sábado, 1 de diciembre de 2018

Reseña orbital sobre la novela Incrustados de Ian Watson

Es complejo reseñar una novela que se publicó en 1973. Pasaron cuarenta y cinco años de su publicación. Todavía estaba la guerra de Vietnam, Pink Floyd sacaba Dark side of the moon y acá hacía lo propio Spinetta con su Artaud, mientras Juan Domingo Perón volvía a ser presidente tras dieciocho años de exilio y proscripción. 
Pero al margen de la contextualización, esta primera novela u ópera prima del escritor inglés Ian Watson volvió a las librerías en un mundo muy cambiado al de aquellos años. De todos modos creo que la lectura de la novela funciona hoy por algunos motivos que creo de valor y detallaré a continuación.

Primero: La nueva edición publicada por la editorial independiente argentina La Compañía tiene una nueva traducción a cargo de Carlos Abreu e Irene Vidal, mucho más amigable y cercana a nosotros que el gallegazo de la vieja edición de la colección Biblioteca de Ciencia Ficción Hyspamérica, España, 1986, conocida como "EMPOTRADOS".

¿La contra? La joda para mí es la letra hiper chica de la nueva edición. Había que ponerle unos numeritos más. En vez de ocho, doce, o algo así. ¿Me explico? Por otro lado la tapa. Esta bien, es sobria, gris, aburrida. Y tiene un fragmento del posfacio de Miguel Vitagliano donde habla de la gramática generativa y que se yo que historias. OK. Yo, si hubiese sido el editor hubiera apostado al público que en definitiva le interesan y leen esas novelas con pasión, o sea los lectores del género, sin tenerle miedo a las "etiquetas", al "nicho", al "fandom". Después de todo la edición de libros es un negocio más y por ende la idea es ser redituable, supongo yo. Creo que con una tapa más retro o al estilo "tapas de Yes" hubiese sido mucho mas atractivo para el lector avezado y para el otro lector  general, el que no lee con etiquetas, también. Cualquier cosa antes que una tapa que parece un prospecto médico.
Segundo: La novela está bien escrita, no tiene mucho para decir al respecto. Solo que hay que pasar el primer capítulo, el mas largo y denso de todos. Entiendo que es una prueba de fuego para los lectores de hoy día, donde ya si como arranca no te engancha pasas a cualquiera de los otros cuatrocientos libros que tenes en cola para leer. Bueno, esto es así. El primer capítulo es denso, muy cuesta arriba y de hecho yo abandoné en la primera lectura apenas salió a mitad del primer capítulo por que me ganó la ansiedad y básicamente me pudrió. Pero ya llegando al final del año, con todo el cansancio y cafeteo encima, decidí darle una segunda oportunidad al libro del cual me llegaban buenas críticas. Me dijeron "hay que pasar el primer capítulo y después la novela toma vuelo". 
Bien, quien puede culpar a Watson por eso, son cosas que le pasan a los que escriben y a veces quedan así. Pero lo importante es el todo y como dije al principio, el todo es bueno. Muchas de las mas famosas novelas del querido Philip K. Dick empiezan sin saber a donde ir y de pronto, sin que te des cuenta estás recontra enganchado con la historia. Acá pasa lo mismo, a medida que te vas sumergiendo en la novela, pasada la primera prueba, empezás a entender de a poquito que carajo pasa. Y te vas incrustando... Es como dice Vitagliano en la tapa, hay de todo, experimentos científicos con niños, experiencias psicotrópicas en una tribu perdida del Amazonas y contacto con alienígenas. Con todo este menú Nada puede malir sal ¿o si? No, de verdad, creo que tiene todos los condimentos para atrapar al lector ávido de aventura y cosa loca.

Tercero: Como si fuera necesario poner una excusa más, les digo que la novela de Ian Watson, hombre del cual me quedé con ganas de leer más, es extravagante, tiene momentos de intensidad visual y extrema violencia. No sería una novela apta para todo público. La parte "semiótica" para mi carece de importancia. O sea, está bien, es el eje principal, como en otras novelas podría ser la Física, la Biología, la Antropología o la Psicología. Bueno, pero eso no es con lo que me quedo del libro. 
¿Que rescato?
La novela de Watson tiene tramas diversas, tiene ritmo, tiene personajes interesantes como el indio Kayapi que me hace acordar a Karamakate de la película del 2015 El abrazo de la serpiente. Un indio orgulloso, misterioso, que tienta al hombre blanco, como Don Juan, con el conocimiento en base a una droga que no sé si existe, pero no importa. Y ese hombre blanco, en este caso es un francés progre llamado Pierre que cae como un gil en la artimañas del indio y que en definitiva todos se usan para su propio beneficio. Por otro lado está el alienígena semiólogo Ph'theri, una especie de ET soberbio que no le interesan mucho los humanos, y que pide lenguajes humanos a cambio de conocimiento científico (Como se dice él, es un comerciante de signos). Una raza de extraterrestres melancólicos que añoran a otra raza superior a ellos que en un tiempo pasado no precisado hicieron contacto para luego abandonarlos y romperles su alienígena corazón.
Por otro lado el estado brasileño de la novela es de extrema derecha, quiere aniquilar a los guerrilleros y a los indios por "mugrientos" , "ignorantes" y no abrazar la fe cristiana. Destruir el Amazonas y vendérselo a los yankis por monedas. Me recuerda a alguien que fue votado como presidente en Brasil hace menos de un mes. ¿Les suena? A eso llamo capacidad de anticipación, vigencia o triste coincidencia narrativa.

Cuestión: ¿Vale la pena leerla? Si, pero no tanto por su valor "académico" o bla-bla, sino como una novela para cualquiera que quiera entretenerse sin prejuicios de "géneros", pasar un buen rato de lectura y eso es todo.

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