lunes, 12 de agosto de 2019

33 canciones por minuto



3) Si bien no quería empezar necesariamente por mis canciones de la infancia, el recuerdo se impone y no puedo hacer nada al respecto.
A principios de los noventas, los cds se imponían en las disquerías de Argentina (y supongo del mundo entero), y mi vieja se compró el Greatest hits de Queen, banda que le gustaba en su adolescencia a mediados de los 70s.
El disco me encantaba (a diferencia de mi padre que solo le gustaba Bohemian rapsody). La banda era explosiva, poderosa, en fin, Queen; y algo en sonido de la banda me hechizaba.
Además, poco tiempo después, fue el tributo a Freddie Mercury y recuerdo haberlo visto por el canal Telefé mientras almorzaba. La cuestión es que la banda me enloquecía. Don't stop me now era otra canción que me ponía los pelos de punta. Pero había una en particular que me enloquecía y era Another one bites the dust. Era un tema que ponían de cortina musical en un programa yanqui de lucha libra o de físico culturismo o alguna de esas cosas con hombres inflados de anabólicos.
Entonces iba y ponía el tema, que tiene esa intro de bajo in-cre-íble, y lo buscaba a mi hermano mayor para luchar!! Hilarante. Según recuerdo, tomaba las gotitas que caían de la canilla de la cocina (mal cerrada o con pérdida) que era una especie de poción mágica que me dabas fuerzas y mientras Freddie cantaba ese tema funky-disco-rock yo enardecía y las tardes en mi casa eran más divertidas.
Ahora que lo pienso había algo medio gay reo en esa canción que me hacía buscar a mi hermano para jugar a la pelea. Como sea, es un lindo recuerdo, y el tema ya lo escuché tantas veces que ya no me vuelvo tan loquito, sin embargo, quien sabe...

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