domingo, 2 de octubre de 2022

ARGENTINA. 1985

Ayer fuí a ver la película "Argentina 1985" dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner, Norman Briski y gran elenco. 

Visto y considerando que la película está pensada para un público más masivo a nivel local e internacional, pienso que está bastante bien lograda y lo celebro. Es cierto que hay cosas como cierta ficcionalización sobre las vidas de los personajes como en el caso de la familia de Strassera que parecen un poco edulcoradas y parecen más para lograr empatía con el fiscal que otra cosa, pero está bien, es un recurso válido cuando una película está basada en hechos reales. Para que sea más llevadera, se le debe otorgar cierta "humanidad" a los personajes que los acerque el gran público y más con una temática tan dura como la que ofrece Argentina 1985.

Creo que desde todo punto de vista técnico la película es inobjetable. Forma parte de ese extraño subgénero de películas sobre juicios e investigaciones judiciales (películas de Derecho). Pero también es una película política, como casi todas, pero ésta es de esas que son bastantes directas. A ver... no es una película sobre un juicio por la tenencia de un pibe o un asesinato o u abuso. Es por al abuso de poder por parte de aquellos que primero detentaron contra la democracia para luego, desde ese lugar, entregarse a todo su sadismo y crapulencia. Hablamos de la Junta Militar que hizo en el golpe en Argentina en 1976 y que ejercieron todo tipo de violeaciones de lesa humanidad hacia su ciudadanía: secuestros clandestinos, torturas, violaciones, sadismo extremo y asesinatos de las formas más horribles, y todo en campos clandestinos de concentración. Esto le pasó a miles y miles de argentinos, que a estas altura es lo de menos si fueron 30.000 o mil quinientas personas. Un accionar así sólo puede ser repudiado por la mayoría de la sociedad. Una terrible persecución política que se dió también en otros países de Latinoamérica en un plan orquestado desde Estados Unidos y los sectores más reaccionarios de cada país. 

Cuando se destapó la olla, al volver la democracia a finales del año 1983, la sociedad argentina no pudo hacer más la vista gorda. Tuvo que reconocer el horror cuando empezó a salir por todos los medios y en ese momento crucial de la historia es cuando transcurre esta película que cuenta de una manera bastante ordenada y sin contratiempos como fue el proceso que llevó a los militares responsables al banquillo de acusados en un hecho histórico a nivel mundial donde una corte civil juzgó a los militares asesinos de su país. Es cierto que para quienes conocemos todo el cuento, después vendrían indultos y cosas espantosas pero bueno, ese es otro cuento y supongo que quedará para otro momento. De momento, la película se regocija en contarnos ese momento único de nuestra historia cuando metimos en cana a los militares. 

En esta historia no existen héroes, ni Strassera, ni Moreno Ocampo, ni la Corte Suprema, ni nadie más. Sólo existe una tragedia argentina, víctimas, asesinatos sin juicio, y culpables de estos hechos. Del otro lado existe una justicia que actúa al respecto o no. Creo que si bien es un hecho histórico, no debemos más que esperar que ante hechos así la justicia actue siempre sin arbitrariedad ni banderías políticas. 

Por otro lado, la película está muy bien actuada, bien hecha y lograda. Espero que las salas argentinas se llenen hasta que todos la vean porque más allá del hecho histórico en sí, creo que la película plantea cuestiones que se relacionan con nuestra actualidad, donde ser de derecha de pronto se volvió cool otra vez, donde los políticos de derecha son una especie de rock stars antí política que desprecian nuestra historia y que buscan la estupidización de las masas, siendo los jóvenes votantes quienes apenas se imaginan que fue todo ese rollo del proceso. Creo que está bueno que tomen contacto y consciencia de la gravedad de todo ese asunto, sin darle mucha vuelta al asunto. Debemos dejar de romantizar a los villanos como personajes cool de película Hollywoodense. La gente que busca el sufrimiento de su pueblo no merece otra cosa que el más fuerte rechazo y condena popular, para siempre. Creo que debemos tener cuidado con eso que MAría Elena Walsh llamaba "El país de no me acuerdo", ese concepto tan claro de que a los argentinos no nos gusta que nos muestren las cosas feas de nuestra sociedad y menos si en algún momento apoyamos todo eso, quizás sin mala fé. Y ojo que entiendo que muchos argentinos, sobre todo más grandes, esten cansados de que la clase política los decepcione. Pero tampoco se puede ser tan obtuso de negar alto tan terrible y traumático para la sociedad como lo fué la dictadura militar y sus crímenes de lesa humanidad, que espero queden siempre condenados por la totalidad del pueblo argentino, salúd!

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