domingo, 16 de octubre de 2022

¿Es el amor maternal sinónimo de amor incondicional?

Acaso cuando hablamos del tipo de amor más puro, incondicional, el ejemplo par excellence de lo que consideramos amor más perfecto se debería hablar del amor de las madres por sus hijes?

En este día de la madre y como viene haciendo este blog que ya no se calla nada, vamos a meter un poco el dedo en la llaga de otro bastión incuestionable de la cultura: El amor maternal. 

En términos generales, sólo se acepta el amor materno como algo incondicional y hasta valedero. Muchas veces, el rol del padre queda como una figura marginal, accesoria. No se le permite participar tanto y a veces, hasta si está o no está, pareciera que poco importara. 

En terminos legales, pero también sociales, todo el mundo considera que una criatura estará mejor con su progenitor femenino que con el masculino. No se sabe bien porque, pero se considera que al ser la madre la que lleva a los chicos en la panza desde el embarazo, el amor es más seguro, más fuerte, mas incondicional. Convengamos que es una construcción social todo esto y no un hecho científico incontrastable. 

Muchas veces escuchamos hablar del concepto de "mamá luchona", como aquella mujer sola, que se hace cargo de todo, que tiene que luchar contra viento y marea porque su pareja la abandonó y se tiene que hacer cargo de todo, entonces se sale a decir hoy que no es amor, que es trabajo no pago. ¿Que concepto tan larvario y neurótico es ese? Vaya uno a saber... ¿Existe el concepto de papá luchón? No, el amor del padre casi que no entra en los cánones del amor paterno-filial. O sí, pero la figura del padre está tan bastardeada por siglos y siglos de mandato machista/patriarcal que el varón pareciera que sólo sirve para hacerse cargo poniendo plata, cualquier otro gesto de crianza de su parte es absolutamente innecesario e intrascendente. El amor paterno parece poco creíble para la sociedad. Todo el mundo da por sentado que una madre quiera a sus hijos, pero que un padre quiera a sus hijos, parece una fábula. No se condice con el concepto que las personas tienen formadas en su cabeza hacer del amor paternal. Existe una idea bastante popular de que en realidad los varones no quieren ser padres, que sólo es un deseo de las mujeres. Todo este rollo fabulario se crea como estigma cultural y pega fuerte en el inconsciente colectivo de las personas, pero no es un hecho cierto.  La realidad, es que todo concepto totalizador, por el mismo hecho de serlo es una falacia absoluta del significante. Existen sobrados casos de amor maternal enfermizo, o carencia de amor materno. 

Ayer veía la película BLONDE acerca de la vida de Marilyn Monroe, y allí tenemos un caso extremo de una madre que odia a su hije. No me extraña nada que muchas feministas hayan puesto el grito en el cielo en contra de esta película, ya que pone en evidencia las falencias de las mujeres como sujetos amantes, muestra su costado mas demoníaco y bueno, nadie el perfecto. Las baja de ese concepto tan alto que tienen de sí mismas de creer que son víctimas milenarias y que por eso mismo están excentas de toda crítica. Bueno, lo lamento pero no, en este mundo nadie se salva de las críticas, ni siquiera las ponderadas feministas. Lo peor es que para desestimar la película recurran a algo tan bajo como querer bajarle el precio diciendo que está dirigida por un hombre, producida por Brad Pitt, etc, etc. Como si eso invalidara el hecho de que simplemente, la madre de Marilyn estaba loca de atar e intentó ahogarla cuando era chiquita, fin de la historia. Después, que los hombres de su vida fueron una mierda, que la trataban como objeto, y un largo etcétera nadie lo niega, pero cuesta escuchar que las mujeres también pueden ser horribles personas. 

Y sin embargo... ¿cuál es el problema? Es evidente que existe un mandato social (podemos llamarlo Patriarcado o como quieran) que le exige a las mujeres que deben atender y sobre todo amar a sus hijos porque ellas vinieron al mundo para eso. Ese mandato es tan pero tan fuerte que nos atraviesa a todos por igual en toda la extensa humanidad. Yo me pregunto entonces, ¿es culpa de ellas o es culpa de todos que las cosas sean así? En definitiva, todos damos por sentado que ellas son las que tienen que hacerse cargo de todo. Y después, cuando las madres no comparten a los hijos con los padres, nos salimos a rasgar las vestiduras de la injusticia. Hipócritas! Todos nosotros. No tenemos cara... Al fin y al cabo, todos somos cómplices de haber depositado todo en las madres y luego no venimos a quejar que el amor materno tiene fallas, que puede ser enfermizo y hasta letal. ¿Pero con que cara? Es obvio que las madres cargan con todo, y me cuesta admitirlo pero es así. ¿Y que hacemos nosotros por ellas? Nada, damos por sentado su amor incondicional. Es un lamentable hecho social, triste, injusto y lamentable. 

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