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miércoles, 26 de junio de 2024

El (fino) arte de poner música




En verdad sería El fino arte de pasar música, pero considero que pasar es un concepto bolichero y pueril. Aquí la cuestión es que uno PONE música, porque si uno NO la pone, la música simplemente no suena. 
Es cierto. 
Y es fino, porque poner puede poner cualquier persona. El tema es que cualquiera pone cualquier música y no ponderamos el hecho de musicalizar la tarde en sí, aunque tenga su valor. Ponderamos el hecho de saber musicalizar bien, de Hacerlo bien. Esto implica (aunque no en el estricto orden que digo) tener buen gusto musical, saber sopesar el momento y el lugar (contexto) y el ámbito y gente que nos rodea. Además que, como todo buen melómano, hay que saber ser abierto para conocer cosas nuevas. 
Por favor, no se me malinterprete con eso último. Nuevas no tiene que significar necesariamente música popular contemporánea, sino en un sentido más amplio del término: todo aquello que no conozco, más allá de si es música del último mes o del último milenio. Poco interesa, lo importante es saber prestar tu oreja para una escucha lo más desprejuiciada (en lo posible). Muchas veces notaremos que hay música que con escucharla un o dos minutos ya me da una idea de como es, a donde apunta y como seguirá. Por lo general no pierdo mucho el tiempo con eso. A veces también hay que mantener limpios los oídos para que no se terminen contaminando de seudo música, música corrutpa, ritmos bobos y predescibles. 
Lo principal es esto de pasar música que contenga lo básico para ser llamada así, melodía, armonía y ritmo. Música que se pueda disfrutar y que de alguna manera sea lo bastante tolerable para un numero significativo de personas. Esto significa que músicas de índole experimental, asimétricas, antimelódicas, no serían del agrado de la mayoría. Lo mismo con estilos estridentes o de exagerada distorsión. Suelen ser molestos a los oídos de los demás. Entonces hay que apelar a lo que dije antes, tener el lugar el contexto y lugar. La gente que nos rodea si son jóvenes o no, si es gente que se nota estar difrutando de la música o gente que parece incómoda. En fin, toda una serie de cuestiones que van más allá del mero: tengo ganas de escuchar tal o cual cosa. Como decimos siempre en estos casos: bueno, para eso andá a escucharlo tranqui a tu casa. 
Por eso, creo que como hay que tener en cuenta muchos factores, además de un buen gusto y amplitud de conocimiento de artistas, discos, canciones, géneros, etc. Por ejemplo el saber moderar el volúmen, tratar de ser diversos e intentar no repetirse (en la medida de lo posible). Por supuesto que cada dj tiene sus límites y a veces uno olvida muchas cosas, algunas que ya no escuchamos más por x motivo. Pero hay que tener en cuenta las recomendaciones que nos hicieron en otros tiempos, porque así uno nutre su propia cultura musical. No seré yo quien diga que es lo que hay que escuchar o no, cada uno maneja su propio criterio al respecto. Pero está claro que si trabajás en una librería, esuchar jazz o progresivo va más que si pones cumbia o reggaeton. Lo mismo que si tenés un puesto de choris, al ecuación parece cobrar sentido si se la invierte. De todos modos, un panchería o hamburguesería que pasa King Crimson sería algo notable, aunque para comer creo que prefiero algo más tranqui... 
En fin, como dije antes, es un fino arte que no es para cualquiera. Es probable que si tenes buen gusto y lo demuestres la gente encuentre otra excusa más para odiarte. Porque sí, la gente es envidiosa por los motivos más absurdos y pedorros del mundo. La gente es mala y comenta... 

martes, 4 de julio de 2023

La vida divina



Cuando Luis se acercó a Boulevard Alem en su mente lo único en que pensó fué en llegar hasta la disqueria del viejo don Ramiro. Sus glorias pasadas habían quedado casi en el olvido. Luisito pensó que quizás, como era un domingo al mediodía tendría todo el local para él. Sin embargo no más traspasar la puerta y sonar el cling cling Luis comprendió su error. Nunca había visto tal nivel de abarrotamiento en su disquería amiga. Miró a Ramiro tras la línea de caja que no paraba de atender clientes y facturar. Luigi trató de acercarse para que al menos lo mirara. Ramiro en un respiro le echó un ojo y se encogió de hombros. Algo pasaría. Quizás la salida de algún vibrante nuevo disco pop. 
Luis pudo observar como muchos clientes salían de la disquería con un disco de tapa negra con un Prisma de Newton en el centro.
Luis no quería eso que todos llevaban. Ya le pondría reparo cuando bajara el fervor popular. Ramiro se liberó por unos minutos y Luis no perdió el tiempo en acercarse. 
_Que pasa que hay tanta gente? ¿Volvió a escuchar música la gente?
Ramiro le mostró una pila de discos negros con un prisma en el centro. 
_¿Lo escuchaste?
Luigi chistó en un claro gesto de negación y desgrado. 
_Hablemos en serio por favor. ¿Tenés lo mío? 
Ramiro se dió vuelta sobre su eje como sólo podría hacerlo un experto disquero de cincuenta años. Atrás suyo, apayado sobre otros discos estaba lo que buscaba Luis. Una tapa convencional con dos tipos de blanco mirando al suelo, como caminando, en un acto de completa confidencialidad y experiencia. 
Conectados con lo supremo, lo divino, lo que es esencial para todos pero que pocos ven. 
_Amor, devoción, entrega... no sabía que se llamaba así. ¿Acá tocan un tema de Coltrane no?
_Un amor supremo.
Luigi no quitaba los ojos de la contratapa, tratando de sacar un poco más de información. 
_¿Cuanto te debo?
_ Son 25.
Luigi sacó la plata justo y se alejó de Ramiro que ya atendía a una pareja de pelilargos confundidos ante tantos discos para elegir. 
Luis se volvió a su casa en un estado de semi trance. Algo le impedía pensar bien. El día se mostraba hostil, como lo es un domingo lluvioso de invierno.
Al llegar a su casa sacó el disco del sobre e inmediatamente lo puso en su tocadiscos que ya estaba preparado esperando. 
El disco arrancaba bum! El tema era conocido por Luis en su versión original, pero esta versión eléctrica era apabullante. 
El segundo tema también de Coltrane era una bella parte acústica, muy agradable.
Cuando llegó al tercer tema, La vida divina, todo fue un subibaja de emocviones. El tema que arrancaba con un órgano tenue de pronto irrumpía un batería que en breve se volvía desquiciada. Y como si fuera poco entraba la guitarra de doce cuerdas de McLaughlin haciendo un corredero de la hostia. Y después entraba Santana, punteando con ese feeling del carajo que tiene el maldito chicano. Y unas voces entonando un mantra insaciable The life divine, The life divine, The life divine, The life divine, The life divine...
Y todo lo que seguía era más y más locura. 
Cuando terminó el lado A del disco, Luis se quedó sentado un buen ranto, tratando de asimilar la intensidad vivida en esa primera escucha. Pensaba que jamás algo le había impactado como eso. Era como cientos de fakires le rayaran el cerebro con limas eléctricas. Sentía que casi había alcanzado la iluminación, el nirvana parecía accesible durante esos nueve minutos y medio que duró todo ese rollo descontrolado. Era como un free jazz mántrico en modo de rock duro. 
Luis creía ver como luciérnagas sobrevolando el living. Eran de variados colores y formas. Todo giraba y giraba de una forma nunca vista. 
Al pararse para poner el lado B realmente se lo pensó unos minutos. No creía estar preparado para más intensidad de ese tipo. Respiró hondo, dió vuelta el disco y bajó la púa con cierta cautela.
No esperaba nada impresionante, sin embargo, estaba equivocado. De entrada aparecía un espamódico punteo de la guitarra McLaughlin, para luego de un breve silencio escucharse una percusión muy santanesca y así tomar forma un extenso tema de quince minutos que era Santana en el más puro estado de gracia con la divinidad. Dejennos entrar a la casa del Señor se llamaba la extensa coda.
Para cerrar, otra breve sutileza acústica.
Luis había quedado al borde la locura. Buscó sus bolsillos más plata y decidió ir a buscar ese otro disco que todos compraban. Necesitaba algo que lo sacara de esa locura que acababa de escuchar. Y ahora, El Lado Oscuro de la Luna lo esperaba para cobijarlo.

lunes, 3 de julio de 2023

Crazy Heart o "El recambio generacional"


De algún tiempo a esta parte me intrigado casi al punto de la obsesión, el tema de como las generaciones se suceden unas a otras. Y para ser más específicos, cuando ese recambio generacional queda inmortalizado en el arte.

Sigo acortando camino para ir más rápido al punto. 

En la película norteamericana Crazy heart del 2009, se trata el tema de una forma que me sirve bastante bien para ejemplificar la idea. En dicha cinta el personaje principal Bad Blake, magistral actuación del gran Jeff Bridges, es un cantante de música country venido a menos. Tiene todos los clichés del artisto yanki caído en desgracia. Mal padre, alcólico, soltero, vive en un remolque y casi nadie se acuerda de él. Por otro lado está Tommy Sweet (interpretado por Colin Farrell) que es un cantante de country en ascenso. Es la clásica historia de la estrella en caída y la nueva. Ahora que lo pienso también es una obsesión en el cine estadounidense. De todos modos lo que más me interesa de lo que plantea la película no es tanto eso en sí que es lo más normal del mundo, sino más bien como existen a veces artistas con una obra muy grosa que abre camino y genera mucha creatividad en muchas personas pero que todo eso no se ve reflejado en un éxito en términos masivos de popularidad, fama y dinero. Sin embargo, estos artistas dan pie a otros nuevos artistas que sí logran capitalizar toda esa fuente creativa y lograr producirla de una manera que conlleve a un éxito masivo. Como si las generaciones posteriores lograran sacar un poco de esa magia primigenia y traducirla para un gusto más popular. 

En Crazy heart no se pone tanto el foco en esta idea. La película se centra (lamentablemente) en los aspectos sórdidos del cantante viejo y en la fama creciente del nuevo. Sin embargo la idea está ahí latente. Subyace bajo la primera línea de la historia, la principal, el drama de Bad Blake. Es el concepto de que Bad Blake fue un groso en el pasado y que tuvo su cuarto de hora pero luego se fue perdiendo en sus problemas personales. Pero también es la idea de que vivió una época en la que el gran público no estaba preparado para algo así. Pero, 20 o 30 años después, viene un flaco nuevo (este Tommy Sweet) y haciendo algo similar pero más pop rockero y producido, logran un éxito descomunal. Y la cereza de todo es que Tommy Sweet no se cansa de decir que Bad Blake es su ídolo, que él es músico gracias a Bad Blake cuando lo escuchaba de chico. (Bueno, ahí está el meollo de la cuestión). Luego el fan conoce a su ídolo y le ve los hilos por decirlo de alguna manera. Lo invita como telonero y Blake al principio no quiere saber nada con ser el que abre para uno que se reconoce como su fan. Hay tensión, celos mutuos pero bue, después se amigan, hay redención y bla bla bla. 

Pensando en esto de mentores sin mucho éxito y discípulos populares, se me vino a la mente la frase que dice "El discípulo supera al maestro". Bueno es una frase engañosa, porque en primera instancia eso no es algo que siempre se diga, porque a veces pasa y a veces no. Además, ¿que signfica superar a alguien? Quizás superar en términos de masividad no necesariamente signifique superar en calidad. Por otro lado, lograr la masividad es algo que cualquier artista en sus cabales que pretenda vivir de su arte un poco aspira. Algunos lo admiten y otros quizás no pero la realidad es que es lo más deseable. La masividad conlleva un éxito que te puede ayudar mucho en lo económico y ahora sí, pienso en Argentina. 

La historia de Blake y Sweet un poco es también la historia de Miguel Abuelo y Andrés Calamaro, o de Charly Garcia y Fito Paez o la de Spinetta y Cerati si se quiere. Podría mencionar muchos más ejemplos en otros géneros pero prefiero manejar lo que más conozco que es el rock y me parecen los ejemplos más paradigmaticos de nuestro rock vernáculo. En el primer caso quizás Calamaro no era un gran fan de Miguel Abuelo pero sí que cuando Miguel Abuelo volvió a lan Argentina a principios de los 80s después de una década en Europa, el ya era Miguel Abuelo y a Calamaro no lo conocía nadie. Andrés tuvo su gran oportunidad en el mega grupo que fué Los abuelos de la nada versión ochentas y él con su joven alma estaba componiendo sus primero clásicos como Sin Gamulan, Mil horas o Costumbres Argentinas. Y Miguel seguía en su derrotero de loco saltimbanqui. Pero Abuelo era un poeta como pocos en el rock local, un artista impresionante que ya tenía una trayectoria artística y una hoja de ruta aún más impresionante. Un artista de otro tiempo quizás, más representativo de la generación Hippie, y Calamaro era la encarnación por excelencia de la Generación X que se morfaría los 80s y 90s. Caso similar el de Charly y Fito aunque en este caso sí Fito era un apasionado admirador de García quien le dio la oportunidad, Fito luego se alejó del nido, hizo la suya y de alguna manera terminó vendiendo más que Charly, sobre todo en los 90s. Sin embargo, en este caso, considero que Garcia siempre fue un artista popular y si bien Fito tuvo el disco más vendido de la historia del rock, Charly nunca perdió público y de hecho hace años que no saca discos buenos pero el tipo sigue renovando su público sin hacer nada. A todo esto, en ambos casos, se vieron luchas de egos (sobre todo en Calamaro y Abuelo) y un poco de García a Paez también y al final terminó todo bien. Charly y Fito son amigos y Calamaro le dedicó una canción a Abuelo donde dice que no le llegaba ni a los talones a Mike y se la pasa hablando bien de su antiguo camarada y mentor. 

El caso de Spinetta y Cerati es un poco más parecido al de la película, no tanto porque el flaco haya sido un artista en desgracia ni mucho menos, la parte sórdida es el sello yanqui. Pero si en lo que respecta a lo que pasó en esencia. El flaco desde que apareción en la escena local a finales de los 60s fue reconcido por colegas y especialistas como una especie de "nuevo Lennon" a la porteña. Quedó claro que ese pibe de Belgrano de 19 pirulos era ya un geniecillo en potencia. Sin embargo, luego de Almendra que duró apenas dos años, Spinetta cayó en una especie de círculo de músicos "difíciles" como lo catalogaban los sellos discográficos. Nadie negaba su valía pero el tema es que no vendía muchos discos y como las discográficas son empresas que pretenden vender discos se lo fue marginando en cuanto a difusión. Además de que el flaco tenía una personalidad bastante particular, donde nunca o casi nunca quería ceder en cuanto a su música, ni lírica ni sonoramente, y sólo ser fiel a lo que quería hacer. Eso es algo que siempre fue muy loable a ojos vista de sus reducidos seguidores, pero a la larga parecía que escuchar a Spinetta era un pérdida de tiempo. Como si habiendo otros que hacen lo que queremos escuchar para que lo vamos a escuchar a este que no se entiende nada. Aquí entra Gustavo Ceratí, músico también de la generación posterior a la del flaco, Charly y Abuelo, que irrumpe en la escena porteña con Soda Stereo, banda al principio apadrinada por Federico Moura, que parecía una versión de The Police más ska. Cerati ya tenía 25 años pero de a poco, con cada nuevo disco de Soda que salía en los 80s, parecía que el muchacho empezaba a tomarse más en serio las cosas. Para principios de los 90s Cerati era un artista consagrado y respetado por todos, colegas y ajenas. El éxito de Soda había sido tan arrollador en Latinoamérica que parecía haber conseguido lo que muy pocos músicos argentinos de rock habían logrado. Ser una estrella internacional. Con este halo de éxito arrasador y el respeto como gran compositor, Cerati fue alejándose del pop más chicloso de los 80s y encaró una carrera solista más sólida e interesante. Y es en medio de esta vorágine de consagración que el muchacho empieza a linkear a un músico que parecía olvidado por unos y desconocido para las nuevas camadas: Luis Alberto Spinetta. En ese acto de generosidad artística es donde Cerati hace un cover de Luis en su primer disco solista, diciendo que considera Artaud, el disco solista de Spinetta de 1973 como un disco que lo marcó para siempre. Poner el cover de Bajan en la misma posición y todo eso. Pero en fi, parecía que Spinetta y si sangre italiana no se iban a conformar así como así. Pienso que hubo un poco de recelo mutuo en los primeros años de conocerse. Pero para cuando llega el 2006 parece que logran empezar a acercarse siendo uno un cincuentón y el otro un cuarentón. Y renace el amor, tocan juntos en vivo y todos felices. Hasta que pasa el coma de Cerati y el flaco lo visita al hospital, le lee un poema y le deja una guitarra. Dos años después muere Spinetta por un cáncer fulminante y dos años después, Cerati lo sigue. Ahora bien, ¿No es todo esto que conté mucho más rico e interesante que el guión un poco gastado y trillado de Crazy heart? Creo que tenemos mejores y más interesantes historias que contar. 

Para cerrar, una simple reflexión como diría el gran Javier Martinez: Pienso que es algo normal, natural y lógico que exista el recambio generacional. Elegí el tópico músicos pero esto se da en todo el arte, y fuera de él, en el deporte, en las empresas, en la política. Aparecen nuevos protagonistas que de alguna manera portan la voz de las nuevas generaciones y este así debe ser. Mi única apreciación personal es que a veces, no siempre todo lo que reluce es oro, no siempre lo nuevo es mejor y no siempre, lo que viene a imponerse y es masivo es porque superó lo anterior. Digamos que depende de muchos factores pero no importa. Mi reflexión no va a ninguna parte. No es condenatoria y ni siquiera es un juicio de valor. Cada cual obtiene lo que obtiene y bueno, la vida es así. Seamos felices escuchando la música que más nos guste y chau. 

domingo, 28 de mayo de 2023

Ser músico garpa

En estos tiempos aciagos, pareciera que una de los pocas cosas que resultan redituables (aunque no en términos económicos necesariamente) es ser músico/a.

Ser músico garpa en otros aspectos, quizás más del tipo socio afectivos. Los músicos son queridos, son solicitados y celebrados. Claro que ellos son una especie de antena o receptores de onda corta, con cierta habilidad para hacer sonar un instrumento o su voz, pero de todos modos ¿quien les puede quitar mérito a estos personajes?

Todos, o casi todos, tenemos músicos a los que amamos por sobre los demás artistas. De alguna manera parecieran ser más queridos que, por ejemplo, los pintores, escritores o cineastas, no tanto los deportistas.

La cuestión es que, evidentemente, ellos logran condensar y aglomeran una incansable red de sensaciones que transmites con la música. Esa Reina de todas las artes, la niña mimada de las musas, aquella que sin texto ni comprensión transmite tanto a través de las "ondas del aire".

Al ser la música una musa tan querida y valorada por la humanidad, sus intérpretes y accionadores, son tan queridos por la gente. No me refiero en términos laborales y económicos, está claro que el sistema no les da tanta relevancia (o al menos no tanto como se debiera, no a todos, y no a la más elevada representación de la música sino más bien sólo a aquellas tonadas pegadizas que logran una pegada fuerte a nivel masividad).

¿Habría que hacerse músico para ser querido?

A priori no parece tan fácil y ni siquiera sería una solución per sé. Algo hay que tener para ser querido por una mínima porción de la población. Pero de todos modos, ya al tocar algo en la guitarra, mostrarlo, genera mucha más empatía y celebración que si compartís por ejemplo un poema o un cuento (al margen de la calidad en ambos casos).

Por otro lado, se dice que a todo el mundo le gusta la música, no importa de qué género, pareciera estar en nuestro ADN el amor y la pasión por la música. Algunos la viven con mayor o menor intensidad que otros, no importa, hasta el más cuadrado tiene alguna musiquita que le re copa. Sin embargo, las generalizaciones nunca son absolutas. He conocido en mi vida una o dos personas que no les gustaba la música. Eran personas muy grises y miserables, no parecían felices. De todos modos, amar la música tampoco pareciera ser un valor en sí, pero es cierto que puede llevarte a lo más alto, y también a lo más bajo. Es como la Fuerza, y como toda energía se la puede utilizar para el bien o para el mal. La ausencia pareciera en sí la falta de un ingrediente esencial para sostener la vida de una manera más o menos cuerda. 

Bueno, me he perdido en divagues y disociaciones que poco interesan. Lo único fundamental es creer que la música es algo clave de la humanidad, es parte de nosotros, como el habla, la escritura y la sociedad misma. Es claro que ser el representante de tamaño valor humano conlleva sus ventajas ¿no?

viernes, 6 de enero de 2023

Un casét de Cridens

En el algún momento de 1998 mi ansia rockeril me había llevado a investigar todo tipo de música de todas las épocas con una clara afición por el rock de los 60s y 70s. Ese fué mi flash.
Podríamos debatir por qué siempre causó resitencia y crítica mi gusto musical por aquel período, casi como si me envidiaran haberme agarrado la mejor época del rock sin ningún reparo...
En fín, no es el punto aquí. La cuestión es que, retomando el hilo de lo que venía contando, en mi afán por "descubrir" bandas viejas, mi viejo (ese viejo folkie), me habló de Creedence. Él había tenido un vinilo de dicha banda y lo había regalado, vendido o empeñado... La cosa es que ahora ya había hecho las paces con su pasado y me recomendó particularmente que me comprara Cosmo's fáctory. Claro, yo me compraba todo lo que me gustaba en cd's, el formato de mi generación. Claro que también tenía montones de cassettes, pero estos eran más los vírgenes que uno se compraba para hacerse su propio compilado personal. (Afición que me dura hasta hoy día).
Cuando llegué a casa esa primavera (o casi verano) de finales del '98, me dí una panzada con este dichoso Cosmo`s... El primer tema RAMBLE TAMBLE me voló literal la peluca. Un tema poderoso, épico, con ese sonido entre rasposo y latoso, con la voz quebrada y vigorosa de John Fogerty. Era mi primera escucha de la banda, yo tenía 15 años y fué un momento de revelación absoluta. Ya me había sucedido en el último año y medio con The Beatles, (bandas de Spinetta), Led Zeppelin, Vox Dei, Deep Purple, Pink Floyd y otros...
Es importante saber que a lo largo de la vida de un rockero existen muchas pero muchas bandas que uno escucha. Algunas no nos llaman nunca la atención, otras las escuchas una sola vez y te alcanza, otras le das una chance en otro tiempo y funcionan y hasta pueden convertirse en bandas preferidas. Otras las escuchas por un buen período de tiempo pero luego ya te cansan, ya está, ya cumplieron su misión. Y después existen otras, las de cabecera que las escuchas toda tu vida; Creedence es una de estas...
Ese verano del año 1999 que recién comenzaba fuímos a Mar del Plata, como casi siempre. Allí, viajando por la ruta me maté escuchando Cosmo's que me lo había copiado previamente en cassette para poder disfrutarlo durante el viaje en mi bien ponderado y flamante Walkman Sony plateado. 
Lo más increíble de ese verano, aparte del verano en la playa en sí y todo lo maravilloso que eso conlleva, descubrí los viejos vinilos que tenía mi tía en la casa de mis abuelos. Ella ya no vivía allí pero los había dejado ¿quien carajo escuchaba vinilos a finales de los 90s?
Entre varios de Queen, Supertramp, Pedro y Pablo, Yes, Rick Wakeman, y también Carpenters, Abba y Air Suply, estaba Green River de Creedence. 
Cuando puse la púa sobre el primer tema y empezó Green river con ese riff inconfundible pasó lo que gratamente pasa con las bandas que amamos, el disco me gustó aún más que Cosmo's con el cual ya venía bastante fascinado. Esa combinación increíble de haber tenido un gran verano, soleado, rodeado de árboles, con un clima ideal, con ese vientito hermoso de verano, y todo sonorizado con mi flamante banda "nueva" Creedence, hizo que todo aquel período quedara para siempre en mi recuerdo como una hermosa época que esta banda siempre logra activar en mis fibras internas. 
Vuelta en Buenos Aires, quizás la banda quedó regalada por otras que escuchaba más es aquella época como Ac/Dc y La Renga, bandas que hoy no escucho casi nunca, más allá de que les sigo teniendo cariño. Quizás en los años siguientes 2000/2001 serían ambas reemplazadas por otras más pesadas y oscuras como Sabbath y Los Natas, pero bueno... esa es otra historia. 
Creedence quedó fija como banda de cabecera indiscutida aunque sobre todo ascendía al podio en cada verano. De todos modos era una banda que podía escuchar siempre y en todo momento. 
En enero del 2000, un año después de ese verano increíble en que me enamoré de Creedence pasó una cosa jocosa: Nos íbamos al sur con el Scouts, más específicamente a Baricloche, de camping de verano. Bueno, al final terminamos en El Hoyo, más al sur, bastante más al sur. No importa, el lugar era increíble de todas formas. La cuestión era que alguien había llevado un grabador y teníamos algunos cassettes desvencijados y entre ellos uno que se llebava todos los laureles al cassette más batata del mundo. No sólo porque era viejo, estaba archi mega gastado, y tenía una cinta de papel como si fuera una curita que decía CRIDENC... Al principio no entendía de quien era ese cassette ni a que grupo de música o cosa hacía referencia esa extraña inscripción. Bastó con ponerlo en el grabadorsito que llevábamos para darme que era mi banda preferida del verano pasado. En mi interior me morí de risa por esa forma tan fantochesca de escribir el nombre. Una de dos, o el que grabó ese cassette no tenía ni la más pálida idea de como se escribía (cosa que puede pasar) o simplemente lo escribió mal para hacerlo más jocoso. Tuve ganas de decir que así no se escribía pero sé que era de uno de los pibes más grandes, de casi veinte años, y yo apenas con 16 era un perejil que me tenía que callar esos comentarios de sabelotodo si no quería comerme un somero coscorrón en la cabeza, mínimo. Con decir que ese mismo campamente hubo uno de estos grandotes que medía como dos metros que me amenazó con cagarme a trompadas por eructar. Eructar... En medio de la montaña... Al aire libre... En un campamento de verano... ¿No será un poco excesivo señor abusivo? 
En fin, la cosa es que Creedence se convirtió en una banda de cabecera en ese final de siglo, acompañándome todos o casi todos los veranos de mi vida desde aquel entonces, y la amo.

viernes, 30 de diciembre de 2022

Vendiendo Argentina por un dólar

No, no es este otro posteo más sobre la República Argentina y su conflictiva y tóxica relación con la moneda estadounidense. Que si me preguntan a mí, les diría que Argentina tendría que seguir el camino que han hecho otros para convertir su porpia moneda en una moneda lo suficientemente fuerte para rivalizar con el dólar y no depender de las fluctuaciones del mismo. Claro, alguno saltará a decir que no es así, que eso no es nada fácil, etc, etc, y la mar en coche... y lo sé! Yo sólo digo lo que pienso que sería lo mejor, no lo que creo que sea más fácil... Y si no es ese el camino no sé, crear una moneda regional sudamericana, como una especie de Euro pero sudaka, no sé, el Inca podría llamarse. Piénsenlon sres jueces del apocalipsis... Ah pero claro, sus jefes de Europa y USA no se los permitirían... Bueno, a ver si alguien (derecha o izquierda) se digna a defender la soberanía alguna vez en la vida carajo. 

Hecha esta aclaración, continuamos con la programación habitual...

Este es un posteo sobre el libro que recién terminé Vendiendo Inglaterra por una Libra 2, la segunda parte o, mejor dicho, el segundo tomo de 3 que viene escribiendo el señor Norberto Cambiasso y que publica la idónea editorial GOURMET MUSICAL. 

Este libro del señor Cambiasso (no confundir con el jugador de fútbol) nos cuenta un poco la historia de la gestación, auge y caida de un género dentro del rock que suele ser bastante bastardeado y es el rock progresivo (y en este caso específico, el británico). Cómo surge, cuales son sus principales referentes y toda una relación de contexto socio histórico y político enlazan una narración intensa y atrapante pero no por eso menos compleja. Libro de tamaño grosor y data no suele ser un libro ameno para leer en el subte mientras vas a trabajar, es un libro que requiere sentarse en casa tranqui, tomar un lápiz H, y leerlo tranquilamente, quizás con el Spotify a mano para ir escuchando algunas de las cosas que el autor va referenciando a lo largo y ancho del libro. Sí, ya sé, es un libro muy específico, para un público aún más específico y tenes que ser muy fan y nerd para leer (y escribir) un libro tan pero tan específico. Si sólo te gusta Pink Floyd o sos del palo del Génesis ochentoso, éste NO es tu libro. Áquí se mencionan, no sólo a las grandes bandas del subgénero, sino que además un muntón de bandas menos conocidas, muchas bandas satelites, muchas perlitas y cosas interesantes para descubrir y alguna que otra cosita innecesaria de relleno, pero en sí, vale todo para darle una escuchada. 

El 1er tomo (re editado en 2019) es un libro intenso y maravilloso, en el cual hace un enfoque del género en cuestión desde el primer punto de vista a abordar: de la psicodelia al progresivo. Aquí menciona como la principal fuente del progresivo es su lógica derivación y transmutación desde la psicodelia en el bienio 66-67 hacia la consolidación del prog dos años después. Aquí semencionan muchas bandas que uno ya conoce pero hay algunas perlitas interesantes que te llevas consigo y agradeces al autor por su férreo trabajo de historiador y explorador del pasado musical. Se agradecen bandas como Tomorrow, Third ear band, Edgar Broughton band, o la bella Soundforest. También el haberme hecho escuchar Hawkwind como corresponde, y muchas, pero muchas bandas más.

Este 2do volúmen no sólo está a la altura de su predecesor sino que además se nota cierta maduración en la escritura de Cambiasso, no porque no estuviera bien antes, sino más bien porque el haber escrito ese primer libro le dio la suficiente confianza y seguridad que le da a cualquier escritor ya haber publicado y tenido su experiencia previa. Aquí se nota un trabajo más depurado y concreto (aunque el libro es apenas un poco más extenso que el anterior tomo). Pero Cambiasso tomó nota de lo que importa y de lo que no tanto. Si bien, el libro lleva su tiempo de maduración y degustación, es importante remarcar que en este segundo ejemplar todo se nota más armónico. Aquí el enfoque tiene que ver con el revival del folk británico y su posterior desarrollo y mutación en diversos géneros y vertientes del prog folk británnicum. Así como en el primer libro los platos fuertes eran Hawkwind, Pink Floyd, Yes, y Emerson, Lake & Palmer, aquí lo son Pentangle, The Incredible String Band, Génesis y Jethro Tull. Aquí agradecemos la mención de bandas tan desconocidas como interesantes like: Comus, Spirogyra, Fuchsia y Trees...

Queda para el 3er tomo (que vaya dios a saber cuando lo puede sacar el señor Cambiasso) bandas tan importantes que apenas han sido mencionadas como King Crimson, Van Der Graaf generator, y otras más relacionadas con la escena de Canterbury, el jazz rock, etc, etc. Esperamos pacientes a este tomo entonces como supimos esperar la segunda entrega. Recomiendo a todo aquel que le guste disfrutar de la buena música y en especial del rock en una de sus etapas más ricas y experimentales de su historia (aquella misma que la gente que odia lo complejo detesta). Una época tan increíble en cuanto a sus aristales experimentales que a día de hoy no pueden ser más que las antípodas de donde estamos parados en cuanto a creación musical. Y aunque parezca una obviedad cronológica, nunca estuvimos tan lejos de los sesentas como ahora, para pesar de nuestros queridos oídos melómanos. 

Mi única objeción que me reservo respecto a estos libros de Cambiasso y sobre todo al último tomo que salió este 2022 y sólo por el hecho de que el mismo autor abre el juego a mencionar las escenas contemporáneas a lo largo y ancho del mundo en diferentes puntos del globo, dejando de lado la de nuestro país, hecho bastante curioso teniendo en cuenta que Argentina fue uno de los pocos países de habla hispana en crear y cimentar una escena rockera local de relevante importancia (no desde lo masivo pero sí desde los creativo, con sólo mencionar los casos de músicos y sus respectivas bandas como las de Nebbia, Spinetta, Martinez, Santaolalla o García por mencionar sólo algunos de los más conocidos). En fin, entiendo que el autor no quiera caer en el seudo chauvinismo y ombliguismo de mnencionarnos, en un giro tan típicamente argentino de autovalidación, pero al menos valía la pena la mención. Existen paralelos impresionantes de búsquedas y discos que han salidos por las mismas fechas por ejemplo el caso del Génesis de Gabriel y su coincidencia con el Arco Iris de Santaolalla, sólo por mencionar una. Las coincidencias son tan impresionantes que al menos valdría la pena una mera mención pasajera siquiera. En fin, el libro es de Cambiasso, cada cual hace foco donde le piacce, de todos modos es un gran libro y sirve mucho para los fans de la buena música en general. 

miércoles, 7 de diciembre de 2022

La congoja de los metaleros



Hacia finales de los noventas existían entre los grupos de adolescentes freaks y randoms, diferentes tribus urbanas. Aquellas que en los setentas eran dos o tres, en los ochentas serías seis o siete, para finales de los 90s se habían multiplicado de forma estrepitosa. No me voy a poner a enumerarlas pero con decir que dentro del punk y el heavy exístian varias subdivisiones, alcanza para entender mas o menos la idea.

Los metaleros siempre fue un grupo al cual me sentí más cercano, aún sin llegar a pertenecer al mismo, pero con el cual me daba un poco más. Sin embargo, si bien eran unos muchachones bastante simpáticos en términos generales (apenas un poco menos tóxicos que los punks), lo que detentaban como estos últimos era un nivel de estrechéz superior. Eran pibes (y con esto me refiero a que eran una de las tribus urbanas con menos mujeres en sus filas) muy pero muy cerrados, de un alto grado de adoctrinamiento y eran lo que se conoce como "más papistas que el papa". 

Nada que no fuera el heavy metal que empezaba con Iron Maiden y podía terminar con alguna banda más de finales de los noventas como Rhapsody o Slayer, (aunque sean estas anteriores a esa época), podía ser considerada por ellos y cuando me refiero a esto quiero decir que si les mencionabas una banda de hard rock (como The Cult o Ac/Dc) te decían que eras un blando. O si les mostrabas a los origenes de su género como Purple, Zeppelin o Sabbath, te decían que sonaban mal y que eso no era heavy metal. O sea, la cuestión era qué era metal o no, y por lo que a ellos respecta, nada lo era a menos que les gustara a ellos. 

Después te volvían loco con los diferentes subgéneros (Heavy, Black, Dark, Gotic, trash, doom, etc, etc). Si nada de lo que les mencionabas entraba en alguna de esas etiquetas entonces lo descartaban seguido de algún agravio. Es cierto que eran otras épocas de fanatismo extremo y de una visión cerrada y militante. Creo que una de las causas para que hoy sólo queden las 5 o 6 bandas clásicas de siempre, que escuchan los mismos vejetes que antes se burlaban de las bandas de los 70s que decían eran de vejetes. (Del cáliz de la burla del paso del tiempo no debes beber). Y bueno, entonces llegó el Nu Metal, a la mayoría de los metaleros este género no les gustó, el público (muy Mtv) cambió, cambiaron las generaciones y los metaleros pasaron a la historia como un recuerdo nostálgico de época que podemos ver bastante bien en la película Metal Lords de Netflix. Hoy son más un consumo irónico, casi nostálgico, y un adolescente de hoy que va a la secundaria y escucha Pantera o Sepultura es una anomalía en la matrix, un gesto demodé pasado de onda, igual que lo era yo a finales de los 90s escuchando a Zeppelin y The Who...

Muchos de ellos crecieron, maduraron, abrieron las cucas a otras bandas que no eran necesariamente "las que había que escuchar sí o sí para ser un señor metalero de ley". Los tiempos cambiaron y me divierte escuchar a muchos metaleros viejos de acá y de afuera, con una actitud menos beligerante, reconociendo que los otros rockeros, o de otros géneros, no eran unos blanditos, o sí, pero hacía una buena música digna de tenerse en cuenta (en muchos casos no en todos claro), y así es como comprendieron que la industria musical destruyó todo lo lindo de la amplia variedad del rock, y que hoy, todos (metaleros, punks, rockeros) lloramos por esa pérdida irremediable de toda la música que amábamos en detrimento de géneros tan horribles y espantosos que ni siquiera son dignos de llamarse tribus urbanas. La única tribu de hoy es precisamente la de la música urbana y san se acabó. Ahora, todos se lamentan de esta derrota cultural que nos llevó puesto a todos, cuando las rencillas que proponían antes eran si Charly hacía rock o no, si Riff era metal o era rock n roll o si Pescado Rabioso sonaba muy hippie, como me dijo un metalero cuando le hice escuchar en un recreo un poco de Hola, pequeño ser!

Ahora ya es demasiado tarde para llorar por el fiambre. Está frío y a todos nos queda esa congoja de los tiempos idos. Ya ni siquiera existe el color local para una rencilla de tribus. Y se lamentan todos porque nadie salió victorioso. 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 8


Otra artista argentina que sufrió el olvido y ninguneo, no sólo de su generación, sino también de el colectivo de mujeres más interesado en darse autobombo que en redescubrir y reivindicar a referentes. La falta de búsqueda, de investigación y de trabajo de campo es un mal contemporáneo que nos lleva a un ombliguismo que en definitiva termina exponiendo nuestra propia ignorancia. "Que miedo que le tienen a lo suyo" les dijo Caetano Veloso al público argentino prejuicioso de los 80s.

Entre tanto olvido y ninguneo, artistas que mueren sin haber tenido oportunidad de expandir su propuesta a nivel más masivo. Una cultura radial y televisiva que privilegiaba la idiotización de la gente con contenidos digeridos, sin ninguna propuesta artística original ni creativa desde la singularidad de un artista genuino sino la maceta prefabricada del sistema del entretenimiento que apuesta a la fórmula, al vacío de contenido, a lo fácil, lo que vende y funciona. Como decía otro genio "La quieren hacer de taquito". 

Bueno, en toda esta bataola y vorágine de olvidos conscientes e inconscientes, se nos ha perdido una artista de tremenda dimensión: Mirtha Defilpo, una Poeta cordobesa que también ha cantado y grabado un disco increíble con el apoyo de su pareja de etonces Litto Nebbia. Pareciera que la única forma que una mujer lograra ser tenida en cuenta en los 70s era si tenía la suerte que su pareja fuera un tipo medianamente conocido del ambiente y que además tuviera la suficiente generosidad de querer apoyar la propuesta de su amor. Gabriela-Edelmiro, Carola-Cutaia, Defilp-Nebbia. En fín, enumero esto no para quitarles valor a su trabajo, sino para denunciar a un sitema machista que no sólo ninguneaba la propuesta de una mujer artista sino cualquier propuesta "alternativa" al status quo del mainstream. 

Mirtha, ha pasado desaparcibida a lo largo de las décadas, por propios y ajenos. No sabemos bien porqué pasan estas cosas, pero pasan. En 1976, grabó su disco junto a Nebbia, conocido como "Canciones para perdedores", un disco muy lindo y poderoso. Con toques de tango, jazz y rock y con unas letras poéticas muy poderosas. De hecho, le aportaba las mejores letras a su pareja por aquellos años, como "Memento mori" que canta junto a Nebbia en el disco Melopea de 1974.

En los 80s pareciera que la pareja se desvinculó y con eso, ella parece haber quedado en el olvido, como si fuera una etapa más en la carrera del rosarino. Sin embargo, si uno indaga un poquito más, se encuentra con una artista de peso propio, con su propia producción musical y poética. En el 2011 nos enteramos por blogs de fans (como lo fué siempre éste) que Mirtha Defilpo había fallecido. Algunas pocas palabras de homenaje de quien fuera su ex marido y poco más. Así pasó por este plano una artista que quedó perdida para la historia oficial y que su nombre apenas se recuerda.  Está en nosotros y nosotras recuperar ese nombre y legado para que no quede perdido en la noche de los tiempos.

martes, 27 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 7

Bueno, vamos llegando al final de este conteo de mujeres un tanto olvidadas y la verdad es que pregunto a santo de que motivo me puse a pensar en todo esto si nadie me dió vela en este entierro... Bueno, no es que importe mucho pero aquí estamos, dandole mecha al asunto. 

La séptima homenajeada es una cantante que sigue en activo, una cantante de la época hippie que ya fue mencionada en la entrada dedicada a nuestra querida Gabriela. Y la cantante en cuestión es: Melanie. 

Para mí esta mujer es única en su especie. Quizás musicalmente no sea tan vanguardista pero en lo que refiere a sus canciones y su voz me parece que sí lo es. Tiene un registro vocal increíble y sumamente único en su estilo. De hecho, creo, pienso y no me equivoco si digo que ha influenciado a muchas cantantes alternativas de los años noventas como el caso de la islandesa Bjork. 

Así como su "hermana" latinoamericana Gabriela, Melanie también participó de un festival musical que hizo historia. Bueno, participó de varios, pero estuvo ni más ni menos que en Woodstock, el original calor, de 1969. Y también en el primer o segundo festival de Glastonbury de Inglaterra. 

Para mí, más allá de sus primeros discos que son toda una marca de época, el flower power y todo aquel rollo sesentoso hippie, Melanie tiene una cadencia muy importante en lo que es la contracultura noerteamericana y que se pueden buscar sus raíces en los propios orígenes del país. Manteniendo siempre el estandarte de lo independiente, lo alternativo, las comunas, lo por fuera del mainstream y el establishment.

Destaco canciones icónicas como Brand new key (quizás la más conocida), Beatiful people, Lay down y la que para mí es la mejor de todas "Peace will come (according to plan)", un tema tremendo que a veces pienso que no es lo suficientemente valorado. Bueno, es lo que me pasa con todo lo que me gusta y noto que no es parte del gusto masivo y popular. Quizás deba aprender a convivir con eso, aceptarlo y dejar de esperar reconocimiento para los artistes que me gustan, o para mí...

No hay mucho más para agregar, sólo espero que al menos les pique la curiosidad respecto de estas grandes artistas que he mencionado y puedan degustar arte en su estado más puro y excelso. Mañana quizás suba una artista argentina de la que se sabe MUY poco, tan poco que hasta a mí, que la quiero revalorizar me va a costar conseguir información y luego otra artista que sí es bastante conocida y reconocida, pero quiero que lo sea más. Quiero que todos, absolutamente todos la conozcan, hasta el tachero bruto que sólo lee la Patoruzú. 

domingo, 25 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 5

Si hablamos de mujeres misteriosas, es imposible no mencionar a una de las figuras más extrañas y cubiertas de un gran halo de misterio y hermetismo: La Negra Poli. 

La negra Poli es conocida sobre todo por haber sido la manager del grupo ultra popular en Argentina Patricio Rey y sus redonditos de ricota. Aunque no me considero un gran fan de la banda, debo reconocer que su impronta en la cultura Argentina desde los ochentas hasta la fecha es innegable. Y un legado insoslayable que no se puede negar, con figuras tan importantes de nuestra cultura como el señor Indio Solari, Skay Beillinson y otros músicos que han derivado de allí como Willy Crook, entre otros...

La negra Poli es una figura oscura, de la que poco se sabe. No existen casi entrevistas a ella y sin embargo, se sabe que además de ser la pareja hace muchos años de Skay, ha sido fundamental para la conformación y unidad de la banda que reinó el rock local por casi veinte años. Enrique Symms, quien fuera el monologuista de la banda en sus inicios, ha contado en su libro El señor de los venenos, que la negra era una mujer muy aguerrida, de armas tomar, poderosa y de una personalidad desbordante. Él propio Symms reconoce que estaba bastante enganchado de la negra aunque no tuviera ninguna posibilidad con ella. La mujer, simplemente estaba fuera de todo alcance.

No se puede desechar la importancia e influencia de esta mujer, que más allá de su perfil bajo y su "trabajar desde las sombras", ha sido una pieza fundamental no sólo en la historia de Los Redondos en particular, sino además en la historia de la música en general, al ocupar un rol tan caro a las mujeres como el de manager. Uno se puede acostumbrar a la idea de mujeres artistas, desde Safo a la fecha no ha sido tan extraño de ver, pero una mujer ocupando un rol dirigencial y organizativo parece más extraño. La posibilidad se ha hecho realidad con esta mujer a la cual se le debería dar más importancia en nuestra cultura por su rol, su trabajo y postura de "No transa" que ha abierto camino para muchas mujeres que tienen que ver, no sólo con la parte artística, sino también con la administrativa, la gerencial por decirlo de algún modo. Como directoras técnicas, CEA's o Jefas administrativas de toda índole. 

Es cierto que cuando se habla de Los Redondos la torta se divide más o menos entre los seguidores del Indio y algunos pocos menos seguidores de Skay. Está claro que ellos eran algo así como los Jagger y Richards de la banda, o los Plant y Page, cantante y primera viola repartiéndose la lírica y la música y funcionando como una importante dupla compositiva. Pero los egos primaron y la sociedad se desmanteló. Sin embargo, la relevancia de la Negra Poli en toda esta historia no ha sido del todo blanqueada ni mucho menos valorada. 

sábado, 24 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 4

 

La mujer es un misterio. Toda la vida es un misterio abolsuto, pero la mujer es un ser particularmente misterioso. Bueno, es obvio que lo digo yo que soy un hombre. Quizás yo también sea un misterio, para los demás y para mí. Pero volviendo al comienzo creo que de por sí, las mujeres tienen un halo de misterio en su origen mitológico que resulta muy cautivante. Al margen de eso, está en cada quien ser más o menos misterioso en la vida. Y hoy, en la pauta del día acerca de mujeres no tan recordadas por sus congéneres, una mujer en exceso misteriosa: Danais Winnycka. 

Esta extraña mujer nacida en Ucrania en 1939 y emigrada de muy joven a Buenos Aires, fue una modelo de Jean Cartier. No sabemos bien por qué, ni como, ni cuando se convirtió en una gurú o guía espiritual. Sobre todo, la guía espiritual de unos muchachos de Ciudad Jardín que habían formado la banda Arco Iris. Ellos son: Ara Tokatlian, Guillermo Bordarampé y Gustavo Santaolalla. Más luego se uniría el baterista definitivo Droopy Gianello pero sólo a la banda y no a la comunidad. Mucho ya se habló ya de la comunidad de Arco Iris, siendo estos los únicos del rock local que vivían en una comunidad en la Buenos Aires de inicios de los setentas y se lo tomaban muy en serio. La suya no era una comuna hippie como la de Pedro y Pablo y La cofradía de la flor solar, donde se reunían un montón de chicos y muchachas para fumar toda clase de yerbas y hacer el amorsito sin problemas. No, la de Arco Iris era la anti-comuna hippie porque ellos (bajo la estricta mirada severa de Dana) no sólo meditaban, hacían Yoga, seguían un estricto régimen vegano sino que además, no tenían relaciones sexuales. 

Dana entonces no sólo era la guía espiritual de la banda sino que de alguna manera era también la líder de aquel grupo de jóvenes muchachos. Ella tenía poco más de diez años que ellos y creo que ejercía (sin buscar el mal) un poder demasiado sobrecogedor sobre aquellas almas. 

Como dije antes, la vida de Dana es un misterio absoluto. De un alto grado de hermetismo. No se sabe bien que es lo que pasó en esos cinco o seis años en que Arco Iris funcionó bajo su tutelaje. Hasta que un día de 1975, Santaolalla se cansó y escapó de esa vida de hermetismo y vida monacal. Ojo, no es que piense que todo haya sido malo, creo que esos primeros años formativos le dieron a Gustavo su etapa más creativa de su carrera y eso que toda su carrera es muy creativa. Pero esos primeros 5 discos de Arco Iris no tienen desperdicio, uno mejor que otro, recuerdan un poco también para hacer un paralelismo al primer Genesis con Peter Gabriel hasta que un día de 1975!! se cansó y escapó también. 

Volviendo a Dana, creo que fue una gran inspiradora de canciones para Gustavo (que entiendo que estaba bastante enamorado de ella). Y además también compositora de algunos temas como Maritimaria y cantante de otros temas donde su voz angelical le dan un toque epifánico a las canciones (Luli, Ignea, aérea y marina, Tema de Amancay, Las pastora de los peces, La canción de las ondinas, etc). Ahora, no se entiende bien que es lo que pasó entre ellos, pero está más que claro que hubo un cortocircuíto ahí entre los miembros de la banda. Una nueva pareja se había armado, Ara y Dana y por otro lado, Gustavo, el principal compositor de la banda. Una vez que éste se marchó, Druppy hizo lo mismo y el resto de Arco Iris (Dana y Ara) se sumaron a las filas de músicos que se exiliaron a Estados Unidos a finales de los setentas. 

En Estados Unidos, Dana y Ara siguieron su carrera musical y espiritual pero ya no fue lo mismo que cuando estaban entrelazados cósmicamente con Gustavo, para ninguno de los tres lo fué. Pienso que Santaolalla era el corazón creativo, el compositor nato, Ara era el músico excepcional, multiintrumentista, y Dana el alma que aunaba todas las fuerzas. 

Al final de su vida, en el 2003, ya enferma le dijo a Ara que lamentaba que Gustavo y Guillermo no estuvieran allí. Evidentemente se quería despedir de ellos. Nadie pueden saber bien los pormenores de esta relación más que ellos mismos. La historia tiene un final triste, pero es importante destacar que Dana, más allá de errores quizás en su metodología y fundamentalismo, ha tenido grandes aciertos. Ha sido una de las pocas mujeres que ha guiado un grupo de hombres, no sólo como guía espiritual sino que también ella era la líder (algo que a un leonino acérrimo como Santaolalla se le hacía imposible de soportar) y ha creado una de las experiencias musicales más interesantes de la música y la cultura argentina de los setentas. Por otro lado, el misterio de Dana se va con ella. 

jueves, 22 de septiembre de 2022

Mujeres que no ponderan otras mujeres _ 2

Para seguir este ranking o más bien listado de nobles creadoras de arte, debo acercarme a mi país, Argentina para mencionar a una pionera del rock vernáculo. Ella es Gabriela Parodi, más conocida como GABRIELA!. 

Quizás, muchos cuando hablan de las cantantes de rock argentino más importantes y en la primeras, piensan erroneamente en la queridísima Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu o Patricia Sosa. Pero la realidad es que hubo vida rockera femenina antes de la década de los 80. 

Cuando el rock local era algo incipiente, que estaba en pañales, viviendo sus primeros años de gloria, allá por principios de los 70, apareció una chica en medio de tantos muchachos (que tampoco eran tantos). 

Acompañada por su pareja de entonces y un rockero consagrado en la pequeña escena local como lo era el ex guitarrista líder de Almendra (una de las bandas insignia de la primera época), más otros músicos invitados como un desconocido David Lebon (que en 1972 tocaba el bajo con Pappo y la batería en la primera formación de Color Humano de Edelmiro). Su primera aparición importante fue en el recital que se conoció como el Acusticazo, concierto dado en el teatro Atlantic a principios de 1972. Allí, ella tocó dos temazos, Rodando y Abre el día. Un tema en tono de blues y el otro más folkie. La frescura de sus canciones y su impronta femenina la hicieron destacarse en medio de un grupo de jóvenes rockeros (músicos y público) muy varonil. 

Gabriela tocaría hacia finales de ese año también en el BAROCK, una suerte de Woodstock porteño donde tocaba la creme de la creme de la escena local del momento. En esa, su tercera edición, que fue filmada en una película documental que solían dar en canal Volver en una penosa calidad, es un documento histórico del rock telúrico de aquel entonces. Conocida la peli como Rock hasta que se ponga el Sol, Gabriela destacaría nuevamente como la única presencia femenina del show. Allí, con su pelo largo y negro y un atuendo muy hippie de la época, aparecería en dicha cinta interpretando su canción folk Campesina del Sol y, junto con bandas con otros importantes músicos como el mismísimo Charlie García con Sui Generis, se consagraría para ser conocida para todos (que en ese momento era el ghetto rockero de Capital y alrededores). 

Ese año saldría su primer disco long play, de título homónimo, donde además de tocar con su pareja Eddie, estarían presentes músicos de renombre como Rinaldo Raffanelli, el gran Litto Nebbia y el flautista Jorge Cuttelo. El disco es simplemente hermoso y debería ser mucho más escuchado. Una pena que no sea tan valorado como debiera. Es cierto que el estilo debe mucho al folk rock norteamericano de aquellos años, con influencias de Joan Baez, Joni Mitchell y la cantante Melanie de quien hablaremos más adelante. Los temas son tranquilos, bellos y evocan cierto aire idílico y pastoril muy de la era hippie donde irse a vivir al campo a vivir una vida más natural era el gran lei motive. Pero por otro lado suenan temas más rockeros como Voy a dejar esta casa papá, For my father (Melanie) y el temón Día extraño. Además de los ya mencionados Campesina del Sol, Abre el día y Rodando. 

Ahora, mientras escribo esto, noto que han subido a Spotify un pequeño disco con los simples que no fueron incluídos en el primer elepé. En fin, vayan a su reproductor más cercano y denle mecha a esta artista que después siguió grabando más discos en los 80s, 90s y dosmiles. Quizás el hecho de que a mediados de los setentas se haya ido a vivir a USA le haya alejado del público argentino (como le pasó también a Gustavo Santaolalla) pero repasar su discografía no tiene desperdicio y serviría para poner en valor la obra de una artista un poco olvidada y poco reconocida para mi gusto. Entiendo que hace poco salió un libro acerca de ella, intentando quizás hacerle justicia a una artista mujer que se abrió camino en un ambiente tan hostil hacia las mujeres como lo ha sido el del rock históricamente. Mis respetos a las cantantes de ahora como Marilina Bertoldi o Paula Maffia que hacen lo suyo, quizás con esa desfachatez tan argentina de creer que son poco menos que las primeras o que descubrieron la pólvora, bueno... bien por ellas, pero no olvidemos a aquellas que en plena época tan jodida como los años de plomo supieron abrir camino para ellas y todas las demás que vinieron después.  

P.D: Mención aparte y especial para la cantante Cristina Plate que tres o cuatro años antes que Gabriela, había grabado algunos simples para el sello independiente Mandioca. Quizás ella fué la primera primera, pero el caso es que no prosperó su carrera más allá de aquel inicio y no se dedicó a la música como lo hizo Gabriela. Igual, vale la pena también mencionarla para que no se la olvide. 

viernes, 3 de diciembre de 2021

El fin de la amistad o por qué Los Beatles son la mejor banda del mundo


Paul es un histérico, George está cansado de su rol sumiso, John está en la suya y Ringo observa todo un poco harto de las discusiones ajenas. ¿Por qué el culebrón de Los Beatles sigue dando de que hablar a poco más de cincuenta años de su fin? ¿Que es lo que encontramos en esta banda que nos resuena y nos hace tomar partido? ¿Por qué todos tenemos un Beatle preferido y uno al que no soportamos? Bueno, son muchas preguntas que nadie se hace y a la vez todos nos hacemos. La cuestión, es que los Beatles es una banda que sigue dando de qué hablar, y la reciente Get Back de Peter Jackson vuelve a poner sobre eje a la banda más grande, mas mediática y más influyente de la historia del rock. 

¿Quien puede negar el legado Beatle? Sun influencia va más allá de lo que podamos observar a simple vista. Atraviesa a varias generaciones, y recién en la generación Centennial y la era dorada del Trap, la influencia Beatle comienza a perder potencia de a poco. Es lógico, pero que artista, banda o conjunto musical puede jactarse de influenciar a más de tres generaciones y dejar un legado incomporable a más de sesenta años de su formación. La respuesta es simple, nadie. 

Es el año 1969 y pareciera que todo terminó ya para el cuarteto de Liverpool, que consiguieron en pocos años subir al podio mundial. Más concretamente, en menos de un año desde su primer disco hasta la fiebre internacional de la llamada Beatlemanía. Y poco menos de tres años en cambiar y revolucionar el sonido (y el sentido) de la música moderna, así como también transformar (sin querer) el concepto de juventud. El tema es simple, una banda pop que alcanza la fama internacional en breve, una banda de pibes de barrio obrero y pequeña ciudad portuaria, llegan a la cima, se llenan de guita y fin. Hasta ahí, su legado podría haber sido el de cualquier banda pop posterior como los Backstreet boys o Abba (más allá de las diferencias melódicas, musicales y artisticas de cada banda). Pero no, Los Beatles no se conformaron con eso, dieron un paso más allá, y luego otro y otro y así se fueron transformando con el espaldarazo que les dió su exito y así ser vanguardia de una década tan importante como lo fueron los sesentas. ¿Los sesentas fueron lo que fueron por Los Beatles, o los Beatles fueron lo que fueron por los sesentas? Bueno, estas preguntas son de la índole del huevo y la gallina. No existe solución posible. Lo que sí puede decirse es que los sesentas dejaron un legado tan fuerte en lo cultural y político que aún hoy es una década difícil de olvidar y The Beatles fueron un gran porcentaje de toda aquella revolución cultural. 

¿Alguien se preguntó alguna vez por qué las amistades de nuestra infancia/juventud pasan a la historia a partir de los treinta años? Bueno, no es un dato científico ni estadístico, pero algo de eso sucede y Los Beatles no son la excepción, casi llegando a sus treinta años de edad, los Fab four se desmigajan como un merengue seco, estallan las relaciones interpersonales entre ellos y todo queda dinamitado. Bueno, o los Beatles nos influenciaron hasta en eso, o simplemente ellos no están excentos de lo que nos pasa a todos. Y al ser ellos la primer super banda a nivel mundial y estar en ojos y boca de todos, verlos pelearse nos hace sentir parte de aquello, nos hace tomar partido, tomar posición , porque nosotros también vivimos esa experiencia y de alguna manera, todos somos los Beatles. 

Ellos son un reflejo de nuestras propias miserias y falencias, cuatro tipos que se pelean por boludeces que son altamente negociables y de fácil solución pero no, no se puede, porque no se soportan más. Ya está, se les acabó la mecha, no hay más. Son como esos hermanos que de chicos jugaban todo el tiempo pero que luego crecieron, sus diferencias se hicieron demasiado marcadas y no toleran ni una simple cena familiar una vez por año. O sea, unos cretinos... Y bueno, los Beatles también son eso. Tienen las mismas fallas, se les ven las mismas grietas, y bueno... por eso nos identificamos tanto con ellos, con alguno de ellos más que con otro. N o importa cual, por una cuestión de personalidades cada quién elegirá su preferido. No existe un villano en todo este asunto de la separación (ni mucho menos una villana o alguien externo), si se separaron es porque no daba más, como cualquier relación humana y fin de la historia. Pero quizás el caso de los Beatles por ser una banda legendaria, quizás la primera en romper el molde, sea el caso más famoso y mencionado hasta el hartazgo de separación de banda. Cuando pensamos en la separación de un grupo de rock, es casi imposible no pensar en ellos. Hasta en las rupturas rompieron el molde. 

Escuché a los Beatles y me fuí a buscar la soledad...

Existe todo un reguero de músicos de mayor a menor calibre a todo lo largo y ancho del extenso planeta Tierra que se sintieron tocados por ellos, que fueron influenciados y que de alguna manera crearon obras tan buenas y hasta superiores en calidad a la de sus mentores. No quiero ponerme a hacer extensas listas porque a esta altura del viernes el tiempo es oro y eso de las listas aburre y resulta redundante. 

Para finalizar quiero mencionar que la película Get Back (2021) con este nuevo corte de Peter Jackson nos muestra a una banda en tres momentos diferentes durante el proceso de creación de su anteúltimo disco que se llamaría Let it be (1970) y que al final fué el último en salir, aunque el último en grabarse haya sido Abbey road (1969). A lo largo de este nuevo corte (muy superador del original de poco menos de dos horas) se los ve distentidos, la mayor parte del tiempo tocando y pasándola bien. Quizás al inicio se sienten más las rispideces. Con un Paul McCartney que apura, que toma las decisiones y que parece hasta cierto el más profesional. Un George Harrison sumiso que acepta a desgano esa nueva capitanía y un John Lennon que llega tarde y parece perdido en sus propios problemas personales. Ringo los mira a todos desde la batería y se lo nota cansado, con ganas de irse a dormir la mona, un poco harto de todo. En esos tirones se ve a un Harrison que se cansa de las directivas de un Paul que al principio no puede contener su enorme egomanía y soberbia. Los mira a todos como diciéndoles que se pongan las pilas, que no sean amateurs, que actúen con responsabilidad. Y el resto lo mira tipo "Ok Paul, lo que digas". Ciertamente no coincido con los analistas de hoy en día que buscan reivindicar la figura de Paul como el mejor Beatle, el más talentoso, el más copado, el verdadero héroe de este lío. Para mí no es nada de eso, sí reconozco que es el único que quiere seguir adelante, pero justamente su posición de nuevo líder, un poco circunstancial por los quilombos personales de Lennon, lo alejó de su banda. Nadie soporta el liderazgo de McCartney, es extremadamente insufrible por momentos y sin embargo, está claro que ninguno sobresale por sobre el resto. Quizás Paul por una cuestión de números pero también es sabido que a George no se le dejaba meter más de dos o tres temas por disco y Lennon estaba en plena separación con Cynthia, nueva relación con Yoko y supongo que su cabeza sería un quilombo. 

Cuando pasa el temblor de Harrison yéndose del grupo harto de todos, viene un hiato. La banda intenta recomponerse. Fracasa el primer intento y al día siguiente se lo ve a Paul al borde del llanto diciendo sólo quedamos dos. Quizás sintiéndose un poco culpable de estropear las relaciones entre el grupo. Vaya uno a saber. Es cierto que es injusto endilgarle la separación de la banda a Paul, lo mismo que a Yoko, pero el propio Paul dice hoy en día que el responsable de la separación fue John. Tiene una necesidad personal muy fuerte de sacarse una culpa que lo atormenta hace años, cuando en realidad, no hay responsables ni necesidad de buscarlos. John Lennon era el verdadero líder nato de la banda, pero el tipo era un bardo en su vida personal. Era el que venía de una familia (que décadas después se conocería como disfuncional) con padres separados, una madre que muere en su adolescencia, una crianza con una tía brava, un embarazo de su novia de barrio, una familia no buscada, y en medio de todo eso, ser el líder de la banda más grande del mundo. El tipo no pudo mantener el timón y se fue dejando pasar por el impetuoso Paul, el niño amado, de alguna manera el "prodigio" y con veraderas ansias de pilotear, pero el resto no lo veía así. George entró por Paul pero se sintió más interesado y atrapado por la personalidad de John que era más picante e interesante como persona. En cambio Paul siempre fue visto como el chico lindo, que hacia bromas infantiles y que se las sabía todas. Lennon no, es un tipo de un humor ácido, por momentos poco comprensible por estar sumergido demasiado en su propio mundo, en sus rayes y locuras. Y George es como el hijo menor de ambos, el niño por el cual se pelean. Un chico de gran talento incipiente pero que los padres le dosifican el talento, no vaya a ser que sean opacados por el mismo. De hecho, uno de los de los mejores momentos de la película es cuando se oye un audio de Lennon y McCartney hablando en un bar. Lennon se hace cargo de la situación que llevo a George a irse, Paul un poco a regañadientes también. Pero por momentos, lo que se discute parece otra cosa. Paul dice que John es el líder de la banda, Lennon responde "no siempre", y Paul admite que se siente el jefe segundo, el que sale a poner el parche cuando Lennon anda perdido en su mundo y de alguna manera es así, por eso el liderazgo de Paul se siente falso, se siente como un maestro suplente, un gran maestro, pero suplente al fin. Los chicos lo quieren más al titular. Paul hace lo que puede y a veces se excede en sus pedidos de prima donna. Nadie se lo banca. Eso significa que es el talentoso y los demás lo envidian? No necesariamente, ese parece más el comentario de algún fan de Paul, o del propio Paul, aunque él sabía bien como eran las cosas. De mayor talento nadie, los tres máximos compositores del grupo eran de enorme talento, y ya sabemos que no existe el talentómetro, sólo los gustos de cada uno. 

Mención aparte para el gran tecladista Billy Preston, quien los había conocido en Hamburgo a principios de los sesentas y los pasó a saludar por el estudio. En verdad se genera un momento mágico cuando llega Preston. Los cuatro se alegran de verlo y se reúnen a su alrededor con grandes sonrisas, contentos de verlo. El tipo sonríe a más no poder y es cosa de lo más natural que se quede a tocar con ellos. El piano eléctrico que aporta le da un soplo de frescura a las canciones de los Fab four que pueden pecar de ser muy británicas en exceso y un teclado con el swing de Preston le da otro color a la banda. Se habla de incorporarlo y todos parecen de acuerdo con eso, excepto Paul que dice ya bastante difícil ponerse de acuerdo entre cuatro... En fin, hubiese sido hermoso que siguieran con Billy Preston como quinto Beatle, pero al menos es casi el único ser de la Tierra que puede jactarse de haber sido (al menos en un disco) en el quinto Beatle. El sólo de teclado en el tema Get BACK es la cosa más cool buena onda de cualquier tema de los Beatles. 

El final del documental ya es historia conocida, tocan en la terraza de Apple dando un mini set con las canciones que venían preparando a lo largo de esas últimas semanas de enero de 1969. Algo casi improvisado, sin avisarle al público, tomando por sorpresa a los peatones Londinenses que reaccionan sin exagerado fanatismo (no quiero pensar como hubiesen sido argentinos). De hecho, hacía tres años que no tocaban en vivo y lejos de ser un suceso celebrado por la comunidad, algunos denuncian el ruido y lo más surrealista fue ver a dos policías (haciendo su triste papel de vigilantes) yendo a pedir que paren con el alboroto, que perturbaban la paz, etc... En fin, la yuta de ayer, hoy y siempre.

Get Back me encantó, reafirmó mi amor por los Beatles que viene desde que era chiquito, mi viejo ponía los discos y andaba pegando saltos y gritos muy loquito con Twist & shout, bailar con All togheter now o lagrimear con Long and winding road. 

Para fanáticos y no tanto de una banda que trasciende a sus nombres propios y que son un pedazo importante de nuestra cultura contemporánea y que en definitiva no le son ajenos a nadie, porque después de todo, son más grandes que Jesús...

Pd 1: Me encanta caundo cae el actor Peter Sellers y John no para de decir boludeces a tal grado que Sellers, un humorista del carajo se va porque no entiende nada de lo que hablan esos pibes. 

pd 2: Amo como sus novias los acompañan en el proceso de creación, hacen la suya, dibujan, sacan fotos, traen a sus hijes, etc...

Pd 3: Me encanta como se molestan entre sí, pero en definitiva, como se cagan de risa y como se quieren, a su modo. 

PD 4: Ringo es el más humilde, el puntual, el más gracioso, y en definitiva, el más querible. 

Pd final: Te amo Beatles. 


sábado, 18 de septiembre de 2021

Vindicación de la fecha por el día internacional del bajista

Desde hace un tiempito a esta parte, todos los 18 de septiembre, se celebra (o conmemmora) el día internacional del bajista. ¿Por qué esta fecha y no, no sé, el 17 de septiembre, o el 15 de agosto? Bueno, porque el 18 de septiembre se conmemora también el nacimiento de un bajista ¿De quién? ¿Jaco Pastorius? ¿John Entwistle? ¿Pedro Aznar? No amigues, el 18 de septiembre se conmemora el nacimiento de, ni más ni menos, que el afamado Douglas Glenn Colvin, más conocido como Dee Dee Ramone. Sí, Dee Dee Ramone. Y acá es donde vindicamos esta fecha. O mejor dicho, la reivindicamos.

Cuando uno escucha acerca de que existe el día del bajista se tiende a pensar que va a ser la fecha de nacimiento del mejor bajista del mundo, o del primer bajista famoso, o el primero que usó un bajo eléctrico, o el más influyente, o simplemente un bajista icónico y popular. A la mente se me vienen varios nombres desde los mencionados Jaco y Entwistle, pasando por Billy Sheehan, Flea, Marcus Miller o el mismísimo Paul McCartney. Cualquiera de estos susodichos estaría perfecto. 

(Mención aparte para varias mujeres bajistas como Kim Gordon, Suzi Quatro, Gail Ann Dorsey o Gabriela Martinez y Maria Fernanda Aldana acá en Argentina, por citar sólo algunas de las más famosas e icónicas, a las cuales habría que dedicarles un post entero por varias razones). 

La cuestión es que, para mí, romperse la cabeza con quién debería ser elegida/o por el día del bajista es incómodo, anti democrático y bastante arbitrario. Como dije antes, hay como cinco o diez personas que bien podrían ser el mejor bajista del mundo (si no preguntenle al youtuber Davie504). Nadie se pondría de acuerdo. Si, por ejemplo, para el día del guitarrista se tomara el día del nacimiento de Jimi Hendrix, no faltarían los miles y miles de usuarios que pondrían el grito en el cielo aduciendo que hay miles de guitarristas mejores técnicamente como Satriani, Vai, Malmsteen, Van Halen, etc, etc. El debate sería eterno. Basta ver a la maldita revista Rolling Stone y sus estúpidas listas de los mejores esto, los mejores aquello, para ver como en realidad nunca hay concenso con nada. Cada uno tendrá su mejor músico o disco o banda de preferencia cosa que tendrá que ver con sus gustos y/o resonancias, y en la mayoría de los casos sería válida su elección. 

Pero con los bajistas pareciera que se corrió de eje el hecho de elegir al Mejor, o más Influyente, Más esto o Más aquello y en cambio, se optó por una elección rara, extraña y deforme como el propio elegido. Está más que claro que el gran Dee Dee Ramone (mayor compositor de la banda Los Ramones) no era el mejor bajista, no era buen cantante, ni creo que haya sido el más popular o icónico y tampoco el más influyente. Pero algo sí fue: era bajista. Punto. ¿Y  eso qué? Preguntaran los puritanos de las cuatro cuerdas. Y yo diré nada, es todo, pero es suficiente. Dee Dee era un bajista básico. Marcaba las notas con mayor o menor precisión que cualquier otro, pero tocó en los Ramones y de alguna manera ejerció una influencia fundamental para el mundo bajístico y es: Todos podemos tocar. ¿Todos podemos ser buenos? No, pero podemos intentarlo, podemos agarrar un bajo y tocar con nuestros amigos, en un acto de absoluta caradurez porque ¿quién dijo que tenemos que ser los mejores? No siempre se puede ser el mejor y ni siquiera aspirar a serlo. La elección de Dee Dee es pertinente porque engloba a todos los bajistas del mundo. Si uno elige a uno de los bajistas más básicos del mundo del rock y a uno de esos que nos inspiran a animarnos a tocar (más allá de nuestras falencias técnicas), esa es un elección que sirve. Cualquier otra elección sería el capricho de un periodista o la elección complaciente de un editor. Y estamos cansados de los clishés. En cambio poner a Dee Dee en lo alto es una elección arriesgada, poco esperable y sobremanera pertinente. 

Confieso que cuando me enteré que el día del bajista internacional era por Dee Dee me sorprendió. Y es que al principio me pareció bastante absurdo. Es como si el "día del futbolista argentinx" fuera por el cumpleaños del colorado MacAllister (un defensor rústico del Boca de los 90s). Pero luego me quedé dándole vueltas al asunto y más aún cuando leía la manifiesta indignación en las redes de varios bajistas consagrados y respetados de mi país, tipos a los que admiro, por su habilidad y musicalidad. Pero tanta queja me hizo ruido. Pensé ¿que esperaban? ¿Lo obvio? Elegir a Jaco Pastorius hubiera sido más pertinente sí, en principio, pero después te das cuenta que es una elección elitista, que nadie o casi nadie puede tocar o aspirar a tocar como él, casi nadie nace o adquiere esa habilidad técnica o trae consigo esos dones y talentos. ¿Cual es la idea? ¿Celebrar que a todos nos gusta la música y quisieramos ser músicos pero en realidad no vamos a poder serlo? En esta cultura exitista donde todo el tiempo se premia al "mejor esto" al "mejor aquello", lo que hacemos en realidad es alimentar la cultura de la frustración y por ende, una sociedad de personas insatisfechas que se odian porque no pueden ser los mejores en nada. El resultado es espantoso y está a la vista de todos. 

Dee Dee es la elección razonable, no es la más, no es la mejor, pero sí es una elección que engloba a todos aquellos que tocan el bajo, desde los que recién comienzan hasta arriba, hasta donde sea que esté el límite de la excelencia para cada uno. Cosa que ya es una elección personal. Por el mismo hecho de estar en la base de la pirámide, Dee Dee nos sostiene a todes. 

Gracias Dee Dee y Felíz día!

sábado, 31 de julio de 2021

El olor de las almendras quemadas

Había una vez una Almendra. Almendra deviene de Alma, porque las almendras son el alma de las almendras. Y, como dije, había una vez una ALMENDRA que era feliz. Viajaba en la parte trasera de una camioneta viajera. La camioneta le preguntaba a la Almandra si estaba cómoda, si estaba gozando del viaje y la Almendra, fiel a su estilo pacífico, le decía que sí, que estaba fenómena. Así se hicoeron grandes amigas la camioneta y la almendra. 

Todos tenemos un gusto y particular fascinación con las almendras. Su olorsito cuando las tostamos. Su saborsito rico cuando las mordemos y sale ese jugo blanco, amargo, almendroso. También cuando acompañan a los helados de crema americana. El famoso Almendrado. Una cosa de otra galaxia realmente. Por eso amamos a las almendras. Porque son ricas, porque son pacíficas, porque son Almendra. 

Almendra una vez fue al colegio. Se tomó el tren hacia el sur y dijo una plegaria para un niño dormido. Una muchacha con ojos de papel la levantó del suelo y junta se fueron en camioneta a recorrer las rutas argentinas. Pero como Laura va y viene, la almendra queda sóla a veces y como la soledad es un amigo que no está... Para ir y venir, mejor quedarse, mejor el verde llano. Todo es una Figuración de color humano que ni siquiera Fermín, un mestizo, puede soslayar. A estos hombres tristes les digo entonces, que no se dejen sosegar por ni siquiera el jingle más extrafalario. Hoy, que el viento borró tus manos, la almendra de tu corazón vivirá por siempre como el mundo entre tus manos, a lo largo y ancho de los campos verdes y más allá de todo el hielo en la ciudad, hasta llegar a los gabinetes espaciales. Todo será mejor cuando hagamos las cosas por hacer. Eso mismo le dije a la almendra, a mi dama, que a veces como no la vemos, parece espejada. Como si fuera un jaguar herido, hilando fino en este embrollo, todos sabemos que la almendra que viaje tiene a mano a el fantasma de la buena suerte, que la acompaña y acompaña por siempre. Almendra ve sobre sí un cielo fuerte, vive el amor guaraní de sus ancestros. Por eso le dice a Miguelito, que mi alma ha partido a tiempo, y antes del Final nos despide con un amigable Buen día, día de Sol. 


sábado, 1 de mayo de 2021

A Rodolfo García, batero de Almendra

Rodolfo García nació en Buenos Aires en 1946. A lo largo de su fructífera carrera ha sido batero de Almendra, La Nebbia's Band, Aquelarre, Tantor y también de bandas como Los Larkings, donde por su intermediación fue incorporado un pre adolescente Spinetta para cantar en algunos temas. Luego, formarían junto a otros dos chicos del barrio y del colegio (Belgrano, el colegio San Román), una de las bandas más icónicas y cuasi fundacionales del rock argentino. 

Almendra fue la primera banda que me llamó la atención de todas las que tuvo Luis. Corrían los inicios del año 1997, y yo estaba en primer año de la secundaria. Esos primeros años formativos en cuanto a gustos personales que irán definiendo tu personalidad, gustos y forma de ser para el resto de tu vida. "La educación sentimental" vino en casa de la mano de los discos de mi viejo y mi hermano mayor. Pero una tarde de ese año en que todos decíamos escuchar tal o cual cosa, una canción resonó en mi cabeza. Fermín. Entonces le pregunté a mi vieja de quien era ese tema que decía algo de "las manos de Fermín". Ella sin vacilar me dijo está en el disco de Almendra ese que tiene un tipo con una sopapa en la cabeza. Listo! Busqué el disco y escuché en principio el tema ese. Pero luego me dio por escuchar todo el disco y me voló la peluca. En breve, Almendra se constituyó, junto a The Beatles que ya me gustaban de pibe, en mi banda cabecera. Y yo sin saber la relación intrínseca que hay entre ambas bandas. 

Un día, ahorrando plata con la que iba al colegio, me compré el cd, porque era importante para mí tener mi propio disco, por más que en casa estuviera el vinilo. Este cd lo podía escuchar en mi pieza cuando se me cantara. Y bueno, en mi caso, mis primeros años formativos estuvieron muy influenciados por los discos que ya había en casa. Pero como yo estaba en pleno formato cd, la compra de muchos discos que en casa estaban en vinilo se justificaban aunque más no sea por un tema de formatos, pero también de apropiarme de toda esa música que en definitiva no tenía que ser la música de mis viejos o hermano. Yo sentía que podía hacerla mía sin deberle nada a nadie. Porque la música no es de nadie y es de todos. 

Cuando llevé el cd al colegio porque me lo acababa de comprar, uno de mis compañeros, que había tomado al punk como modelo musical de vida, me dijo mirando la foto de la contratapa donde se los veía de espaldas a los Almendra tocando en un escenario bastante precario en 1969 o 1970, "me gusta la onda del batero, que tiene una batería con los cuerpos mínimos". En definitiva, mi compañero punkie, que suelen odiar a todo lo que no fuera punky, elogiaba la onda sobria y casi económica del baterista de Almendra. Claro que musicalmente no le gustaba, pero me alegró que ponderara al querido Rodolfo García, que para mí era un capo. Sólo por ser el batero de mi banda preferida. 

Ese mismo año y yo casi sin saberlo, Spinetta tocaba en Miami, dando el concierto para la MTV Unplugged. El recital saldría en un cd llamado Estrelicia. Allí, el flaco desempolva un viejo tema inédito del viejo Almendra, La miel en tu ventana. Una hermosa canción de amor, y que me atrevo a decir es más bella que la icónica Muchacha Ojos de Papel. Para tocar este tema invita a "una persona derecha como pocos, y que siempre me va a guiar, alguien a quien amo, Rodolfo García, batero de Almendra". Así lo presenta a su ex compañero de banda, quien en esta ocasión toca el acordeón. 

https://www.youtube.com/watch?v=_WHAl02ksq4

Pasó el tiempo y yo fuí descubriendo muchas otras bandas, de Spinetta y de otros varios, y Almendra fue quedando un poco atrás, pero nunca me dejó de gustar ni la dejé de escuchar. Cuestión, que en el año 2005, había unas muestras de percusión que organizaba el gobierno de la ciudad (porque hubo vida antes de que el Pro se apropiara de la ciudad) que estaban muy copadas. Al parecer, Rodolfo García ocupaba un cargo en el sector de cultura de la ciudad en ese momento y resultó que cuando llegamos (yo estaba con mi hermano y sus amigos), García estaba allí, en la entrada del lugar (que ya no recuerdo donde fue... ¿habrá sido en el Ecunhi?)

Lo veo ahí parado, bajito, con su larga cabellera ya canosa. Lo codeo a mi hermano y le señalo muy emocionado que ahí está Rodolfo García. Le menciono, no sé por qué, a mi hermano que Rodolfo leía a J Krishnamurti, siendo que de seguro lo habría leído en algún libro o revista sobre Spinetta. Entonces me acerco al baterista y le tiendo la mano, diciéndole "Hola maestro, capo, genio", no recuerdo. El me saludó sorprendido pero afable. Mi hermano se acercó por su parte y lo saludó, mientras le dijo descaradamente, "¿Cómo anda capo? ¿Sigue leyendo a Krishnamurti?". Rodolfo se quedó obnubilado ante esta extraña pregunta y le respondió a mi hermano "Je, si, a veces..."

Luego nos fuimos hacia los eventos y no lo vimos más. No podía creer que mi hermano le preguntara algo tan raro a Rodolfo García, pero el tipo siempre tranquilo y buena onda. 

En el 2009 lo vi en el concierto de las bandas eternas, en la reunión de Almendra y los amé, a los cuatro. Deseo adolescente cumplido. Zackkkkkkkkk!

Finalmente, el 23 de enero del 2020, cuando se cumplían 70 años del nacimiento del flaco, se hizo un recital en el Konex. Allí lo ví por última vez, y me sorprendió lo bien que seguía dándole a los parches siendo que tenía setenta y pico de años y la batería es uno de los instrumentos (si no el más) exigido en cuanto a lo físico. Lo noté un poco gordito y cansado, pero contento de estar en la batería. Menciono los detalles porque ese día me fui tempranito y quedé posicionado bastante cerca del escenario. Me gustó y disfruté mucho verlo tocar "Toma el tren hacia el sur", canción que casi nunca habían tocado en vivo.  

Para mi, un Señor Batero como pocos, con mucho groove e icónico, maestro de nuestro querido rock argentino, y en ese sentido, un verdadero prócer de nuestra música y cultura. Un gran abrazo maestro, hasta siempre!!

viernes, 23 de octubre de 2020

Queremos tanto a Charly

Hoy es el cumpleaños número 69 del astro musical argentino Charly Garcia, una de las más grandes luminarias del rock local y uno de las pocas que quedan en pié. También podemos decir que es uno de los músicos más importantes que ha dado el siglo veinte. Un verdadero genio musical al nivel de todos los grandes rockeros a nivel internacional que se les ocurra mencionar. 

Al margen de todo esto, Charly es un tipo muy querido, porque es (como en otros casos) una especie de chico grande. Charly nunca dejó de ser un chico, simplemente trascendió cualquier barrera de tiempo y edad y (como todo un genio Nietzscheano) Charly evolucionó de camello a león, y de león a niño (de las 3 transformaciones). Por eso siempre parece que anda haciendo una fechoría o dando contestaciones de una liviandad y humor poco frecuente en los hombres "adultos". 

Desde su aparición en la escena musical argentina, allá por principios del año 1972, su entrada dio que hablar. El disco "Vida" de su banda Sui Generis, le dio un nuevo aire al movimiento rockero local que era demasiado rockero, hippie y serio. Sui Generis tomó la delicadeza que había Almendra había dejado vacante desde su separación en 1970 y le infundió nuevos bríos, con un piano a la "Elton John". Y las letras... ¿que decir de las letras? Charly, principal compositor de la banda, hablaba desde un lugar cercano a la gente. Directo, sincero, de cosas simples. El amor, la soledad, la muerte, el sufrir en estas tierras alejadas del mundo. Y la pegada con un público adolescente que ya comenzaba a abrir su mente y sus orejas a la música de rock local. El encantamiento fue instantáneo y el éxito vino tan veloz que parecía imposible. Algo que no había sucedido hasta ese momento. Canción para mi muerte fue un hit tan pero tan grande que superó en ventas a los hits anteriores de rock hasta ese momento: La balsa, Presente, Jugo de tomate, Muchacha ojos de papel. Y entonces Sui Generis comenzó a sonar en todas las radios de una Argentina que transitaba su paso por la modernidad de una manera poco agradable para la juventud. En medio de marchas, manifestaciones, bombas y estallidos sociales, y en medio de todo ese quilombo entre movimientos radicales de izquierda y la mano derecha y bruta de un estado militar, sonaba Natalio Ruiz y simplemente nos conquistó. Tan es así, que el efecto de llegada adolescente de Sui Generis tuvo significancia desde su aparición a principios de los setentas hasta principios del año 2000, por lo menos, época en que (quien escribe) transitaba su dolorida adolescencia.

Además, esa forma tan porteña, tan de acá de expresarse en cuestiones como amar. Sólo basta escuchar Cuando ya me empiece a quedar solo. Se te caen las lágrimas. Tremendo, genial, sublime. Y adoro esa faceta sensible de García que tiempo después intentó ocultar tras una máscara de agresividad, pero que en realidad si mirás bien, Charly siempre fue ese flaco alto y desgarbado que en verdad era inseguro, y necesitaba ser amado, mucho, siempre. 

Después de Sui, que decir... vino La máquina (prog rock argento de luxe), después la super banda Serú Giran (quizás la banda más grande de las primeras dos décadas del rock local), antes de Soda o Los redondos... En fín, Charly García continuó de forma solista su derrotero de genialidad con una década de los ochentas que ya con tanta competencia fue suya, solo suya. En los noventas vendría el debacle y decadencia, pero ¿quien puede eternizarse en la genialidad? Veinte años de música excelente es mucho más de lo que la mayoría de los grandes del rock en el mundo pueden jactarse. Él ya había demostrado todo, ya había hecho todo y, junto con Luis Alberto Spinetta, estaba en el pináculo de los grandes genios del rock argentino y, por que no, de todo el rock de habla hispana... mínimo. 

Entonces, más allá de sus subidas y bajadas, su paso por el cielo y el infierno, sus momentos de esplendor u oscuridad, Charly nos viene acompañando en este viaje que es la vida desde hace varias décadas. Solo podemos agradecer poder haber compartido un poco de nuestra vida con este tipo, otra que héroe romántico, héroe trágico, semi dios épico, y vecino querido de barrio norte. ¿Quien puede no querer a Charly? Es el tipo más querido y adorable que hay. Sé que nunca podré conocerlo, pero desde acá le mando las mejores vibras de amor y sólo decirle !GRACIAS flaco! y !Feliz cumpleaños! Te amamos!!