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viernes, 9 de agosto de 2024

El amor

Durante varios años me aboqué a estudiar una de las cosas más intrigantes del mundo: el amor. 

Pienso que el amor es eso de lo que todo el mundo habla sin saber absolutamente nada al respecto. 

Y a la vez... ¿que es lo que hay que saber? Porque pareciera ser incognoscible. 

Desde los inicios de la memoria colectiva la gente se ha ido preguntando que carajo es el amor. 

Porque pareciera ser que si un recién nacido no recibe amor, muere. Después de determinada edad los humanos nos acostumbramos (o aprendemos) a vivir sin amor. Como decía Spinetta, el amor es esa vaca de la que mamo. El amor pareciera ser el verdadero y único combustible que tiene la humanidad para sobrevivir. Sin amor somos seres despreciables y la falta de amor saca lo peor de nosotros. 

Ahora bien, tampoco podemos negar que amar es una locura. Cuantas veces nos vimos inmersos en historias amorosas que parecieron poner en duda nuestra capacidad de amar, nuestra capacidad de razonar, de ser seres centrados. El amor nos aliena una banda. 

Desde que tuve mis primeros acercamientos al sexo opuesto me di cuenta que tenía una predisposición (desde muy chico) a enamorarme de algunas chicas. De una manera rápida, contundente y patética. Muchas veces (la mayoría) eran metejones que duraban poco, y otras veces, simplemente me dejaban pedaleando en el aire. Peeeeroooo, cuando comprendí que más allá de ser un zoquete, el amor parecía un tema delicado. 

Cuando uno es joven y comienza sus primeros romances, uno se manda de lleno, con total liviandad y por lo general no suele ser cauteloso. Uno se entrega sin saber los peligros del amor, y con peligros no me refiero (necesariamente) al otro, al sujeto amoroso, sino al amor en sí. A lo que genera en nosotros y transforma de una vez y para siempre. 

El amor es cosa seria, porque no existen pociones para el amor, no existen recetas, no existen fórmulas. Intentar venderte un libro o curso sobre como conquistar a alguien es tan absurdo como querer enseñarte a manejar el universo. NO hay manera. Porque el amor es algo escurridizo, huidizo, caprichoso, en cada caso cada unión da una fórmula distinta. Es imposible de preveer. El que no entiende eso es de una alguna manera un inútil. Nadie puede comprarlo porque el amor es algo incomprensible. No por nada la tradición grecolatina lo mostraba como un niño molesto y caprichoso (Cúpido) capaz de las peores maldades. Porque así como podía hacer uniones positivas, también (y por lo general) disfrutaba hacer relaciones conflictivas (o tóxicas como se dice hoy).

En la liturgia amatoria todos buscan una manera de entender aquello que nos atañe y afecta a todos los humanos desde la prehistoria a la actualidad. Por ejemplo Platón y su famoso Banquete, donde Sócrates, Apolodoro y el resto de los comensales hacen un elogio sobre el amor. Todas son teorías interesantes pero nadie termina de dar en el clave. Porque cada uno lo ve desde un perspectiva muy subjetiva. Y el amor es algo tan personal como universal, existen tantas definiciones como personas hay, hubo y habrá en el mundo. El amor es transversal al género humano, y no se si el reino animal en su conjunto. Pero no nos vayamos por las ramas. 

Barthes nos habla del discurso amoroso en la literatura porque siempre existió, desde los griegos (ya antes) hasta ahora. Ovidio escribió una especie de libro de autoayuda para conquistar romanas. En la Biblia existe un extraño poema (El cantar de los cantares) sobre las veleidades del amor. El libro del buen amor en la edad media nos engolosina aún más en todo lo dulce del amor. 

Pero también está el trago amargo del amor, como por ejemplo Baumann y su amor líquido. Lo frágil del amor, lo perecedero, y aún hoy en día, lo descartable. Y si, el amor nos hace felices hasta que se termina, y ahí sobreviene el rencor, el enojo, el odio, el sufrimiento más cruel. Porque digamoslo de una vez, el amor es necesario. No podemos vivir sin amor, pero por otro lado, el amor es cruel, nos quema, nos hace sufrir como la peste. Y en eso agridulce que tiene el amor está la clave para intentar comprenderlo. No es algo absolutamente bueno, ni malo. Intentar evitarlo puede ser fatal para cualquiera, encararlo también. Y en su esencia de emoción caprichosa, con los años nos damos cuenta que quien busca el amor no lo encuentra, y quien no lo busca sí. (Piensen en el mito de Dafne y Apolo sino). Nos buscabamos sin buscarnos diría Cortázar. Pero no podemos engañar al amor. Sabe si uno le quiere rehuir o lo quiere encontrar y por lo general nos castiga con lo que no queremos. Amor o no-amor. Maneja ambas gamas. 

Y creo que por más que leamos a Platón, a Descartes, a Fromm, a Baumann, Barthes o Bourdieu, creo que nunca vamos a comprender el amor del todo. Porque el amor es justamente eso, algo confuso, incomprensible, escurridizo, fatal y mágico a la vez. Pero bueno, es parte de nuestra esencia humana vivir con ese tormento del amor o la falta de. ¿No? 

sábado, 30 de septiembre de 2023

Mi Dulcinea



El que busca, encuentra. El que entrega, recibe. Y los últimos serán los primeros. 

Ah re, Dulcinea del Toboso!

Ángel mercuriano del interior.

Bravita muchacha, que con tu caractersito peleador me has cautivado. 

En todos tus rechazos y bloqueos contractuales siento tu deseo reprimido como nunca.

Cuando me ves llegar pones cara de: "Ahí viene otra vez este loquito"

Pero muy sutilmente sonreís como diciendo: "En el fondo me gusta tu visita"

Sos una gauchita un poco artera. 

A veces me cuereás con otros gauchos, pero sabés que eso me vuelve más a vos. 

Cuando me ninguneás por las mañanas, camino del trabajo, yo entristezco. 

Porque en el fondo vos sabés que te amo. 

Ninguna españolita me ha enamorado como usted, con su pelo al viento y neceser. 

Ahora podríamos ser solo amigos, acepto eso de una buena dama.

Pero quiero que sepas

que un día

volveré

para pedir

la eternidad,

que es tu dulce mano.

martes, 29 de agosto de 2023

Cartas a Milena


 12/1922

Querida Milena

                           Te escribo esta carta anónima porque necesito ponerme en el mapa de tu amor. Necesito que sepas que existo. Necesito que me veas, que digas Ahhh si, fulano de tal... Bueno, este Fulano de tal, hace mucho tiempo te conoció cuando naciste. Yo tenía nueve años y fui con mi vieja a la casa de una de sus amigas que casualmente acababa de tenerte. Cuando te vi eras eso, simplemente un bebé que dormía agazapado. Después pasaron los años y me olvidé de vos. Sin embargo nunca olvidé tu nombre. Nunca conocí ninguna otra Milena, asi que de alguna manera ese recuerdo quedó asentado en mi memoria. Los años pasaron, creciste, crecí, nos pasaron cosas, pero tu nombre quedó signado a tu persona para siempre. 

Después, en una de esas casualidades de la vida (no tan casuales según mi sentido místico de la existencia), nos cruzamos en un bar de C... Cada uno que su respectiva amiga, vos con la tuya, yo con la mía. De hecho mi amiga fué quién se acercó a pedirte fuego para su cigarro y bueno, entre una cosa y la otra nos terminamos juntando los cuatro en una misma mesa. En ese momento me quedé hipnotizado por tus grandes ojos negros, tus hoyuelos y tu boca diafana. Después nos pasamos la data y pasamos a formar parte de una red social que nos mantiene "en contacto". Confieso que he cometido el pecado perdonable de stalkearte varias veces porque quedé prendado de tu maravillosa y única sonrisa. Y como cantan los juglares:

Tu piel, tersura incomparable cual suave terciopelo

Tus ojos, tus piernas, tus manos Tus dedos, tus narices

Tu pecho, tu espalda, tu pielTus cabellos (negros)
Tu cintura, tu talle, tus dientesTus labios, tus codos, tus cejasTus brazos, tus pies
Tus pestañas, tus caderas, tus rodillasTus mejillas, tus falanges, tus muñecasTus orejas, tus tobillos, eh... etcétera


Bueno, se entiende el concepto de quedar deslumbrado (no quiero decir enamorado porque no existe tanta confianza). Sé que para vos soy simplemente el señor Ka, nacido en 1883 en un barrio perdido de Praga. No te preocupes Milena, yo también soy de Europa del este. Sé también que has oído hablar de mí y de mis extraños cuentos coloquiales acerca de lo perturbador, lo incómodo, quizás lo bizarro. Pero no te asustes Milena. Yo sé que si me conocieras mejor quizás podría caerte bien. Hasta podrías enamorarte de mí. Según los astros somos de signos opuestos complementarios y una bruja una vez me dijo que mi alma gemela sería una chica que conocí en la niñez, mi opuesto complementario, y bueno... no puedo revelar más. 
Tan solo decirte que si por una de esas casualidades de la vida, que ya nos ha unido en el pasado, pudieras leer esta carta, bueno, espero que me tengas en un poco más de consideración. Porque yo si tengo interés en vos y quisiera ser ese amor que siempre esperaste pero nunca llegó. 

Con mi más sentido afecto
K. 


2/1923

Querida Milena
                          Sé que no me conoces y es que nunca recibí respuesta de mi carta anterior. Reconozco que es medio random que te escriba aquello pero no te olvides que a mi se me da un poco lo bizarro. Es mi naturaleza. Pero no te preocupes, no soy peligroso y de hecho ya no voy a molestarte más. Entiendo que vos estás para otra cosa. Que posiblemente sea la reencarnación de alguna divinidad grecolatina y yo soy un mero espureo, ya entrado en años y decadencia. Sé que estás para algo mejor, jugas en otra liga y no es mi intención hacerte bajar de nivel. Pero más allá de eso, quiero que sepas que aún así seguiré enamorado de vos. Quizás hasta que muera o quizás sólo hasta mañana a la tarde. Perdón, es que tengo otras citas y mujeres mucho menos pretenciosas que vos, anteponen su corazón a su vanidad y realmente creo que no sos la indicada pàra mí, mi eternamente bella y añorada Milena. Me estoy haciendo viejo sin tu amor, pero recordá que yo estuve ahí, antes que nadie. Y merezco algo más que sólo tu cortes desdén. 
Recuerdame como aquel que te amó y no pudiste ver...
Con irremediable amor x.x.x
Señor K.

viernes, 14 de abril de 2023

¿A quién amar?


A veces se hace complicado "encontrar alguien a quien amar" como cantaba Freddie, es cierto. Quizás muchos digan que el problema con el amor es que cuanto más se lo busca más se escabulle de nosotros, como un querubín escurridizo y anticomplaciente. Sí, es posible que esa sea Una explicación. 

De todos modos, a veces el amor sólo y sólo si uno hace algo. Quedandote en casa de brazos cruzados no pasa básicamente naranjú. ¿Y entonces? ¿Que hacer? En principio diría que algo hay que hacer. Tal vez no salir desesperado/a por las calles de Costa Rica (Ae ae que sabroso), buscando un amor. No... Peeeeroooo, algo tenemos que hacer. 

Cuando le hablamos a la chica que nos gusta, por lo general demostramos el interés. es casi imposible no hacerlo. Al menos para mí. Cuando las invitamos a tomar algo aprendí que es muy posible que no pase nada tambien. Sin embargo, a mis veintis casi siempre invitar a salir a una chica significaba que algo iba a pasar y si no, era mucho más bajo el porcentaje. Hoy en día, casi a los 40s me doy cuenta que uno puede salir a tomar algo, hablar, charlar, caerse re bien, compartir un montón de cosas y sim embargo, nada. No pasar absolutamente nada. Es más, muchas veces pueden acceder a salir a tomar algo con uno y sin embargo, en medio de la juntada tirarte como si nada que están saliendo con alguien... y que tiene? Está absolutamente todo bien. Es de lo más normal que a "cierta edad" se de esto. Que salir a tomar algo no signifique ninguna otra cosa más que salir a tomar algo. Me encanta, no tenemos esa presión de la juventud de que si salimos todo tiene que salir perfecto y que buscar el momento de tirar el beso y toda esa rosca lunática que al final nos neurotiza y nada soluciona. 

Hoy vivimos tiempos mas sofisticados, modernos y liberales. Las citas ya casi no existen como tales sino como meras juntadas de ir a tomar o morfar algo y luego bye. Casi nunca pasa nada más allá de una charla amistosa. Me parece perfecto pero entonces, ¿como ligamos con alguien? Ahí está la cuestión. Ligar está más complicado que en otros tiempos. Pareciera que todos desconfian de todos. Las mujeres, como siempre a la vanguarda, levan la delantera de mostrarse mucho menos desesperadas que los hombres. Eso, y el hecho de que o somos unos pajeros que nuestro mundo gira en torno de ellas, o somos unos machistas misóginos de cuarta a lo Cacho Castaña. Pareciera difícil encontrar el equilibrio en nuestra forma de relacionarnos con ellas. ¿Tan difícil iba a ser? Y sí, la verdad que lo es. Empezando que ni ellas ni nadie tiene absolutamente nada en claro, empezando por qué es lo que quieren de la vida. Trabajar de algo que les gusta. Viajar y recorrer todo el mundo. Formar una familia. Irse a vivir a la montaña. Criar conejos. Ser dealer. Estrella del porno. Profesor. Empleado público. O quizás un linyera fuera de las reglas de la sociedad. Mucho menos saber que queremos de una relación. A quién amar? A veces sentir que tenemos demasiado amor para dar pero nadie que lo merezca parece una trampa de imposible solución. Sobrevaloramos demasiado a lo que llamamos amor y la mayor parte del tiempo es sólo ego mal canalizado. En realidad no importa tanto el otro sino meramente sentir que existe alguien que se anima a recibir esa pomposidad amorosa. Eso nos hace sentir más centrados en la vida. Nos vemos mejor. Olemos mejor. Cojemos mejor. Escribimos mejor. Todo pareciera salirnos viento en pompa cuando todo parece haber al fin encontrado su justo equilibrio. Pero los seres humanos somos por lo más bastante falibles y eso hace que cuando se saca esa frágil pieza del amor de pareja todo se desmorone de una manera bastante contundente. 

Todos amamos, somos amados, y merecemos todo el amor que creamos que merecemos dar y recibir. Pero es una cuestión de vida o muerte entender que con ese grado de fuerzas tan poderosas no se puede jugar a la ligera. Depositar un vagón de espectativas en un otre puede ser fatal para nuestra frágil autoestima y si nos agarra mal parados, agarrate catalina!

Aprender a estar solos, no apurar los trámites y ser medidos en nuestras pasiones, puede ser la clave para... no ser unos rompehuevos insoportables. He dicho!

miércoles, 28 de diciembre de 2022

La muerte de Poliamor

Poli va camino arriba, le gusta verse en las mañanas, como amor de primavera.

Poli va al baño porque siente ganas. Ya no es un niñato tío jodé...

Poli se estresa porque siente que ya no tiene suficientes amantes. 

Poli se trastorna porque dice que cuando tenía 15 se imaginaba que cuando tuviera 20 tal cosa... y cuando tuviera 30 tal otra. 

Poli es infumable. Ninguna de sus amigas la quiere, ni siquiera su hermana gemela Bi...

Poli da vueltas y vueltas, se acuesta con fulano, se acuesta con mengano, pero nada la satisface. Todos le parecen unos pobres gusanos. 

Poli siente que el mundo no está preparada para ella, que todos son demasiado básicos, se quedaron en la Edad Media, dice...

Poli ame un tano, (poliarmentano), es una figurilla árabe producto de esa década tan árabe que fueron los años 90...

Poli quiere sentirse una reina, o un su defecto una princesa, que todes la adoren, que le laman los pies y sientan que es mucho mejor que la vieja y conocida Mona...

Poli siente celos de su amiga, de su hermana, siente envidia de todas aquellas que pueden asentarse de una sola vez y para siente. 

Poli se siente frustrada, fracturada por un mundo posmoderno que no la entiende, la usa solo como un punto de descaraga de frustraciones y ya...

Poli se siente tan enajenada que piensa que su nueva performance de influencer en la generación de cristal es debido a un talento y carisma personal...

Poli es una pobre chica, como la Stacy Malibú... No le pregunten nada a ella porque no sabrá que responder...

Poli se creía una gran pintora, una gran artista y poeta, pero Poli es sólo Poli, un cúmulo de relaciones vacías y sin sentido que flota por la sociedad como una nube pasajera...

***

No culpemos a Poli, no hagamos con Poli lo que ella hizo con nosotros, leña del árbol caído. Poli necesita amor, como todos nosotros. 

Es solo que Poli es lo contrario a amor. Lo es y no lo sabe aún. Y sigue viviendo en esa contradicción latente, lacerante de su más absurdo y contradictorio ser. 


domingo, 20 de noviembre de 2022

No aclares que oscurece


 

María:

Buenos días Roberto. ¿Cómo estás hoy? ¿Qué te parece el eslogan?

Roberto:

Hola María, o Julieta de los espíritus, qué cosas más graciosas dices... me parece aterradora la consigna. ¿Y tú Santino? ¿Qué piensas de todo esto?

Santino:

Creo que todos deberían irse a la mierda. Con sus consignas y sus tonterías. Marcio me tiene con ser cool. ¿Qué diablos es toda esta mierda? vayan a la mierda todos y todas.

Anita:

No seas cara de santa. Puede que no pienses lo mismo, pero no hay necesidad de bastardear el lenguaje.

Santino:

Voy por las bolas a la lengua.

Anita:

¿Qué diría Cervantes si te hiciera caso? Lloraría lágrimas de tinta.

Santino:

También se lo doy a Cervantes...

Anita:

Eres un maldito, un cerdo, un villano educado y un payaso.

Santino:

Frotar bien la quena Anita.

Anita:

Sucio como la mierda. Te odio.

Roberto:

Bueno, bueno, bueno, a ver chicas… que haya paz y tranquilidad entre ustedes tortolitos…

Santino: Y vos cállate, maldito pedazo de mierda. ¿Quién diablos te dio una vela en este funeral de salami?

Roberto:

Ay, no puedo trabajar así con este troglodita de al lado, me voy al centro comercial con las niñas, adiós.

María:

Espérame Robert, no quiero estar a solas con estos dos gordos. Arruina mi cutis...

 

Roberto y María abandonan el foro. Anita parece que está a punto de irse, pero regresa y se enfrenta a Santino, que todavía está sentado y señala el suelo con cara de enfado.

 

Anita:

Además, eres un gran botón, porque ¿a quién se le ocurriría casarse con un hombre amargado como tú?

Santino:

Tú, solo tú puedes pensar en una cosa tan dispar. Vamos cariño, solo déjame pensar que lo necesito. Métete en el pedo y piensa. Pero sobre todo colarse...

Anita:

Eres un transatlántico. Todos odiamos las consignas de taller, sobre todo cuando no generan creatividad en las personas, hasta que te invitan a tonterías... pero aquí estamos queridos, poniendo un toque de onda... ¿no crees?

Santino:

¿Quién eres espineta magra? Vamos, no quiero llevarlo contigo. Tómalos con un toque...

Anita:

Me voy, pero quiero que sepas que es posible que no me vuelvas a ver por un tiempo. Creo que es hora de dar un paso atrás. Todo este tiempo he estado pensando en eso y no en si estamos hechos el uno para el otro.

Santino se levanta de su silla y el objetivo con una expresión de miedo en su rostro delgado.

Santino:

No digas eso bebe, tu sabes que te amo. Eres una mujer hermosa, buena, inteligente, atenta... No quiero perderte así...

Anita:

Bueno, llamaste tarde cariño. Lo pensé antes. Siempre quisiste que fuéramos una pareja tan libre como el viento, como el pájaro que cocea en los umbrales eternos de la noche, pues... núcleos eternos de los abismos cotidianos, creo que los que no te incluyen te violan. ..

Santino:

Basta de mi amor para hacer de poeta. Va de Spinetta a Miguel Abuelo con una velocidad que supera todas las emociones abrumadoras del último ser de mi alma...

Anita:

Abramos el núcleo de interrogantes internos que obran en lo insondable de nuestra alma, para luego venerar el espíritu que vino del cosmos nómada...

Santino:

Abrumados por los tormentos, creo que nuestros cuerpos ahora se necesitan más que antes... figura abrumadora de mi cosmos perplejo, ¡ven a mí!

 

Anita huye de él pero Santino se une a ella y ambos se funden en un abrazo abrumador.

viernes, 14 de octubre de 2022

Carmenchu



Elevando una plegaria al astro solar, pienso, luego existo en este vendabal de emociones descarnadas,

(na vez me enamoré de un hada, otra vez de una reina), 

pierdo la foggy noción de no saber que me pierdo en el laberinto del amor no correspondido.

Entre amores y desencantos, he ido descubriendo que algo se me escapa siempre que me enamoro de alguien, y es el hecho del tercero en discordia. Algo que me perturba aún más cuando estoy con alguien. 

La figura amenazadora del otro siempre es una proyección de un rival que en realidad es fantasmático, ya que el enemigo sólo está en uno mismo.

***

Historia de amor del gallego y la polaca, de como no se concretó, como quedó trunco y unas pocas cosas más... 

Cuando me enamoré de Carmenchu me pasó una cosa rara. Ambos estábamos con parejas en el momento que nos conocimos. Ella subida a una escalera. Yo era nuevo. Le vi sin querer la parte superior de su bombachon blanco. Lejos de excitarme me causó cierta ternura por la nula búsqueda de gustar al otro, sino por la libertad máxima de ser y nada más, sin buscar agradar. 

En una segunda instancia nos conocimos un poco más y aparecieron algunas coincidencias entre nosotros. Y más allá de esas cosas hippies, nos caímos bien, que es lo más importante. En poco tiempo era una de las dos personas que más quería allí. La sentía como una especie de hermana cósmica perdida y encontrada en el lugar menos esperado, en medio del trajín urbano y un ámbito laboral no del todo benevolente. 

Compartimos tardes, charlas, influencias astrológicas y cierta irrefrenable pasión por el arte y la literatura que me hizo pensar varias veces, ¿por qué no nos conocimos antes y bajo otras circunstancias? Cumpliamos con una semana de diferencia, primero ella y luego yo. El día de mi cumple ella me trajo un paquete de Skittles. En sí parece un mero gesto amistoso, pero a mí me llenó de alegría. Pienso que es en lo simple y, sobre todo, en la intención donde reside el secreto de la felicidad.

A veces la miraba a los ojos y me parecía una extraña experiencia, como si de sondear el abismo de su ser se tratase, ya que sus extrañas pupilas me hipnotizaban de una manera total. Su estilo calmo, su parsimonia para las cosas y su agradable buen sentido del humor me terminaron por convocar en su más amplio aspecto. Lo mío trascendía un mero enamoramiento circunstancial. Sentía que en un multiverso posible ella sería esa absurda media naranja del concepto romanticista. Pero más allá de ridículas catalogaciones, ella ocupaba mis pensamientos. Sobre todo cuando a los pocos meses de conocernos, mi pareja decidió dar por finalizada una relación que se había convertido en un callejón sin salida para los dos. Ninguno podía crecer al lado del otro, las diferencias se terminaron por consolidar y ya ni teníamos ganas de ponerle onda al sexo. Así que taza-taza...

Yo estaba en buena parte aniquilado. Cada ruptura me hace añicos el ánimo, la autoestima, las ganas de amar de nuevo y necesito volcar cantidades industriales de energía (que no suele sobrarme) para seguir adelante y no caer en un pozo rallano a la depresión. Todo ese gasto energético me salva del bajón pero me deja agotado, aniquilado, y por si fuera poco, no evita que por momentos sienta fuertes momentos de tristeza y desolación. En mi caso estas situaciones suelen trastocarme mi función onírica con sueños de angustia, pesadillas y una bonita parálisis de sueño que tendría su auge en aquellos momentos de mi vida. 

A los pocos meses, las circunstancias me separarían de Carmenchu para siempre. Cuando finalmente pude levantar cabeza (un poco aunque sea), me dí cuenta que aquella chica (que amaba en secreto porque el nuestro era un amor condenado a no poder expresarse nunca, a no poder concretarse) se había ido para no volver. Todo lo que quedaría sería un contacto virtual en el cual de vez en cuando nos expresaríamos nuestro afecto saludandonos para cumpleaños o ya ni siquiera. A mi lo que más me jodía era la sensación de estar super enganchado con ella y no saber si a ella le pasaba lo mismo, pero sobre todo el hecho de haber conocido a su pareja y que me hubiera caído bien, entonces como que tampoco quería meterme en el medio. Todos esos sentimientos me generaban mucha culpa (absurda culpa) y entonces me quedaba con la sensación de no quedar otra que meterme todos mis sentimientos, bueno... en algún lugar perdido de mi interior. 

El muchacho que la cortejaba tenía mejores condiciones que ofrecerle, quizás era más simpático y buena onda que yo, quizás mas fachero (aunque eso y todo lo demás es subjetivo), pero sobre todas las cosas, había llegado antes y yo tenía que respetar eso. Al menos, eso es algo que tiendo a pensar porque prefiero pensar así y es mi problema creer que después eso será respetado si yo soy o fuera ese él... no sé si se entiende...

En fín, lo que digo es que tuve que aguantarme la situación porque no quedaba otra. Luego me pondría en pareja durante varios años, casi olvidando todo el asunto. Pero mis tiempos no son los de los demás y evidentemente lo que para mí fue una eternidad no lo parece para otras personas. Yo me separé y en cambio ella siguió con ese muchacho, y siguió, y siguió, y sigue... y seguirá supongo, que por un lado me alegro por ella. Por otro lado, maldigo mi clandestina suerte caprichosa, maldigo mi Cupido personal que me condena como a Apolo a enamorarme de un amor no correspondido e imposible. Siempre me he enamorado de mujeres que están muy bien con sus parejas y que duran añares juntos lo que me lleva a la conclusión de que evindentemente ellas son las mujeres indicadas, sólo que llegué tarde... o quizás no, pero por ahí iba la cosa. 

Sólo me resta pensar que quizás esa relación se concretó en un mundo alternativo, en un mundo disperso, en un oximorón de algarroba abuela que teje sus sueños de vendabal incongruente, entre los álamos de la disfonía inversa de la soledad condenada al arrumaco eterno de sendos corazones hermanados por el amor fraternal del deseo inalcanzable de Turno y Lavinia, en cuyas redes viajan las emociones descarnadas del amor que no se logra concretar por tremendas disfonías ancestrales de...



domingo, 28 de agosto de 2022

Ñoquis del 28


Existe la leyenda de que los ñoquis se comen todos los 29 de cada mes. Bueno, quizás exceptuando febrero que llega hasta el 28, pero de todos modos ¿quien podría querer comer ñoquis en verano?

La cuestión es que se impone la fecha del 29 para comer este extraño platillo que consiste en unas bolitas de harina y papa. Los ñoquis son bien raros. Si nos ponemos a pensar a fondo toda la comida es bien rara. ¿Por qué comemos cosas de una manera tan rebuscada? Al punto que a veces es más complicado preparar todo que luego comer. Quizás, la comida sirva como metáfora de cualquier placer, el verdadero gusto está en la previa, el "acto" en sí, es solo la culminación, el climax. 

De todos modos, es un gran placer comer cosas ricas, aunque su preparación a veces pueda ser un suplicio. El caso de los ñoquis no es tan grave, sin embargo, ver a Andy Garcia explicarle a Sofia Coppola como se hacen los ñoquis, de una manera tan sugerente, nos hace pensar que todo tiene su encanto (en su debido contexto claro). 

Volviendo a la fecha en cuestión, recuerdo que de niño se hablaba de un la fecha 29 pero que a veces se mencionaba también otra como alternativa y ésta era la del 28. ¿Los motivos? Quizás para poder incluir al acotado mes de febrero y que ese platillo tenga una presencia mensual en cado uno de los doce meses de los argentinos. Pero también quizás solo sea porque el 29 la gente se avalanzaba sobre las casas de pastas para conseguirse sus ñoquis de la fecha y agregando un día previo, se podía dosificar la venta, darles tiempo de preparar más. O que quizás, como hoy un domingo 28, la gente no se privara de comprar ñoquis sólo porque mañana es el día. Un domingo al mediodía, que en teoría la familia está en casa, se podría dar una ocasión ideal para comer ñoquis. 

La verdad que no importa tanto que se come el domingo al mediodía, de hecho hoy voy a comer milanesas con ensalada. Casi me siento tentado de comprar ñoquis pero no. Uno termina siendo esclavo de las convenciones y no es cuestión. Se pueden comer ñoquis los martes y miércoles, como los sábados y lunes, o los 29, 28, 27, 26... etcétera, etcétera. Amasarlos con tenedor o con el dedo es lo de menos... Lo que importa es que sean hechos a mano, en casa. Amasados por Andy García o Sofia Coppola o la tía Teresa, poco interesa. Y si son comprados, que sean de una buena casa de pastas que le haga honor a su tradición pastera. Por favor, evitar comprar ñoquis en los supermercados, marca Zaraza... Eso es lo peor que se le puede hacer a la hermosa tradición ñoquera que tenemos acá. Y después, comerlos en la fecha que pinte y ya fue. 

Saludos culinarios a todes y a gozar. 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Siempre te amaré o La incondicionalidad en el amor

En ocasiones sentimos que amamos a alguien y lo amaremos por siempre. Otras veces, nos gusta alguien, pero sabemos que es solo eso. Llamémoslo deseo, obsesión, excitación, atracción, etc. Todo eso es muy bonito y divertido pero como todo lo que es intenso tiende a la entropía... lo que empieza como una explosión de supernova, acaba en una triste enana blanca. Nada dura para siempre.

Sin embargo, el amor es otra cosa. El amor perdura, sobrevive a las relaciones y creo que cuando hacemos el amor, queda algo en los dos para siempre, una energía compartida entre esos dos seres. Uno puede no llevarse bien en el plano mental y hasta físico, pero si hay amor, algo queda... Es entonces así que uno puede volver a enamorarse, muchas veces, ilimitadas. Pero todas las personas con las que quedamos resonando quedan en un lugar de privilegio en nuestros corazones. 

Por ejemplo, también pasa con los seres que ya no están. A mi abuela la amaba ¿y que? ¿Eso significa que no la amo más porque murió? No, ya no podré manifestarle mi amor en este plano físico, pero la sigo amando y la amaré hasta que yo me vaya. Lo mismo sucede con las mujeres que amé. Quizás tuvimos diferencias, peleas, discusiones terribles, pero hoy ya pasó todo eso y a quienes en verdad amé, sigo amando y amaré por siempre. 

Eso no significa que el amor sea incondicional a una persona. De hecho amamos a padres, hijos, hermanos, tíos, parientes, amigos, parejas, mascotas, y hasta a muchos de nuestros héroes. El amor no es algo incondicional. A todos, nos sobra y rebosa el corazón. Todos tenemos amor sin límites para dar, y en un mundo utópico, nos deberíamos amar entre todos, y aún así no seguiría sobrando amor. 

Con esto no intento hacer una apología del poliamor o del amor libre. Porque en las relaciones de pareja entiendo que si uno realmente ama al otro, no existe la necesidad de buscar otras relaciones románticas, pero también es importante entender que es imposible exigir amor incondicional, porque siempre amaremos a muchas personas, más allá de nuestras parejas. 

Y las personas que ya no forman parte de nuestra vida, pero que fueron lo suficientemente importantes para haber dejado una huella indeleble, con las que vivimos momentos que nunca olvidaremos, seguirán vibrando y siendo amadas hasta el fin de los tiempos. 


jueves, 5 de noviembre de 2020

Iba acabándose el vino

 

Iba acabándose el vino, cuando Pedro entendió que había llegado el final. ¿De qué? No lo tenía muy claro. Pero sentía en su interior que comenzaba a elaborarse un duelo. El reloj había dado las seis, pero esta vez era de verdad el fin de algo. Ya no quedaba casi ninguno de los comensales. La comedia había salido mal. Todos habían disparado hacia sus casas con malas caras.

Carlos había ido a encerrarse a su cuarto y desde allí se oían unas suaves notas en el piano, bastante melancólicas. Su ex novia Rosi, se había ido hacía un cuarto de hora con su mejor amigo. Esta noche a Carlos le tocó perder. Pedro se sintió culpable de haber organizado la fiesta y sin querer, colocar las cartas sobre la mesa para que sucediera cualquier cosa. Pero no hubo animosidad. Solo el dolor de saber que este grupo de amigos no se juntaría nunca más a comer, a tomar, a charlar, a bailar o a ver una película. Era el fin de la infancia. Para todos.

Con Pedro solo quedaba Raúl el santafesino, el cual no solía involucrarse en los dramas emocionales de sus amigos porteños a los que consideraba muy llorones. Seguía en la mesa como si todos estuvieran aún allí. Se bajaba sin parar la última botella de vino. Raúl era un personaje pintoresco, de esos que le sacan solemnidad a cualquier cosa que pueda prescindir de ella. Antes de tomarse un vaso de vino, saludaba con una inclinación de cabeza y levantando el vaso decía “salud a la compañía” o “salud paisano”, “la sangre de Cristo”, etc, etc. Mientras, Pedro, se encontraba en la nada envidiable tarea de limpiar la casa. Levantar los platos y vasos. Llevarlos a la bacha de la cocina. Tirar toda la basura al gran tacho. Tirar botellas de vino, latas. Y por último, fregar el piso que era un pegote a punto de cobrar vida para así engullir a los sobrevivientes de la debacle.

La luz del alba empezaba a despuntar por el este, cubriendo de a poco el cielo nocturno con un leve resplandor celeste que se iba desperezando lenta pero inexorablemente. Pedro le pidió a Raúl que levantara los pies para fregar bajo de sus nuevas botas texanas traídas de Estados Unidos. El santafesino accedió a esta petición y antes de vaciar el último trago sentenció “por la última curda con los amigos”. Pedro lo miró comprendiendo que el robusto santafesino sabía todo lo que pasaba a su alrededor, pero su estilo era el campero: no mostrar sus sentimientos, porque esa es la trampa en la que para él, caen los hombres de la ciudad. Para después terminar con problemas en la mente o adictos a drogas foráneas, o se hacerse gays. Pero Pedro entendía que Raúl tenía una educación distinta, quizás un poco rústica y conservadora. De todos modos lo quería.

Raúl lo miraba con una mirada comprensiva y amistosa. Le dijo a Pedro que trajera las guitarras porque algún día tendrían cuarenta años y se acordarían de la última noche con el grupo como lo conocían desde niños. Pedro se lo pensó un poco y decidió dejar de limpiar la casa. Ya habría tiempo para eso. Fue a buscar su guitarra y la de su amigo Carlos. Se la pasó a Raúl que se había prendido un cigarrillo mientras. Afinaron concentrados. Luego Pedro se prendió un cigarrillo y lo miró a Raúl. Comenzó un arreglo de arpegio en si bemol. Raúl se limpió la grasa de las manos en su jean e intentó acoplarse a la melodía propuesta por su amigo. Sin mediar palabra, los dos amigos comenzaron a tocar sin pensar en el mañana. Era un diálogo musical en el cual intentaban ahogar esa pena que ambos compartían, mientras el sol se elevaba como una plegaria de despedida. 

sábado, 17 de agosto de 2019

33 canciones por minuto



7) Guilty por Al Bowly, esa especie de Gardel inglés, muerto de un bombazo en la segunda guerra mundial. Esta azucarada canción me retrotrae al año 2009 y recién ahora que escribo esto lo recuerdo todo. Andaba por allí yo, medio perdido y solo en la vida, cuando ella volvió. O volví. La busqué y ella respondió el llamado. Nos vimos, volvimos a desearnos, después de cuatro años. Y entonces, una noche me hizo escuchar esta canción y Django Reinhardt. Y me volví a enamorar de ella. Y recuerdo aquellas noches como una época muy mágica de mi vida y ésta canción es la prueba de que todo eso pasó. Y aunque no siempre todas las historias de amor terminan bien, aquellos fueron tiempos que atesoro en mi memoria como quien guarda una cajita con tu juguete preferido dentro. Y solo en raras ocasiones acudimos a él, porque, aunque es un lindo recuerdo, es justamente eso, un recuerdo y en la vida no queda otra que ir para adelante y soltar a quienes ya no están...


martes, 25 de agosto de 2015

Nuevos trapos

Me pediste que te escribiera una carta... En realidad no me pediste nada. Nuevamente me encuentro mas solo que Stalin o Hitler el día del amigo. De hecho ellos tenían bocha de amigos mas que yo seguramente. Pero eso no viene al caso.
Al caso en cambio, si viene el hecho nada menor, que otra vez escaparon de mi. Huyeron de mi como si fuera la personificación misma del mal. Y quizás lo sea. Aunque no lo creo del todo. Creo que hay gente mucho peor que yo. Gente mucho mas loca y conflictiva que yo. En fin, creo que no soy tan mal tipo. De hecho creo que soy un buen tipo. Es mas, los que me abandonan, son los primeros en reconocerlo. Pero estamos todos tan locos, somos todos tan neuróticos e histéricos, tan gata floros, tan acomplejados, tan cobardes, etc, etc, que no lo perdonamos ningún defecto al prójimo.
¿Ah sos celoso? Curtite, que dios te ayude. ¿Ah sos medio calentón? Curtite man, que dios te ayude. No importa nunca si por otro lado sos el tipo mas caballeroso, considerado, afectuoso, buena onda, divertido, gracioso, regalero, compañero, escucha, buen amante, lindo y encima interesante desde cualquier plano y punto de vista intelectual y cultural. No! ¿Tenes un par de complejos? Listo, curtite, no te banco una.
Entonces lo único que me queda es la soledad mas miserable. Estar solo. Ya no esperar conocer a esa persona especial que pueda formar con uno algo lindo. Algo bello que nos haga bien a ambos. Alguien que le ponga onda, que le ponga alegría, amor y belleza a la cotidianeidad mas chata. Alguien que se complemente con uno desde lo productivo. Alguien que sea feliz y que tenga ganas de vivir, de amar y ser amado. Alguien que quiera viajar, compartir músicas, fumar porros, garchar, mirar cosas lindas, pasear, ir a museos, salir a comer afuera, bailar, tener mascotas, una casa linda para compartir, salir con mi hija, quererla como propia, y sobre todo que tenga ganas de hacer cosas y contagiarse todo el tiempo una buena energía con el otro.
Eso quiero. Ni mas ni menos. La casa, los hijos y todo lo demás, vendrá luego si quiere venir. No tengo apuro. Pero en si quiero alguien con quien compartir mi vida feliz.
¿Es mucho pedir? Realmente... quizás lo es. Pero no creo.

domingo, 15 de junio de 2014

En su sonrisa estoy yo

Tengo una hija que se llama Juana. Es una nena hermosa de casi dos años.
Yo la amo porque me ama y amo al mini mi que hay en ella.
En su sonrisa estoy yo.
Una parte mía vive ahora en ella y crece. Y tiene un corazón enorme.
Seguí creciendo así, que sos un ser maravilloso y lleno de luz.
Y entonces vas a iluminar no solo la casa, sino a todo tu alrededor, cada vez que vayas.
Y los que te rodeen te querrán porque los iluminarás.

viernes, 28 de marzo de 2014

Apendicitis con cuchillo y tenedor


Hace poco mas de ocho años tuve apendicitis aguda. Casi muero. De amor...
Porque en aquel entonces tuve mi primer amor fuerte. Mi primer enamoramiento. Mi primer ruptura dolorosa seria. No era mi primera novia, no era con quien perdí la virginidad ¿perder? No salimos años, apenas algunos meses. Un verdadero y literal amor de primavera.
Una tarde en la casa de sus abuelos nos pusimos a hablar de cosas varias. Preparó un café con leche. Comimos algunas galletitas. Me dijo que no quería seguir saliendo conmigo porque se volvía a Salta e iba a pasar todo el verano allá. No daba seguir algo a distancia. La lógica y mi propio criterio le daban la razón. Sin embargo en mis breves 22 años no lo quise ver así. No lo quise entender. Lloré. Ella no. Me fui triste a mi casa. Esa noche no cené. Me fui a la cama a dormir.
Al otro día era feriado. De esos que no queda otra alternativa que sufrirlos. Me levanté con un malestar en el estómago. A la tarde tenía que ir a trabajar a un cutre call center. Me acuerdo que me visitó mi abuela aquel día (que Dios la tenga en la gloria).
El dolor no era muy identificable pero se hacía mas agudo a cada momento. Sufría, pedía a gritos un calmante. Un aliciente que pudiera paliar mi dolor. Mi doble dolor. Físico y del alma.
Me llevaron al hospital. En la guarda hice cola para ser atendido, pero la mayoría eran skaters con leves raspones de sus torpes caídas en el Parque Centenario.
Hasta que se dieron cuenta pasaron los minutos mas infernales de mi vida. El dolor me doblaba literalmente de dolor. No podía pararme ya siquiera.
Me dejaron pasar. Un médico me revisó, le pedí ayuda. Dijo que era una grastroenteritis nomás. UN reliverán y un buscapina y chau. Cualquier cosa que vuelva.
Tomé todo lo que me dijo, pero para la tarde seguía hecho una piltrafa. Ya no podía pensar del dolor. Estaba suspendido en una especie de limbo. Había caído en alguno de los círculos del infierno. Seguro.
Me llevaron de nuevo. Esta ves con mas discernimiento y pujanza. Me hicieron pasar en un estado casi agónico y fui rápidamente abandonado en una camilla.
El diagnóstico había sido equivocado. Me mandaron a hacer radiografías, extracciones de sangre y exámenes de orina. No se como pude moverme. Creo que hacía varias horas que ya ni hablaba y me movía como un zombi ajeno al mundo circundante. Podrían haberme cercenado, castrado y mutilado que ya no sentía nada. Estaba embotado.
Finalmente me vió el cirujano, luego de haber quedado tendido por horas en una camilla como Renton en Trainspotting. Hizo la famosa técnica del soltado en la zona de complicación. Su diagnóstico? Apendicitis, un corazón roto y un mal diagnóstico.
Entonces se preparó todo para la operación de urgencia. La cosa era grave. Si no operaban ya, se podía infectar y terminar muriendo por necrosis interna. Ok, nunca me sentí tan cerca de la muerte.
Tenía miedo y a la vez una vaga excitación por entrar a un quirófano y ser operado por primera vez.
Pedí calmantes pero me los negaron. Luego me suministraron una inyección en la nalga blanca. Su pinchazo fue irrisorio en comparación al sufrimiento vivido.
Pasé a un cuarto donde me dijeron que me desnudara todo y me pusiera una especie de toga descartable y altamente transparente. Me daba verguenza. Pero todo dolor puede mas que todo pudor imbécil.
Una vez en la sala de operaciones me vi rodeado de médicos. Había uno que llevaba la posta. Tuve un leve temor. Me dijeron algunas palabras tranquilizadoras. Me sentí en buenas manos, no se porque, pero confié en ellos. ¿Tenía opción?
Me pusieron una mascarilla en la cara. El famoso anestésico total. Me dijeron que contara hasta diez. Me reí y empece a contar pensado que no pasaba nada. A los cuatro segundos se hizo el negro total.
...
No recuerdo ningún sueño de aquel apagón. Creo que me habían mandando mas profundo de lo que nunca había estado.
Cuando abrí los ojos por primera vez me vi siendo transportado en una camilla por pasillos y ascensores del hospitales, con algunas caras que no pude reconocer jamás. Volví a dormirme.
Cuando desperté de nuevo, estaba en un cuarto oscuro y mi padre estaba a mi lado. Me dijo algunas palabras suaves y me dormí de nuevo.
Al otro día desperté y tenía a mi familia conmigo. Me visitaron mis amigos, mi abuela, mi hermano, mi prima y hasta ella. Me sentí muy querido por todos. Y mas allá de aquel mal trago me sirvió para darme cuenta que aunque sean pocos, o me se hayan alejado de mí, aquellos que quiero me quieren y yo los quiero.
Luego pasaron muchas otras cosas, pero que son parte de otro capítulo de mi vida.
Estuve internado tres días y luego a casa. Me quedó una hermosa y roja cicatriz cerca de mi pelvis. La doctora me dijo que con el tiempo se iría, pero yo sabía que no era verdad. Esa marca me acompaña igual desde el primer día que la tengo. Esa marca es mi primer corte, es mi primera operación, es mi primer herida por amor y la llevo orgulloso hacia mi destino final.

lunes, 27 de enero de 2014

La resignificación del recuerdo triste


-¿De alguna manera queres romper con tu pasado? 
-No, pero quiero que el pasado no me rompa a mi. 
-¿De que manera podría romperte?
-Y no se... Muchacha...

Entrevista a Spinetta. 1986.

Muchas veces sentimos que hay ciertos recuerdos de experiencias, momentos y personas ligados a determinadas canciones y hasta fragancias. 
Se nos hace intolerable por momentos revivir esos momentos, mas si nos recuerdan algún amor perdido o momentos de la época de uno. Sobre todo si esos momentos fueron bellos momentos, porque sabemos que ya no los podemos recuperar y que viven en alguna parte de nuestra memoria. Incólumes e imposibles de revivir. Pero mas que nada mitificados. 
Es imposible que no recuerde a V si escucho de pronto el disco Días y flores de Silvio Rodriguez, y aquel año único que fue para mi el 2005. 
Imposible que no recuerde a A si escucho The universal de Blur y el 2008. Época en que sonaba mucho ese tema en nuestros momentos juntos. 
Todas estas cuestiones nos pasan a todos los que amamos. Algunos las sobrellevan mejor y otros como yo o el flaco, no podemos evitar quebrarnos, aún así hayan pasado casi diez años. 
Idealizamos por demás aquellas épocas y creemos que nunca viviremos tiempos así de felices. Sin embargo ese es nuestro error. Ahora mismo estamos viviendo tiempos increíbles, conociendo a personas maravillosas y escuchando otras canciones que, cuando tengamos cuarenta años, nos recordarán este momento que pensaremos, fue único y no supimos valorar.
Somos seres que nos encanta sufrir y llorar por el pasado, somos hombres sensibles con alma nostálgica de tangueros, rufianes melancólicos y nunca estaremos contentos con nuestro presente. 
Por eso mismo caeremos víctimas de nuestro propio pasado. 
A menos claro que, logremos resignificar todo aquello que está ligado a un recuerdo. 
Y eso es lo que estoy haciendo, y eso es lo que esta generando que esas canciones o discos vedados, vuelvan a mi, ligados a otras personas y a otros momentos, que son parte de mi presente, que por ser eso, mi presente es mejor que cualquier recuerdo ficticio de un pasado estúpidamente idealizado. 
Vivan el hoy. El pasado pasó y el futuro nunca llegará. 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Sagitarianas



Las bravas guerreras sagitarianas son como amazonas palpitantes. Me desvelan, me atrapan, me atacan.
Las sagitarianas son como valkirias queridas, feroces, pasionales, amantes.
¿Cuerdas? Un poco locas, un poco brujas. Sensibles. Dionisíacas. Místicas. Sensuales.

La conjunción precisa de nuestro segundo chakra nos hace pensar que fuego contra fuego se alimenta y que todo lo demás, sobra en un mundo donde, si los elementos no coinciden, se destruye el magma perpetuo.

No mas reptiles, ni animales fríos. Ni insectos, ni maremotos. Solo un grado certero de animales mitológicos o cuadrúpedos mamíferos, dignos del amor que se merece un animal de sangre caliente.

Flechazo entonces para este viejo León de Nemea.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Pibes y porqueterías


Era sábado a la tarde y tuve que dejar mis juegos para acudir al cumpleaños. La cita era a las cinco de la tarde en el edificio que estaba doblando la esquina. A las 20 horas era le horario fijado para que nuestros padres nos fueran a buscar.
Leandro festejaba sus primeros diez años de vida. Momento importantísimo para cualquier niño que tenga consciencia de su otredad.
Me di un baño y me perfume con medio frasco de perfume Pibes. Me puse una camisa cuadriculada y unas bermudas. Y zapatillas claro.
Cuando llegué estaban casi todos mis compañeritos del colegio, mas algún que otro familiar de Leandro y amigos de otro lado.
En principio nos juntamos en grupitos. Pero después, la hermana mayor de Lea puso música y un poco se nos incitó a bailar con las chicas.
A mi me gustaba Andrea. Una compañera de piel muy blanca y pelo largo, negro y ondulado. Era un poco sabelotodo, muy charlatana y tenía pequitas en su cara.
Alguien que no recuerdo propuso el juego de la botellita. Otro u otra, propuso algo de un semáforo. Yo no sabía que eran esas cosas. Parecían juegos. Claro, lo eran, pero implicaban besos con las chicas.
Parecía todo un desafío. Tendría o no mi primer beso? Al parecer mi madre me había contado que cuando estaba en el jardín, una compañerita, Celeste, siempre Celeste, nos curzó con su madre en un supermercado y que ahí nomás donde me vió, me estampó un beso con mucha convicción. Al parecer yo me quedé inmóvil y con la cara roja como un tomate. Pero la verdad es que no me acuerdo. Asi que no se si vale...
En esta ocasión, yo solo deseaba que me tocara con Andrea y ninguna mas. Ya ni recuerdo las reglas del juego. Solo se que en determinado momento tenías a merced a alguien y le dabas a elegir entre verde (en el cachete), amarillo (pico), rojo (beso intenso de mas de diez segundos) y para los mas osados ultravioleta (beso imposible de chupón). Nadie se animaba todavía a este último. Pocos años después, en séptimo grado, ya habría varios incursionando en "transar", pero por ahora lo mas osado era el rojo.
Un compañero mío, Ramiro, un verdadero gilipollas, le tocó con Andrea y aventuró con un ultravioleta, pero fue rechazado y Andrea quedó descalificada. A ese Ramiro quería romperle la cara. Bueno, siempre había querido rompérsela, pero ahora me daba mas motivos. Perdía así la posibilidad de besar a Andrea.
Sin embargo otra compañerita me detuvo y me pidió amarillo. Tatiana. Petisa, trigueña, linda. Abría ya un gusto por las petisas que duraría hasta hoy día. Sin embargo el pico pasó rápido y casi ni lo noté.
Algunos se pelearon, otros dejaron el juego. Pero volvimos a jugar y esta vez, Andrea volvía a las pistas. Tuve que tolerar que besara a otro cretino, pero pasó sin pena ni gloria. Para los dos fue indiferente. Dábamos vueltas y vueltas y parecía que nunca me iba a tocar con ella, sin embargo se dió la oportunidad y cuando ya parecía que todos estaban ya aburridos de este juego precoz, Andrea se plantó frente a mi.
En un acto de total osadía le pedí un rojo fuerte. Violento. Al principio no quería acceder, pero todos insistieron ante mi inmutabilidad. Ella finalmente aceptó y antes que pudiera siquiera reaccionar, me agarró de las ridículas solapas de mi camisita y me estampó un besos. Todos se pusieron a contar a nuestro alrededor los diez e interminables segundos. Abrí los ojos y vi que ella los tenía cerrados, y su cara estaba tan roja como un tomate maduro. Yo sentía que era el mejor momento de mi vida. Cuando llegaron a diez, todos vitorearon y ella inmediatamente me empujó y caí en la cama que estaba atrás mío. Salió corriendo del cuarto y a mi me daba vueltas la cabeza. Un par de compañeritos me felicitó y otros me dijeron "guacala, como pudiste besar a Andrea el loro".
Nunca supe si para Andrea fue importante o no. Nunca me animé a decirle que me gustaba. Terminamos la primaria y le perdí el rastro por mucho tiempo. Luego la crucé una vez por los pasillos de Filosofía y Letras, pero creo que no me reconoció.
Y así esa tarde, después que nos dieron la bolsita con los caramelos, me volví a mi casa con mis viejos. Con la cabeza dando mis vueltas, luego de haber vivido mi primer experiencia romántica de mi vida.
Y todo gracias al perfume Pibes.

martes, 2 de julio de 2013

La magia del cine


Una de las cosas que mas amo en mi vida es el cine. Es un amor tan antiguo que ya no recuerdo cuando empezó. Mis mas remotos recuerdos se remontan a la sensación de haber visto imágenes de Volver al futuro (1985) con el doc Brown y ese casco con luces que detenta en la primer peli y una imagen de Superman IV de 1987, donde empieza que a una mina le serruchan la cabeza o algo así. Pero no estoy del todo seguro. Si recuerdo que en el 89 fui a ver con mi madre Pie pequeño, mientras mi viejo lo llevo a mi hermano a ver la primera de Batman de Burton.
Sin embargo lo que si mas recuerdo con cariño de mis tempranas visitas al cine son la sensación que me generaba cuando antes de empezar la peli pasaban las placas de las productoras. Recuerdo muy fuerte la del planeta de Universal, también había una que me gustaba mucho donde aparecía unas pirámides. Pero sobre todo el castillo de Disney siempre me impresionó mucho al punto de que entre la música y esa imagen de un mundo de fantasía con la estrella cruzando el cielo de atardecer, me generaban esa sensación llamada "piel de gallina".
Simplemente amaba esa placa de Disney. Mis recuerdos me llevan a cuando era muy pequeño e iba con mis padres a ver alguna de las pelis de Disney que todo el mundo iba a ver al cine Los Ángeles en Callao y Corrientes. En las instalaciones del viejo cine (hoy devenido teatro) había antiguos juegos donde unos Dumbo, Pinochos y Peter panes de plástico gastado, nos miraban pasar a los chicos desde una cerca. Eran como reliquias de un pasado glorioso. Los recuerdo con gran estima y añoranza.
Con el tiempo el cine me siguió gustando con verdadera pasión y mi gusto fue madurando y creciendo a medida que crecía mi modesto cuerpecito, pero siempre amé y amo aún, cuando voy a ver una peli de Disney y la misma placa me saluda antes de la película. La misma que cuando era chico y me hacia sentir que estaba entrando a un mundo mágico. Me genera el mismo efecto y me sigue poniendo la piel de gallina. Por esas cosas yo creo que se habla de la magia del cine. No por los efectos o solo por lo que pueda pasar en las películas. La magia del cine es todo eso y mas. Es esa placa de Disney que me sigue haciendo sentir como cuando tenía cuatro o cinco años y miraba mi primer peli de Disney.
Por todo eso amo y seguiré amando al cine.

viernes, 31 de mayo de 2013

Que haya amor y lo demás no importa nada


Cuando uno siente que el mundo se viene abajo, cuando a uno le parece que la vida le da una bofetada, uno tiene dos opciones. O resistirse a los cambios y morir en el intento, o adaptarse, acompañar los cambios y ser feliz.
Si los malos te pelean, estampales un beso. Si tu suegra no te quiere, comprale un ramo de flores, si la ciudad se pone gris y fría, viví tu propio verano interior y escucha música tropical.

El blog, este blog, es un "fakin" libro abierto de mis emociones mas encontradas y ocasionales. Leerlo corre bajo su propia responsabilidad,, lo mismo que sacar conclusiones apresuradas respecto a  lo que pueda pasarme. Yo escribo en gran medida para mi. Para liberar palabras, para liberar pensamientos comprimidos y soltar tensiones pasajeros, que a grito de concordia, vuelan sobre las nubes de Buenos Aires como pájaros anfibios de pequeños males hechos canción.

Ahora bien. Si uno ama a todos, inclusive a sus "enemigos", aunque estos sean meros pensamientos, uno se compondrá que la vida es mucho mas de lo que uno espera de ella y que cuanto abiertos estemos a fluir como el viento, mas bello será el planear sobre el mar de las emociones cambiantes en lunas menguantes y ciclos paganos.

viernes, 7 de diciembre de 2012

La mujer es una maravilla


Esta mujer es una maravilla. Es la guerrera amazónica mítica.
Tiene lo que tiene que tener. Es animosa. Guerrera. Guarra.

Esta mujer es una maravilla. Tiene seducción y coraje al mismo tiempo.
Baila en una banda de cumbia y canta para una banda de heavy metal.

Esta mujer es una maravilla. Es la conjunción perfecta de los astros.
Un poco intelectual y un poco libidinosa. Es hermosa.

Es la mujer mas maravillosa. Poética y banal, no se conforma con nada.
Discute con todo y a la larga me conquista con su mirada.

Esta mujer es una maravilla. Y no se trata justamente de la mujer maravilla.
Ni siquiera es Diana, la guerrera. No es wonder woman, es marvelous lady.

Es la mujer maravilla. Pero no es la mujer de Ricky maravilla.
Tiene mas ovarios que los hombres y mas huevos que las mujeres.

Es la mujer maravilla. La mas maravillosa música.
Y es toda mía.