domingo, 30 de octubre de 2022

3) Cayeron todos



Cuando el Tucu volvió, todos estaban disgregados, perdidos en la nebulosa de sus pequeñas reyertas internas que no lograban zanjar. Era imposible volver a reunir a la banda, porque todos se habían convertido en esclavos de sus propias miserias. Santino y Daisy se habían separado hacía ya algunos años. Ella se había vuelto a sus pagos para casarse con algún cretino de plata que le diera al menos un porvenir tranquilo, sosegado y que no la juzgara tanto respecto a sus fetiches autodestructivos. Santino se había venido abajo, envejecido, filtrado y disgregado en la masa citadina... todo lo que alguna vez había prometido ser se había destruído y el sistema había logrado doblegarlo, hacerlo un bollito y botado a la basura. 

Cuando las cosas se convierten en problemas, los villanos se convierten en tus compañeros de ruta. 

Todos desechos humanos, abolucionados por el sistema que los engulle. 

Nada cuerdo podría quedar de todo eso.

Y el tiempo, el implacable, los envejeció a todos. Haciéndoles ver peor que antes. Ensanchando sus cuerpos. Agrietando sus concavidades. Quitándoles brillo.

Destrozados sus corazones por tanto amar, por tanto intentarlo y no conseguirlo, fueron cayendo uno tras otro bajo la agonía del pesar cotidiano, de la rutina que consume, que traspone un día tras otro, como si fuera agua corriente, transmutando horas en días, días en semanas, semanas en meses, meses en años. 

Cuando quisieron acordar, ninguno de ellos lograba reconocerse ya. Sólo aquellos que por a o por b habían conseguido seguir viéndose de una manera más o menos continua podían mantener algo. Aquellos que habían dejado interponerse al tiempo entre ellos habían perdido el contacto, la química, la conexión atávica, ultra necesaria para mantenerse unidos contra la Mátrix que todo lo descompone, todo lo acecha, todo lo destruye, con su fiel aliado el tiempo. 

Al final, cuando ninguno de ellos logró reconocerse, se dieron cuenta que ya no existía una segunda oportunidad, que todos habían perdido su juventud y sus anhelos de alegría infinita, y entonces comprendieron que ahora sólo les quedaba el resto de sus vidas, como a todos les había sucedido antes que a ellos... comprendieron que ante todo lo inevitable del abandono letárgico de la vida, ante el inflexible e inevitable paso del tiempo, cayeron todos... Y ya no quedaban más novelas luminosas para escribir, no más trilogías involuntarias, no más fantasías de grandeza. Sólo lo que podían tomar a cuestas de la vida. 


viernes, 28 de octubre de 2022

2) Calma precaria


Cuando Santino descubrió que su amor era algo futil, decidió ir en busca del sentido máximo de la vida misma: Ser un gusano. 

El Tucu había hecho todos los arreglos para que ambos tuvieran una orgia como Diosito manda. O al menos un trio con la chica más borderline de todo el condado. Sin embargo, el transcurso de la noche demostraría que entre Jay Gatsby, el narrador y Daisy, sobraba un componente. En la madrugada, ambos se irían de allí con las ganas a cuestas, aunque sería Santino quien volvería a la casa de ella a tocarle el timbre, entrar a su casa, a su cuerpo y a su vida para siempre (sic). 

Durante todo el año siguiente (1924... y también en los años venideros de 1925, 1926, 1927, 1928 y 1929 inclusive) hasta poco después del Crack de la Bolsa porteña, Santino y su amada se mantendrían unidos en una relación larga y duradera, no exenta de conflictos, derrumbes y tristezas. El Tucu se había borrado del mapa. Algunos decían que había viajado por todo el mundo, dedicándose a la casa del rinoceronte en África y al tráfico de marfil, como hiciera otro gran poeta que se había vuelto traficante y el Tucu, era un poeta como lo habían sido Arthur Rimbaud y Ulises Lima (en un futuro lejano). 

Poeta en el sentido en que las vanguardias entendían a la poesía: "La poesía existe en los hechos", un concepto de ARTE y VIDA, donde éstas se entremezclan, se interrelacionan y se comprende que una no puede existir sin la otra. La poesía como un modo de vida, la vida como una forma poética de relacionarse con los demás y con el universo en general. Porque, entendido a lo que decía Octavio Paz "La poesía se diluye en la vida social". El Tucu quizás no escribiera sonetos, odas o poemas en prosa, pero él en sí era un poema, un canto a la vida, por su divina forma de relacionarse con el resto de sus congéneres. Por esa actitud de vida, su vitalista forma de vida, siempre hacia adelante, y nunca hacia atrás, y siempre girando... girando... girando hacia la libertad!

Y como Isidore Ducase (Conde de Lautremont) decía: "La poesía debe ser hecha por todes" y agrego "para todes". 

El Tucu convirtió su forma de ser en un modo de vida, y eso es, básicamente, poesía en movimiento. Otros más solipsistas afirmaron que simplemente se recluyó en su casa materna en las colinas del viejo Tafi del valle, encerrado tras cortinas de acero, odiando a toda la humanidad. Pero siendo una cosa o la otra, lo que menos importa es la verdad en todo el asunto, sino más bien que saca cada uno de todo esto. Ya sea viviendo una vida de golpes y traumas como el loco Santino, o una vida de total ostracismo, hubo un tiempo en el que la reclusión fué para todos y todas, un tiempo en que fuímos hermosos y libres de verdad, gurdábamos todos nuestros recuerdos en cajitas de cristal... poco a poco fuímos creciendo y nuestras fábulas de amor se fueron desvaneciendo, como pompas de jabón... y entonces ¿qué? transitamos esa realidad, la nuestra, como mejor pudimos... viviendo un tiempo de falsa tranquilidad para desembocar en una nueva etapa de quilombo e intensidad, que nos agarraría a todos de los cojones... y nos daríamos cuenta que éramos felices cuando no hacíamos nada... cuando transitábamos esa ilusión de calma... de calma precaria... 

martes, 25 de octubre de 2022

1) Rusos putos


Cuando Santiago entró a la librería se sintió apabullado a tal punto que por un segundo pensó darse la vuelta y salir corriendo de ahí lo más rápido posible. La cantidad de libros, de gente y de empleados le parecía en verdad terrorífica. Se acercó un sujeto diminuto que todo el tiempo se subía el cierre de su buzo polar, casi tapándose la naríz. Parecía el enano tonto de Blancanieves, el que estornudaba y reía como idiota. Éste sujeto chiquitito le indicó que lo siguiera. Juntos se acercaron a otro grupito de nuevos reclutas. Frente a ellos se abría un nuevo universo de posibilidades y de nuevas historias y aventuras. Entre los nuevos reclutas se encontraba Tomás Deacá, que ese mismo primer día, fue su último día. Luego estaba Malvina y Soledad, hermanas gemelas. Luego estaba la Rusa de la cual Santiago caería preso de sus propias pasiones.

Mas luego, esa tarde, apareció un sujeto extraño, alto, parsimonioso en su andar. Tenía el pelo semi largo y detentaba orgulloso un arito de plata en su lóbulo izquierdo. Este hombre, perfumado hasta la médula, era uno de los jefes. Santiago y el resto del equipo se cayeron en gracia prontamente. Aprendieron que estaban allí porque la vida los había depositado en ese lugar. Nadie pensaba en una carrera ahí pero todos, por a o por b, necesitaban recalar en ese extraño lugar, frente a uno de los cementerios más espantosos de la ciudad, lleno de historias de espantos y apariciones. Todos estaban listos para arrancar como un nuevo equipo que sale a la cancha a ganar o ganar, aunque la sangre, el sudor y las lágrimas brotara de su ser a borbotones. Sin embargo, aún faltaba el jugador número 1 o mejor dicho, el número 10, el Maradona del equipo: el Tucu. 

El Tucu era como el Diego pero no porque fuera el mejor librero del mundo, (aunque lo fuera), sino más bien por el carisma y por la voluntad de compañerismo, como también por su facultad de rápidos reflejos para entrar o salir de la escena como si fuera en verdad el mariscal de todo el salón. Su buena predisposición y buena onda para recibir a los nuevos lo convirtió rapidamente en un referente para muchos de ellos, sobre todo para Santiago que rápido como un rayo se adosó a él pegando un alto nivel de onda y arraigo. Entre los dos se forjó una extraña amistad a base de chistes, intercambio de lecturas y opiniones (altamente cuestionables todas) pero que lograron forjar un fuerte vínculo entre ambos. Vínculo que se extendería también a muchos otros como Babuchis, Georgie-boy, la Lucky lady, Aldous, Nico, la Rusa, Lucy, Nicolinas y Maguitas que vendrían con el correr de los últimos cinco meses de aquel movido año. Pero Santiago había sido el primer en llegar en Julio y lograr quedar tres meses después, a partir de ahí se rompería la racha de no que nadie quedaba fijo debido a los poderes ancestrales del hombre de negro y del turbio cementerio que lo enmarcaba todo. 

Pero no todo era color de rosas porque cuando todos están así, entregados, regalados, como a pedir de boca entonces es cuando llegan los momentos fatídicos. Cuando Santiago parecía a punto de declararle su amor a la Rusita, ésta es enviada a Siberia donde sería puesta a trabajar codo a codo con un berebere de barba negra y prominente que veloz como el rayo le declararía sus intenciones para finalmente casarse con ella y llevársela a vivir lejos, y bien alto, en una fortaleza escondida, en una torre de marmol incaccesible para cualquier otro gallardo caballero que pretendiera a su doncella. Entonces Santiago cayó en la realidad de que no podría llegar a ella, nunca. 

Pero como dice el dicho "Cuando Dios cierra una puerta, otra se abre por algún lado". Ahí fué cuando empezó a salir con el Tucu más seguido. Transitaban por las noches porteñas como si fueran Tanguito y Miguel Abuelo a finales de los 60s, dos náufragos perdidos en la inmensidad de la ciudad obelisco. En una de aquella noches primaverales terminaron sin saber bien cómo ni por qué, en una casa donde se celebraba una fiesta de vaya uno a saber quién. Tocaba una banda llamada "Los Rusos Hijos de Puta". Una banda liderada por una chica muy estrafalaria, muy sacada, muy rubia y muy dura. El Tucu y Santino se habían clavado un ácido, fumado un porro y tomado algunas cervezas. Su situación no era mucho mejor que la de el resto de los comensales. Ambos se sentaron en una sillas que estaban al otro lado del escenario, en el medio entre diez y veinte drogatas bailando y empujándose. La cantante, sin poder articular una palabra coherente, en determinado momento se queda en silencio y mira a cada uno de los presentes hasta llegar hasta donde los dos libreros drogados miraban todo el asunto tambaleándose. La cantante se bajó y se acercó hasta donde estaban éstos, entre tumbos e insultos a la nada. Se paró frente al Tucu y señalándolo con el dedo mayor le dijo "You're the One", después estalló en una risa enfermizamente compulsiva y agónica. Después miró a Santino, lo agarró de las solapas de su camisa y ahí nomás se lo chapó de forma poderosa y abusiva, pero sobre todo obscena. Ella tenía un gusto asqueroso en la boca, mezcla de cigarrillo, anfetaminas, cocaína y Odolito. El resto de los presentes vitoreó el suceso como si se tratara de Bono sacando a bailar a una chica del público, igual pero al revés. Después de transar de forma pavorosa, la cantante se volvió hacia el escenario y siguió cantando una sarta de incoherencias y puteadas que realmente afeaban el fino arte de la música. Santiago se quedó tambaleandose en el vacío, pálido... el Tucu se paró y lo felicitó con una fuerte palmada en el hombro. Acto seguido, Santiago lanzó un poderoso vómito con reflujo verde ambarino. Luego rodó por el suelo como un poseído.

Al día siguiente despertó en la cama del Tucu, bañado en sudor frío y olor a vómito. Al volverse se encontró con el Tucu lo más bien, chupando un mate y poniendo música en su computadora. Le hablaba como si nada hubiera pasado. "Escuchate esta canción Santi querido" le dijo y acto seguido puso "Los Rusos hijos de puta"... Santiago le pidió que bajara el volumen. La única rusa que había querido había sido raptada, perdida para siempre, él no se había animado a declararle sus sentimientos a tiempo... y ahora todo lo que le quedaba eran estos reemplazos de utilería, estos falsos rusos... rusos putos.  

viernes, 21 de octubre de 2022

Hay vidas que "importan" y vidas que IMPORTAN


Es una clásica estampa de estos tiempos mediocres catalogar las muertes en forma de relevante, menos relevante, nada relevante y en general esto está ligado a cierta agenda "progresista" por no encontrar otra palabra porque la verdad que odio usar ese término. Para mí el Progresismo esa otra cosa, entendiendo por ello algo ligado a la apertura de mentes, a la integración y libertad de vivir respetándonos entre todos. Pero bueno... en fin, hoy se lo usa como un término despectivo donde existe una especie de Soros maquiavélico tejiendo las redes del infortunio para la gente de bien. No creo en eso pero lo usaré en esos términos reaccionarios para que se entienda el concepto: 

Esta agenda progre dice que existen vidas que nos importan más que otras. Esto va desde las muertes de famosos célebres donde la gente casi siempre toma partido. "Era un genio" hasta "no me gustaba lo que hacía", "había otros mejores y menos reconocidos", o "era malo con su mujer", en fin... Esto ya existía desde hace tiempo. Todos nos sentimos con el derecho casi exclusivo de opinar de cualquier cosa, desde la muerte de la reina de Inglaterra a los boludos del Gran Hermano. Y en toda esta batahola de opinología y boludeces existen aquellos que como se sienten una especie de paladines de la justicia y que deben reivindicar a cada minoría pelotuda que se les cruce por la cabeza hacer bandera siempre que algún miembro de esta comunidad minoritaria hacen una especie de cruzada axel por la verdad y la justicia. Nos acusan a todos de asesinos o al menos de cómplices, se hace bandera respecto de esa muerte durante meses y meses. Ahora si matan a un random x que no era parte de una minoría "si te he visto no me acuerdo". 

Acá es donde no termino de captar la onda. Creo que toda vida es importante y susceptible de ser esclarecida su muerte o asesinato. Si sólo salimos a visibilizar las muertes de aquellos con quienes nos sentimos identificados/es, estamos en problemas porque no salimos de nuestra causa de nicho, no generamos empatía en los demás. Si todo el resto de la humanidad vemos que sólo haces política por la muerte de un miembro de la comunidad LGTBQ+++ y ahí te plantás, la realidad es que no sólo no lográs que esa causa muera en vos y tus "miembros", sino que además se genera el pensamiento de "sólo le importan las personas de su comunidad", y esto vale para todas las comunidades. Si nos implicamos en todo asesinato cruel e injusto entonces se genera una situación de mancomunidad total. Todos nos implicamos en la muerte de todos porque todos somos parte de la misma comunidad. Entonces en vez de seguir buscando fracturar a la sociedad se tendería a trazar puentes entre todos, para entender que todos somos parte de una misma comunidad organizada única e indisoluble. 

Espero que la agenda progre pueda entender esto y que lejos de no solidarizarme con sus reclamos, lo que espero es que se pueda lograr una integración definitiva entre cada uno de los componentes de seres que transitamos juntos por este mundo. 

martes, 18 de octubre de 2022

Mago Espectral Blanco


Ella me dijo que yo era Mago Espectral Blanco en el horóscopo Maya. 

                       Ella era Guerrero Solar Amarillo, y aunque me sentí más identificado con eso, comprendí que de todos modos, ambos éramos las dos cosas. 

Al partir a Mar del Plata, nos recostamos en los asientos y nos pusimos a escuchar Ommadawn en mis auriculares. Ella me preguntó ¿por qué tenemos que escuchar a este chabón? 

A la tarde nos fumamos uno y nos tiramos en el sofá de la casa. Quise arrimarle el bochín pero ella me dijo que estaba demasiado drogada para hacer nada...

...

En la noche fuimos a comprar unos chocolates a un kiosco. También preservativos. 

                    Luego de cenar nos fuimos a la cama e hicimos el tan ansiado y esperado amorsito. 

Me dijo que yo era torpe, o más bien atolondrado. Sí que lo era. 

                    Después nos tapamos con las sábanas y frazadas y nos pusimos Selling England... Cuando sonaba la intro de I know what i like, me dijo que lo sacara, que esa intro le daba miedo. 

...

Cuando apagamos las luces, ella se puso a roncar suavemente... yo miraba el techo en penumbras. 

                   Decidí tomar el toro por las astas. 

Como ella pretendía dirigir la batuta, confiada en su poderío guerrero, no tuve más opciones que echar mano a mi poder. 

                  Después de todo, yo era el Mago Espectral...

...

Convoqué a todos los espíritus vagabundos de los alrededores y los conjuré a entrar en sus pensamientos, causando un poderoso efecto de terror. 

                   Luego cerré los ojos y observé sus pesadillas...

La situación estaba brava. Ella corría sin poder avanzar, mientras fenómenos de toda índole le intentaban extraer su vitalidad. 

                   Le pregunté si necesitaba ayuda... Me dijo que sí. Cuando estaba por detener la demostración, cambié de opinión. Después de todo no trabajo de salvar a nadie, no soy el caballero o guerrero en este asunto...

                                          Soy el Mago Espectral Blanco.

domingo, 16 de octubre de 2022

¿Es el amor maternal sinónimo de amor incondicional?

Acaso cuando hablamos del tipo de amor más puro, incondicional, el ejemplo par excellence de lo que consideramos amor más perfecto se debería hablar del amor de las madres por sus hijes?

En este día de la madre y como viene haciendo este blog que ya no se calla nada, vamos a meter un poco el dedo en la llaga de otro bastión incuestionable de la cultura: El amor maternal. 

En términos generales, sólo se acepta el amor materno como algo incondicional y hasta valedero. Muchas veces, el rol del padre queda como una figura marginal, accesoria. No se le permite participar tanto y a veces, hasta si está o no está, pareciera que poco importara. 

En terminos legales, pero también sociales, todo el mundo considera que una criatura estará mejor con su progenitor femenino que con el masculino. No se sabe bien porque, pero se considera que al ser la madre la que lleva a los chicos en la panza desde el embarazo, el amor es más seguro, más fuerte, mas incondicional. Convengamos que es una construcción social todo esto y no un hecho científico incontrastable. 

Muchas veces escuchamos hablar del concepto de "mamá luchona", como aquella mujer sola, que se hace cargo de todo, que tiene que luchar contra viento y marea porque su pareja la abandonó y se tiene que hacer cargo de todo, entonces se sale a decir hoy que no es amor, que es trabajo no pago. ¿Que concepto tan larvario y neurótico es ese? Vaya uno a saber... ¿Existe el concepto de papá luchón? No, el amor del padre casi que no entra en los cánones del amor paterno-filial. O sí, pero la figura del padre está tan bastardeada por siglos y siglos de mandato machista/patriarcal que el varón pareciera que sólo sirve para hacerse cargo poniendo plata, cualquier otro gesto de crianza de su parte es absolutamente innecesario e intrascendente. El amor paterno parece poco creíble para la sociedad. Todo el mundo da por sentado que una madre quiera a sus hijos, pero que un padre quiera a sus hijos, parece una fábula. No se condice con el concepto que las personas tienen formadas en su cabeza hacer del amor paternal. Existe una idea bastante popular de que en realidad los varones no quieren ser padres, que sólo es un deseo de las mujeres. Todo este rollo fabulario se crea como estigma cultural y pega fuerte en el inconsciente colectivo de las personas, pero no es un hecho cierto.  La realidad, es que todo concepto totalizador, por el mismo hecho de serlo es una falacia absoluta del significante. Existen sobrados casos de amor maternal enfermizo, o carencia de amor materno. 

Ayer veía la película BLONDE acerca de la vida de Marilyn Monroe, y allí tenemos un caso extremo de una madre que odia a su hije. No me extraña nada que muchas feministas hayan puesto el grito en el cielo en contra de esta película, ya que pone en evidencia las falencias de las mujeres como sujetos amantes, muestra su costado mas demoníaco y bueno, nadie el perfecto. Las baja de ese concepto tan alto que tienen de sí mismas de creer que son víctimas milenarias y que por eso mismo están excentas de toda crítica. Bueno, lo lamento pero no, en este mundo nadie se salva de las críticas, ni siquiera las ponderadas feministas. Lo peor es que para desestimar la película recurran a algo tan bajo como querer bajarle el precio diciendo que está dirigida por un hombre, producida por Brad Pitt, etc, etc. Como si eso invalidara el hecho de que simplemente, la madre de Marilyn estaba loca de atar e intentó ahogarla cuando era chiquita, fin de la historia. Después, que los hombres de su vida fueron una mierda, que la trataban como objeto, y un largo etcétera nadie lo niega, pero cuesta escuchar que las mujeres también pueden ser horribles personas. 

Y sin embargo... ¿cuál es el problema? Es evidente que existe un mandato social (podemos llamarlo Patriarcado o como quieran) que le exige a las mujeres que deben atender y sobre todo amar a sus hijos porque ellas vinieron al mundo para eso. Ese mandato es tan pero tan fuerte que nos atraviesa a todos por igual en toda la extensa humanidad. Yo me pregunto entonces, ¿es culpa de ellas o es culpa de todos que las cosas sean así? En definitiva, todos damos por sentado que ellas son las que tienen que hacerse cargo de todo. Y después, cuando las madres no comparten a los hijos con los padres, nos salimos a rasgar las vestiduras de la injusticia. Hipócritas! Todos nosotros. No tenemos cara... Al fin y al cabo, todos somos cómplices de haber depositado todo en las madres y luego no venimos a quejar que el amor materno tiene fallas, que puede ser enfermizo y hasta letal. ¿Pero con que cara? Es obvio que las madres cargan con todo, y me cuesta admitirlo pero es así. ¿Y que hacemos nosotros por ellas? Nada, damos por sentado su amor incondicional. Es un lamentable hecho social, triste, injusto y lamentable. 

viernes, 14 de octubre de 2022

Carmenchu



Elevando una plegaria al astro solar, pienso, luego existo en este vendabal de emociones descarnadas,

(na vez me enamoré de un hada, otra vez de una reina), 

pierdo la foggy noción de no saber que me pierdo en el laberinto del amor no correspondido.

Entre amores y desencantos, he ido descubriendo que algo se me escapa siempre que me enamoro de alguien, y es el hecho del tercero en discordia. Algo que me perturba aún más cuando estoy con alguien. 

La figura amenazadora del otro siempre es una proyección de un rival que en realidad es fantasmático, ya que el enemigo sólo está en uno mismo.

***

Historia de amor del gallego y la polaca, de como no se concretó, como quedó trunco y unas pocas cosas más... 

Cuando me enamoré de Carmenchu me pasó una cosa rara. Ambos estábamos con parejas en el momento que nos conocimos. Ella subida a una escalera. Yo era nuevo. Le vi sin querer la parte superior de su bombachon blanco. Lejos de excitarme me causó cierta ternura por la nula búsqueda de gustar al otro, sino por la libertad máxima de ser y nada más, sin buscar agradar. 

En una segunda instancia nos conocimos un poco más y aparecieron algunas coincidencias entre nosotros. Y más allá de esas cosas hippies, nos caímos bien, que es lo más importante. En poco tiempo era una de las dos personas que más quería allí. La sentía como una especie de hermana cósmica perdida y encontrada en el lugar menos esperado, en medio del trajín urbano y un ámbito laboral no del todo benevolente. 

Compartimos tardes, charlas, influencias astrológicas y cierta irrefrenable pasión por el arte y la literatura que me hizo pensar varias veces, ¿por qué no nos conocimos antes y bajo otras circunstancias? Cumpliamos con una semana de diferencia, primero ella y luego yo. El día de mi cumple ella me trajo un paquete de Skittles. En sí parece un mero gesto amistoso, pero a mí me llenó de alegría. Pienso que es en lo simple y, sobre todo, en la intención donde reside el secreto de la felicidad.

A veces la miraba a los ojos y me parecía una extraña experiencia, como si de sondear el abismo de su ser se tratase, ya que sus extrañas pupilas me hipnotizaban de una manera total. Su estilo calmo, su parsimonia para las cosas y su agradable buen sentido del humor me terminaron por convocar en su más amplio aspecto. Lo mío trascendía un mero enamoramiento circunstancial. Sentía que en un multiverso posible ella sería esa absurda media naranja del concepto romanticista. Pero más allá de ridículas catalogaciones, ella ocupaba mis pensamientos. Sobre todo cuando a los pocos meses de conocernos, mi pareja decidió dar por finalizada una relación que se había convertido en un callejón sin salida para los dos. Ninguno podía crecer al lado del otro, las diferencias se terminaron por consolidar y ya ni teníamos ganas de ponerle onda al sexo. Así que taza-taza...

Yo estaba en buena parte aniquilado. Cada ruptura me hace añicos el ánimo, la autoestima, las ganas de amar de nuevo y necesito volcar cantidades industriales de energía (que no suele sobrarme) para seguir adelante y no caer en un pozo rallano a la depresión. Todo ese gasto energético me salva del bajón pero me deja agotado, aniquilado, y por si fuera poco, no evita que por momentos sienta fuertes momentos de tristeza y desolación. En mi caso estas situaciones suelen trastocarme mi función onírica con sueños de angustia, pesadillas y una bonita parálisis de sueño que tendría su auge en aquellos momentos de mi vida. 

A los pocos meses, las circunstancias me separarían de Carmenchu para siempre. Cuando finalmente pude levantar cabeza (un poco aunque sea), me dí cuenta que aquella chica (que amaba en secreto porque el nuestro era un amor condenado a no poder expresarse nunca, a no poder concretarse) se había ido para no volver. Todo lo que quedaría sería un contacto virtual en el cual de vez en cuando nos expresaríamos nuestro afecto saludandonos para cumpleaños o ya ni siquiera. A mi lo que más me jodía era la sensación de estar super enganchado con ella y no saber si a ella le pasaba lo mismo, pero sobre todo el hecho de haber conocido a su pareja y que me hubiera caído bien, entonces como que tampoco quería meterme en el medio. Todos esos sentimientos me generaban mucha culpa (absurda culpa) y entonces me quedaba con la sensación de no quedar otra que meterme todos mis sentimientos, bueno... en algún lugar perdido de mi interior. 

El muchacho que la cortejaba tenía mejores condiciones que ofrecerle, quizás era más simpático y buena onda que yo, quizás mas fachero (aunque eso y todo lo demás es subjetivo), pero sobre todas las cosas, había llegado antes y yo tenía que respetar eso. Al menos, eso es algo que tiendo a pensar porque prefiero pensar así y es mi problema creer que después eso será respetado si yo soy o fuera ese él... no sé si se entiende...

En fín, lo que digo es que tuve que aguantarme la situación porque no quedaba otra. Luego me pondría en pareja durante varios años, casi olvidando todo el asunto. Pero mis tiempos no son los de los demás y evidentemente lo que para mí fue una eternidad no lo parece para otras personas. Yo me separé y en cambio ella siguió con ese muchacho, y siguió, y siguió, y sigue... y seguirá supongo, que por un lado me alegro por ella. Por otro lado, maldigo mi clandestina suerte caprichosa, maldigo mi Cupido personal que me condena como a Apolo a enamorarme de un amor no correspondido e imposible. Siempre me he enamorado de mujeres que están muy bien con sus parejas y que duran añares juntos lo que me lleva a la conclusión de que evindentemente ellas son las mujeres indicadas, sólo que llegué tarde... o quizás no, pero por ahí iba la cosa. 

Sólo me resta pensar que quizás esa relación se concretó en un mundo alternativo, en un mundo disperso, en un oximorón de algarroba abuela que teje sus sueños de vendabal incongruente, entre los álamos de la disfonía inversa de la soledad condenada al arrumaco eterno de sendos corazones hermanados por el amor fraternal del deseo inalcanzable de Turno y Lavinia, en cuyas redes viajan las emociones descarnadas del amor que no se logra concretar por tremendas disfonías ancestrales de...



domingo, 9 de octubre de 2022

¿Que significa amar a tu país?

A veces me hago esta pregunta y otras como: ¿Es lícito ser un enamorado de tu país y no cambiarlo por ningún otro? ¿No somos todos así en todo el mundo? ¿En que consiste el orgullo nacional? ¿Tiene sentido o es una engaña pichanga? ¿Una trampa para que no hagamos la revolución? ¿La revolución de qué? ¿Y para quienes? ¿Que es una revolución? ¿Sirve para algo o sólo es una ilusión? ¿No será otra trampa que sólo beneficia a otro grupo de poder en puja con el anterior? ¿Es Argentina el país de las oportunidades? ¿Es un país libre? ¿O esos son meros slogans vacíos que se repiten en las películas yankis que vemos a diario? ¿Existen países más libres que el nuestro? ¿Somos relamente lo peor de lo peor? ¿Porqué me empeño tanto en amar y defender a un país que no me ha brindado las mejores posibilidades, ni oportunidades? ¿Porqué esa obstinación en ser leal a un concepto tan abstracto como lo puede ser el de la nacionalidad? ¿Eso me hace inferior al resto? ¿Me hace inferior a aquellos que se cagan en el país y se sienten ciudadanos del mundo y viven donde se les antoja porque pueden? ¿Soy menos inteligente que ellos o somos todos igual de pelotudos? ¿La estupidez iguala a las personas? ¿Es estúpido querer a un país que no te dió nada o casi nada? ¿O más estúpido es odiar un país que sí te dió todo? ¿Enfrascarse en estas discusiones es algo estéril? ¿Algo idiota? ¿Interrogarse a sí mismo no es en sí un puro acto de filosofía? ¿Eso me hace mejor que aquellos que no se cuestionan nada y anda por la vida como si no hubiera un mañana? ¿Sirve para algo hacerse tantas preguntas si no te podés responder una sola? ¿Es realmente necesario responder todas las preguntas o algunas cosas es mejor dejarlas en incógnitas abiertas? ¿Tiene solución el dilema de creer que naciste en el país equivocado? ¿O el problema no es el país sino uno mismo? ¿El país es el que hace de nosotros alguien? ¿O es al revés? ¿No será que nosotros creamos nuestra realidad al mergen del país en el que hayamos nacido? No lo sé, aunque tiendo a pensar que ésta última es la creencia a la que me aferro todos los días de mi vida, a veces caigo en la duda de pensar si estaré o no en lo cierto. Pienso que desde que terminé la secundaria (hace casi dos décadas), que buscar trabajo ha sido para mí una tarea desgastante y frustrante. No sólo por esa situación difícil de estar sin trabajo en un país de futuro incierto, sino que además, frustrante por eso que plantea Tyler Durden de que nos venden que podemos ser deportistas, estrellas de rock o actores de cine y que la realidad nos pinta otro escenario, dandonos un golpe duro del cual nos cuesta volver. Eso genera frustración que luego se transforma en resentimiento, y el resentimiento en odio y violencia. Es triste, pero no por eso menos cierto. Creo que se puede salir y escapar de esa lógica de la frustración que el sistema nos propone, hay que aprender a correrse de ese lugar donde vamos a obtener un éxito relativamente fácil. Claro que esto suena fácil decirlo y otra cosa es hacerlo, pero creo que es importante entender que no tiene que ver con el país en el que te tocó nacer. Podrías haber nacido en el Congo o Cuba, en Argentina o Bulgaria, en Estados Unidos o Japón, sin embargo eso no determina tu futuro, no tanto como creemos o queremos creer para así sacarnos algo de responsabilidad y poder putear a algo o alguien y así creer que no todo es culpa nuestra, que tampoco están las condiciones dadas, porque tu país es inviable y bla bla blá... Creo que debemos dejar de lado ese discurso infantíl o adolescente de hecharle la culpa a nuestros padres, a nuestro país o a nuestra humanidad, que es tan falible y débil. Aprender a hacernos cargo de nosotros mismos, de lo que podemos y queremos hacer de acá al resto de nuestras vidas. 

viernes, 7 de octubre de 2022

El pibe CLIBA

Allá, por finales de los 90s había dos cosas que empezaba a tener claras; primero que nada, el hecho de que la música que nos ofrecían por radio y t.v. apestaba mal, la otra, que las chicas se convertían en mi fuerte objeto de deseo, pero no las entendía. 

Cuando empecé la secundaria en la escuela técnica Fernando Fader, una de las primeras cosas que comprendí era que ya no estaba en la primaria, al amparo de mis amigos y mi barrio. Ahora era, como todos los demás, un "Foráneo en tierra extraña", como diría el bueno de Robert Heinlein. 

El primer año lo cursé con muchas dificultades pero gracias a no sé que santo logré pasarlo. Estaba más que claro que el colegio no era cosa fácil, con cursada de 7 y media de la mañana a seis y media pasadas de la tarde, con mucho para hacer con las materias técnicas y no poco para estudiar de las materias teóricas. Encima, a todo esto, estaba nuestro creciente interés en la música y en las chicas. Ambos intereses se relacionaban de alguna extraña manera y a la vez, eran tan inaccesibles como complejos de abordar. 

En 1998 comencé 2º año y éste sería mucho más complejo y ajetreado que el año anterior, no sólo por las materias en sí, sino por la onda del curso, donde la cosa se estaba poniendo cada vez más picante entre nosotros. 

Nuestro curso fué ua combinatoria de gente que había repetido el año y nuestro curso en sí menos los que habían dejado el colegio o habían repetido (no recuerdo se fueron entre 4 o 6 chicos/as). La cuestión es que de los que habían ingresado (que fueron más de 8), ahora el curso estaba más que estallado y colapsado de alumnos (en esa época éramos alumnos y no alumnes). La cosa es que a poco de empezar las clases ya el curso demstró que era un bardo. Quilombo, rotura de cosas, griterío, falta de atención en clase, falta de respeto, y demás locuras. Yo pensaba que éramos re pillos con nuestro comportamiento estúpido y arrogante y hace rato que sé que fuímos unos idiotas, pero ya está...

Cuestión, nos mezclaron en nuestros lugares. Fulano con fulana y así. Para separar a los tres o cuatro grupos picantes que se estaban adueñando del lugar. A mí me sentaron con un chango insulso que me aburría bocha, pero atrás mío estaban sentadas dos señoritas que venían de repetir. Las dos eran muy lindas a su manera. Una, la más atrevida era una onda punk alternativa. La otra, una petisita medio rollinga, fan de Los Piojos. A mí, obvio, me gustaban las dos. Pero ellas se reían de mí porque me veían como un pendejo insolente. Claro que me llevaban un año nomás, pero en esa edad parece un montón. La cuestión es que tanto la Dark como la Stone me decían CLIBA. Al principio no entendía porqué me decían así. Recuerdo que desde el año anterior la dark me lo decía en los recreos. Se lo comenté a alguien y me dijo que seguro era porque me tenía ganas, que la encarara y que seguro me la levantaba... "esa piba la tenés servida". Y como yo "era" bastante boludo me le acerqué y le pregunté porqué me decía así y le pregunté si acaso gustaba de mí. Ella se me cagó de risa en la cara. Me dijo que me decía así porque iba al colegio con unos pantalones azules oscuros con una franja amarilla a los costados y que parecía los barrenderos de CLIBA. Yo le contesté que no tenía ni idea de que carajo era CLIBA ya que por mi casa pasaba MANLIBA. La cuestión es que quizo (o no) que el destino pusiera a esta piba en mi curso al año siguiente y encima atrás mío. Me seguía diciendo CLIBA, era la única que estaba empecinada en llamarme así y, ni siquiera mis compañeros que no perdían una oportunidad para el gaste se acoplaron a ese apodo. Quedó como algo entre ella y yo. En eso de sentarnos juntos, intenté por todos los medios de levantarme a la chica alternativa (pasión que adquiriría por estas chicas de ahí en más). Ella se tomaba mis torpes avances con humor. No me boludeaba pero me daba a entender que a ella: 1º no le gustaban los rubios, 2º no le gustaban los pendejos, 3º) me caés bien pero no. Sin embargo, creo que en algún momento me llegué a pasar de vivo con alguna cosa que le dije que recuerdo le llamó la atención y se puso colorada. No recuerdo que fué, pero sí que se quedó sin palabras, y un poco incómoda. Creo que fué "lo más cerca" que estuve de levantarmela. Lamentablemente, cuando llegó fin de año, ella estaba mucho mejor que yo. Ella había estudiado esta vez y en cambio yo, me vine abajo, entre tanto boludeo y fiaca, terminé repitiendo el año. Encima mi curso había sido tan pero tan vil, que el colegio nos fletó a todos los repetidores, más algunos expulsados antes de que finalice el año. 

A esta chica (no recuerdo su nombre, pero creo que se llamaba ¿Daniela?) no la volví a ver por años. Aunque tengo la sensación de que me la crucé cuando ya vivía en Almagro, quizás por el año 2001 o el 2003, pero no mucho más de ahí. Siempre me pregunté que hubiese pasado en caso de no repetir el año y seguir en el Fader, creo que podría haber logrado algo con ella. Quién sabe...

domingo, 2 de octubre de 2022

ARGENTINA. 1985

Ayer fuí a ver la película "Argentina 1985" dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner, Norman Briski y gran elenco. 

Visto y considerando que la película está pensada para un público más masivo a nivel local e internacional, pienso que está bastante bien lograda y lo celebro. Es cierto que hay cosas como cierta ficcionalización sobre las vidas de los personajes como en el caso de la familia de Strassera que parecen un poco edulcoradas y parecen más para lograr empatía con el fiscal que otra cosa, pero está bien, es un recurso válido cuando una película está basada en hechos reales. Para que sea más llevadera, se le debe otorgar cierta "humanidad" a los personajes que los acerque el gran público y más con una temática tan dura como la que ofrece Argentina 1985.

Creo que desde todo punto de vista técnico la película es inobjetable. Forma parte de ese extraño subgénero de películas sobre juicios e investigaciones judiciales (películas de Derecho). Pero también es una película política, como casi todas, pero ésta es de esas que son bastantes directas. A ver... no es una película sobre un juicio por la tenencia de un pibe o un asesinato o u abuso. Es por al abuso de poder por parte de aquellos que primero detentaron contra la democracia para luego, desde ese lugar, entregarse a todo su sadismo y crapulencia. Hablamos de la Junta Militar que hizo en el golpe en Argentina en 1976 y que ejercieron todo tipo de violeaciones de lesa humanidad hacia su ciudadanía: secuestros clandestinos, torturas, violaciones, sadismo extremo y asesinatos de las formas más horribles, y todo en campos clandestinos de concentración. Esto le pasó a miles y miles de argentinos, que a estas altura es lo de menos si fueron 30.000 o mil quinientas personas. Un accionar así sólo puede ser repudiado por la mayoría de la sociedad. Una terrible persecución política que se dió también en otros países de Latinoamérica en un plan orquestado desde Estados Unidos y los sectores más reaccionarios de cada país. 

Cuando se destapó la olla, al volver la democracia a finales del año 1983, la sociedad argentina no pudo hacer más la vista gorda. Tuvo que reconocer el horror cuando empezó a salir por todos los medios y en ese momento crucial de la historia es cuando transcurre esta película que cuenta de una manera bastante ordenada y sin contratiempos como fue el proceso que llevó a los militares responsables al banquillo de acusados en un hecho histórico a nivel mundial donde una corte civil juzgó a los militares asesinos de su país. Es cierto que para quienes conocemos todo el cuento, después vendrían indultos y cosas espantosas pero bueno, ese es otro cuento y supongo que quedará para otro momento. De momento, la película se regocija en contarnos ese momento único de nuestra historia cuando metimos en cana a los militares. 

En esta historia no existen héroes, ni Strassera, ni Moreno Ocampo, ni la Corte Suprema, ni nadie más. Sólo existe una tragedia argentina, víctimas, asesinatos sin juicio, y culpables de estos hechos. Del otro lado existe una justicia que actúa al respecto o no. Creo que si bien es un hecho histórico, no debemos más que esperar que ante hechos así la justicia actue siempre sin arbitrariedad ni banderías políticas. 

Por otro lado, la película está muy bien actuada, bien hecha y lograda. Espero que las salas argentinas se llenen hasta que todos la vean porque más allá del hecho histórico en sí, creo que la película plantea cuestiones que se relacionan con nuestra actualidad, donde ser de derecha de pronto se volvió cool otra vez, donde los políticos de derecha son una especie de rock stars antí política que desprecian nuestra historia y que buscan la estupidización de las masas, siendo los jóvenes votantes quienes apenas se imaginan que fue todo ese rollo del proceso. Creo que está bueno que tomen contacto y consciencia de la gravedad de todo ese asunto, sin darle mucha vuelta al asunto. Debemos dejar de romantizar a los villanos como personajes cool de película Hollywoodense. La gente que busca el sufrimiento de su pueblo no merece otra cosa que el más fuerte rechazo y condena popular, para siempre. Creo que debemos tener cuidado con eso que MAría Elena Walsh llamaba "El país de no me acuerdo", ese concepto tan claro de que a los argentinos no nos gusta que nos muestren las cosas feas de nuestra sociedad y menos si en algún momento apoyamos todo eso, quizás sin mala fé. Y ojo que entiendo que muchos argentinos, sobre todo más grandes, esten cansados de que la clase política los decepcione. Pero tampoco se puede ser tan obtuso de negar alto tan terrible y traumático para la sociedad como lo fué la dictadura militar y sus crímenes de lesa humanidad, que espero queden siempre condenados por la totalidad del pueblo argentino, salúd!