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jueves, 8 de abril de 2021

Somos los leprosos del siglo 21

Desde que me contagié del Covid, el proceso de transformación fue lento pero constante. Es un proceso doloroso donde se le obliga a nuestro organismo a cambiar, a mutar, a devenir otro. No hay retorno. 

Es algo así como La invasión de los usurpadores de cuerpo, un microorganismo de dudosa procedencia y bastante dañino va cooptando de a poco a todos los humanos del planeta. De una mas o menos lenta pero constante. El contagio masivo es un hecho. 

¿Es mejor no contagiarse y resistir? O deberíamos a una nueva realidad que es un hecho indefectible, una nueva normalidad que llegó para quedarse. Y a veces resistir la ola es contraproducente, lo mejor es dejarse llevar por la marea hacia nuevos horizontes. 

Lo que me recuerda la historia de Soy Leyenda, donde el protagonista es un superviviente a una gran pandemia (de vampirismo) que se resiste a ser parte de la nueva normalidad. Se aferra a un mundo que ya no existe y, al final, paga el precio de no querer ser parte de un nuevo mundo. 

Y ahora que yo estoy en pleno proceso de cambio de piel, como la serpiente, entiendo que una vez haya atravesado esta situación, seré otro. Pero los que aún no se contagiaron no lo pueden entender, porque por ahora son la mayoría, por ahora...

Este 2021 tuvo muchos más contagiados que el 2020 que fue el año 1 del inicio de la pandemia. El año 0 fue el 2019 (de ahí su nombre), que es cuando fue aislado el virus y conocido de formar internacional. 

Nada nos dice que el 2022 no vaya a ser un año igual de terrible y con una gran cantidad de contagios. El problema son las muertes que ocasiona. Y los laboratorios que no dan a basto. 

¿Y mientras tanto? 

Los que estamos contagiados sufrimos de una especie de condena social muy lógica en estos casos. Somos los leprosos del siglo 21. Cuando alguien te compra comida te la dejan a cierta distancia, te hablan de más lejos y guau que salgas de tu casa para tirar la basura. Contagiado! Contagiado! Contagiado!

Debo decir a nuestro favor y contra nuestros detractores, que al menos no somos una imagen tan chocante como podían ser los leprosos en la antigüedad. Viendo Ben Hur (1959) el otro día, me sentí igual. 

Esperemos que cuando uds se conviertan en nosotros sean más empáticos y comprendan que un nuevo mundo se configura y no hay nada que nos pueda detener. 

Por que quizás si nos implanten un chip, pero no en la vacuna, quizás el mismo virus sea el chip. Chip, el del ojo verde. ¿Y entonces que haremos, oh, raza de Salomón? Pues fenecer y esperar el día de juicio final. 

También están aquellos que no necesitan que les implanten ningún chip, porque ya tienen la mente mutilada. 

lunes, 2 de marzo de 2020

Posesivo - 14

ADVERTENCIA: PARA LEER DESDE EL COMIENZO, IR AL PIÉ DE PÁGINA. >>>>>>>>>>V

Últimas reflexiones y final



Paria: Condena social

Como ya vine anticipando antes, ser posesivo es altamente repudiado por el grueso de la sociedad actual. Sobre todo en estos tiempos de corrección política total.
Podríamos decir que ninguna actitud netamente "siglo XX" es ya más tolerada. El racismo, el machismo, la misoginia, la homofobia o lesbofobia, la gordo fobia, el bullying en general, la discriminación por religión, la persecución política, la xenobia, el odio a los inmigrantes, etc, etc, etc... Quizás, algo que se suma a esta lista de actitudes repudiables es la de las personas celosas y posesivas en sus relaciones. Como un mal social que afecta a las personas, tener esas características es suficiente para que amplios sectores de la sociedad (sobre todo el ilustrado y superado sector intelectual de la clase media, de pensamientos progresistas y nobles) repudien estos accionares.
Nadie quiere (ni cerquita) amistades o relaciones de pareja con personas que no dejan libres a los demás. Que los persiguen por todos lados, que no los dejan ser, que les generan sentimientos de culpa o que les andan haciendo recriminaciones. Y no hablamos siquiera de que siempre lo están haciendo, hoy en día, basta para que pises el palito una o dos veces para que ya seas catalogado de persona no grata, de persona tóxica y por ende, ser aislado de la sociedad.
Con esto último no nos referimos a que nos aíslan en guettos o campos de concentración. No claro, hoy en día nadie haría eso (dentro de la bien pensante sociedad occidental al menos), no, hoy la táctica es más sutil y solo unos pocos la pueden ver. Nos referimos a por ejemplo el aislamiento, la cortada de rostro. Hoy, aquellos que no cumplimos con los mandatos de los guardianes morales del buen accionar, nos quedamos sin amigos. Nos quedamos solos, preguntándonos que habremos hecho mal para que Fulano y Mengano nos hayan dejado de ver, o siquiera de responder los mensajes de texto. Quizás obtengamos un cortante si o no. Otros optan de forma directa por borrarnos de sus redes sociales y estamos hablando de casos donde ni siquiera hubo una pela o discusión de por medio. Simplemente el terrible y desolador silencio del otro. Y nunca jamás preguntar qué es lo que les pasa, porque ahí sí, sacan lo peor de ellos. La hipocresía. "No pasa nada" te van a decir, "es que ando con mucho laburo... poco tiempo..." etc, etc. Pero la realidad es que nadie tiene tiempo y a la vez, todos lo tenemos. El hecho es que antes, se hacían el tiempo para verse con vos, pero ahora, ese tiempo lo tienen reservado para otros amigues, aquellos que se porten mejor que vos. Que no sean unos trogloditas que no saben controlar sus emociones y que les llenan la vida con recriminaciones y peleas absurdas.
"Estamos en fer mos, per do nen nos, perdónenos ¿si?" cantaba el alienado Pity Alvarez.

Ahora se acabó la joda. Aquellos que cometimos el error de ser humanos, demasiado humanos, con nuestras falencias a cuestas y todo, tenemos que pagar una condena social silenciosa. Peor que cualquier condena judicial, porque a diferencia de ésta, la condena social no tiene fecha de vencimiento. No sabes si te van a perdonar mañana, pasado, o dentro de diez o veinte años. O quizás nunca. Cometiste terribles errores. Abriste la boca y dijiste (enojado) las cosas que no debías decir. Para la sociedad puritana del escrache actual, vos sos un potencial violador, golpeador, maltratador y hasta femicida, por decir algo. Nadie te lo dice, pero lo piensan. Cargas con una condena social como la marca de Caín. Y solo podes intentar salir de aquel círculo vicioso de condena social yéndote a vivir a otro lado. "El exilio era la pena máxima en muchos pueblos de la antigüedad". O sino, relacionándote con otras personas, pero lo que es tus viejas amistades, no las vas a recuperar nunca jamás, hagas lo que hagas, llores lo que llores. Sos un paria para ellos. Un intocable. Nadie quiere tener el mínimo trato con vos. Pensálo, algo mal habrás hecho.

Algunas conclusiones finales

Es importante reflexionar como sociedad en estas cosas que pasan. Quizás muchos naturalicen el hecho de hacerle el vacío a alguien que consideran nocivo para su vida, pero lo que no piensan es lo nocivos que están siendo para la sociedad con esas actitudes de desprecio moral hacia quien no soportamos su manera "equívoca" de ser.
Ya se habló hasta el cansancio de que en la vida nadie es perfecto. Según los valores que manejemos, desde chicos nos enseñan a ser tolerantes, pero hoy en día, hay un grupito de censores morales y autocomplacientes que si no pensás ciertas cuestiones de base para ellos, o tenes ciertas actitudes equívocas no valés la pena siquiera para explicarte nada. Sos "eliminado" de sus redes, que es una manera simbólica muy fuerte como de borrarte del mapa o sacarte de sus vidas. Y no hablo de casos donde se viene de una ruptura amorosa conflictiva y hay una necesidad de un corte. No, me refiero a amistades que mínimo nos podríamos sentar a charlar con el otro, pulir asperezas y acercar pensamientos. Como dijo un gran filósofo, es más lo que nos une como especie que lo que nos separa. Sin embargo, hay un nivel de intolerancia que cómodamente se lo achacamos solo a aquellos grupos sociales que históricamente fueron intolerantes como los fascistas, los nazis, racistas, oligarcas, misóginos, etc, etc. Pero hoy en día, hay grupos que siempre combatieron a los mencionados antes como grupos de izquierda, progresistas, feministas, etc, y que sin embargo caen en la misma trampa de aquellos al no querer saber nada con aquellos que no piensan igual o que su accionar les parece mínimamente repudiable. Entonces, al extremar posiciones lo único que logramos es radicalizarnos tanto y de tal manera que cada vez vivimos en sociedades más divididas, donde nos profesamos cada vez más odio y donde solo queremos silenciar al que piensa distinto para siempre. No sé ustedes, pero a mí eso no me suena que vaya a tener un buen final. Mientras sigamos enfrascados y aferrados de manera intolerante a nuestro modo de pensar y a nuestra visión (quimera) del mundo, más nos pareceremos a aquellos que repudiamos y entonces sí, estaremos todos bien jodiditos JODIDITOS.

Por ende, mi consejo final es el siguiente:
Si sos de aquellos que no buscas hacerle mal a nadie pero no podes evitar ser demasiado apasionado, te digo esto...
No trates de retener personas, no ames con locura, sosegate, olvidate de poseer a tu objeto amado o sufrirás las consecuencias del aislamiento y el repudio social de todo tu entorno y te vas a quedar más solo que perro rabioso.
Por eso les digo que no traten, no intenten, no fuercen las cosas... sientan el placer de andar ligeros de equipaje, porque es mejor estar solo y tranquilo, que estar acompañado y pasándola mal el resto de sus vidas, pensando en que hace o deja de hacer el otro. Por eso mejor... no se compliquen.
Posesivos del mundo, a desbandarse! Los auto superados nunca nos van a entender.
Adiós hermanos, podéis iros en paz.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El cielo final


Parece que hoy es el fin del mundo, hermanas y hermanos. Es tiempo de que se acabe todo.
Es el fin de los tiempos. Fin del mundo como lo conocemos.
Pero... tal vez vez no suceda nada. Quizás todo siga igual.
Esperemos que no, que algo pase, aunque sea el mas leve cambio de consciencia mundial.
O al menos que regalen algo.
No sabemos que sucede hoy. Tal vez la alineación de planetas traiga aparejada una transformación vital en nuestras consciencias, en nuestro espíritu, en nuestras alma.
Solo quizás, solo tal vez, solo dolor. Solo o acompañado.
Seguiremos informando.
Seguiremos intentando.
Seguiremos cambiando.