jueves, 12 de marzo de 2015

The incredible story of Harry Fields and the book lovers, and other assorted love songs



Mr Harry Fields was a simple man. He don't wan't any problem with nobody, ever... but he also was an stupid asshole. Here we are, and this is his story.

Beware, beware of darkness, his gonna stole your soul any day now...

Harry Fields nació en Barracas central, en un pequeño condominio de clase media venida a menos. Sus padres eran dos obreros de la construcción. Los padres eran dos hombres, si hace falta contar eso, la madre de Harry nunca fué avistada luego del parto de Harry y el padre se enamoró de un compañero fabril. Para él había mas de que hablar con un hombre que con una mujer pueril. Además todas las mujeres nos abandonan tarde o temprano. No son de fiar. Como los perros.

Al pequeño Harry le gustaba cazar mariposas con una red o hacer sapito con una piedra en los charcos luego de los grandes monzones sureños. En su casa no había ni libros, ni televisión, ni nada que incitara su atención mas que lo poco que había a su alcance. Que era casi nada. Una triste pelota de trapo tal vez que pateaba contra la pared del patio de su pocilga gris, dejando manchas de barro perfectamente circulares, como las ruinas de su mente vacía.

Así vivió, casi sin ir al colegio, hasta los diez años, hasta que una medida cautelar dictada por un juez anónimo en lo criminal y familiar del juzgado número doscientos y algo, determinó que su vida no era digna para un niño de su edad y entonces fué separado de su padre biológico y su padre adoptivo y mandado a un reformatorio. Sus padres no pelearon mucho por él, embebidos en los vapores de su alcohol e inmundicias. Pronto dejaron de pensar en él.

Harry vivió su paso por el reformatorio con mucho pesar  tristeza. En mas de una ocasión se sintió vejado por sus compañeros de cuarto, pero lo peor de todo vino después. Una noche de invierno, de esas terribles, grises, oscuras, húmedas, frías, moribundas, una enviada del gobierno, encargada de culturizar a las masas abandonadas les leyó un cuento al grupo. Harry nunca había oído un cuento ni sabía que era un libro. La extraña y fea mujer les leyó, de muy mala manera, El almohadón de plumas de Horacio Quiroga y luego todos fueron mandados a dormir. Harry, muy asustado no quiso acostarse en su cama, por temor a lo que pudiera haber en su almohada. Sus compañeros se burlaron de él y lo vejaron una vez mas.
-A ver si te enteras, niño autista, miedoso... plaf!
Entonces odió por primera vez a los libros, generadores de miedo y maldad.

Después de algunos años, aparecieron unos tíos que decían venir de parte de su madre, a la cual nunca había conocido. Eran dos seres alargados y afinados, con caras austeras y amargadas por la vida. Dos bibliotecarios. Harry preguntó por su madre pero le dijeron que había muerto de tuberculosis luego de tenerlo a él. Harry no sabía que era la tuberculosis, pero se fué con ellos, feliz de dejar atrás a la parva de indios salvajes de sus compañeros. Nada podía ser peor, sin embargo para él, no había forma de estar mas equivocado.

Sus tíos adoptivos le hacían trabajar en la biblioteca que tenían en el barrio de Congreso, barrio oscuro y gótico si los hay. A veces por las tardes otoñales, Harry veía como se enredaban en las cortinas unos murciélagos de color verde parduzco y negro y caían fulminados al piso. Temblando con espasmos de dolor y sufrimiento. Harry los miraba con sumo desagrado, pero entonces lo llamaban para que retomara sus quehaceres, guardando cantidades industriales de libros por todas partes, haciendo orden alfabético (Harry estaba acudiendo a clases nocturnas, cerca de la casa de su tío) y toda esa época le quedó en su memoria como una época triste, oscura, casi gótica. Para su cumpleaños le regalaban libros de Poe, Lovecraft, Shelley o Stoker y Harry los odiaba. Sus tíos le obligaban a leerlos y a que les diera un resumen y reseña del libro por si alguien alguna vez le preguntaba.
-La verdadera erudición consiste en saber siempre de que te están hablando en cuanto a libros respecta, y si no lo leíste al menos tener oído para acercarte al tema y no quedar como un pobre ignorante.
Harry asintió, pero en su interior, todo ese mundo de ficción e irrealidad era un mundo horrible que representaba lo peor de su vida. El abandono de la libertad, de lo natural, de sus propios mundos fantásticos en detrimento al mundo fantástico de unas personas grises, atormentadas y sobre todo muertas, como su madre, por horribles enfermedades de las cuales él se creía en gran parte responsable.

Harry creció en ese mundo literario que odiaba y heredó aquella biblioteca de barrio de sus tíos que fueron muriendo paulatinamente, sin despedirse apenas. Harry salió al mundo por primera vez y se dió cuenta que se estaba quedando calvo, que la gente caminaba por la calle con zapatos con plataformas y la música que escuchaban sus contemporáneos era un bochinche estruendoso. Odió a Los Beatles como principales responsables de todo lo horrible que vino después. Así como odió la literatura siempre, en su interior. Sin embargo de eso pensaba vivir. Fué a la universidad y sus compañeros se burlaban de su falta de conocimiento en materia de escritores elementales como Proust, Joyce, Nietzsche, etc. Harry se sintió menos, despreciado, torpe, ignorante... El fantasma de su analfabeto padre lo atormentaba siempre.

Harry abandonó al poco tiempo la universidad y siguió trabajando en la biblioteca de sus padres, pero su falta de conocimiento en materia económica lo llevaron a contraer mas deudas con el fisco de lo que podía pagar. Entonces se vió obligado a cerrar. Por dentro sintió un gran alivio de dejar aquello que tanto lo había frustrado siempre. Se puso a buscar trabajo y se anotó en una bolsa de trabajo de la municipalidad de Buenos Aires. De ahí lo llamaron al poco tiempo de una librería clásica de Avenida Corrientes. Él no quería saber nada mas con libros, pero era lo único que parecía conseguir, dado su experiencia en la biblioteca de sus tíos. Entonces sin remedió se presentó a trabajar el lunes siguiente a primera hora.

El trabajo no parecía tan malo, excepto por el hecho de que sus compañeros eran todos hombres viejos, libreros viejos, que se sabían no sólo sobre autores sino sobre cada una de las ediciones de cada libro de cada escritor habido y por haber y lo que no sabía uno, lo podía complementar el otro sin problemas. Eran realmente eruditos y verdaderos guardianes del libro en la ciudad. Harry no tardó en sentirse bastardeado por sus compañeros, que lo hacían sentir inferior y como un pobre niño inculto, simple heredero de un lugar que no había estado a la altura de manejar.
Harry odió su trabajo cada vez mas. Los libros eran generadores de todas sus desdichas y miserias en este mundo. Y una noche, mientras sus compañeros hablaban con unos clientes bigotudos y anteojudos, que al parecer eran escritores afamados de la literatura local y latinoamericana, Harry, mientras le hacían guardar cantidades de libros en el depósito del sótano por orden alfabético y ellos se tomaban una copilla de jerez con sus amigos escritores, decidió que algún día se vengaría de toda esa canallada intelectualoide.

...

Después de que Harry renunció a la librería de Corrientes, poco se supo mas de él. Algunos dicen que se dedicó a bolichear, esnifar y bailar como Travolta en la Argentina Videlista y que se casó con la hija de un militar.
Después de unos años apareció con una librería comercial y papelera en el centro que le había puesto su suegro, que luego convirtió en una editorial de textos económicos, bastantes feos que en los noventas llenaron las librerías de Buenos Aires, teniendo un éxito moderado. Luego fundió la empresa por mal manejo, a principios del 2000, con la crisis latente y como último favor antes de morir, su suegro lo ubicó en el multimedio para que desde ahí pudiera tener algo firme y no le faltara nada a su hija y nietos.

Poco después de muerto el viejo militar, Harry comprendió la lógica mercantilista y decidió el golpe final para llevar a cabo su última venganza. Comprar la cadena de librerías en la que había trabajado de joven. Dicho y hecho. La librería estaba mal luego de la crisis económica y Harry, como nuevo gerente a cargo empezó su plan de destrucción de aquel viejo mundo de libreros clásicos.
Amplió el número de sucursales, hizo vestirse a sus empleados con mamelucos color verde fosforescente que decían "estoy aquí para servirle", limitó el número de editoriales a solo las mas grandes y conocidas, siendo tres o cuatro. Cambió a todos los encargados por gente nueva jóven y a los viejos los puso a hacer labores de nuevos, haciendo alfabéticos y cargando libros abajo. Algunos libreros viejos renunciaron, otros se quedaron hasta esperar a jubilarse y algunos murieron de un infarto. El viejo Kressing reconoció un día que apareció Harry por una librería y se acordó de ese jóven tonto y despistado que había trabajado un tiempo varias décadas atrás. Cuando se cruzaron, Harry miró a Kressing y le guiñó un ojo. Al otro día Nadie lo vió mas a Kressing.

Harry convirtió las mas bellas librerías antiguas y clásicas de Buenos Aires en book's shop, mas parecidas a jugueterías, donde el 50% de las cosas eran artículos de librería comercial, juguetes, peluches, artículos de electrónica y el resto, películas, cd's y libros de los cuales el 90% eran de las dos mas grandes cadenas editoriales. Muchos renunciaron y cada vez mas se llenó de empleados que buscaban trabajo de lo que sea y poco sabían de lo que era un libro o un autor específico.
Había logrado su venganza pero todavía faltaba convertir a las pocas librerías que quedaban en pie en la misma masa sanguinolenta sin sentido que alguna vez le había hecho sentirse inferior. Nadie habría mejor que él, ningún culo listo que lo hiciera sentirse chiquito y todos los intelectuales tendrían que migrar a otros países o fenecer en la ignorancia que tanto rechazaban.

Harry sonrió por primera vez en su vida.

jueves, 5 de marzo de 2015

Santino, il cativo


El tipo es un cabronazo insoportable, y eso, a diferencia de lo que él cree, lo convierte mas en un ser miserable y solitario, que en un genuino guerrero de carácter.
Pero las cosas están dadas así, apenas es consciente de su mal carácter pide perdón y se siente triste y angustiado, y cuanto mas se cansa la gente de aguantar sus rabietas, mas solo se queda, y cuanto mas se siente abandonado por su entorno mas se enoja y quiere matarlos a todos por no quererlo.
Es realmente un ser insoportable. Nadie se lo banca en determinado momento, empezando por él mismo. Cree que los demás no son merecedores de su hermoso ser, pero en realidad sabe que sin quererlo, o sin quererlo al menos a viva voz, hace todo lo posible por alejar a sus seres queridos.
Sólo su madre lo soporta y eso es así porque ella está mas sola que él y su hermano mayor es peor todavía, si no ni siquiera podría contar con el apoyo materno, que a veces parece tan insobornable para algunos.
No importa, él cree que va a cambiar, pero no va a cambiar, ya no le quedan amigos y ninguna mujer lo soporta mas de tres meses. A esta altura ya no le interesa y prefiere creer que todos los demás son unos malditos imbéciles que no tienen huevos, o que son unos falsos y caretas, o que son unos manipuladores e hincha pelotas que lo rompen las guindas indiscriminadamente, o que lo provocan continuamente con planteos que ponen en duda alguna cuestión de su carácter o decisión de vida.
Entonces surge en él unos ataques violentos y destructivos, donde rompe lámparas, tazas, platos, y hasta sus propias cosas, en lo que son claros ataques de ira que no demuestran otra cosa mas que su impotencia para resolver cualquier tipo de situación de un modo razonable y civilizado.
Entonces un día, cuando ya no quede nadie a su alrededor, su corazón simplemente hará bum! y dejará de ser un verdadero incordio para la humanidad.

martes, 3 de marzo de 2015

Latrocinio en la ciudad (10 años después)

Bien, ahora puedo decir que, aunque usted no lo crea, tengo una horrible capacidad de atraer sobre mi todo tipo de desgracias.
A poco estaba yo jactándome de que hacía nada mas ni nada menos que diez años que no sufría un atraco en mi ciudad. Y que antes era una ciudad mucho mas insegura, etc, etc.
El mismo día que dije eso, fue abordado a la noche, en pleno barrio de Recoleta, casi Palermo, por dos malvivientes motorizados.
Eran las 24 30, iba caminando muy tranquilo por la oscura calle Ecuador, desde Santa fe hacia Córdoba, en ese trayecto, en una parte bastante oscura de la calle, se detiene una moto rápidamente y se baja el acompañante que se me viene encima y me pide la billetera y como ve que no tengo me arrebata el celular. Entonces, sin estar del todo conforme me pide la mochila, le digo que no tengo nada de valor y por las dudas me la saca igual y también se lleva mi SUBE donde tenía ¿cinco pesos?...
En fin, el latrocinio, hurto, arrebato, robo, etc, no fue eliminado ni pasó de moda en la ciudad, como siempre hay que ir atentos, exponerse lo menos posible solo por la calle y siempre caminar por avenidas o calles iluminadas, si puede, tómese un taxi y sino vaya con ojo avisor, los cacos están a la orden del día, buscando a pobres diablos distraídos y confiados como yo anoche, para sacarle las pocas pertenencias que uno pueda llevar, por el simple hecho de robar por robar.
¿Que nos queda? ¿Andar calzados? Probablemente sería una buena opción para evitar este tipo de atracos ya que estos dos chorizos de mala monta ni siquiera tenían un corta uñas para amedrentarme, entonces ante esa situación, uno bien podría pelar en pequeño chumbo, o al menos una navaja automática y hacerlos cagar un toque a estos soretes mal habidos.
Pero ¿que pasa? Entonces uno se convierte en un gorra, un facho irredento que se engolosina con la violencia, un anti chorro como dirían los giles, y tampoco es cuestión. Preferible que los giles, aunque se crean re pillos, sigan siendo ellos, que roban boludeces, apuntan al chiquitaje y se conforman robandole a perejiles como uno que van caminando tranquilos por la calle.
No creo que lo lean, pero si llegaran a leer esto los que me robaron solo quiero decirles esto...
CHUPENLA BIEN CHUPADA MANGA DE OTARIOS, GILES FUERON Y GILES VAN A SER, Y ASÍ COMO FLOR DE PEREJILES VAN A CAER!
Chau, putos!