Ananá es la fruta prohibida. Es el manjar de los dioses albinos. Un fruto tropical. De los trópicos.
Su cobertura es como una armadura y su gusto dulce y un poco ácido es como el topacio.
Entre marrón y con sus hojas verdes, es representado en los caramelos con un sobre azul.
Nadie sabe bien a ciencia cierta a que se debe ese uso totalmente arbitrario.
Su uso es convencional, así como también es subjetivo el hecho de que Superman también vista de azul.
Algún marxista constipado nos aludirá al caso diciendo que son los colores de la bandera yanki.
Sin embargo todo depende del punto de vista. También podría darse el caso de ser hincha del ciclón.
El tema en sí es que la fruta en cuestión puede cortarse a la mitad, sacarse toda su pulpa y llenarse con sidra, convirtiéndola así en LA bebida del verano. Ideal para amenizar una tarde de playa o pileta.
No nos importa un comino Superman y el ananá. Todos son falsos ídolos después de todo.
La consciencia pagana no nos atormenta de por si. La vagancia nos corroe. La rutina nos mata.
Ahora una pregunta indiscreta ¿como hacía Clark Clent para ocultar su intimidad con Luisa Lane?
Me zarpo el caramelo.
