que el valor artístico trasciende cuestiones como la "guerra de los sexos" a las cuales se han entregado muchas revisionistas del femenismo que creen que para algo merezca ser valorado debe combatir a capa y espada a la hegemonía del falocentrismo (cosa que sí debe ser combatida por otro lado) y se la haga justicia a una autora del nivel de Sara Gallardo o Silvina Ocampo.

viernes, 23 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 3



¿De quién hablamos cuando hablamos de James Tiptree Jr.? Hablamos de la gran escritora norteamericana Alice Sheldon B. Autora de una buena cantidad de relatos de ciencia ficción de los años 50s y 60s. 

¿Por qué se la conoce como James Tiptree Jr? Porque para poder ser publicada tuvo que resignar su nombre y su sexualidad en pos de poder lograr ser publicada. Una cuestión machista que hoy estamos más cerca de que la cosa sea al revés y que seamos los varones los que tengamos que ponermos un nombre femenino para que una puta editorial independiente medio de cuarta nos tenga en consideración o que, mínimamente nos lea algo de los que les mandamos. Porque editoriales pedorras como Conejos o Notanpuan, si les escribís con tu nombre de hombre, de entrada te rechazan porque los escritores varones hoy no venden... ¿Por qué? Porque la mayoría de los lectores de literatura contemporánea son mujeres y no importan las obras, importa el sexo. 

Volviendo a James Tiptree, esta corajuda mujer no quizo combatir al establishment literario machista de entonces, prefirió jugarles una jugarreta con sus propias armas y ganarles en su propio terreno. 

Quizás, Alice Shledon no sea la mejor escritora del mundo, ni siquiera del género (bastante nerd y de nicho) como el de la ciencia ficción, pero tiene una serie de relatos con un empuje y fuerza muy poderosas. Ninguna mujer lectora y me refiero a lectoras de ciencia ficción que son bastante pocas en comparación con las lectoras de la literatura testimonial, de denuncia o mera literatura del yo, tienen en cuenta el valor histórico de esta gran autora, olvidada para (casi) todo el público lector. 

Espero que también se haga justicia y se recuerde más a autoras como Alice Sheldon, que si bien tuvieron que negar su género para poder ser tenidas en cuenta por la industria editorial.

viernes, 22 de abril de 2022

Un libro llamado Lolita

Lolita es una novela de Vladimir Nabokov publicada en 1955. Cuando esta novela salió de inmediató se desató la polémica por la temática de la obra. Y está bien, un libro que no incomoda es un libro muerto. Lo de Lolita es bastante particular porque aún hoy sigue levantando polémica. Es una de esas obras del pasado que de un modo u otro han sido canceladas por una parte bastante chillona de la sociedad. Vestiduras rasgadas aparte lo que se plantea en la novela es la historia de un amor no correspondido (como existen miles de escritos a lo largo y ancho sobre el tema) pero con la diferencia no menos importante que es el amor no correspondido de un hombre, un adulto, con una menor de edad, que encima queda a su cuidado como el único responsable, luego de la repentina muerte de la madre de ésta. Muerte que por otro lado está relacionado de alguna manera con el hecho de este amor prohibido. Pero no nos adelantemos. 

A diferencia de otras obras como "El reposo del guerrero", "El amante de lady Chatterly", "Trópico de Cáncer" o la mismísima "Madame Bovary", que en su momento fueron censuradas o repudiadas por el stablishment, hoy en día son obras (mismo "Aullido" de Ginsberg) que pueden ser leídas sin reparos y a duras penas podrían llegar a escandalizarnos. Obras que de alguna manera quedaron viejas en cuanto a su intención de incomodar a la sociedad. Porque los tiempos cambiaron, porque la sociedad ya no es tan autorepresiva y porque amores apasionados, infidelidades o simplemente sexo sin más, son cosas que todos aceptamos, todos vivimos y todos toleramos. Pero amores con menores de edad? Sexo con preadolescentes? No, eso es algo que no solo sigue sin tolerarse sino que hoy en día hasta es más controvertido que en esa época. Hemos ido para atrás? Hemos involucionado como sociedad? Hoy en día nadie en su sano juicio condenaría una obra como Madame Bovary por el mero hecho de que trate de una mujer que es infiel a su marido. O sea, creo que esa actitud hasta es reivindicada como un modelo de emancipación femenina, de que las mujeres no son cosas y que no son objetos. En definitiva, que cada cual, sea hombre o mujer, está autorizado a hacer lo que le plazca sin dar explicaciones y chau. Ahora bien, hacer lo que le plazca dentro de los límites de lo tolerable, lejos de cualquier doble vara y lo más alejado posible de la hipocresía, pero que no se metan con los niños, ahí claro que no. Eso si que no. 

Lolita es una novela controvertida creo que por dos razones puntuales que no se dicen mucho. Más allá del amor prohibido, o la obsesión reprobable del protagonista con una hija adoptiva menor de edad, hay otras cuestiones que enervan a los censores actuales. Una de ellas es que la novela se hizo famosa. Toda la polémica no sirvió más que para convertirla en una novela de culto, una de esas obras de lectura obligada que algunos leen a regañadientes y después critican por ser moralmente reprobable, pero la realidad es otra. La verdad del asunto es que es una buena novela, una excelente novela y no importa si el autor escribió mejores novelas como "Pálido fuego" o "Ada o el ardor", la cosa es que desde que empezás no podes parar de leerla, está increíblemente bien escrita, es absolutamente disfrutable su lectura y muy atrapante su trama. Y más allá de esos slogans vacíos de sello editorial, Lolita es un verdadero clásico contemporáneo. Y ahí me sumergo en el segundo punto por el cual es controvertida la obra hoy día. Es controvertida por el mismo motivo por el que pienso que es una obra maestra. Porque la historia no está contada desde la supuesta "victima" de un abuso. No, está contada desde el lugar privilegiado del protagonista, un gris profesor de literatura que sufre por su amor incontenible hacia una prepúber. Esto justifica su accionar? En ningún momento de la novela se hacen observación morales acerca de si está bien o mal lo que hace, eso queda en cada lector y por eso es excelente. Está claro que no es una novela para cualquiera. Es una obra para leer en la madurez, entender la problemática y de alguna manera llegar a la conclusión de que no existen vencedores ni vencidos en la obra. Todos son víctimas los unos de los otros. Lolita no ceja en manipular a su antojo a Humbert y lo vive de una manera desvergonzada. Él, por su parte, no puede cortar esa obsesión malsana que tiene con las preadolescentes, más allá de su trágica historia personal de juventud cuando tuvo su primera noviesita que murió repentinamente y le dejó una especie de obsesión crónica con las chicas de esa edad. No existen análisis psicoanáliticos que validen su historia, ni que nos ayuden a comprender mejor su psique. La realidad es que el tipo tiene esa debilidad, y termina siendo un arrastrado, un pobre tipo sin amor propio y la verdad, que el final, cuando vuelve a ver a Lolita después de todo lo que pasaron y ella está esperando un hijo de otro tipo, pero él aún acude a ella para acercarle dinero es desolador. Es una escena tan angustiante que de verdad si no te conmueve ese final es que no tenes corazón. Pero eso no te coinvierte en un violín sopapa come niños, eso es lo que nos cuesta entender hoy en día. No podemos permitirnos a nuestro buen pensar tener empatía con ese pobre diablo. Y creo que en eso es donde fallamos como sociedad. Cuando demonizamos como si el mundo fuera tan simple como buenos y malos. Y en verdad, el mundo es mucho más complejo que eso y en el fondo lo sabemos. Sabemos que el mundo está lleno de grises y que nosotros no estamos ajenos a eso. También somos unos soretes con nuestro semejantes, aunque no robemos, ni violemos ni matemos a nadie, también agredimos y lastimamos. No podemos tolerar la idea de que aquel que parece ser una encarnación del mal también tenga sentimientos. Entonces, es en este sentido, que me parece que Lolita es una obra maestra. Porque nos hace indigar acerca de nosotros mismos, que nos interpela a todos, nos hace ver que las cosas no son tan simple y fáciles. Claro que una novela donde la chica es víctima de un violador hasta que se cansa y lo mata, o hasta que huye, o muere, etc, también es importante. Pero es importante en el sentido testimonial del hecho, como lo son las películas sobre los desaparecidos, el holocausto, etc. Pero una novela así no plantea ningún riesgo, no nos hace pensar más allá del hecho de que existe genta mala y gente víctima. Acá en Lolita, una novela de ficción, está más que claro que no se trata de una apología de la pedofília. De hecho, no creo que ningún violín se haya destapado por leer Lolita, al contrario. El final del personaje es desolador, nada bueno le espera a un tipo que no sabe amar de una manera sana a una niña de doce años. Lo que nos plantea el libro entonces es algo más prfundo, algo que nos deja pensando y que abre en definitiva el debate para pensar en las relaciones que llevamos a cabo todos los días con nuestros congéneres.  

domingo, 27 de marzo de 2022

Hecho para vos (La playlist de tu vida)

    Acá estamos, como siempre, desde septiembre del 2007. Casi quince años escribiendo en este maldito blog, formato que ha quedado vetusto hace diez años por lo menos. Y la seguimos, peleando a la contra, escribiendo para todos y para nadie. En un blog que es puro silencio, donde ya hace tiempo que no existe feedback. Muchas veces me he planteado abandonar este blog. O quizás simplemente eliminarlo. Sí, se perderían muchas cosas que básicamente son parte de mi vida. Como una especie de diario público, más allá de que haya poemas, cuentos y novelas por entregas. Pero lo fundamental es que el blog siempre estuvo para mí solamente. Es como si existiera en mi mente, con algún comentador ocasional, algún lector golondrina que pasa y deja su opinión o huella permanente. También existen comentarios truchos en inglés donde usan mi blog para poner publicidad, cookies o vaya a saber uno que carajo es eso que a veces sucede. No importa, este blog es claro que es sólo importante para mí, lo escribo para mí y es puro ego. No sé si en el mal sentido del término. Creo que a esta altura de la humanidad hablar de egoísmo es casi una redundancia. No existe el mal ego, o el bueno, como tampoco es posible la supresión del mismo. Vivimos en una sociedad donde si no sos lo suficientemente bueno como para mantener al menos un poco tu ego en alto, te pasan por encima y te aplastan como uva. Y todo para que el vino se lo tome otro.

    Pienso que en estos quince años de historia del blog he mejorado sensiblemente mi forma de escribir. Mi manera de redactar y manifestarme. Por supuesto que sigo siendo ese tipo que escribe de forma ocasional y que nunca logró colocar alguno de sus tantos escritos en alguna editorial. Excepto algún que otro poema, no he logrado atravesar la barrera de ser un tipo anónimo que escribe cositas por ahí a un autor publicado, aunque más no sea en una editorial independiente. Y las editoriales independientes se toman demasiado en serio. Todos se creen Borges leyendo y juzgando obras ajenas. A veces se manejan con criterios dudosos o por modas editoriales. No pocos son los que hacen la cuenta de si la temática es contemporánea o no, si es coyuntural o no, y si de alguna manera sirve y está en línea con el bien pensar. Si el autor es hombre o mujer también suma o resta puntos. Y nunca falta el editor que espera encontrar una obra del calibre de Faulkner o Woolf, con la capacidad de ser un best seller al mejor estilo King o Wilbur Smith. Pero esas cosas no se dicen. No se admiten. Y, en definitiva, es muy jodido bardear a los editores de hoy en día porque está el temor de que después no te publique nadie. Se les ha otorogado demasiado poder a los editores, por ser esa especie de jueces autoregidos de lo que vale o no la pena ser publicado. Y porque si te metes con ellos o los criticás después andá a llorarle a Gardel para que te publique Magoya. Ellos lloran por lo caro del papel, por lo caro que les cuesta hacer tal o cual esfuerzo, pero en realidad lo que se ha demostrado es que hay un gran nivel de cretinaje al respecto. Mucho amiguismo y recomendación por taller de tal o cual. Poco criterio propio valedero. Hoy los editores parece que quisieron convertirse en las estrellas del rubro. Ningún lector conoce el nombre de los editores detrás, sí el del escritor que están leyendo y esa envidia malsana hacia los hacedores de literatura no hace bien al rubro. Los editores deberían dedicarse a hacer su trabajo tras las cámaras, en las sombras, como los productores de las películas por buscar una analogía. Claro que son importantes y son parte de la obra. Y si ésta está destinada a ser un clásico trascenderá su primera editorial, y luego quizás al escritor. Pero no son cosas que los editores deberían andar calculando tanto en su desesperada búsqueda por trascender. En definitiva, se pierde el amor a la literatura y terminan viendo al resto de los elementos, como libreros o escritores, cual enemigos acérrimos de su noble oficio tan poco valorado. Están perdiendo el eje de su noble tarea. Y esos festivales de editoriales independientes donde buscan reconocimiento y hacer rostro es una muestra lamentable y patética de su vapuleada autoestima. 

    Pero bueno, en fin... No hay que meterse con ciertos personajes del medio y, sobre todo de la cultura porteña, que cada vez más se parecen a las ferias de artesanías que todos critican por la conducta mezquina de los "hippies". El fascismo de decidir a tontas y locas quien entra y quien no entra en el mundillo selecto de los escritores publicados. Todos esperan que uno haga rosca, de una manera u otra. En todo caso, se piensa: tu obra no va a cambiar el panorama narrativo actual o a hacer una revolución de las letras. O sea, atrás tuyo a cientos de otros escritores que vendrán y siempre habrá recambio. Y es cierto, en definitiva eso es así... De todos modos, la mezquindad fascista de sentirse zarpados de elegir quien sí y quien no, se lo pueden meter bien en el orto. Todos son y somos una zarta de fracasados que tarde o temprano pasaremos al olvido. Trascendencia mis CALZONES!

    Y así transcurrimos por este mundo, leyendo un montón de libros, escuchando montones de canciones y música, escribiendo cantidades ingentes de letras atrás de letras, y tipeamos como locos para intentar meter un bocadillo literario en el (ya bastante) saturado comercio de la industria del libro. Sin embargo ¿que sómos? No somos nada. Si partiéramos de esa base, seríamos todos más humildes y ni siquiera sería necesario sentir que tenemos que publicar algo. 

Salú

jueves, 4 de febrero de 2021

¿Cuanto ayudan los libros de autoayuda? Segunda parte: Los libros de ficción


Ahora llegamos a la segunda parte del posteo anterior, que por fuerza mayor tuve que dividir en dos partes. Por un lado, porque estaba quedando un texto demasiado largo, por otro, porque tenía hambre y se me había hecho tarde para cenar.

Pero ahora sí, damas y caballeros, el cierre de este mini "ensayo" acerca del género de Autoayuda. Pero esta vez más centrados en aquellos libros que no necesariamente fueron pensados para ser libros de autoayuda. Algunas son meras novelas sobre temáticas "trascendentales", pongamos por caso. Otras sí, son libros con una clara connotación autoayudesca, pero sólo que en vez de encarar una narrativa de manual o seudo ensayo, son escritos a modos de fábulas o hasta en formato novela. 

Sin más preámbulos, iniciemos el recorrido por esta increíble literatura de la superación personal.

1_ La luz de Asia (1879) de Edwin Arnold. Esta es una novela tan olvidada como recomendable. El acercamiento de Arnold a la vida de Buda es en verdad pródigo y novedoso en la literatura occidental. Un gran antecedente del Siddhartha de Hesse, y hay hasta quien podría decir que la novela de Arnold es aún mejor que la del escritor alemán. 

2_ Siddhartha (1922) de Hermann Hesse. Poco más de cuarenta años después de la novela del poeta ingles, el alemán hace un uso un poco menos convencional de personaje. Hesse tiene un poco más de oficio narrador, mientras que Arnold hacía una especie de biografía novelada del personaje histórico. El alemán, lejos de contentarse con repetir esa fórmula, mezcla una historia de éxitos y fracasos, de búsqueda, de caída y elevación final. El personaje, aunque se trate del mismísimo Buda Gautama, no deja de ser un típico personaje Hesseano, con sus incertidumbres, sus dudas, sus miserias, lo que humaniza a un personaje que por lo general se tiene a idealizar al punto de una deificación innecesaria y en definitiva, alejada del concepto mismo del Buda.  

3_ El profeta (1923) de Gibrán Jalil Gibrán. Un año después del seminal Siddhartha de Hesse, aparece esta obra entre parabólica y poética. Una rara avis total en este listado, pero absolutamente una obra literaria por su propio peso. El autor libanés nos cuenta la historia de un profeta y sus increíbles diálogos con los mercachifles del pueblo. Algo deudor de cierto aire Nietzscheano o Zarathustrano, mejor dicho. Pero aún así, sería como una obra emparentada a la gran obra filosófica de Nietzsche. 

4_ El principito (1943) de Antoine de Saint-Exupery. Sí, aunque usted no lo crea, este clásico infantil tiene muchas diferentes lecturas. Una de ellas y no la menos conocida, es la de un libro de superación personal, porque en definitiva cuales son los mensajes de este libro que no es tan para chicos. La valoración de la amistad, de la inocencia de la infancia que se pierde en la adultez, la conexión con nuestros sueños y con el cosmos. El amor desinteresado. Los temores. Los miserables mundos materialistas y sin sentido de los adultos. Un niño que frente a todos aquellos mediocres se mantiene leal y fiel como un verdadero príncipe. ¿Acaso existe frase más motivacional que "Lo esencial es invisible a los ojos"? 

5_ Las enseñanzas de Don Juan (1968) de Carlos Castaneda. Es difícil catalogar como literatura de autoayuda a este libro, sin embargo, mis colegas no cejan en su esfuerzo por ponerlo al lado de los libros de Stephen Covey, Eckhart Tolle y todos los demás. Pero más allá de que éste y los ocho libros que le siguen son novelas de ficción. Quizás sobre temas como chamanismo, brujería, poderes ancestrales, viajes lisérgicos, fuerzas de la naturaleza y todo lo que quieren los pibes. Se parece mucho a un sistema filosófico bien pensado que podríamos denominar como "el camino del guerrero". En verdad, al menos los primeros cuatro libros acerca del chamán don Juan, son una verdadera maravilla. Para tirarse en una hamaca paraguaya y disfrutarlos en una interminable tarde de verano. 

6_ El vendedor más grande del mundo (1968) de Og Mandino. Este es un libro que podría haber estado en la primera parte de esta lista, pero por una cuestión narrativa y de relación con el estilo, la adjunté con estas obras. El vendedor es una correcta historia donde se cuenta una especie de leyenda en tono de fábula acerca de un hombre que es muy pobre y luego van consiguiendo el ascenso en la medida que va aprendiendo nuevas cosas. De alguna manera es un antecedente directo de la historia que veinte años después narraría Coelho con su afamado El Alquimista. 

7_ Juan Salvador Gaviota (1970) de Richard Bach. Bach también escribió un libro que se llama Ilusiones, muy lindo y que no recuerdo si lo mencioné en la primera parte de este texto partido al medio. Ahora bien, Juan Salvador Gaviota está un poco en la línea de El Principito porque es una especie de fábula para chicos, que al final termina teniendo un sub texto dirigido a un público adulto. Lecciones de vuelo que se puede aplicar a la vida, Juan Salvador es un hermoso texto que en su momento fue un éxito de ventas total y que hoy en día ya no es tan recordado, por más que se siga editando. Recomendable.

8_ Yo visité Ganímedes (1972) de Yosip Ibrahim. Este es un libro extraño y en realidad tendría que haber estado en la primera parte del post porque es más un seudo ensayo que otra cosa. Sin embargo, cuando lo arrancás a leer sentís (durante los dos primeros capítulos) que estás leyendo una novela de ciencia ficción. Y no solo eso, sino que te atrapa y queres saber como sigue. Sin embargo, y esto para mí es la gran falla del libro, el autor no se cansa de repetirnos que lo que nos cuenta es verdad. Y empieza bárbaro con abducciones, luces extrañas del cielo que alumbran la casa, platillos que aterrizan en el jardín de atrás... Pero todo se pierde cuando este autor peruano comienza a detallar los modos de vida de Ganímedes y su relación con Dios y las religiones convencionales. Ahí, para mí, el libro se pierde. Igual entiendo que el tipo quiso levantar la polémica en su momento hablando de todo el asunto OVNI que tan en boga esta para principios de los setentas. Sigo pensando que como novela podría haber funcionado mejor que como seudo ensayo serio de algo que encima, veinte años después, desmintió (como si hubiese sido necesario). Creo que el escritor chileno Enrique Barrios se inspiró bastante en esta obra para su clásico de los ochentas Ami, el niño de las estrellas (1986). 

9_ El guerrero pacífico (1980) de Dan Millman. Bueno, hasta acá fueron todas obras que de alguna manera podían estar como no, ya que no era necesariamente obras consideradas como parte del género. Con el guerrero pacífico y el inicio de la década de los ochentas ya no quedan dudas de la que la literatura new age llegó para comercializar el concepto de Superación personal. Millman era un ex atleta de alto rendimiento y campeón del mundo. Su historia es acerca de la aceptación, el fracaso y la voluntad. Existe un personaje ficticio (Sócrates) que oficia de su propio don Juan, con toda una serie de enseñanzas de vida, un poco forzadas pero positivas. Existe una película del 2006 que está bastante bien y donde Sócrates es interpretado por el inoxidable actor Nick Nolte. 

10_ El caballero de la armadura oxidada (1987) de Robert Fisher. Hablando de lo inoxidable, a continuación este libro que en verdad es un clásico inoxidable de la literatura de superación personal. Quizás el más paradigmático de todos ya que cuenta por medio de una leyenda de un caballero que, después de no sacarse su brillante armadura ni para dormir, un día se da cuenta que no se la puede sacar y que quedó atrapado allí, cosa bastante poco práctica digamos. Entonces aparece la figura arquetípica de Merlin que siempre que se necesite un mago poderoso para aconsejar a un guerrero ahí estará él. Una idea que tomará Chopra en un libro que mencionaremos más adelante. El "Caballero" está bien, es un libro cortito y simpático, lleno de enseñanzas que hoy nos parecen de lo más cliché, pero como tiene una historia entretenida va de mil maravillas. La historia tiene una o dos secuelas mucho menos conocidas. 

11_ El Alquimista (1988) de Paulo Coelho. El escritor brasilero escribió esta historia también casi en tono de fábula filosófica, tomando elementos del escritor argentino Jorge Luis Borges, con un poco de Og Mandino y un poco de lo propio, escribiendo uno de los superventas más grandes de todos los tiempos. El libro tiene una historia amena acerca de un buscador en el desierto, con uno de esos finales con giro de manual, la novela se deja leer y atrapa. Hay que conceder eso, pero más allá de algunos capítulos y escenas memorables, no aporta mucho más. Como diría mi viejo "re comercial"...

12_ Las voces del desierto (1991) de Marlo Morgan. Esta novela acerca de una señora perdiéndose en los desiertos de Australia e internándose en las tribus originarias tiene mucho más del espíritu del peruano Carlos Castaneda que El guerrero pacífico que pretende crearse un don Juan de la nada y sin nigún tipo de experiencia real. O quizás si, en todo caso, el libro de Morgan me sabe mucho más honesto, aunque Morgan allá sido un mero señuelo de la industria de vender libros que en los noventas revolucionaría las bateas con el género de auto-ayuda en todos sus estilos. 

13_ La novena revelación (1993) de James Redfield. Hablando de imitadores de Castaneda, el caso de Redfield es paradigmático. Escribió ésta y varias continuaciones de una extraña saga de personajes "neo hippies" de los noventas que andan recorriendo el mundo en busca de mensajes y pergaminos. Desde Perú hasta Estados Unidos y otras partes del mundo. Acá directamente, lo new age se pasa de exagerado. Reconozco que cuando leí está novela la disfruté, pero ya había leído Las enseñanzas de Don Juan y no pude evitar que me pareciera una imitación superficial y comercial, en comparación. Pero está bien. Ahora es notable como me olvidé de casi toda la trama y hoy día casi no se vende, en comparación con el libro de Castaneda que todavía genera imágenes en mi cabeza y que aún se mantiene relativamente vigente.

14_ El sendero del mago (1995) de Deepak Chopra. Este hindú es el mayor superventas de la India y creo que uno de los más férreos defensores del género en sí, ya que siempre aparece opinando de obras parecidas o similares a las suyas. Ahora bien, me parece perfecto que así sea ya que entre sacerdotes no vamos a andar pisándonos la sotana... El sendero del mago es un libro, que como anticipé antes, tiene una dinámica muy similar a la del "Caballero oxidado", sólo que en vez de un tipo que no puede salir de la armadura está el mismísimo rey Arturo, que en este caso es un aprendiz que pide consejo al gran mago celta. Me pasa que el libro de Chopra y el de Fisher los leí casi por la misma época, por ende me cuesta diferenciarlos, pero bueno, en fin...

15_ ¿Quién se ha llevado mi queso? (1998) de Spence Johnson. Para finalizar, un libro que en su momento fue un verdadero boom de ventas y hasta se repartía en varias empresas a sus empleados como regalo de fin de año. Porque claro, el libro es una especie de fábula muy sencilla sobre un ratón y la búsqueda de su alimento por excelencia. La editorial que lo publicó en castellano se llama Empresa Activa, lo cual nos deja bastante claro como viene la mano. Un libro funcional al sistema que busca encajarte donde mejor quepas. Porque en definitiva, no hay que creerle nada a nadie, si siquiera a los libros que leés, sean de quien sean, Spencer Johnson, Michel Foucault o Mark Fisher. La verdad no está en ningún lado concreto, es sólo lo que vos decidís creer, todo lo demás son lecturas que hacemos para sentirnos mejor consigo mismos, buscando respuestas o simplemente pasar el rato , y en la medida de los posible abrir nuestro universo de perspectivas. Es todo. O mejor dicho, ni más ni menos. 

Bueno gente, eso fue todo. Cuenten en la caja de comentarios sus experiencias con libros de ficción de superación personal, mencionados en este post o no. Adiós!

lunes, 25 de enero de 2021

La literatura y la naturaleza (Un canto "americano")

Existe una parte de la literatura que es ampliamente leída por todos nosotros pero que no es encasillada en ninguna parte de la estantería bibliotecaria en particular, y eso quizás se debe a que suele pensarse en estas obras por su género formal, ya sea poesía, ensayo, novela, etc. 

Las obras a las que me refiero son libros que están fuertemente inspirados en la relación del hombre con la madre naturaleza, y de esta relación tan hétero-erótica han salido algunas de las cosas más hermosas de la historia de la literatura toda, y para empezar con la más clásica y representativa, a saber:

*Naturaleza (1836) de Ralph Waldo Emerson, piedra fundamental del género ya que en ella se describen los paseos del escritor por los bosques y el esbozo de la necesidad que tiene el ser humano de volver a conectar con todo aquello para reencontrarse con sus raíces. Gran influencia para el siguiente autor. 

*Walden: La vida en los bosques (1854) de Henry David Thoreau. Este sujeto, que también escribió un texto más cortito pero igual de importante y complementario con Walden, que es Del Caminar. Que decir de Walden que no se haya dicho. El hombre, en un acto de rebelión y de necesidad interna de cortar con la sociedad, se interna a vivir por un periodo de dos años en una cabaña del bosque aledaño al lago Walden, Massachusetts. Allí experimenta la soledad, la introspección, la lectura y la necesidad de sobrevivir por sus propios medios en un ambiente aislado del resto de los humanos. 

*Hojas de Hierba (1855), de Walt Whitman, y sí... no podía faltar este enorme libro de poemas del gran poeta norteamericano del siglo XIX. Hojas de hierba es un libro seminal, fundacional, imprescindible para todo aquel amante no solo de la buena poesía sino de la naturaleza, de la vida y el amor. Whitman es el gran vitalista de la poesía, vitalista por su postura proyectiva de la vida y naturista por su gran amor a la naturaleza. 

*Mi primer verano en la sierra (1869) de John Muir. Este es un relato más narrativo aún que Walden, donde John Muir, a diferencia del pionero Thoreau, se interna en los bosques aledaños a Yosemite (hoy parque nacional de California). O sea, sería una versión del oeste, veinti pico de años después de Thoreau que era la costa este. La diferencia de Muir es que este muchacho, pasó solo un verano allí, de ahí el título, pero se mantuvo más en movimiento, por lo cual su descripciones de la naturaleza virgen del lugar son un documento único de una época perdida para siempre. Un texto en verdad hermoso. 

En definitiva, estos libros mencionados hasta el momento son los pilares de la literatura naturista (no confundir con el naturalismo). Es casual, o no tanto, que estos sean textos de una Norteamérica temprana, joven y que se perfilaba para liderar el mundo, pero aún estaba verde y en ella se podían oír voces disidentes, de anarquistas, aventureros u homosexuales, sin grandes problemas. Sin embargo, luego de la guerra civil (1860-1865), y esto es una mera suposición, al diagramarse el destino final del país, el conservadurismo iría tomando cada vez más el control del poder. Atrás quedarían los tiempos revolucionarios y sus luchas contra el colonialismo inglés. 

*La llamada de lo salvaje (1903) de Jack London, un novela increíble sobre la vida de un perro (Buck) que pasa de ser casi un perro domestico a convertirse en un perro salvaje que le aúlla a la luna, perdido en los bosques fríos de Alaska. Algo similar a lo que después sería la novela Bailando con lobos (1986) de Michael Blake, donde un "civilizado" hombre blanco, se contacta con una tribu de Sioux para descubrir que esa conexión con la naturaleza (perdida en el mundo de los blancos) lo hace sentirse más conectado, más humano. Ambas novelas podrían decirse que cuentan las mismas historia, pero una desde un animal y otra desde un hombre. 

*En el camino (1957) de Jack Kerouac, aunque esto parezca increíble, no sería hasta esta novela del autor de la generación beat por antonomasia que se volvería a recuperar de alguna manera esa visión entre Emersoniana, Thoreana y Londoniana, solo que en el medio pasaron las guerras, la generación perdida y otros autores como Thomas Wolfe. Lo que hace Kerouac tiene más valor por esa recuperación que en sí por algo de su prosa que quizás tenga el encanto de ser veloz como un BeBop, lo cual moderniza la visión decimonónica de la tradición Naturista. El libro es harto conocido, su alter ego (si es que podemos llamarle así) recorre Estados Unidos a dedo, en tren, a pie, en auto con amigos, en micro y de todas las formas posibles impliquen recorrerlo y no ir de un punto a otro como uno haría hoy en día. Si bien, creo que la conexión con la naturaleza está aún más presente en su novela Los vagabundos del Dharma, bueno esta sería la novela que puso todo aquello en marcha otra vez. 

*El solitario del desierto (1968), de Edward Abbey, es una rara avis dentro del género, ya que su autor nos habla desde uno de los lugares más hostiles de la naturaleza en Norteamérica, el desierto de Utah. Acá ya no hablamos de bosques naturales o hermosas praderas. "En el desierto ves la verdad" cantaba Luis Alberto Spinetta, y es así. El desierto es ese territorio cruel que no perdona a quienes pasan por él. El calor es agobiante, la escasez de agua desesperante, y las noches igualmente crueles de lo frías. Pero lo que transmite el autor es que él es de ahí y de que ama con pasión su cacho reseco de tierra y que no lo cambiaría por ningún otro lugar por más paradisíaco que sea. Abbey encuentra la belleza de un lugar que pocos pueden tolerar y lo hace prosa. Siendo otro de los padres perdidos del movimiento hippie, su postura ecologista ha echo escuela. Porque... como una rosa del desierto, Abbey te enamora.

*Hacia rutas salvajes (1996), de Jon Krakauer, este libro es una especie de ensayo periodístico de investigación, donde el autor (un famoso montañista) sigue los pasos del recordado Chris Mc Candless, quien fuera un joven norteamericano que a principios de los 90s se disparó solo en un viaje hacia rutas salvajes, como dice el título. El muchacho, siguiendo la tradición de todos los mencionados anteriormente, sale en busca de su destino final que parece ser Alaska (algo muy entre Keroaucaiano y Londoniano) con algo de esa filosofía anarco del gran Thoreau. Romper ataduras con la familia, no tener ataduras de ningún tipo durante su viaje y encontrar su final, perdido en la inmensidad devoradora de la naturaleza. Chris fue uno de los últimos aventureros románticos en ese sentido y marcó a generaciones desde los noventas hasta acá, pero sobre todo por la hermosa película de Sean Penn de 2007.

*Un paseo por el bosque (1997) de Bill Bryson, es casi un libro paródico, pero de alguna manera, este libro de Bryson (autor de diversa índole temática), logra colarse en esta lista por propio mérito. Es interesante que aquello como la idea de salir en busca de lo salvaje, el reencuentro con la naturaleza y de la conexión última con lo supremo, sea representada acá por dos (casi) ancianos que sienten que tienen que todavía se deben una "vuelta por el bosque" para demostrarse a si mismos que la vida aún no les pasó por encima. Casi logran su Quijotesco intento de recorrer el sendero de los Apalaches de 3500 km. No lo consiguen pero el haberlo intentando les resulta por demás reconfortante. Un simpática historia con su respectiva película  del 2015.

*Salvaje (2012), de Cheryl Strayed. Aquí finalmente podemos dar cierre a una tradición de casi doscientos años en la literatura norteamericana donde el autor, por lo general de una forma autobiográfica, nos relata ese escape tan necesario hacia lo desconocido, hacia los territorios donde los hombres (o mujeres) no tienen ningún tipo de control o garantía de seguridad, donde un paso en falso puede resultar el final abrupto de tu vida, pero que si se avanza, la recompensa es infinita y te dura para toda la vida. En este relato, la autora hace un viaje en busca de la cicatrización de su alma por los errores del pasado, por sus perdidas y demás miserias. El destino elegido es el otro gran sendero de EEUU, el Sendero Macizo del Pacífico, en este caso en la costa Oeste. Funciona como un anverso perfecto de la historia de Bill Bryson en el Este y también cuenta con su pertinente película llamada Wild (2014).

Así como Mi primer verano en la sierra era algo así como el Walden del Oeste, o El solitario del desierto lo mismo, pero en el desierto, con esto cumplimos con una lista de diez libros impresicindibles para conectar con la naturaleza. Se podrían mencionar muchas mas obras como el cuento casi fundacional de la literatura estadounidense "Rip Van Winkle" de Wasshington Irving de (1819), Nathaniel Hawthorne y sus Cuentos dos veces contados, o el propio Ambrose Bierce, William Faulkner, etc, pero vamos a cerrar acá. Hay mucha literatura para descubrir y redescubrir, así que ea ea! Avanti.

Otro día podría subir el equivalente de la literatura naturista pero de Argentina, donde está menos clara la tradición, pero no por eso menos presente. Salúd!

martes, 12 de noviembre de 2019

Novelas argentinas de los 90's

Pensando en literatura argentina de los noventas; vaya aquí un listado inocuo y completamente caprichoso de sus novelas más características, y con esto me refiero más que nada y sobre todo en aquellas mas representativas de la época. Por juventud, afinidad con los 90s, temas y sentido de época y pertenencia. O simplemente porque me gustaron o las creo únicas e icónicas. 
Bueno, basta de tanta cháchara y vaya aquí mi top ten de novelas argentinas de los noventas:

Puesto número 10: LA MUERTE COMO EFECTO SECUNDARIO- (1997)- Ana Maria Shua
Especie de novela de ciencia ficción "futurista", esta extraña novela de la ya consagrada autora argentina, tiene ese hálito de oscuridad y desesperanza, tan caro a la década en cuestión, jugando con un género de por sí vilipendiado en los 90's por demasiado escapista e imaginativo. Pero, aunque cuesta conseguirla, vale la pena leerla. 

9: EL AMPARO- (1994)- Gustavo Ferreyra
Quizás la más rara de toda la selección, El Amparo genera extrañamiento en el lector, tanto por su descabellada e increíble trama, como por la aspereza de los personajes. Con algo del mensaje Kafkeano a cuestas y un vislumbre de Hesse y Bulwer Lytton, este libro vale por todo lo escrito por el autor. 

8: UN AÑO SIN AMOR- (1998)- Pablo Perez
Una novela de amor y desamor. Novela iniciática (para el autor). De golpe tremendo. Escrita a modo de diario íntimo, el autor va describiendo las vicisitudes de un hombre con VIH en la cruda Buenos Aires de mediados de los 90s. Doctores, amigos que ya no están, el dolor y la indiferencia a ese familiar raro, distinto, gay, lascivo, enfermo. Notable debut literario. 

7: EL FARMER- (1996)- Andrés Rivera
Increíble fresco histórico literario, El Farmer es un retrato íntimo acerca del ocaso de Juan Manuel de Rosas, exiliado en la campiña inglesa. Su soledad, los recuerdos, las discusiones con él mismo. Su sentimiento de culpa y reproche a la vez. El enojo por la traición y la patria como el recuerdo de un paraíso perdido donde se supo amo y señor. Quizás, como el puesto número 10, yendo a contramano de un ímpetu literario que apuntaba a cualquier lado menos al revisionismo histórico, la novela de Rivera juega con la imaginación y con la historia argentina en menos de cien páginas de manera única y magistral. 

6: EL TRADUCTOR- (1998)- Salvador Benesdra
Novela de culto, ineludible cuando hablamos de literatura argentina de la década del noventa. Mientras la política argentina rifaba el sentimiento patriótico en beneficio de una visión globalista, sin política ni banderas, Benesdra se ríe de todo. Del neoliberalismo imperante y su intento de borrar la historia, como a la vez de la sensibilidad progre en ésta, una verdadera obra maestra, larga, agotadora y extensa novela de culto noventosa. 

5: LA LIEBRE- (1991)- César Aira
Otra ineludible novela es la archi mega clásica La Liebre de Aira. Otra vez Rosas (ese fetiche argentino decimonónico del poder caudillesco y prócer de la soberanía nacional), aquí en un retrato un poco menos "biográfico" que en El Farmer de Rivera, y en cambio, bien al estilo Aireano, mucho más satírico y ácido. ¿Delirante y controversial? Todo cabe en la cabeza de C. Aira. 

4: EL MAL MENOR- (1996)- Charlie Feiling
Otro de los "malditos" de la década del '90, junto quizás con Benesdra y Baron Biza, aunque la muerte de Feiling sea más una mala pasada del destino que un oscuro sentido de la vida, Charlie también era un escritor que, como Benesdra y Baron Biza, tenía un agudo sentido del humor, gran talento literario y una prosa entre mordaz y corrosiva. El Mal menor, "novelita" también de culto, narra las vicisitudes de una mujer, acosada entre el sexo y la adicción (tan noventosa) a la cocaína y terribles visiones de seres espantosos, portales horribles y mundos fantasmagóricos. Muy recomendable. Espero con ansias una buena adaptación para Netflix. 

3: EL GUSANO MÁXIMO DE LA VIDA MISMA- (1999)- Alberto Laiseca
Algunos se preguntaran porqué elegir ésta novela tan buena como bizarra siendo que un año antes se publicó la obra magna de su autor LOS SORIAS. La respuesta es tan lógica como insulsa. Los Sorias es una novela escrita más entre los setentas y ochentas, y que por dilaciones editoriales terminó publicada en el '98. Pero no la considero una novela noventera por excelencia. Tanto Laiseca, como Rivera o Shua, son autores que ya venían de décadas anteriores, pero hice la excepción de incluirlos en la lista porque sus historias me parecen muy a tono con los tiempos. La novela de Laiseca reúne todo lo que identificaba a la década. Sexo, drogas, sida, vejaciones, delirio, locura, monstruos, mondo bizarro, tiro lío y cosha golda. Sobre todo, cosha golda.

2: EL DESIERTO Y SU SEMILLA- (1998)- Jorge Baron biza
De todas las mencionadas, a mi gusto es la mejor. La historia, tan increíble como real, contada de una forma simple y perfecta. La historia de los Baron Biza. La clásica familia patricia caída en desgracia, decadentes, arrogantes, perdidos. El padre femicida, la madre destruida, el hijo que acompaña, que es testigo, cómplice y narrador de un tragedia familiar que terminaría por engullirlo a poco de publicarse la novela. Otra obra de una calidad literaria superlativa. 

1: BAJAR ES LO PEOR- (1995)- Mariana Enriquez
Otra novela de iniciación como la de Pablo Perez. Autores jóvenes que arrimaban el bochín por primera vez en un mundo literario gobernado por hombres rudos y fuertes o traumados y alienados sociales. Ni Enriquez ni Perez tienen ese nivel de pretención. Son la literatura del mañana, del futuro, del hoy. Su novelas, quizás las más sencillas en cuanto a recursos estilísticos son, a la vez, las novelas más genuinas de todas las de una década tremenda como lo fue la de los '90, donde el recambio generacional era tremendo. La novela de Enriquez puede parecer ingenua al lado de obras como El traductor o El desierto y su semilla, sin embargo, es la voz de la juventud de los noventas, la voz que te cuenta de la manera más genuina que son ellos, los pibes, los jóvenes, los que mejor entienden la década. Porque, al menos desde la década del cincuenta hasta acá, a cada década, al identidad más fuerte y poderosa se la da la juventud. Celebro la ópera prima de la joven Mariana, con sus gays, vampiros, drogas, sexo, en una Buenos Aires densa y real como una ciudad Gótica tercermundista.

Otras novelas notables que debo mencionar son:
-Plata quemada- Ricardo Piglia (1997)
-Santa Evita- Tomás Eloy Martinez (1995)
-Vivir afuera- Fogwill (1998)
-La pesquisa- J J Saer (1994)
-El ojo de la patria- Osvaldo Soriano (1992)
-Crónica de un iniciado- Abelardo Castillo (1991)
-El petiso orejudo- Maria Moreno (1994)
-No sé si casarme o comprarme un perro- Paula Perez Alonso (1995)
-El fin de la historia- Liliana Heker (1996)
-Mudanzas- Hebe Uhart (1995)

Se podría hacer otro top diez más, porque lo que no falta en Argentina es talento. Por suerte.

domingo, 24 de junio de 2018

Nueva Narrativa Contemporánea de Ciencia Ficción Argentina



Como era de imaginar, faltaba una segunda parte. Quizás mucho mas sustanciosa y generosa que la anterior y es que, en los últimos años, el género cobró fuerza y vigor, sobre todo con las nuevas generaciones, que escriben una ciencia ficción, no desde el nicho, sino desde la lógica de todo género literario que muta acorde a los tiempos que corren. Estos, a continuación, son algunos ejemplos de la Nueva Narrativa contemporánea con cierto toque o dejo de ciencia ficción moderna o actual.

Guillermo Saccomanno
- "El oficinista" Novela. 2010.

Juan Terranova
- "El vampiro argentino" Novela. 2011.

Federico Falco
- "Cielos de Córdoba" Nouvelle. 2011.

Luciano Lamberti
- "El loro que podía adivinar el futuro" Cuentos. 2012.

Hernán Vanoli
- "Las mellizas del bardo" Nouvelle. 2012.
- "Cataratas" Novela. 2015.
- "Pyongyang" Cuentos. 2017.

Martin Felipe Castagnet
- "Los cuerpos del verano" Novela. 2012.
- "Los mantras modernos" Novela. 2017.

Michel Nieva
- "¿Sueñan los gauchoides con ñandúes eléctricos?" Cuentos. 2013.
-"Ascenso y apogeo del imperio argentino" Novela. 2018.

Sebastián Robles
- "Las redes invisibles" Cuentos. 2014
- "Apuntes sobre Philip K. Dick" Ensayo junto a Juan Terranova. 2017.

Carlos Godoy
- "La construcción" Novela. 2014.

Sergio Bizzio
- "Dos fantasías espaciales" Cuentos. 2015.

VVAA
- "Los fuegos de Orc" Poesía. 2016.

Juan Diego Incardona
- "Las estrellas federales" Novela. 2016

Ignacio Román González
- "La analogía del cielo" Novela. 2016

Matías D'angelo
- "Cuentos del multiverso" Cuentos. 2016.

Matías Capellotti
-"La isla rodante" Novela. 2016.

Carlos Chernov
-"El sistema de las estrellas" Novela. 2017.

Inés Acevedo
- "Quedate conmigo" Novela. 2017.

Mariano Sánchez
- "Un Renault 12 de otro planeta" Nouvelle. 2017.

Ariadna Castellarnau (Española)
- "Quema" Novela. 2017.

Horacio Convertini
- "Los que duermen en el polvo" Novela. 2017.

Lucila Grossman
- "Mapas terminales" Novela. 2017.

Agustina María Bazterrica
-"Cadáver exquisito" Novela. 2017.

Néstor Garcia Canclini
-"Pistas falsas" Novela. 2018.

Samanta Schweblin
-"Kentukis" Novela. 2018.

Martin Cristal
-"La música interior de los leones". Cuentos. 2019.

Gonzalo Gossweiler
-"Los hologramas no hacen compañía". Cuentos. 2019.

martes, 29 de mayo de 2018

CIENCIA FICCIÓN ARGENTINA - Una línea de tiempo



Mucho se ha dicho sobre la ciencia ficción como género literario, mucho se ha discutido su definición y que es o no, dicho género. Más acá, por estos lares, se ha discutido que es ciencia ficción en Argentina, o cual es, o cuales son sus grandes obras y autores.
A continuación, una breve guía no-descriptiva, de los orígenes, sucedáneos y demás en la historia regional del género que tanto da que hablar y que sigue mas vivo y mutante que nunca.

Contra todas las frases hechas como "La ciencia ficción argentina no existe" se impone la búsqueda y la investigación.

En los albores de la literatura argentina misma, podemos encontrar a un personaje, casi contemporáneo a Julio Verne, padre canónico del género.

Eduardo Holmberg:
- "El maravilloso viaje del señor Nic Nac" Novela. 1875.
- "Horacio Kalibang o los autómatas" Cuento. 1879.

Eduardo de Ezcurra:
- "En el siglo XXX" Novela. 1891.

Leopoldo Lugones:
- "Las fuerzas extrañas" Cuentos. 1906.

Horacio Quiroga:
- "El espectro" Cuento. 1921.

Roberto Arlt:
- "La luna roja" Cuento. 1933.

Adolfo Bioy Casares:
- "La invención de Morel" Novela. 1940.
-"La trama celeste" Cuentos. 1948.
- "Dormir al sol" Novela. 1973.
- "Una magia modesta" Cuentos. 1997.
- "De un mundo a otro" Novela. 1998.

Jorge Luis Borges:
- "Tlon, Uqbar, Orbis Tertius" Cuento. 1941.
- "La lotería de Babilonia" Cuento. 1941.
- "Las ruinas circulares" Cuento. 1941.
- "La biblioteca de Babel" Cuento. 1941.
- "El Aleph" Cuento. 1949.

Fernando Hugo Casullo
- "Cinco hombres en Marte" Novela. 1945. 

(Mención aparte para El Eternauta, obra cumbre del cómic argentino, de Oesterheld y Solano Lopez. 1957-1959)

Héctor Oesterheld:
- Cuentos. Entre 1955 y 1970.
Compilados en 2014 bajo el título de "Mas allá de Gelo"

Pablo Capanna:
- "El sentido de la Ciencia Ficción" Ensayo. 1966.

Vanasco y Goligorsky:
- "Memorias del futuro" Cuentos. 1966.
- "Adiós al mañana" Cuentos. 1967.

Goligorsky y Langer:
- "Ciencia ficción: Realidad y psicoanálisis" Ensayo. 1969.

Juan Jacobo Bajarlía
- "Historias de monstruos" Cuentos. 1969.

Varios Autores:
- "Los Argentinos en la Luna" Cuentos. 1969.

Angélica Gorodischer:
- "Opus dos" Novela. 1966.
- "Bajo las Juveas en flor" Cuentos. 1973.
- "Trafalgar" Cuentos. 1976.
- "Casta Luna electrónica" Cuentos. 1977.
-"Kalpa imperial" Novela. 1984.

Eduardo Goligorsky:
- "Esperando a los bárbaros" Cuentos. 1977.

Manuel Puig:
- "Pubis angelical" Novela. 1979.

Sergio Gaut vel Hartman:
- "Cuerpos descartables" Cuentos. 1985.

Eduardo Abel Gimenez
-"El fondo del pozo" Novela. 1985.

Luisa Axpe
-"Retoños" Cuentos. 1986.

Carlos Chernov
-"Anatomia humana" Novela. 1993.

Ana Marìa Shua
- "La sueñera" Cuentos. 1984.
- "La muerte como efecto secundario" Novela. 1997.

Roberto Panko:
- "Sexilia" Novela. 1998.

Esteban Valentino:
- "Todos los soles mienten" Novela. 1999.

César Aira:
- "El juego de los mundos" Novela. 2000.

Rafael Pinedo:
- "PLOP" Novela. 2004.
- "Frío - Subte" Nouvelles. 2006.

Carlos Gardini:
- "Mi cerebro animal" Cuentos. 1983.
- "Juegos malabares" Cuentos. 1984.
- "Belcebú en llamas" Novela. 2007.

Y bueno, podemos seguir rastreando autores y obras de ciencia ficción en la literatura argentina, pero ya tenemos bastante tela para cortar. Puedo estar olvidando varias obras del siglo 20, pero rastrearlas todas es una tarea casi imposible, ya que pareciera que nadie se tomó el tiempo de compilarlas en ninguna página web, al menos que yo haya encontrado.

En fin, estas serían entonces, algunas de las obras mas clásicas y esenciales, por no decir canónicas del género en nuestro país, desde finales del siglo 19 hasta principios del siglo 21. En la segunda década del presente siglo, una nueva generación de escritores, renovaría la relación con el género y las obras de multiplicarían por doquier. Pero esa es la nueva camada, eso es el presente y lo dejamos para otro día.

Continuará...

martes, 25 de marzo de 2014

Houellebecq y la visión negra de un mundo en decadencia


Recomiendo como lector ávido y aprendiz de hechicero (librero), la lectura sin vueltas ni miramientos del corrosivo Michel Houellebecq.
Hace diez años leí, gracias a mi hermano, Ampliación del campo de batalla, su primera novela que data de 1994. Me acuerdo de un tal Tisserad, un gordo medio desagradable, empleado de una empresa de informática. Una especie de El extranjero de Camus, situado en el nihilismo plástico y superficial de los 90s.
Me gustó, pero sentía que no era nada que me hubiera volado la cabeza.
Luego de diez años, ya con treinta años, una hija, algunas canas y un poco menos de potencia sexual, abordé Las partículas elementales (1998), su segunda novela.
Este francés de aspecto siniestro y libidinoso nos habla de dos medio hermanos que nacieron un poco de casualidad de una madre de tendencia beatnik y libertina. Una mujer que decidió aferrarse a su juventud perdida, abandonarlos con sus abuelos y dedicarse a cojer con hippies, mientras los dos hermanos sufrían todo tipo de humillaciones y vejaciones en sus colegios.
La mirada pesimista del cultura occidental nunca fue mas contundente que en la visión materialista y desgarrada de este autor.
Nos destroza su visión de como la cultura tan sobrevalorada por todos (sobre todo por mí, toda mi vida), de los hippies, la liberación sexual, la new age, la cultura de la eterna juventud, etc, llevó a un colapso existencial a varias generaciones.
Vivir por un mero placer sensorial, con un misticismo superficial y barato, nos llevó al borde del abismo y el colapso de nuestras existencias sufrientes.
Nunca voy a poder mirar a la revolución cultural de los sesentas con los mismos ojos. En lo particular, este libro fue una bofetada contundente que me cambió muchas perspectivas. Solo igualado en su momento con lo que me generó la lectura de La genealogía de la moral de Nietzsche.
En definitiva, una mirada desgarradora de las relaciones humanas, a las que tanto nos aferramos y que nos muestra lo enfermo y pútrido de esta sociedad.
Si, estamos mal. No vamos por buen camino. Y a veces pienso que lo mejor que le podría pasar al mundo es que desaparezca la raza humana toda. Que es lo que propone el libro.
Pero, también pienso que es verdad que hay bondad y amor, y que siempre nos aferramos a la esperanza de un cambio que nos lleve a una cultura mas avanzada y moral.
Porque estamos mal y todo se esta yendo muy a la mierda.
Léanlo y después me cuentan que sabor les dejó. Un libro muy bravo, pero definitivamente necesario.

Un fragmento muy esclarecedor del libro...

"Nunca he entendido a las feministas... —dijo Christiane a media cuesta—. Se pasaban la vida hablando de fregar los platos y compartir las tareas; lo de fregar los platos las obsesionaba literalmente. A veces decían un par de frases sobre cocinar o pasar el aspirador; pero su gran tema de conversación eran los platos por fregar. En pocos años conseguían transformar a los tíos que tenían al lado en neuróticos impotentes y gruñones. Y en ese momento, era matemático, empezaban a tener nostalgia de la virilidad. Al final plantaban a sus hombres para que las follara un macho latino de lo más ridículo. Siempre me ha asombrado la atracción de las intelectuales por los hijos de puta, los brutos y los gilipollas. Así que se tiraban dos o tres, a veces más si la tía era muy follable, luego se quedaban preñadas y les daba por la repostería casera con las fichas de cocina de Marie–Claire. He visto el mismo guión repetirse docenas de veces"

martes, 7 de agosto de 2012

El Lobo Estepario


Hermann Hesse llegó a mi como en muchos casos en la adolescencia. Es el escritor iniciático de muchos jóvenes a lo largo y ancho del mundo, desde hace varias décadas ya.
Recuerdo que mi primer acercamiento a la literatura "seria" se dio cuando estaba en 7º grado, y agarré Siddartha, esa novela de Hesse sobre el joven príncipe indio que tiene la necesidad de salir a conocer mundo y empezar así un viaje espiritual.
Creo que no lo terminé, aún embebido por la lectura de cómics e historietas. Podríamos decir que no era el momento.
Luego llegaría la secundaria y mi primer bocanada literaria, mas allá de lo dado por los docentes, sería Tolkien y su saga sobre la Tierra Media, empezando con El Hobbit, que leería dos veces, solo de la emoción que me causó. Después el extenso infierno del Señor de los anillos, que me llevaría algunos años terminar (siempre tuve una predisposición a la lectura lenta).
Terminado este proceso fantástico, coronaría todo con la innecesaria lectura del Silmarillion. Pero ávido de mas literatura y prendido ahora y para siempre al mundo de los libros, buscaría aquellas "deudas pendientes" o libros que por sus títulos o seudo renombre hacían eco en mi memoria.
Toda la literatura clásica de aventuras, desde Arthur Conan Doyle, Robert Stevenson, Rider Haggard, Oscar Wilde, etc, hasta llegar a la re lectura final del Siddartha de Hesse.
Un encuentro casual con mi prima en el Parque Centenario me recomendaría la lectura del Démian, esa novela para adolescentes que "adolecen" de futuro, de pautas, de una "guía para la vida", cosa que Bart Simpson nunca nos aclaró.
Un libro que a veces nos incomodaba. Nos rememoraba nuestra época de primaria, no tan lejana como ahora. Recuerdos de algún compañerito abusivo, y luego esa tensión sexual entre el protagonista y Démian que nos hacía por demás ruido, pero que nos metía de a poco en las primeras sombras de la literatura.
Pasarían algunos años y varias lecturas de muchas novelas y escritores poco trascendentes, y otros que si, para finalmente llegar casi virgen al año 2005. Año bisagra en mi vida si los hubo, por mucho tiempo idealizado como el mejor año de mi vida, para luego ser desbancado por otros años mejores, por suerte.
Ese año mi vida empezó a conocer los pequeños placeres de la vida adulta que se habrían ante mi con mi primer noviazgo serio, mi primer trabajo serio, mis primeros intentos de hacer algo con mi vida... serios.
Luego de venir de un año, (el anterior), donde sufrí estudiar el CBC, el fracaso de un amor que nunca fue correspondido, la falta de dinero, pero sobre todo la falta de amor, terminarían por aniquilarme como al Werther, al estilo suicida romántico.
Nada, puras tonterías de adolescente tardío y disfuncional, que no sabía redirigir sus pulsiones al lugar correcto.
En cambio a penas empezó el 2005 me fui a la costa con mis amigos, empecé a salir con la amiga de la novia de un amigo y me di cuenta que podía tener una novia como el resto de mis amigos, y tener sexo con ella, y salir con ella a comer o ir al cine como una persona normal. Realmente dudaba de mi capacidad para conseguirlo.
Tenía el año libre debido a que debía un final del CBC que daría a fin de año así que me dediqué a cursar los talleres de todas aquellas cosas que nunca me había animado a hacer. Y vino el de AUDIOVISUAL, Literario, Percusión, y en la segunda mitad de año llegarían los de Guión en diversos lugares. Para tener una perspectiva mas amplia.
La relación con mi primer "novia" no prosperó y murió al llegar el invierno, cosa que por otro lado se haría bastante frecuente en mi vida amorosa a partir de ese momento. El invierno me quita amores, siempre.
Pero lo bueno de todo es que yo mantenía ese empuje que venía arrastrando desde principio de año y me sentía matador con las minas, la auto estima la "tenía re grande" y mis ganas de hacer cortos, escribir guiones y dedicarme a los audiovisuales en un estado de total "in-crescendo".
Era agosto, poco después de mi cumpleaños y un día en un taller de guión la conocí. La que sería el "primer amor de vida". Verónica.
Un flechazo inmediato atravezó nuestras miradas, algo que no olvidaría nunca. Era la segunda clase y de pronto me había encontrado con esta chica.
Mientras todos hablaban de cine, de libros, de las cosas que tenían ganas de escribir, yo la miraba anonadado y dije algunas tonterías para impresionarla. Típico.
A la siguiente clase, hice de tripa corazón y me acerqué a hablarle. Parecíamos cortados por la misma tijera pensé. Gustos muy parecidos en cine, música y sobre todo literatura. Una de las primeras cosas en las que descubrimos que coincidíamos era en nuestro fanatismo por el viejo y querido Hermann Hesse. Sin saberlo, su prosa había unido a dos jóvenes argentinos, casi medio siglo después de morir.
Nos fuimos conociendo y yo me fui animando cada vez un poco mas hasta animarme a invitarla a salir. Cosa que se dio de una manera muy natural por suerte para mi.
En breve nuestras largas charlas sobre literatura pusieron en evidencia mi no lectura de la obra maestra de Hesse, El lobo estepario. Ella lo había leído hacía poco. Me decía que lo leyera, que no perdiera mas el tiempo, que era super flashero, que la había marcado, que le voló la cabeza, etc.
Era tipo "deja lo que sea que estés leyendo y empezá a leerlo". Yo me lo había comprado un par de años antes, pero como me pasa con muchos libros, su lectura puede ser inmediata o postergarse hasta tiempo indeterminado. Eso me había sucedido con el Lobo.
Sin embargo no tardó para que rápidamente descartara lo que estaba leyendo en el momento y empezara la lectura del libro del bueno de Hermann mientras decía "si si Vero lo que digas".
En ese estado de completo enamoramiento que distingue los primeros meses de una relación, encaré la lectura del clásico libro sobre Harry Haller y sus multifacéticas personalidades, el teatro mágico y la tormentosa relación con la locura, o triángulo amoroso con Armanda y Pablo.
Una novela con la cual por momentos me perdí, pero que me voló la peluca, o eso creí. Definitivamente una novela que me marco, si.
Pero por el momento en la que la leí, lo que significó esa lectura, lo que significó la persona que me la recomendó con quien sentía en ese momento una conexión como nunca había sentido antes con nadie. Mi primer gran amor.
A los pocos meses, antes que terminara el año, ella termino conmigo y fue un golpe duro. Al otro día de que cortáramos una apendicitis me dijo "hola, si vos sos de los que somatizan. Bienvenido al mundo de los conflictuaditos, del sufrir por amor" y sentí que me hice hombre en serio, o eso pensé después.
Después la vida daría sus vueltas, sus giros... pero hasta ese momento, un libro marcó un momento único de mi vida para siempre.
Cosas que pasan, la vida misma mis queridos amigos.

viernes, 13 de julio de 2012

Pal' gordo Soriano


Una vez fuiste persona. Alguna vez viviste y respiraste el mismo aire que yo. El mismo sol te cubrió. Caminamos por la misma ciudad. Vivimos los mismos días, los mismos caos, las mismas noticias.
Un día naciste en Mar del plata. Mi segunda ciudad natal después de de Buenos Aires.
Un día fuiste de San Lorenzo, misma pasión futbolera. Herencia española. Herencia paterna.
También una vez jugaste a la pelota en el potrero. Te cagaste a palos después de un partido.
Fuiste un gran periodista, deportivo y de verdad. También fuiste un gran escritor, cinéfilo.

Por eso te digo, te recuerdo...

Hace 15 años nos hace falta tu presencia. Hace 15 años estamos necesitados de tus colores azul grana.
Hoy por hoy estamos mal. Zafando. Lejos de las glorias. Pero la gente mantiene vivo ese espíritu que nos hace grandes. Grandes de verdad.

Por eso gordo, perdona si al evocarte se me pianta un lagrimón, pero así como perdimos el tablón, también perdimos un gran corazón. Un corazón fervientemente azul grana.
Y si no hay mas penas ni olvido, si no hay mas gordos y flacos, ni Marlowe's, tampoco hay mas cuarteles de invierno, ni cónsules, ni arqueros, ilusionistas ni goleadores. Solo tenemos la pasión que no se extingue. Ese hálito incomprensible, inexplicable que lo eruditos de escritorio se niegan a entender.

Gordo, sos pasión.

Un hincha.

martes, 8 de febrero de 2011

Julito Verne

Con motivo del aniversario del nacimiento de Julio Verne, esto enterado como algunos de ustedes por medio del home de google, decidimos hacerle también Camafeos u pequeño homenaje a este "pequeño" gran escritor.
Digo pequeño, por que su literatura suele ir relacionada con el género de aventuras para público infanto/juvenil, aunque no estemos muy de acuerdo con ese mote que suele por lo general ser un tanto peyorativo en detrimento de la literatura "adulta y seria".
Julio Verne, escritor francés del siglo 19 es un verdadero clásico de la literatura universal indiscutidamente, es leído aún por millones de personas a lo largo y ancho del globo y algunas de sus obras son mas que memorables y pisan fuerte dentro del inconsciente colectivo de las personas.
Además el hecho de escribir un género tan noble como el que mas, que es el de aventuras, no tiene por que desmerecer al escritor, también es el caso de escritores contemporáneos a Julio como Haggard y Kipling.
Sus obras suelen además de tener lo inverosímil, tiene lo mágico de siempre transcurrir en lugares alejados y exóticos del globo. Sus personajes pasaron por casi todo el planeta, ya sea en globo, a pie, a caballo, barco o submarino.
Embebido con el espíritu cientificista y positivista de la época al cual Julio no era ajena y al que mismo no le rehuía para nada, de hecho todo lo contrario. La influencia de "El origen de las especies de Darwin y todo el nuevo oleaje evolutivo dejaron huellas hasta en las, aparentemente, lejanas artes.
Verne recogió el guante de los nuevos descubrimientos, que le demostraban al hombre moderno que si se podía, y que la evolución era un hecho no solo posible sino constatable, sobre todo en materia científica y avance tecnológico.
Esto se vería reflejado en novelas tales como "De la tierra a la luna" donde vislumbra un posible viaje a la luna o en su clásico mas afamado "20000 leguas de viaje submarino" donde también describe la posibilidad de viajar bajo el mar, algo inconcebible en aquellos años.
De todos modos recordarlo solo como una especie de "visionario" es ser injusto con su obra, la cual goza de una calidad y una buena salud que se constatan hasta hoy mismo.
¿Quien no se dejó atrapar por alguna novela de él? Mas tarde o temprano siempre cae a nuestras manos la posibilidad de leer algún libro suyo.
En mi caso la experiencia fue cuasi tardía. Conocí antes mas bien las películas como por ejemplo la excelente adaptación de Disney de 1954 con Kirk Douglas, James Mason y Peter Lorre, dirigida por Fleischer y que es para mi la mejor película hasta hoy hecha sobre una noevla de Verne, con excelentes actuaciones y efectos especiales.
La otra también con James Mason, menos impactante pero aún así mas que digna que es Viaje al centro de la tierra de 1959, sobre su otro libro mas famoso.
Leer Verne llegó una vez, ya casi terminada la adolescencia con 20.000 leguas, influido por la película La esfera con Dustin Hoffman sobre un viaje a las profundidades del océano donde los protagonistas encuentran una esfera misteriosa que los confronta psicológicamente con sus miedos, uno de los cuales, para el personaje de Samuel L Jackson, era la parte en que aparece el calamar gigante en la novela, página de la cual según éste no podía pasar.
Luego un poco mas de grande, influido por un disco ¿?, si un disco conceptual, de mis favoritos, sobre Viaje al centro de la tierra, del tecladista progresivo británico Rick Wakeman de 1974, me hizo leer el libro de una forma voraz. Obviamente con el susodicho disco sonando de fondo una y otra y otra vez ad infinitum, hasta el fin de los tiempos, amén.
Homenaje a un grande grande la literatura universal, Julio Verne, ya quisieran muchos escritores pretenciosos de palabras y lenguaje complicado poder escribir algo tan simple y trascendente para la cultura humana como lo que hizo este pequeño gran hombre de Nantes.

viernes, 8 de octubre de 2010

Día de festejos

(Perón chamuyándose a Evita... que levante general... ahí hay amorrrr!!!)
Hoy es el cumpleaños del premio nobel argentino de biología Cesar Milstein, además el día del estudiante solidario, día de los trabajadores rurales, y del nacimiento de ese gran argentino llamado Juan Domingo Perón.
Hablando de premios nobel, si hay algo que nunca entendí es el criterio para otorgarlo, sobre todo en rubros como literatura, paz, etc.
Me enteré al pasar que este el de literatura lo ganó Mario Vargas Llosa. Ningún argentino fue premiado con este galardón, y mira que si algo sobraron en este país fueron grandes escritores.
Borges, considerado por muchos especialistas de todas partes el mejor escritor de todos los tiempos, nunca lo ganó, lo mismo Cortázar, Manuel Puig, Sábato, Bioy Casares, Marechal, Arlt, etc, etc... la lista es interminable.
Por que? en el caso de Borges concretamente por que dicen que era medio facho y los noruegos estos se la dan de progresistas premiando a gente comprometida con la paz y derechos humanos. Okey Borges era facho y políticamente incorrecto, por ende afuera. Ahora Cortázar no, todo lo contrario... tampoco lo recibió.
Quien gana este año? Vargas Llosa, escritor ultra fascistoide, de una literatura por lo mas super mediocre y efectista. Entonces si, estamos todos locos.
El nobel de la paz no se lo dieron a Abuelas de plaza de mayo... Se lo dieron a un chino que no conoce nadie. Si por algo bregaron las Abuelas todos estos años es por la paz. Nunca pidieron asesinar a los responsables de la desaparición, tortura y asesinato de sus hijos. Sólo que cumplan con la máxima condena que establece la ley en Argentina... cadena perpetua.
Y eso es tener coraje y bregar por la paz y la justicia. Yo los hubiera acribillado de ser posible, pero no, ellas se mantuvieron firmes para que los que actuaron fuera de la ley, sólo les sea aplicada esta con todo su peso y rigor.
En fin... no entiendo muchas cosas... Solo contento por la llegada de un fin de semana largo, mi inminente viaje y el cumpleaños del General Perón, el primer trabajador.