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lunes, 16 de octubre de 2023

Una historia personal de la literatura de EEUU (S. XIX)

A continuaciòn dejaré por aquí una especie de ficha para aquellos/as que quieran introducirse en lo que considero las obras fundamentales del primer siglo de literatura Norteamericana (EEUU). Sin más preambulos, comencemos:

Rip Van Winkle (1819) / La leyenda de Sleepy Hollow (1820) Washington Irving.

Creo que todos estaríamos de acuerdo que comenzar con este autor Yanqui es clave. Ambos son cuentos, no solo archi conocidos, sino parte de la cultura popular y han influenciado a gran cantidad de obras posteriores. Fundamental influencia para géneros como el fantástico, el terror y la ciencia ficción. 

El último de los Mohicanos (1826) James F. Cooper. 

Aquí tenemos una novela por peso propio. Bastante adelantada a su tiempo en relaciòn contexto y situación literaria general en los incipientes Estados Unidos. Una historia de aventuras e historia que marcaría la senda de un nuevo género.

Naturaleza (1836) Ralph Waldo Emerson. 

Un escritor y pensador ligado al movimiento autòctono conocido como Trascendentalismo. Sus obras de poesía y ensayos son una gran influencia para autores tanto de filosofía como de ficción siendo su visión acerca del acercamiento del hombre a sus raíces naturales algo fundamental como parte de la contracultura norteamericana desde sus inicios. 

El experimento de Heidegger (1837) / La hija de Rappaccini (1844) Nathaniel Hawthorne.

Podríamos decir muchas cosas de la influencia de este gran autor en la literatura Americana, en principio mencionar que estos cuentos, junto a otros como Wakefield, marcarían el inicio de la modernidad con un agudo sentido de la crítica social y el manejo único del absurdo, influenciando a otros como Melville, Kafka, etc. 

La caída de la casa Usher (1839) / El gato negro (1843) Edgar Allan Poe. 

Mucho para agregar sobre este maestro no hay. Quizás sea el más popular de toda la lista y en su justa medida se lo merece. Poe ha inventado géneros, revolucionado la literatura y convertido en todo un ícono pop. Lo mismo que Hawthorne, mencionar solo un par de cuentos es injusto ya que casi toda su obra merece ser leída, sobre todo sus cuentos y su novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym. 

Desobediencia civil (1849)/ Walden (1854) Henry David Thoreau.

Thoreau es, como Emerson, un trascendentalista de la primera hora que llevaría sus pensamientos a la práctica al irse a vivir a una cabaña en el bosque (Walden), marcando a fuego también entonces a una parte importante de la cultura de Estados Unidos que bogaba desde el siglo XiX por un regreso a la vida simple y natural, contraponiendose a la cultura Capitlista del consumo voraz y de la falta espíritu.

Moby Dick (1851) / Bartleby, el escribiente (1853) Herman Melville.

Otro autor que marcó y dejó huella para los que vinieron después. Lo de Melville es paradigmático porque entre sus obra magna que es el Moby Dick (cita obligada para todo lector que se precie) y Bartleby, ejemplo de cuento moderno que parece adelantado 70 años a su época, mostrando a las claras que autores como Kafka o Borges no salieron de un repollo. 

La cabaña del Tío Tom (1852) Harriet Beecher Stowe. 

Un clásico de clásicos que ha salido en todo de tipo de colecciones juveniles a lo largo de al menos cien años de existencia. En los últimos sesenta fue perdiendo trascendencia y visto con malos ojos, aunque el libro esta escrito por un autora liberal y abolicionista. No deja de manejar ciertos estereotipos deifíciles de erradicar en aquellas épocas de pleno auge de la esclavitud sureña. 

Doce años de esclavitud (1853) Solomon Northup.

Si hablamos del problema de la esclavitud en Estados Unidos, un tema que tiene arriaga sus raíces en el origen mismo de la región y que sus aristas llegan hasta hoy día, entonces no podemos obviar el escrito denuncia de una de sus víctimas. Solomon Northup, un afroamericano nacido libre que fue capturado y vendido como esclavo. Esta es la contracara de la colorida novela de Stowe, publicada un año antes. 

Hojas de hierba (1855) / Canto a mí mismo (1855) Walt Whitman.

Si hablamos de literatura Estadounidense no podemos dejar de lado la tradición lírica, muy rica también desde sus inicios. Hojas de hierna es, probablemente la obra poética por excelencia del primer siglo de Estados Unidos. No se puede obviar su importante influencia, siendo el padre de una poesía bien americanista, arraigada en sus fuertes raíces, vitalista y hasta un poco narcisista, pero profundamente humanista y universalista.

La célebre rana saltarina del condado de calaveras (1565) / Aventuras de Tom Sawyer (1876) Aventuras de Huckleberry Finn (1884) Mark Twain.

También mucho se ha hablado y escrito acerca de este famoso escritor sureño. Muchas de sus historias están ligadas a la literatura juvenil (género que no existía en esos tiempos, claro) pero sus obras están plagadas de crítica social mordaz, de un uso extremo de la ironía y de un humor poco usual. Con decir que este escritor, que dio inicio como periodista, sería el primero de una larga tradición norteamericana en el siglo siguiente. La del autor-periodístico, dueño de una prosa directa y asincrónica, que marcaría el inicio de la literatura clàsica americana. 

Ben-Hur (1880) Lewis Wallace. 

Una novela clásica de la literatura decimonónica siguiendo la tradición iniciada por Cooper. Aventuras, misticismo y algo de moral en un clásico del género de novelas históricas. Su autor era un excéntrico ex militar que había luchado en la gran Guerra de Secesión.

Un habitante de Carcosa (1886) El incidente del puente del buho (1890) Ambrose Bierce.

Otro ex combatiente de la guerra civil que ilustraría con su experiencia las vicisitudes de la dura vida de los soldados en el frente de batalla. Pero Ambrose no se quedaría solo en el relato testimonial sino que trabajaría con una serie de relatos de una extraña fantasmagoría rural que haría escuela, influenciando entre otros a autores como H.P. Lovecraft en el siglo siguiente. Bierce desaparecería en México durante la revolución de 1912.

Mirando atrás (1888) Edward Bellamy. 

Quizás un autor no muy conocido hoy en día, pero que en su momento generó gran controversia por sus postulados socialistas en medio de una sociedad profundamente capitalista. Luego de la publicación de esta novela al estilo utopista se crearon varios clubs de fans a lo largo del país. Un importante representante y precursor norteamericano de la ciencia ficción.

Poemas (1890) / Esperanza (1891) Emily Dickinson. 

Siguiendo con la tradición poética de Estados Unidos es imposible no mencionar a una de sus referentes más canónicas la gran Emily Dickinson. Creadora de algunos de los versos más clásicos y arquetípicos de una lírica que por momentos se manifiesta existencialista. 

Retrato de una dama (1881) / Otra vuelta de tuerca (1898) Henry James.

Uno de los escritores más importantes de finales del siglo, dueño de una prosa cuidada y exquisita. Tal vez el más europeo de los escritores norteamericanos del siglo 19. Sus dotes e influencia se ilustran sobre todo en relatos y novelas como Otra vuelta de tuerca, donde lo fantasmagórico se mezcla con lo racional. Henry James, de alto origen social y liberal, terminaría radicándonse en Londres. 

La roja insignia del valor (1895) / El bote abierto (1897) Stephen Crane. 

Una de las últimas promesas del siglo que moría, Crane era el referente más claro del Naturalismo en Norteamerica. Su corta existencia dejaría frustrada una prominente carrera que podría haber sido tan fructífera como la de Jack London, escritor que emergería en la escena literaria en los primeros años del siglo XX. El rojo emblema del valor es una novela que transcurre en la guerra civil americana pero que trata sobre el sentido último de la cobardía y la valentía, dos caras de una misma moneda. 


martes, 20 de junio de 2023

Olaf Stapledon o Los finales posibles de la humanidad

Ahora que lo desagradable ya se fué... podemos volver a nuestra programación habitual. Allá por 1930, un profesor de filosofía de Seacombe (UK), frente a Liverpool, comenzaba una prominente carrera literaria. Una especie de eslabón perdido de la generación de J.R.R.Tolkien y C.S.Lewis. 

Su primer libro de relevante importancia se llamaba Last and first men, o como se conocería en estas Pampas... La última y la primera humanidad. Aunque más correcto sería decir Los últimos y los primeros hombres. 

Esta novela (si es que se la puede llamar como tal) la leí este verano, habiendo ya leído de él en otros años Hacedor de estrellas y Juan Raro. Dos novelas más cercanas a un concepto de hacer literatura, aunque Star maker podría llegar a ser debatible. No importan tanto los géneros literarios (que me perdone Bajtín), acá lo que es de relevante importancia es el hecho de que siendo Olaf un tipo más del palo de la filosofía y de los ensayos naturalistas que de la narrativa, se le puede perdonar (al menos de mi parte) esa tan particular forma de hacer literatura, y encima de ciencia ficción. 

Cuando en el 2016 leí Hacedor de estrellas tuve, lo que se dice, un viaje. Las descripciones de todo ese viaje astral que el protagonista tiene, sobrevolando un universo imaginario donde todos los cuerpos celestes tienen consciencia, me dejó pasmado. Al año leería Juan Raro, una novela más convencional acerca de un sujeto que vendría a ser un superhombre, con poderes mentales y todo aquel rollo tan explotado luego en la literatura, sobre todo en la sci fi. Sin embargo, disfruté del libro.

Pero cuando este verano volví al autor con su primera gran obra Last and first men, la cosa cambió. Por un lado, me pareció completamente áspera, lenta y por momentos repetitiva. La abandoné un par de veces porque su escritura me parecía demasiado densa para leer en vacaciones. Leí algunas otras cosas en el medio para despuntar el vicio de la "lectura veraniega", con obras más intrascendentes como Tiburón de Benchley y algunos poemarios medio pelo como el de Carla Quevedo y el de Vera Spinetta (un poco mejor). Después me obligué a terminar el libro de Stapledon porque más allá de toda pena, pienso que la vida es buena... Ejem, quiero decir... que pienso que el libro está bueno. La cosa es que la manera de narrar de Stapledon, sin diálogos, contando consecuentemente finales abruptos de la humanidad, puede cansar a cualquiera. 

El libro va de eso, como a partir de lá década del 30, la humanidad va tomando caminos álgidos. Claro, previo a la Segunda Guerra, el autor adivina que Alemania estará en el ojo de la tormenta, lo mismo que Rusia y eventualmente Estados Unidos. Toda esa primera parte es interesante pero aburre un poco ya que habla de un siglo veinte que al final no fué así, pero de todos modos es legible. Ese primer tercio del libro cuesta, es el más descriptivo al ser el autor más cercano en el tiempo, y a veces, entran en breve escena algunos personajes con unos diálogos muy minimalistas. 

Todo lo que vendría después, es pura imaginación del autor. Para la humanidad preveé como trece finales diferentes. Y a su vez, la humanidad iría mutando de forma, pasando por ser una especie de pato, hasta una consciencia incorpórea. (Debo hacer una sangría aquí y decir que tanto este libro como Star maker, sin quererlo y a veces hasta sin saberlo, ha dado de comer a casi la totalidad de la ciencia ficción de los siguientes noventa años. Cierro corchete.) La humanidad se destruye en guerras intercontinentales (obvio) entre el Este y el Oeste. Luego se destruye por la energía atómica de una humanidad Patagónica!! Y posteriormente, siempre es el mismo esquema. La humindad se reagrupa, sale de un estadía primitivo, evoluciona hasta una civilización avanzada y luego se autodestruye. En el medio de estas bataholas, nos invaden los Marcianos que son una especie de medusa invisible. Después, la humanidad invade Venus, y destruye su ecosistema. Y así lamarencoche. No quiero spoilear ni aburrir. Es una novela bastante extensa y de áspera lectura. Animo al lector de género audaz porque pienso que el libro vale la pena y pienso que es de esas obras que corren peligro de ser olvidadas sino le damos un poco de manija. Filosóficamente hablando es interesantísima. Desde el punto de vista literario es una rareza como pocas y desde el punto de vista de la ciencia ficción es casi como una Biblia. 

La recomiendo para leer con paciencia, tiempo y determinación para finalizarla. Después viene el debate, café o vino de por medio. Salú!

miércoles, 7 de junio de 2023

El noble oficio de ser librero


En mi caso se juega el doble factor de lo circunstancial y lo premeditado. Creo que como en casi todas las cosas de mi vida. 

Allá por inicios del 2003, habiendo terminado la secundaria y convertido oficialmente en un desempleado más, salí a buscar trabajo tímidamente por algunas librerías cercanas a mi casa.

Mi idea era que estaba en plena efervescencia lectora, descubriendo todos los autores importantes, leyendo a mansalva y recontra metido en mi nuevo concepto de ser poeta. 

En medio de este ajetreo y vorágine lectoril (la primera de relevante importancia en mi vida), me acerqué a dejar un curriculum (bastante magro de experiencia) en la librería que estaba en Rivadavia al 4600.

En aquella época la librería se llamaba ... (?) y tenía un cartel naranja. Después de algunos años fue una Distal hasta que esta cadena quebró y pasó a la franquicia de Cúspide. 

Cuando teodavía era aquella librería naranja de cuyo nombre no me acuerdo, me pasé a comprar un libro y si mal no recuerdo fue Iluminaciones de Rimbaud. 

De paso cañazo le pregunté al vendedor si podía dejar un c.v. El tipo me preguntó si tenía experiencia. Ante mi negativa dijo que buscaban gente experimentada. A lo que sabiamente le respondí que si entonces nadie me daba experiencia nunca iba a ahaber gente con experiencia. A lo que me respondió: si yo te doy experiencia después te vas a ir... ¿?

En fín, me fui enculado de esa breve entrevista, sintiendo que el mundo laboral de los adultos era un lugar hostil, feo y mezquino. Luego de esa frustrada búsqueda laboral me escapé a otros rubros. Nunca volví a comprarme un libro en ese local, y por un lapso de diez años estuve alejado del rubro librero. 

En el 2013, como la vida te da revancha, estaba buscando desesperadamente trabajo ante uan serie de factores que no vienen al caso, y me encontré pensando que podría volver a intentar en una librería. 

Para eso me acerqué a las dos cadenas más grandes: Yenny y Cúspide. En la primera fallé en la entrevista en cuanto a poner la otra mejilla. Para la segunda cadena fui más avispado y quedé.

No me voy a detener en los pormenores que me llevaron de una a otra librería en los últimos diez años, más sólo puntualizar lo siguiente:

Ser librero es un noble oficio. Por momentos puede llegar a ser hermoso. De esos pocos oficios que que tienen momentos mágicos. La materia prima del librero es el libro y la interacción con los lectores. Visto así, pareciera el mejor trabajo del mundo. Claro que hay matices, grises, altos y bajos, pero como en casi todo. A mi en lo personal me salvó de momentos críticos en mi vida. A veces no me siento lo suficientemente agradecido y a veces (confieso) odio el trabajo. Pero creo que va más allá del rubro en sí, y tiene que ver más con algo estructural. Con una lógica de consumo y mercado que no me termina de cerrar por ningún lado. De todos modos, quizás sea lo más loable que haya hecho hasta este punto de mi vida. Ser librero significa crear un vínculo de amistad breve con otros lectores como uno, es un mundo de interacción, de continuo aprendizaje y conocimiento. No importa si uno es un neófito en el asunto, el sólo hecho de que te gusten los libros es suficiente para que puedas ser librero, después de todo librero no es quien se leyó todo como un freaky idiota, librero es aquel que logra transmitir su pasión lectora a otro. Esa relación muchas veces se retroalimenta y librero es aquel que aprende de los clientes tambien (y sobre todo). Por eso no concuerdo con esas escuelas de librero, pienso que como todo oficio digno que se precie, librero se aprende en la librería, trabajando. El hambre viene comiendo dicen, y ser librero se alimenta del hambre que tengamos por aprender y apasionarnos por el maravilloso mundo del libro. Amén. 

PD: Creo que si bien el rubro vivió mejores épocas, épocas doradas de las librerías (los viejos libreros siempre hablan de los años sesentas en calle Corrientes como el boom, como la cresta de la ola cultural libreril en Buenos Aires) pero bueno, que importa. Pienso que el libro aún tiene vida por delante. Al menos hasta que dos o tres generaciones más se extingan. Quizás después vengan nuevos formatos definitivos. Pero la pasión por leer creo que es un componente fundamental de lo que nos constituye como humanos. 


viernes, 22 de abril de 2022

Un libro llamado Lolita

Lolita es una novela de Vladimir Nabokov publicada en 1955. Cuando esta novela salió de inmediató se desató la polémica por la temática de la obra. Y está bien, un libro que no incomoda es un libro muerto. Lo de Lolita es bastante particular porque aún hoy sigue levantando polémica. Es una de esas obras del pasado que de un modo u otro han sido canceladas por una parte bastante chillona de la sociedad. Vestiduras rasgadas aparte lo que se plantea en la novela es la historia de un amor no correspondido (como existen miles de escritos a lo largo y ancho sobre el tema) pero con la diferencia no menos importante que es el amor no correspondido de un hombre, un adulto, con una menor de edad, que encima queda a su cuidado como el único responsable, luego de la repentina muerte de la madre de ésta. Muerte que por otro lado está relacionado de alguna manera con el hecho de este amor prohibido. Pero no nos adelantemos. 

A diferencia de otras obras como "El reposo del guerrero", "El amante de lady Chatterly", "Trópico de Cáncer" o la mismísima "Madame Bovary", que en su momento fueron censuradas o repudiadas por el stablishment, hoy en día son obras (mismo "Aullido" de Ginsberg) que pueden ser leídas sin reparos y a duras penas podrían llegar a escandalizarnos. Obras que de alguna manera quedaron viejas en cuanto a su intención de incomodar a la sociedad. Porque los tiempos cambiaron, porque la sociedad ya no es tan autorepresiva y porque amores apasionados, infidelidades o simplemente sexo sin más, son cosas que todos aceptamos, todos vivimos y todos toleramos. Pero amores con menores de edad? Sexo con preadolescentes? No, eso es algo que no solo sigue sin tolerarse sino que hoy en día hasta es más controvertido que en esa época. Hemos ido para atrás? Hemos involucionado como sociedad? Hoy en día nadie en su sano juicio condenaría una obra como Madame Bovary por el mero hecho de que trate de una mujer que es infiel a su marido. O sea, creo que esa actitud hasta es reivindicada como un modelo de emancipación femenina, de que las mujeres no son cosas y que no son objetos. En definitiva, que cada cual, sea hombre o mujer, está autorizado a hacer lo que le plazca sin dar explicaciones y chau. Ahora bien, hacer lo que le plazca dentro de los límites de lo tolerable, lejos de cualquier doble vara y lo más alejado posible de la hipocresía, pero que no se metan con los niños, ahí claro que no. Eso si que no. 

Lolita es una novela controvertida creo que por dos razones puntuales que no se dicen mucho. Más allá del amor prohibido, o la obsesión reprobable del protagonista con una hija adoptiva menor de edad, hay otras cuestiones que enervan a los censores actuales. Una de ellas es que la novela se hizo famosa. Toda la polémica no sirvió más que para convertirla en una novela de culto, una de esas obras de lectura obligada que algunos leen a regañadientes y después critican por ser moralmente reprobable, pero la realidad es otra. La verdad del asunto es que es una buena novela, una excelente novela y no importa si el autor escribió mejores novelas como "Pálido fuego" o "Ada o el ardor", la cosa es que desde que empezás no podes parar de leerla, está increíblemente bien escrita, es absolutamente disfrutable su lectura y muy atrapante su trama. Y más allá de esos slogans vacíos de sello editorial, Lolita es un verdadero clásico contemporáneo. Y ahí me sumergo en el segundo punto por el cual es controvertida la obra hoy día. Es controvertida por el mismo motivo por el que pienso que es una obra maestra. Porque la historia no está contada desde la supuesta "victima" de un abuso. No, está contada desde el lugar privilegiado del protagonista, un gris profesor de literatura que sufre por su amor incontenible hacia una prepúber. Esto justifica su accionar? En ningún momento de la novela se hacen observación morales acerca de si está bien o mal lo que hace, eso queda en cada lector y por eso es excelente. Está claro que no es una novela para cualquiera. Es una obra para leer en la madurez, entender la problemática y de alguna manera llegar a la conclusión de que no existen vencedores ni vencidos en la obra. Todos son víctimas los unos de los otros. Lolita no ceja en manipular a su antojo a Humbert y lo vive de una manera desvergonzada. Él, por su parte, no puede cortar esa obsesión malsana que tiene con las preadolescentes, más allá de su trágica historia personal de juventud cuando tuvo su primera noviesita que murió repentinamente y le dejó una especie de obsesión crónica con las chicas de esa edad. No existen análisis psicoanáliticos que validen su historia, ni que nos ayuden a comprender mejor su psique. La realidad es que el tipo tiene esa debilidad, y termina siendo un arrastrado, un pobre tipo sin amor propio y la verdad, que el final, cuando vuelve a ver a Lolita después de todo lo que pasaron y ella está esperando un hijo de otro tipo, pero él aún acude a ella para acercarle dinero es desolador. Es una escena tan angustiante que de verdad si no te conmueve ese final es que no tenes corazón. Pero eso no te coinvierte en un violín sopapa come niños, eso es lo que nos cuesta entender hoy en día. No podemos permitirnos a nuestro buen pensar tener empatía con ese pobre diablo. Y creo que en eso es donde fallamos como sociedad. Cuando demonizamos como si el mundo fuera tan simple como buenos y malos. Y en verdad, el mundo es mucho más complejo que eso y en el fondo lo sabemos. Sabemos que el mundo está lleno de grises y que nosotros no estamos ajenos a eso. También somos unos soretes con nuestro semejantes, aunque no robemos, ni violemos ni matemos a nadie, también agredimos y lastimamos. No podemos tolerar la idea de que aquel que parece ser una encarnación del mal también tenga sentimientos. Entonces, es en este sentido, que me parece que Lolita es una obra maestra. Porque nos hace indigar acerca de nosotros mismos, que nos interpela a todos, nos hace ver que las cosas no son tan simple y fáciles. Claro que una novela donde la chica es víctima de un violador hasta que se cansa y lo mata, o hasta que huye, o muere, etc, también es importante. Pero es importante en el sentido testimonial del hecho, como lo son las películas sobre los desaparecidos, el holocausto, etc. Pero una novela así no plantea ningún riesgo, no nos hace pensar más allá del hecho de que existe genta mala y gente víctima. Acá en Lolita, una novela de ficción, está más que claro que no se trata de una apología de la pedofília. De hecho, no creo que ningún violín se haya destapado por leer Lolita, al contrario. El final del personaje es desolador, nada bueno le espera a un tipo que no sabe amar de una manera sana a una niña de doce años. Lo que nos plantea el libro entonces es algo más prfundo, algo que nos deja pensando y que abre en definitiva el debate para pensar en las relaciones que llevamos a cabo todos los días con nuestros congéneres.  

viernes, 8 de octubre de 2021

La máquina soviética de Sebastián Robles

El escritor Sebastián Robles nos tiene acostumbrados a un alto nivel narrativo. Sus historias siempre suelen discurrir entre lo fantástico y el realismo más descarnado. Siempre cruzado por cierta dosis de humor e ironía, algo muy clásico de alguien que vivió la década de los noventas con gran intensidad. 

Y hablando de los noventas, es importante remarcar que su primer novela "Los años felices" publicada hace diez años es una hermosa obra, novela iniciática y semi autobiográfica, donde su protagonista vive con intensidad los pormenores de la adolescencia desde tres lugares diferentes. Su Villa Ballester natal, pasando por la ciudad de Buenos Aires y la costa atlántica (Villa Gessel y Mar del Plata), dos balnearios clásicos y amados por todos los argentinos. Esta primer acercamiento, entre autorreferencial y nostálgico es un gran inicio literario, aunque él viniera publicando en su blog desde varios años antes. "Los años felices" es un gran homenaje a novelas de iniciación como el clásico argentino "Juvenilia" de Miguel Cané o "El cuerpo" de Stephen King, autor que ha marcado a fuego al Robles lector. 

Después vendría el libro de relatos Los redes invisbles (2014) donde de alguna manera homenajea al género que tantas satisfacciones como lector le dieron, los escritores de ciencia ficción. Ahí están Philip Dick, Ray Bradbury, Asimov, y toda una batería de escritores que han conectado con su costado más lúdico e imaginativo. Tejiendo así las redes que conectan a aquellos autores de la juventud con el mundo de las tecnologías actuales, sobre todo las más populares: las redes sociales. Ahí es donde convergen las ciudades invisibles de Italo Calvino con las redes sociales que Robles sintetiza con maestría en estos increíbles relatos. 

Luego vendría el ensayo a cuatro manos junto con Juan Terranova "Apuntes sobre Philip Dick" del 2017. Una suerte de charlas virtuales entre ambos escritores que tienden más a la idea de dos escritores intercambiando opiniones, ideas y elucubraciones. Una idea que de alguna manera replica aquellos libros sobre correspondencias y que es más un juego entre escritores que debaten y comparten opiniones sobre aquello que más les apasiona, la literatura. Dick vendría a ser el eje aglutinador del debate, pero se siente más como una excusa para intercambiar ideas que otra cosa, por eso es lógico que muchos puristas del género o del autor hayan criticado este libro sin ver más allá de lo evidente. 

Este 2021, diez años después de Los años felices, Robles vuelve al ataque con un libro extraño, otra vez un libro que le escapa a los encasillamientos. Una novela que se llama La máquina soviética, publicada por Ediciones Paco. Vale mencionar que toda la obra de Robles parece siempre gravitar y pasar su extenso derrotero por editoriales independientes. Esto, algo que al principio uno puede criticar por pensar que sus escritos merecen mayor difusión y distribución, en realidad es algo que pienso es buscado por el propio autor. Una decisión y postura, porque los libros de Robles bien podrían ser publicados tanto por Literatura Random House, Interzona, como así también por Pánico el pánico, Milena Caserola o Momo Fuku. El problema es cuando esas editoriales desaparecen, por diversos caprichos del destino, entonces la obra de un autor parece perderse, diluirse con la generación que le vió nacer y desarrollarse. Es una pena pero no creo que todo esté perdido. Siempre existe la posibilidad de un rescate editorial. Esto lo digo como lector de Robles, aunque entiendo que su postura es otra y prefiera circundar los márgenes del borde exterior como muchos de sus personajes ficticios. 

La máquina soviética parece, a simple vista, una semblanza de Iosif Stalin, el gran dictador soviético del siglo veinte. Un hombre de un origen humilde, originario de un país (Georgia) que siempre osciló entre la dependencia y la independencia de ese gigante que es Rusia. Stalin tiene una historia que parece salida de una novela rusa. Una infancia difícil, problemas de salud, pobreza y la muerte de su primer amor como consecuencia de todo lo anterior. En las primeras páginas uno casi se siente tentado de sentir lástima por Stalin, ese hombre que a fuerza de los golpes de la vida, tuvo que imponerse una fachada de dureza y fortaleza extremas aún a costa de ser visto como un dictador implacable y como un frío sanguinario. Donde la muerte de una o miles de personas parecía más una cuestión de números y estadística que algo personal. Aunque lo personal siempre está ligado en cualquier decisión política. Pero no es cuestión de psicoanalizar a este personaje histórico. Robles logran una extraña rareza y mezcla de sensaciones. La novela parece una biografía, pero a Stalin lo vemos interactuar con otros, sean escritores, intelectuales, científicos, sus mujeres o funcionarios de gobierno. Stalin es frágil, es humano, no es esa roca fría que aparenta ser. Cada decisión cruel y extrema tiene una justificación completamente personal. Le duelen los desplantes y las contradicciones con su propio pensamiento. De alguna manera es como su madre, que es una mujer que no tolera el desplante y ante ella él no puede. Pero él es ella ante los demás. 

En definitiva, Stalin es un personaje complejo. No es un sádico como Mao, que piensa en diferentes formas de martirizar a sus detractores, no es un disparatado emocional como Hitler, Stalin logra colocarse de alguna manera en su propio lugar. Compararlo con otros es un error tan grosero como comparar a nadie con otro. Él es aquello que hicieron de él, pero también es aquel que supo erigirse contra todo pronóstico como el Camarada supremo por más de treinta años. Es un personaje cargado de contradicciones, lo cual lo hace tan humano y digno de ser narrativizado. Es, por momentos un personaje despreciable, frío y calculador, paranoico y obsesivo hasta el extremo. Pero Stalin es el representante más exacto de la política rusa, desde Iván el terrible hasta él mismo, y hasta podríamos pensar si hasta el propio Putin actual. Es el líder que el pueblo ruso siempre necesitó, porque Rusia no sólo es el país más grande del mundo, si no que es una de las mayores potencias. No deja lugar para burócratas y corruptos, tampoco para idealistas y teóricos. El pueblo ruso erige a sus propios líderes, aunque esto signifique ser un hombre de estirpe tiránica y poderosa, como el oso que a su país representa. 

Pienso que esta novela de Robles, donde antes de leerla esperaba quizás un cruce de géneros fantásticos y realista, terminó siendo acaso el más brutal de sus libros. Por el personaje, por la historia y por ese estilo de capítulos breves donde cada historia narrada cuenta exactamente lo necesario. No se excede. Todo está prolijamente calculado, como un soviet. Y también pienso que acá Robles homenajea a otra de sus grandes pasiones, la literatura rusa, aunque de una manera más solapada. Ahí están las grandes tragedias del pueblo ruso, casi cincuenta años de historia desde la perspectiva de uno de sus personajes que más la han marcado. Robles se escapó una vez más de lo que sus lectores esperábamos de él. Pienso que eso mismo es lo que hace de un escritor su calidad.  

jueves, 4 de febrero de 2021

¿Cuanto ayudan los libros de autoayuda? Segunda parte: Los libros de ficción


Ahora llegamos a la segunda parte del posteo anterior, que por fuerza mayor tuve que dividir en dos partes. Por un lado, porque estaba quedando un texto demasiado largo, por otro, porque tenía hambre y se me había hecho tarde para cenar.

Pero ahora sí, damas y caballeros, el cierre de este mini "ensayo" acerca del género de Autoayuda. Pero esta vez más centrados en aquellos libros que no necesariamente fueron pensados para ser libros de autoayuda. Algunas son meras novelas sobre temáticas "trascendentales", pongamos por caso. Otras sí, son libros con una clara connotación autoayudesca, pero sólo que en vez de encarar una narrativa de manual o seudo ensayo, son escritos a modos de fábulas o hasta en formato novela. 

Sin más preámbulos, iniciemos el recorrido por esta increíble literatura de la superación personal.

1_ La luz de Asia (1879) de Edwin Arnold. Esta es una novela tan olvidada como recomendable. El acercamiento de Arnold a la vida de Buda es en verdad pródigo y novedoso en la literatura occidental. Un gran antecedente del Siddhartha de Hesse, y hay hasta quien podría decir que la novela de Arnold es aún mejor que la del escritor alemán. 

2_ Siddhartha (1922) de Hermann Hesse. Poco más de cuarenta años después de la novela del poeta ingles, el alemán hace un uso un poco menos convencional de personaje. Hesse tiene un poco más de oficio narrador, mientras que Arnold hacía una especie de biografía novelada del personaje histórico. El alemán, lejos de contentarse con repetir esa fórmula, mezcla una historia de éxitos y fracasos, de búsqueda, de caída y elevación final. El personaje, aunque se trate del mismísimo Buda Gautama, no deja de ser un típico personaje Hesseano, con sus incertidumbres, sus dudas, sus miserias, lo que humaniza a un personaje que por lo general se tiene a idealizar al punto de una deificación innecesaria y en definitiva, alejada del concepto mismo del Buda.  

3_ El profeta (1923) de Gibrán Jalil Gibrán. Un año después del seminal Siddhartha de Hesse, aparece esta obra entre parabólica y poética. Una rara avis total en este listado, pero absolutamente una obra literaria por su propio peso. El autor libanés nos cuenta la historia de un profeta y sus increíbles diálogos con los mercachifles del pueblo. Algo deudor de cierto aire Nietzscheano o Zarathustrano, mejor dicho. Pero aún así, sería como una obra emparentada a la gran obra filosófica de Nietzsche. 

4_ El principito (1943) de Antoine de Saint-Exupery. Sí, aunque usted no lo crea, este clásico infantil tiene muchas diferentes lecturas. Una de ellas y no la menos conocida, es la de un libro de superación personal, porque en definitiva cuales son los mensajes de este libro que no es tan para chicos. La valoración de la amistad, de la inocencia de la infancia que se pierde en la adultez, la conexión con nuestros sueños y con el cosmos. El amor desinteresado. Los temores. Los miserables mundos materialistas y sin sentido de los adultos. Un niño que frente a todos aquellos mediocres se mantiene leal y fiel como un verdadero príncipe. ¿Acaso existe frase más motivacional que "Lo esencial es invisible a los ojos"? 

5_ Las enseñanzas de Don Juan (1968) de Carlos Castaneda. Es difícil catalogar como literatura de autoayuda a este libro, sin embargo, mis colegas no cejan en su esfuerzo por ponerlo al lado de los libros de Stephen Covey, Eckhart Tolle y todos los demás. Pero más allá de que éste y los ocho libros que le siguen son novelas de ficción. Quizás sobre temas como chamanismo, brujería, poderes ancestrales, viajes lisérgicos, fuerzas de la naturaleza y todo lo que quieren los pibes. Se parece mucho a un sistema filosófico bien pensado que podríamos denominar como "el camino del guerrero". En verdad, al menos los primeros cuatro libros acerca del chamán don Juan, son una verdadera maravilla. Para tirarse en una hamaca paraguaya y disfrutarlos en una interminable tarde de verano. 

6_ El vendedor más grande del mundo (1968) de Og Mandino. Este es un libro que podría haber estado en la primera parte de esta lista, pero por una cuestión narrativa y de relación con el estilo, la adjunté con estas obras. El vendedor es una correcta historia donde se cuenta una especie de leyenda en tono de fábula acerca de un hombre que es muy pobre y luego van consiguiendo el ascenso en la medida que va aprendiendo nuevas cosas. De alguna manera es un antecedente directo de la historia que veinte años después narraría Coelho con su afamado El Alquimista. 

7_ Juan Salvador Gaviota (1970) de Richard Bach. Bach también escribió un libro que se llama Ilusiones, muy lindo y que no recuerdo si lo mencioné en la primera parte de este texto partido al medio. Ahora bien, Juan Salvador Gaviota está un poco en la línea de El Principito porque es una especie de fábula para chicos, que al final termina teniendo un sub texto dirigido a un público adulto. Lecciones de vuelo que se puede aplicar a la vida, Juan Salvador es un hermoso texto que en su momento fue un éxito de ventas total y que hoy en día ya no es tan recordado, por más que se siga editando. Recomendable.

8_ Yo visité Ganímedes (1972) de Yosip Ibrahim. Este es un libro extraño y en realidad tendría que haber estado en la primera parte del post porque es más un seudo ensayo que otra cosa. Sin embargo, cuando lo arrancás a leer sentís (durante los dos primeros capítulos) que estás leyendo una novela de ciencia ficción. Y no solo eso, sino que te atrapa y queres saber como sigue. Sin embargo, y esto para mí es la gran falla del libro, el autor no se cansa de repetirnos que lo que nos cuenta es verdad. Y empieza bárbaro con abducciones, luces extrañas del cielo que alumbran la casa, platillos que aterrizan en el jardín de atrás... Pero todo se pierde cuando este autor peruano comienza a detallar los modos de vida de Ganímedes y su relación con Dios y las religiones convencionales. Ahí, para mí, el libro se pierde. Igual entiendo que el tipo quiso levantar la polémica en su momento hablando de todo el asunto OVNI que tan en boga esta para principios de los setentas. Sigo pensando que como novela podría haber funcionado mejor que como seudo ensayo serio de algo que encima, veinte años después, desmintió (como si hubiese sido necesario). Creo que el escritor chileno Enrique Barrios se inspiró bastante en esta obra para su clásico de los ochentas Ami, el niño de las estrellas (1986). 

9_ El guerrero pacífico (1980) de Dan Millman. Bueno, hasta acá fueron todas obras que de alguna manera podían estar como no, ya que no era necesariamente obras consideradas como parte del género. Con el guerrero pacífico y el inicio de la década de los ochentas ya no quedan dudas de la que la literatura new age llegó para comercializar el concepto de Superación personal. Millman era un ex atleta de alto rendimiento y campeón del mundo. Su historia es acerca de la aceptación, el fracaso y la voluntad. Existe un personaje ficticio (Sócrates) que oficia de su propio don Juan, con toda una serie de enseñanzas de vida, un poco forzadas pero positivas. Existe una película del 2006 que está bastante bien y donde Sócrates es interpretado por el inoxidable actor Nick Nolte. 

10_ El caballero de la armadura oxidada (1987) de Robert Fisher. Hablando de lo inoxidable, a continuación este libro que en verdad es un clásico inoxidable de la literatura de superación personal. Quizás el más paradigmático de todos ya que cuenta por medio de una leyenda de un caballero que, después de no sacarse su brillante armadura ni para dormir, un día se da cuenta que no se la puede sacar y que quedó atrapado allí, cosa bastante poco práctica digamos. Entonces aparece la figura arquetípica de Merlin que siempre que se necesite un mago poderoso para aconsejar a un guerrero ahí estará él. Una idea que tomará Chopra en un libro que mencionaremos más adelante. El "Caballero" está bien, es un libro cortito y simpático, lleno de enseñanzas que hoy nos parecen de lo más cliché, pero como tiene una historia entretenida va de mil maravillas. La historia tiene una o dos secuelas mucho menos conocidas. 

11_ El Alquimista (1988) de Paulo Coelho. El escritor brasilero escribió esta historia también casi en tono de fábula filosófica, tomando elementos del escritor argentino Jorge Luis Borges, con un poco de Og Mandino y un poco de lo propio, escribiendo uno de los superventas más grandes de todos los tiempos. El libro tiene una historia amena acerca de un buscador en el desierto, con uno de esos finales con giro de manual, la novela se deja leer y atrapa. Hay que conceder eso, pero más allá de algunos capítulos y escenas memorables, no aporta mucho más. Como diría mi viejo "re comercial"...

12_ Las voces del desierto (1991) de Marlo Morgan. Esta novela acerca de una señora perdiéndose en los desiertos de Australia e internándose en las tribus originarias tiene mucho más del espíritu del peruano Carlos Castaneda que El guerrero pacífico que pretende crearse un don Juan de la nada y sin nigún tipo de experiencia real. O quizás si, en todo caso, el libro de Morgan me sabe mucho más honesto, aunque Morgan allá sido un mero señuelo de la industria de vender libros que en los noventas revolucionaría las bateas con el género de auto-ayuda en todos sus estilos. 

13_ La novena revelación (1993) de James Redfield. Hablando de imitadores de Castaneda, el caso de Redfield es paradigmático. Escribió ésta y varias continuaciones de una extraña saga de personajes "neo hippies" de los noventas que andan recorriendo el mundo en busca de mensajes y pergaminos. Desde Perú hasta Estados Unidos y otras partes del mundo. Acá directamente, lo new age se pasa de exagerado. Reconozco que cuando leí está novela la disfruté, pero ya había leído Las enseñanzas de Don Juan y no pude evitar que me pareciera una imitación superficial y comercial, en comparación. Pero está bien. Ahora es notable como me olvidé de casi toda la trama y hoy día casi no se vende, en comparación con el libro de Castaneda que todavía genera imágenes en mi cabeza y que aún se mantiene relativamente vigente.

14_ El sendero del mago (1995) de Deepak Chopra. Este hindú es el mayor superventas de la India y creo que uno de los más férreos defensores del género en sí, ya que siempre aparece opinando de obras parecidas o similares a las suyas. Ahora bien, me parece perfecto que así sea ya que entre sacerdotes no vamos a andar pisándonos la sotana... El sendero del mago es un libro, que como anticipé antes, tiene una dinámica muy similar a la del "Caballero oxidado", sólo que en vez de un tipo que no puede salir de la armadura está el mismísimo rey Arturo, que en este caso es un aprendiz que pide consejo al gran mago celta. Me pasa que el libro de Chopra y el de Fisher los leí casi por la misma época, por ende me cuesta diferenciarlos, pero bueno, en fin...

15_ ¿Quién se ha llevado mi queso? (1998) de Spence Johnson. Para finalizar, un libro que en su momento fue un verdadero boom de ventas y hasta se repartía en varias empresas a sus empleados como regalo de fin de año. Porque claro, el libro es una especie de fábula muy sencilla sobre un ratón y la búsqueda de su alimento por excelencia. La editorial que lo publicó en castellano se llama Empresa Activa, lo cual nos deja bastante claro como viene la mano. Un libro funcional al sistema que busca encajarte donde mejor quepas. Porque en definitiva, no hay que creerle nada a nadie, si siquiera a los libros que leés, sean de quien sean, Spencer Johnson, Michel Foucault o Mark Fisher. La verdad no está en ningún lado concreto, es sólo lo que vos decidís creer, todo lo demás son lecturas que hacemos para sentirnos mejor consigo mismos, buscando respuestas o simplemente pasar el rato , y en la medida de los posible abrir nuestro universo de perspectivas. Es todo. O mejor dicho, ni más ni menos. 

Bueno gente, eso fue todo. Cuenten en la caja de comentarios sus experiencias con libros de ficción de superación personal, mencionados en este post o no. Adiós!

domingo, 31 de enero de 2021

¿Cuanto ayudan los libros de autoayuda? Primera parte: Los textos canónicos

Como en muchas ocasiones, China ha logrado posicionarse a la vanguardia de diversos descubrimientos. Uno de ellos (bastante poco conocido) es el de los manuales de autoayuda, y es que en la antigüedad (siglo V, A.C.) un consejero militar del emperador, llamado Sun Tzú, escribió sin saberlo, el primer manual de autoayuda de la historia: El arte de la guerra.
Pensado como un libro de estrategias militares, este texto comenzó a circular en la edad media por Europa y fue gran referente de otros como Nicolás Maquiavelo y Napoleón Bonaparte, haciendo suyo este antiguo texto chino. 
Pero además, el texto fue mutando, convirtiéndose de un mero manual sobre estrategias bélicas a una guía para la vida. Y es que libro acepta varias lecturas e interpretaciones. En ese sentido, el libro funciona hasta hoy día y es mucho más accesible que otros textos de la China clásica como el Tao Te King o el I ching.
Para el inicio de nuestra era, un poeta del Imperio Romano llamado Ovidio, escribió otra obra seminal del género de autoayuda; El arte de amar. (No confundir con el texto de Erich Fromm).
Ovidio, nos regala un texto por demás curioso: consejos para el amante, como por ejemplo, donde conseguir mujeres, como comportarse con ellas, como ser eficaz en la conquista, etc. 
Claro que este tipo de texto sería repudiable hoy en día, por lo misógino del tema, pero para la época fue un verdadero hit y algo realmente novedoso. Se impone aquí ele ejemplo de libro donde alguien (en este caso Ovidio) nos cuenta su experiencia en el asunto para que nosotros (los lectores) podamos seguir paso a paso con las reglas que nos conducirán al éxito. 
Un verdadero pionero!
Pero antes de continuar, ¿En qué consiste exactamente el género de Autoayuda?
Básicamente, es el género literario que consta en lo mencionado antes. Alguien tuvo una experiencia, o trabajó durante años un sistema que le resultó infalible, o investigó sobre una temática al respecto, o simplemente se iluminó, entonces en base a sus conocimientos, le transmite a sus lectores su experiencia y da una serie de consejos o prolegómenos para que el ávido lector pueda alcanzar la iluminación o el éxito de una forma (relativamente) sencilla. 
Aunque esto suene a timo, la realidad es que a veces, este tipo de libros puede lograr que la gente se entusiasme aunque más no sea en el intento de cambiar y ser mejores personas. Es algo...
Pero creo que fundamentalmente, la clave del género está en el mismo nombre, AUTOAYUDA o Superación Personal. La gran clave de estos textos es que ellos te pueden señalar una forma, un método o hasta un sendero posible de vida, pero que en definitiva es uno mismo quien debe transitarlo. Lo cual no deja de ser cierta. Está más que claro que nadie va a bajar, tocarnos con la varita de la alegría y la realización. Somos nosotros quienes debemos ponernos en acción para conseguir cambios positivos en nuestras vidas. 
De alguna manera, este tipo de libros son la alternativa a dos cosas: por un lado a la terapia (de la escuela que sea, pero sobre todo al psicoanálisis) y a las religiones, que por lo general nos hablan de que vamos a sufrir en la Tierra pero que si somos buenos tendremos una recompensa al final del camino.
El problema de la mayoría de las religiones es que no le hablan al individuo sino a los feligreses (el rebaño). Por eso pierden adeptos, entre otras cosas. Porque no son capaces de contemplar los problemas personales de la gente. Todos creemos en Dios en momento de reflexión cósmica, en momentos difíciles o cuando estamos por morir, pero la realidad es que la mayoría duda de que realmente haya un Dios que nos pueda ayudar con nuestros problemas. 
Por otro lado, las terapias convencionales son por lo general largas, tediosas, caras y a veces uno siente que entra en un bucle neurótico donde sabe todos los lugares donde una falla, pero no puede hacer nada al respecto, solo saber que se es un pobre diablo condenado al sufrimiento y odiar a aquellos que creemos que sí son felices o que todo les sale bien. 
Bueno, pero no. Sentimos que las terapias no nos dan herramientas para enfrentar y transformar nuestra realidad. Y si lo hacen es a costa de una gran cantidad de dinero y no todo el mundo tiene la posibilidad o la paciencia para seguir aquello que ni siquiera tiene garantías de éxito. 
Y acá volvemos al meollo de la cuestión. ¿Quien nos da garantías de éxito de cambio y mejoras?
Bueno, acá es donde entran los libros de autoayuda. Porque básicamente, nos ofrecen un montón de soluciones obvias (como diría Lisa Simpson) por una pequeña cantidad de dinero, y después nos patean la pelota de regreso, lo que significa que el libro avisa que no será efectivo a menos que vos te comprometas a cambiar. En definitiva todo siempre dependió y dependerá de vos. Lo cual, no deja de ser cierto. De alguna manera, siempre, todo lo que nos pasa tiene que ver con lo que nosotros hagamos de nuestra vida. Lo comprometidos que estemos para transformar la realidad. Y en esa línea, hasta la felicidad es una decisión personal. El tema es que a veces, no todos los seres tenemos la capacidad de convencernos que merecemos ser felices. Y ahí es donde los libros de autoayuda miran para otro lado, porque en definitiva, estamos atravesados por la mirada de los otros, y también por nuestro ego y nuestra propia autoindulgencia y auto sentido crítico, lo cual hace que seamos todos bastante ineptos para lograr cambiar un ápice nuestra realidad, por más conscientes que seamos de nuestros errores y problemas relacionales con el resto del mundo. 
A continuación, una lista de títulos que tienen la fama pero ¿tienen el poder?:
1_ Como ganar amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie. Este libro publicado en 1936, es de los libros pioneros del género en la modernidad. Luego de los antecedentes mencionados antes, tenemos este manual de consejos para las relaciones interpersonales y laborales. Todos los consejos del libro son interesantes y hasta de alguna manera aplicables (hasta cierto punto), pero debo decir que es imposible que un libro así te cambie la vida. Primero, porque muchas veces, por más atento y bien intencionado que uno sea, y hasta sumiso, los demás están en otra frecuencia y pueden ponerte en situaciones en las que no quede otra opción que defenderte, por lo que los consejos relacionales del libro hacen agua. Por otro lado, son el resultado de una idea y concepto capitalista del mundo que quiere más a personas sumisas al sistema de explotación que vivimos todos los días. 
2_ Tus zonas erróneas (1976) de Wayne Dyer. Debo reconocer que de todos los libros del género que leí este es el que me pareció más serio y completo. De alguna manera, este psicólogo estadounidense logra compilar a lo largo de sus capítulos, los temas que más dolores y problemas nos suelen acarrear. Su manera de abordarlos, siempre con ejemplos, me parece bien lograda y amena, pero tiene el mismo problema que los demás: nos plantea una serie de soluciones que muy difícilmente uno pueda mantener a lo largo del tiempo. De todos modos, Carnegie y Dyer nos recomiendan que sus libros deben ser leídos y releídos para poder mantener algún tipo de posibilidad latente. Pero pienso que todos sus consejos se pierden en la cotidianeidad, porque en definitiva es casi imposible retener sus ideas en el día a día. 
3_ El hombre en busca de sentido (1946) de Viktor Frankl. He notado que en casi todas las listas de libros más importantes de la autoayuda se pone este librito del logoterapeuta austríaco. Puede ser que lo sea, aunque lo más interesante del libro es su historia de vida ya que fue un superviviente de Auschwitz. Pero toda su idea central apunta que lo que mantiene viva a una persona es su razón de ser. Es darle un sentido a su vida, es pensar, tengo que seguir adelante porque todavía no logré tal o cual cosa. Entonces la intencionalidad, sería la que nos vendría a salvar. El tema es que pienso que a veces sabemos lo que queremos y aún así no podemos avanzar. O queremos muchas cosas diferentes. 
4_ Zen en el arte del tiro con arco (1948) de Eugen Herrigel. Este es un libro increíble, que no sé bien por qué decidí ponerlo en esta lista ya que considero que es de esos libros que de verdad ayudan sin pretender hacerlo. Acerca de la concentración, la meditación, el equilibrio y la respiración. O sea, sobre el Zen. Algo difícil de lograr, más no imposible. 
5_ La libertad primera y última (1954) de Jiddu Krishnamurti. Si alguien no merece estar en esta lista de autoayuda, ese es Jiddu. Pero lo pongo por la única razón de que vale la pena mencionarlo. Quizás se moriría de espanto si viera que lo adosamos a otros autores de tan poca monta en la cuestionable género de autoayuda, pero debo decir con mucho pesar que he trabajado de librero varios años y es en ese lugar donde se suelen colocar sus libros. Quizás en un apartado de orientalismo, pero no muy lejos de los libros de bestsellers autoayudescos. La libertad primera y última es otro libro de seminal importancia, porque en el mismo nos cuenta su idea sobre temas como el conocimiento de uno mismo, el deseo, las creencias, la sociedad, el nacionalismo, etc. Krishnamurti era el elegido de niño como el supuesto gurú que llevaría a una nueva era de conocimiento, según la Sociedad Teosófica. Pero al final, él rompió con esa idea de sentido manifiesto de su propia vida, corriéndose de ese lugar y convirtiéndose en un férreo defensor de que no se necesitan gurús o maestros que iluminen nuestros camino. Otra vez, todo está y depende de nosotros mismos. Ni más ni menos. Con un estilo un poco oscuro y pesimista, Jiddu realmente pertenece a otra categoría, pero no quería dejar de mencionarlo. 
6_ La sabiduría de la inseguridad (1951) de Alan Watts. Siguiendo en la línea de Krishnamurti, este es otro personaje que merece ser mencionado, pero para bien. Watts es un autor británico que nos habla acerca de la idea de amigarse con la sensación de inseguridad que embarga a todos los seres humanos. Desde un punto de vista cercano al budismo zen, Watts nos propone una serie de ideas que resultan importantes a la hora de pensarnos como individuos y de la idea casi central de toda la autoayuda que vendría después que es el hecho de ser conscientes del momento y vivir el presente, el aquí y el ahora. 
7_ El poder del ahora (1997) de Ekhart Tolle. Este escritor alemán, fue y es uno de los más grandes gurúes del género de autoayuda de los últimos treinta años. Este es su libro más famoso y mencionado. El poder del ahora, como se desprende de su libro, gira en torno a eso que parece tan simple pero que no lo es. El ser conscientes del momento, de vivir en el presente y no padeciendo por un futuro inaccesible o un pasado que ya no podemos cambiar. Eso es, según el autor, el modo más efectivo para ser "feliz". Aunque el presente puede ser un lugar terrible para habitar, es cierto que no tenemos otra cosa más que el presente, en concreto, por ende en lo único que podemos manejarnos. En el ahora está la posibilidad de acción. Una idea que ya habían prefigurado los dos autores antes mencionados. 
8_ Usted puede sanar su vida (1984) de Louise Hay. Esta mujer de vida convulsionada, escribió una serie de libros sobre metafísica donde relaciona los males corporales con ciertas emociones dañinas. Por ejemplo, grasa en los brazos, falta de amor propio, por ejemplo. Es un libro interesante y de alguna manera arroja cierto grado de energía positiva sobre nuestras vidas. Pero más allá de hacer conscientes ciertos malestares crónicos con falencias o carencias afectivas, no aporta mucho más. Esta bueno verse reflejado en cierta actitudes y tratar de sanar tu vida con pensamientos positivos, pero otra vez, todo ese esfuerzo por tener una mente clara y despejada de malos pensamientos es casi como querer alcanzar el Nirvana. 
9_ Emociones de Osho. Confieso que solo he leído este libro salido en el 2000. Pero Osho había fallecido diez años antes. No me quiero centrar en la polémica respecto a la figura del controvertido gurú hindú que realmente se convirtió en el más poderoso de su tiempo. Atrás quedaban las figuras de Krishnamurti o Yogananda. Osho los había vencido a todos a base de una comunión entre sus enseñanzas que son un mix de budismo, hinduísmo, Yoga, Tao, Zen, Tarot, Tantra y demás cosas que pegaron muy fuerte a la generación del hippismo. En Emociones, se habla exactamente de eso mismo. El poder de las emociones, para bien, o para mal. Es difícil saber si este libro post morten fue en verdad escrito por Bhagwan.
10_ El monje que vendió su Ferrari (1996) de Robin Sharma. Este es otro caso (como Tolle) donde un ex empresario occidental tiene una crisis y queda al borde de la muerte. Entonces tienen una revelación. Se van en busca de "la verdad", en busca de maestros, en busca de la iluminación. Y al parecer, la encuentran. Sharma nos propone todo un sistema a imitar de meditación por las mañanas para encarar nuestros días de otra manera. No descarto las buenas intenciones y hasta que quizás, el método rinda sus beneficios, pero por otro lado me resulta incomprobable por no decir costoso de un grado extremo de voluntad diara que no siempre suele estar o acompañar. 
11_ Los cuatro acuerdos (1997) de Miguel Ángel Ruiz. Este es un libro extraño. Por un lado me parece que tiene un mensaje claro y positivo respecto a cuatro actitudes a tomar en la cotidianeidad que me parecen muy favorables. Por otro lado, Ruiz es una especie de chamán mexicano que parece haber procesado los primeros libros de Castaneda en este pequeño manual de "sabiduría Tolteca". Sea como fuere, para aquellos ya familiarizados con la idea del Camino del guerrero o El hombre de conocimiento, este libro sirve como complemente. Es como si Ruiz hubiera sintetizado a Castaneda en un libro de autoayuda para todo el mundo. 
12_ Psicomagia (1995) de Alejandro Jodorowski. Es llamativo que la década de los 90s haya parido la mayoría de los clásicos del género. Aunque tiene mucho sentido. Luego de la caída del mundo y el nuevo orden mundial neoliberal, la caída de los ideales, de las luchas y las utopías, los humanos quedamos perdidos, desorientados, sin una guía y la crisis existencial se abatió sobre todos. Pero en tiempos de comidas rápidas y teletrabajo, la gente necesitaba ayudas rápidas, no largas terapias. Algo que se pudiera vender y compactar y a seguir camino. Jodorowski se ríe de todo esto. Entiende el absurdo de la existencia y juega creando una terapia que mezcla lo teatral con lo poético y lo mágico. Uno puede enfrentar ciertas trabas o malestares de maneras originales y casi absurdas. Por que en definitiva no importa lo que hagas, sino la convicción y deseo que pongas de manifiesto para cambiar las cosas. 
13_ Los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas (1997), de Lair Ribeiro. Ahora estamos con los autores latinos, porque también acá podemos dar conferencias para que la gente se sienta mejor, aunque tengamos problemas endémicos de pobreza, desigualdad y falta de oportunidades. Este cardiólogo brasilero es el verdadero Brad Goodman (El que tiene un doctorado en dolor). Todas las formas de bienestar y autovaloración más trilladas habidas y por haber están en este libro que leí cuando tenía veinte años y del cual no recuerdo nada. 
14_ Historias de diván (2007) de Gabriel Rolón. Existen otros del estilo de Ribeiro en Argentina, timadores de baja estofa que le sacan plata a la gente con ideas robadas a otros, o con pensamientos que son mero sentido común, como por ejemplo Jorge Bucay (que desapareció luego que se supo que copió y pegó todo un libro) y Bernardo Stamateas, un evangelista que no hace más que hablar de lo tóxico de las relaciones, la gente y la mar en coche. Lo que nos hacen pensar que quizás él y sus ideas estigmatizantes sean las únicas cosas tóxicas en el horizonte. Pero Gabriel Rolón es otra de las excepciones, porque aquí vemos a un psicoanalista bien intencionado, haciendo algo que es más viejo que Freud, como hablar de casos (cambiando los nombres), para servir por el ejemplo acerca de un montón de trampas y vicios relacionales en las que solemos caer la mayoría de los mortales. Es una buena manera de entrar a una terapia aunque más no sea por mera intriga. 
15_ Free play (1990) de Stephen Nachmanovich. Este es al menos, un trabajo honesto desde el punto de vista de un violinista, que nos habla de la relación entre la improvisación en la vida y en el arte. Con un montón de citas de filósofos y psicólogos, el libro es más una puerta de entrada para profundizar en nuestra relación con lo elevado que en este caso puede ser el arte. El arte que cada uno pueda producir en en definitiva una de las terapias más efectivas que puede conocer. No la idea de convertirse en un Dalí o un Mozart, sino solo producir lo que a uno le guste. Entiendo que a gente sin motivaciones o inclinaciones artísticas, esto le pueda parecer algo tan inútil como cualquier otro libro de autoayuda, pero valoro el esfuerzo y la intención de aportar desde otro enfoque, el arte. 
De alguna manera, es un libro que se puede homologar y complementar con otro llamado El camino del artista (1992) de Julia Cameron, escritora y guionista. Otro libro con el enfoque puesto en la creatividad y la necesidad de encontrarse con el ser creativo de cada uno en lo que mejor se sienta. Si bien el libro apunta más a escritores, también puede ser para amplia gama de disciplinas. Es un libro que trae ejercicios diarios y semanales que quizás no sea 100% efectivos, pero que según lo que te entusiasme y el grado de tu compromiso, pueden llegar a ayudar a destapar un bloqueo creativo. Doy fe de eso. 
Bonus tracks:
Manual de iluminación para holgazanes (1971) de Thaddeus Golas. Este es un libro raro, casi inclasificable, porque es una especie de ensayo teológico, a la vez que es fruto de la experiencia con las drogas psicotrópicas por parte del autor durante la década de los sesentas. Por ende, esa experiencia lo puso en sintonía y comunión del gran todo. Un libro bello, muy producto de la contracultura que de a poco empezaba a encarar la retirada. Un libro bien de su época que recomiendo.  
Otro libro muy recomendado es La magia del orden (2010) de Marie Kondo, para la gente desordenada y despelotada. También es de aquellos que tienen una intención concreta pero que sus reglas pueden ampliarse a todos los diferentes parámetros de la existencia, más allá de como guardemos las medias en el cajón, o los libros que decidamos conservar o no (cosa que entiendo el punto pero no comparto).
Para finalizar, quiero mencionar que existen otros libros que no he leído como Padre rico, padre pobre de Kiyosaki, El secreto de Byrne o La inteligencia emocional de Goleman, que no reseñaré por eso mismo. 
Hasta que llegamos, ya que quedó un texto muy largo. La segunda parte tratará de aquellos libros que en vez de darnos una serie de consejos o tareas para mejorar, nos cuentan una historia o fábula para que pensemos por nosotros mismos el mensaje implícito. Pero esto será hasta la próxima entrada. Por ahora, adiós!

lunes, 25 de enero de 2021

La literatura y la naturaleza (Un canto "americano")

Existe una parte de la literatura que es ampliamente leída por todos nosotros pero que no es encasillada en ninguna parte de la estantería bibliotecaria en particular, y eso quizás se debe a que suele pensarse en estas obras por su género formal, ya sea poesía, ensayo, novela, etc. 

Las obras a las que me refiero son libros que están fuertemente inspirados en la relación del hombre con la madre naturaleza, y de esta relación tan hétero-erótica han salido algunas de las cosas más hermosas de la historia de la literatura toda, y para empezar con la más clásica y representativa, a saber:

*Naturaleza (1836) de Ralph Waldo Emerson, piedra fundamental del género ya que en ella se describen los paseos del escritor por los bosques y el esbozo de la necesidad que tiene el ser humano de volver a conectar con todo aquello para reencontrarse con sus raíces. Gran influencia para el siguiente autor. 

*Walden: La vida en los bosques (1854) de Henry David Thoreau. Este sujeto, que también escribió un texto más cortito pero igual de importante y complementario con Walden, que es Del Caminar. Que decir de Walden que no se haya dicho. El hombre, en un acto de rebelión y de necesidad interna de cortar con la sociedad, se interna a vivir por un periodo de dos años en una cabaña del bosque aledaño al lago Walden, Massachusetts. Allí experimenta la soledad, la introspección, la lectura y la necesidad de sobrevivir por sus propios medios en un ambiente aislado del resto de los humanos. 

*Hojas de Hierba (1855), de Walt Whitman, y sí... no podía faltar este enorme libro de poemas del gran poeta norteamericano del siglo XIX. Hojas de hierba es un libro seminal, fundacional, imprescindible para todo aquel amante no solo de la buena poesía sino de la naturaleza, de la vida y el amor. Whitman es el gran vitalista de la poesía, vitalista por su postura proyectiva de la vida y naturista por su gran amor a la naturaleza. 

*Mi primer verano en la sierra (1869) de John Muir. Este es un relato más narrativo aún que Walden, donde John Muir, a diferencia del pionero Thoreau, se interna en los bosques aledaños a Yosemite (hoy parque nacional de California). O sea, sería una versión del oeste, veinti pico de años después de Thoreau que era la costa este. La diferencia de Muir es que este muchacho, pasó solo un verano allí, de ahí el título, pero se mantuvo más en movimiento, por lo cual su descripciones de la naturaleza virgen del lugar son un documento único de una época perdida para siempre. Un texto en verdad hermoso. 

En definitiva, estos libros mencionados hasta el momento son los pilares de la literatura naturista (no confundir con el naturalismo). Es casual, o no tanto, que estos sean textos de una Norteamérica temprana, joven y que se perfilaba para liderar el mundo, pero aún estaba verde y en ella se podían oír voces disidentes, de anarquistas, aventureros u homosexuales, sin grandes problemas. Sin embargo, luego de la guerra civil (1860-1865), y esto es una mera suposición, al diagramarse el destino final del país, el conservadurismo iría tomando cada vez más el control del poder. Atrás quedarían los tiempos revolucionarios y sus luchas contra el colonialismo inglés. 

*La llamada de lo salvaje (1903) de Jack London, un novela increíble sobre la vida de un perro (Buck) que pasa de ser casi un perro domestico a convertirse en un perro salvaje que le aúlla a la luna, perdido en los bosques fríos de Alaska. Algo similar a lo que después sería la novela Bailando con lobos (1986) de Michael Blake, donde un "civilizado" hombre blanco, se contacta con una tribu de Sioux para descubrir que esa conexión con la naturaleza (perdida en el mundo de los blancos) lo hace sentirse más conectado, más humano. Ambas novelas podrían decirse que cuentan las mismas historia, pero una desde un animal y otra desde un hombre. 

*En el camino (1957) de Jack Kerouac, aunque esto parezca increíble, no sería hasta esta novela del autor de la generación beat por antonomasia que se volvería a recuperar de alguna manera esa visión entre Emersoniana, Thoreana y Londoniana, solo que en el medio pasaron las guerras, la generación perdida y otros autores como Thomas Wolfe. Lo que hace Kerouac tiene más valor por esa recuperación que en sí por algo de su prosa que quizás tenga el encanto de ser veloz como un BeBop, lo cual moderniza la visión decimonónica de la tradición Naturista. El libro es harto conocido, su alter ego (si es que podemos llamarle así) recorre Estados Unidos a dedo, en tren, a pie, en auto con amigos, en micro y de todas las formas posibles impliquen recorrerlo y no ir de un punto a otro como uno haría hoy en día. Si bien, creo que la conexión con la naturaleza está aún más presente en su novela Los vagabundos del Dharma, bueno esta sería la novela que puso todo aquello en marcha otra vez. 

*El solitario del desierto (1968), de Edward Abbey, es una rara avis dentro del género, ya que su autor nos habla desde uno de los lugares más hostiles de la naturaleza en Norteamérica, el desierto de Utah. Acá ya no hablamos de bosques naturales o hermosas praderas. "En el desierto ves la verdad" cantaba Luis Alberto Spinetta, y es así. El desierto es ese territorio cruel que no perdona a quienes pasan por él. El calor es agobiante, la escasez de agua desesperante, y las noches igualmente crueles de lo frías. Pero lo que transmite el autor es que él es de ahí y de que ama con pasión su cacho reseco de tierra y que no lo cambiaría por ningún otro lugar por más paradisíaco que sea. Abbey encuentra la belleza de un lugar que pocos pueden tolerar y lo hace prosa. Siendo otro de los padres perdidos del movimiento hippie, su postura ecologista ha echo escuela. Porque... como una rosa del desierto, Abbey te enamora.

*Hacia rutas salvajes (1996), de Jon Krakauer, este libro es una especie de ensayo periodístico de investigación, donde el autor (un famoso montañista) sigue los pasos del recordado Chris Mc Candless, quien fuera un joven norteamericano que a principios de los 90s se disparó solo en un viaje hacia rutas salvajes, como dice el título. El muchacho, siguiendo la tradición de todos los mencionados anteriormente, sale en busca de su destino final que parece ser Alaska (algo muy entre Keroaucaiano y Londoniano) con algo de esa filosofía anarco del gran Thoreau. Romper ataduras con la familia, no tener ataduras de ningún tipo durante su viaje y encontrar su final, perdido en la inmensidad devoradora de la naturaleza. Chris fue uno de los últimos aventureros románticos en ese sentido y marcó a generaciones desde los noventas hasta acá, pero sobre todo por la hermosa película de Sean Penn de 2007.

*Un paseo por el bosque (1997) de Bill Bryson, es casi un libro paródico, pero de alguna manera, este libro de Bryson (autor de diversa índole temática), logra colarse en esta lista por propio mérito. Es interesante que aquello como la idea de salir en busca de lo salvaje, el reencuentro con la naturaleza y de la conexión última con lo supremo, sea representada acá por dos (casi) ancianos que sienten que tienen que todavía se deben una "vuelta por el bosque" para demostrarse a si mismos que la vida aún no les pasó por encima. Casi logran su Quijotesco intento de recorrer el sendero de los Apalaches de 3500 km. No lo consiguen pero el haberlo intentando les resulta por demás reconfortante. Un simpática historia con su respectiva película  del 2015.

*Salvaje (2012), de Cheryl Strayed. Aquí finalmente podemos dar cierre a una tradición de casi doscientos años en la literatura norteamericana donde el autor, por lo general de una forma autobiográfica, nos relata ese escape tan necesario hacia lo desconocido, hacia los territorios donde los hombres (o mujeres) no tienen ningún tipo de control o garantía de seguridad, donde un paso en falso puede resultar el final abrupto de tu vida, pero que si se avanza, la recompensa es infinita y te dura para toda la vida. En este relato, la autora hace un viaje en busca de la cicatrización de su alma por los errores del pasado, por sus perdidas y demás miserias. El destino elegido es el otro gran sendero de EEUU, el Sendero Macizo del Pacífico, en este caso en la costa Oeste. Funciona como un anverso perfecto de la historia de Bill Bryson en el Este y también cuenta con su pertinente película llamada Wild (2014).

Así como Mi primer verano en la sierra era algo así como el Walden del Oeste, o El solitario del desierto lo mismo, pero en el desierto, con esto cumplimos con una lista de diez libros impresicindibles para conectar con la naturaleza. Se podrían mencionar muchas mas obras como el cuento casi fundacional de la literatura estadounidense "Rip Van Winkle" de Wasshington Irving de (1819), Nathaniel Hawthorne y sus Cuentos dos veces contados, o el propio Ambrose Bierce, William Faulkner, etc, pero vamos a cerrar acá. Hay mucha literatura para descubrir y redescubrir, así que ea ea! Avanti.

Otro día podría subir el equivalente de la literatura naturista pero de Argentina, donde está menos clara la tradición, pero no por eso menos presente. Salúd!

miércoles, 20 de enero de 2021

La ciencia ficción y el humor

Existen diferentes tipos de ciencia ficción: dura, blanda, cyberpunk, steampunk, hay utopías, distopías, ucronías, y podemos seguir con una larga lista. Pero más allá de géneros y subgéneros, estilos y abordajes temáticos, hay un tema que no suele abundar en el género y sobre todo que no se lo suele mencionar mucho y este es el humor. 

A lo largo de la historia de la ciencia ficción, que podríamos decir que es un género (casi) tan antiguo como la literatura misma ya que deviene de aquellas historias fantásticas que ya existían en la antigüedad. Desde La Odisea de Homero, pasando por las Historias verdaderas de Luciano de Samósata, hasta el siglo XVII con el Somnium de Johannes Kepler.  

Pero sería con el poeta francés Cyrano de Bergerac, pocos años después de aquel delirio lunar del astrónomo Kepler, que la narrativa de viajes espaciales tomaría "vuelo" y sobre todo, un sello propio, caracterizado por un uso satírico del relato. En los "Viajes a la Luna y al Sol", Cyrano narra viajes imposibles en globo hacia los astros, con un fuerte condimento, el humor. Cyrano no se toma en serio, todo es absurdo y en base a eso juega con las locuras de sus personajes. 

Medio siglo después, sería un escritor irlandés quien incurriría en el estilo de la fantasía satírica con su afamado Viajes de Gulliver. Ya sabemos como es el humor satírico inglés, bueno, a eso habría que agregarle el humor irlandés, elevado a la décima potencia. 

Luego pasaría un buen tiempo hasta que el humor y la ciencia ficción se cruzaran ya que en el siglo XIX la cosa era más solemne. Los autores estaban más cerca de las teorías evolucionistas y nadie quería quedarse atrás y menos, haciendo de eso una parodia. 

Pero en el siglo XX, la ciencia ficción ya se llamaba ciencia ficción, y el humor volvería a ser tenido en cuenta, sobre en la segunda mitad del siglo, una vez superados los horrores de la Segunda Guerra. 

Uno de los autores del que menos se esperaba que retomara el tono satírico dentro del género era un polaco que había escrito unas novelas de ciencia ficción (casi) dura, a principios de los años 50. Sería con su Diarios de las estrellas (1957) que Stanislaw Lem se convertiría en leyenda. Las historias espaciales de Ijon Tichy por el universo. Donde las historias tienen un claro tono paródico ya que al personaje le pasan cosas hilarantes y ridículas. Muy similares a algunas de las aventuras del serial Rick y Morty, por mencionar un ejemplo. 

Marciano vete a casa (Martians go home) de Fredric Brown es una novela de 1955, que ya desde el título nos adelanta de alguna manera el tono paródico de la misma. En un mundo occidental invadido por la paranoía anticomunista que personajes como Edgar Hoover o Joseph McCarthy (y avalados por el presidente Eisenhower), se daban el lujo de fomentar en una sociedad norteamericana que no paraba de consumir y hundirse cada vez más en la superficialidad de su propia mentira que era la American way of life en los años cincuenta, que a la vez se encargaban de bajar como modelo para que el resto de los países del mundo alineados (como nosotros, su patio trasero). Pero en medio de todo este embrollo y en plena guerra fría, autores como Fredric Brown escriben novelas donde se ríen de todos. En Marciano vete a casa, un escritor de ciencia ficción está bloqueado (un clásico tópico de autores bloqueados), y de repente la Tierra es invadida por unos seres verdes y chiquitos, sobre todo etéreos, que se la pasan invadiendo nuestra privacidad a toda hora y en cada momento. Esta novela es un clásico de la ciencia ficción satírica y es en verdad desopilante e imperdible. 

Poquito después vendrían novelas de Kurt Vonnegut como Las sirenas de Titán, Cuna de gato, Matadero Cinco, Desayuno de Campeones, Payasadas y demás, que se van alejando de la ciencia ficción para ser directamente paródicas.  

Finalmente, sería el inglés Douglas Adams y su saga de novelas del Autoestopista galáctico (1979), quien terminaría de afianzar la comunión de humor y ciencia ficción para siempre, con novelas cómicas, hilarantes, deudoras de lo mejor de la unión de estos géneros. Aunque el humor mas que un género sería un tono, pero bueno, se entiende...

También podrían mencionarse series y películas como Volver al futuro, Hombres de negro, Dr Who, Futurama, el mencionado Rick y Morty y muchos otros, pero de momento solo me interesaba recordar la unión literaria de la ciencia ficción con el tono humorístico. Ya que no solo hay que recordar la parte solemne y seria del género y recordar que también hablar del espacio, los viajes espaciales, viajes en el tiempo, robots que hablan, alienígenas espiando nuestras tonterías, etc, es bastante ridículo de por sí, y si bien son cosas que le interesan a la humanidad de los, al menos, últimos dos mil años pero que también es entretenimiento, aventuras, tiro lío y cosha golda! 

domingo, 10 de mayo de 2020

Los 130 libros de ciencia ficción más importantes que tenes que leer



1- ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick.

2- 1984, de George Orwell.


3- 2001: Una odisea espacial, de Arthur C. Clarke.


4- 20.000 Leguas de viaje submarino, de Julio Verne.


5- Amos de títeres, de Robert A. Heinlein.

6- A Wrinkle in Time, de Madeleine L’Engle

7- Babel-17 de Samuel R. Delany

8- Bajo la piel, de Michel Faber.

9- Campo de concentración, de Thomas M. Disch.

10- Camisas rojas, de John Scalzi

11- Cántico para Leibowitz de Walter M. Miller Jr.

12- Carbono alterado, de Richard K. Morgan

13- Choque de nieve, de Neal Stephenson

14- Cita con Rama, de Arthur C. Clarke.

15- Contacto, de Carl Sagan.

16- Crash, de J.G. Ballard.


17- Criptonomicón, de Neal Stephenson.

18- Crónicas marcianas, de Ray Bradbury.

19- Cuna de gato, de Kurt Vonnegut.

20- Diarios de las estrellas, de Stanislav Lem.

21- Dune, de Frank Herbert.

22- En las montañas de la locura, de H. P. Lovecraft

23- El cuento de la criada, Margaret Atwood.

24- El día de los trífidos, de John Wyndham.


25- El fin de la eternidad, de Isaac Asimov.

26- El fin de la infancia, de Arthur C. Clarke.

27- El hombre demolido, de Alfred Bester.

28- El hombre en el castillo, de Philip K. Dick.


29- El hombre-mujer, de Joanna Russ.

30- El invencible, de Stanislav Lem.


31- El juego de Ender, de Orson Scott Card.

32- El laberinto de la luna, de Algis Budrys.

33- El largo camino hacia un planeta pequeño y enojado, por Becky Chambers

34- El libro del día del juicio final, de Connie Willis.

35- El libro del nuevo sol de Gene Wolfe

36- El marciano, de Andy Weir

37- El mundo de cristal, de J. G. Ballard.

38- El mundo invertido, de Christopher Priest.

39- El mundo sumergido, de J. G. Ballard.

40- El palacio de la eternidad, de Bob Shaw.

41- El planeta errante, de Fritz Leiber.

42- El quinto día, de Frank Schätzing.

43- El rebaño ciego, de John Brunner.

44- Hacedor de estrellas, de Olaf Stapledon


45- El señor de la luz, de Roger Zelazny

46- El sindicato de policía Yiddish, de Michael Chabon.

47- En alas de la canción, de Thomas M. Disch.

48- Estación de tránsito, de Clifford D. Simak.

49- Eón, de Greg Bear

50- Estrella roja, de Aleksander Bogdanov


51- Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.

52- Fiasco, de Stanislav Lem.

53- Flores para Algernon, de Daniel Keyes.

54- Forastero en tierra extraña, de Robert A. Heinlein.

55- Fuentes del paraíso de Arthur C. Clarke

56- Fundación, de Isaac Asimov.

57- Génesis, Poul Anderson.

58- Gigantes durmientes, de Sylvain Neuvel

59- Guerra Mundial Z, de Max Brooks

60- Héroes y villanos, de Ángela Carter.

61- Historia cero, William Gibson.

62- Historia del futuro, de Robert A. Heinlein.

63- Hyperión, de Dan Simmons.

64- Invernáculo, de Brian W. Aldiss.

65- Justicia auxiliar, de Ann Leckie

66- La carretera, Cormac McCarthy.

67- La chica mecánica, Paolo Bacigalupi.

68- La ciudad y las estrellas, de Arthur C. Clarke.

69- La edad del diamante, de Neal Stephenson

70- La feria de las tinieblas, de Ray Bradbury.

71- La guerra de las salamandras, de Karel Capek.


72- La guerra de los mundos, de H. G. Wells.

73- La guerra interminable, de Joe Haldeman.

74- La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams

75- La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares.

76- La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin.

77- La máquina del tiempo, de H. G. Wells.


78- La mota en el ojo de Dios de Larry Niven y Jerry Pournelle

79- La muerte de la hierba, de John Christopher.

80- La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger.

81- La mujer que cae, de Pat Murphy

82- La naranja mecánica, de Anthony Burgess.

83- La nave estelar, de Brian W. Aldiss.

84- La quinta temporada, de N.K. Jemisin

85- La rueda celeste, de Ursula K. Le Guin.

86- La sombra errante, de Brian Stableford.

87- La tierra permanece, de George R. Stewart.

88- La voz de los muertos, de Orson Scott Card.

89- Las estrellas mi destino, de Alfred Bester.

90- Las sirenas de Titán, de Kurt Vonnegut.

91- Limbo, de Gene Wolfe.

92- Líneas muertas, de Greg Bear.

93- Lo que el tiempo se llevó, de Ward Moore.

94- Los cuclillos de Midwich, de John Wyndham.

95- Los desposeídos, de Ursula K. Le Guin.

96- Picnic extraterrestre, de Boris y Arkadi Strugatski

97- Los hombres paradójicos, de Charles L. Harness.

98- Los propios dioses, de Isaac Asimov.

99- Marciano vete a casa, de Fredric Brown.

100- Marte rojo, Kim Stanley Robinson.

101- Más que humano, de Theodore Sturgeon.

102- Mercaderes del espacio, de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth.


103- Metro 2033, Dmitry Glukhovsky.

104- Mundo anillo, de Larry Niven.

105- Neuromante, de William Gibson.

106- Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro.

107- Ojo de gato de Andre Norton


108- Parábola del sembrador, de Octavia E. Butler

109- Pórtico, de Frederik Pohl.

110- Puerta al verano, de Robert A. Heinlein.

111- Rascacielos, de J.G. Ballard.


112- Ready Player One, de Ernest Cline.

113- Reina de los ángeles, Greg Bear.

114- Slaughterhouse-Five, de Kurt Vonnegut

115- Solaris, de Stanislav Lem.


116- Solo un enemigo: el tiempo, de Michael Bishop.

117- Tau Zero, de Poul Anderson.

118- El planeta de los simios, de Pierre Boulle

119- La noche de los tiempos, de René Barjavel

120- Tiempo de Marte, de Philip K. Dick.

121- Todos los sistemas rojos, de Martha Wells

122- Todos sobre Zanzíbar, de John Brunner.

123- Tropas del espacio, de Robert A. Heinlein

124- Ubik, de Philip K. Dick.

125- Un mundo feliz, de Aldous Huxley.


126- Una princesa de marte, de Edgar Rice Burroughs.

127- Un niño y su perro de Harlan Ellison

128- Valis, de Philip K. Dick.

129- Venus más X, de Theodore Sturgeon.

130- Yo, robot, de Isaac Asimov.