domingo, 18 de agosto de 2019

33 canciones por minuto



8) Muy bien, es hora de volver al pasado. Exactamente veinte años. 1999 el año. El mundo se preparaba para la llega de un nuevo siglo y un nuevo milenio, ni más, ni menos...
Por acá, había elecciones y el gobierno del neoliberal "Nemen" ya había cometido todos les delitos posibles contra el pueblo, destruyendo a la clase trabajadora, haciendo descender a parte de la clase media y enbruteciéndonos a todos con la banalización y degradación de la cultura y sociedad argentina. 
Pero bueno, en medio de todo ese contexto de desigualdad, violencia e inseguridad en la que nos habían sumergidos los adalides del libre mercado, yo un adolescente en ciernes, luchando por encontrar mi lugar en el mundo abrazaba al rock como último bastión de resistencia desde la periferia en los barrios suburbanos a los cuales nos habíamos tenido que mudar. 
El año '99 fue de esos muy importantes (junto con el '97, el 2001 y 2002) en los que descubrí a bandas como The Who. Grupo insigne de la llamada Invasión Británica de los '60s, además protopunks y alocados rockeros de explosivas interpretaciones en vivo. 
A los Who llegué por ver su famosa presentación en la película Woodstock (Que por aquellos años cumplía 30 años y hoy se cumplen 50) y quedé pasmado. El power, la locura del batero (Keith Moon), bueno en fin, The Who mismo. 
Cuestión que quedé obnubilado con estos muchachitos y salí conrriendo a comprarme un cd de ellos para ampliar mi, de a poco, creciente discoteca personal. Ahorrando pesito a pesito de lo que me daban para ir al colegio. Un adolescente puede no comer si es necesario, porque el rock (en aquellas épocas) era mucho más fuertes. Y entonces pasé por algún Musimundo del centro (cuando era disquería) y ante la duda de cual llevarme, opté por The kids are alright, un compilado de 1979, donde se los ve enfundados en una bandera británica. Desde el inicio me pareció una banda muy pero muy británica, y me gustó. Sparks, solo por elegir una, me retrotrae a esas tardes de llegar del colegio en invierno y meterle al disco con ganas. En parte embalado también por películas como la ya mencionada Woodstock o Easy rider (también del '69). Sparks es una canción instrumental, rockera, poderosa. No es que sea la mejor canción del disco, pero ese clima (de hecho la toma del cd que compré es en vivo en Woodstock) es de aquellos mencionados que se me quedaron impregnados a un momento. Siempre recordaré al año '99, no solo como el cual El turco al fin largó la presidencia, sino como el año "Woodstock" el año Who, el año del descubrir que fue todo aquello de la contracultura hippie y demás yerbas (ricardas).  

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