jueves, 28 de diciembre de 2023

Temporada de birras (22)

Para diciembre, Nicolás cometió el error (si es que puede llamarselo así) de mandarle un  audio con saludo de cumpleaños a su ex. Un saludo compartido con su hijo a la que fuera su novia de tantos años hasta hacía muy poco. Habían pasado poco más de dos meses. La respuesta de ella fué alegre y hasta amigable. Nico se olvidó del asunto y volvió a su rutina cuando pocos días después ella lo llamó mientras estaba en el trabajo para decirle que lo extrañaba. Nuevamente, Nico volvió corriendo a los brazos de su eterna Yoko Ono. No había caso, nada podía impedir que volviera a ella si era requerido. Nico sabía que esa relación no le hacía bien, que era posible que siguiera sufriendo eternamente, pero imposible razonar. A las pocas horas ya estaba en la casa de ella haciendole el delicioso y jurándose amor eterno en medio de las llamas de la pasión inextinguible entre ambos. Volvieron como quien vuelve porque cayó en la tentación, como el alcóholico recae en la bebida o el adicto a la heroína. Su relación era adictiva, el regreso de ambos era innecesario, pero en medio de su soledad (ninguno parecía muy consagrado a buscarse un nuevo amor), ellos era el roto para el descosido, el muerto para el degollado y una suma que no llegaba a uno...

Pasaron las fiestas separados, porque ya no sabía como decirle a sus familias que habían vuelto. Nico nunca sintió que fuera un problema para su familia, aunque el tiempo le dmostraría lo contrario. Pero Male tenía el tema de que el padre no lo quería a Nicolás y no había forma de contrarestar aquello. Para Navidad del 2018, Male se fué a pasar las fiestas con sus padres y Nico se quedó con su familia. En un llamado particularmente angustiante para Nicolás, se encontraba hablando con Male a la distancia. Nico no sabía por qué pero se sentía triste y aungustiado sin saber bien la razón. Ella le preguntó su le pasaba algo, pero el hecho de estar sólo en su casa, hablando con su eterno amor fallido le hacían preguntarse en el fondo si no habría cometido una equivocación volviendo con su ex. Porque ya no era la chica con la que había cortado en 2015, ahora sentía que era su ex. Que la última separación, después de estar tres años ininterrumpidos y conviviendo dos, había demostrado que en realidad ella ya no lo elegía. Sentía que lo llamaba para tapar el vacío de la soledad y como "mejor malo que bueno por conocer..." En realidad, Male seguía con una cuadro fuerte de depresión, si incapacidad para hacer nuevos vínculos hablaban de lo rota que estaba por dentro y Nicolás lo sabía, pero negaba todo eso que intuía porque no quería afrontar su soledad y la realidad de que no estaba capacitado para tener una pareja. Al menos no hasta que pudiera controlar su instinto de posesividad asfixiante. 

Esos días Nicolás le dijo que se quería ir de vacaciones y le sugirió ir juntos. Male ya no trabajaba más en librerías, había aceptado un trabajo administrativo para la empresa de su madre que le permitía quedarse en su casa y evitar lidiar con el mundo. Male aceptó, pero cuando Nico sugirió ir a lo de su hermana, ella no pudo evitar dar un resoplido por ir siempre al mismo lugar. Nico creía que era el lugar más idóneo porque era hermoso y el encantaba, porque no tendría que pagar hotel y porque estaría su hermana y no recaería sólo en él cuidar a Male. Al final, el viaje comenzó un poco accidentado porque en ese momento había en la zona una epidemia de Antavirus. Ambos temían tener la mala fortuna de ser víctimas de las heces de un roedor. Cuando llegaron a las cabañas no encontraron a nadie y todo estaba mucho más construído que tres años atrás. Se quedaron en la cama ecuchando Mañana por la noche en modo loop porque era el único tema que se le había descargado a Nico en el spotify. Hicieron bromas con la letra y comenzaron a abrazarse ante el inminente frío de la noche que asomaba. Al rato volvió su hermana con su familia. Todos estaban más grandes, había pasado mucho desde la última vez que se habían visto. Al lado de su cabaña, pegado, había otra exactamente igual que hospedaba a una chica por la que Nico sentía ganas de compartir su cama. (Incluyéndola a Male por supuesto). Había otra familia invitada en casa de la hermana y todo fue muy familiar. Pero en una de esas escapadas al lago, cuando Male y Nico salieron a remar, él notó que ella no hacía esfuerzo y todo dependía de él. Casi como si fuera una ironía o metáfora del destino. Nico se enojó con Male y le dijo de todo, mientras ella callaba. Cuando volvieron Nico seguía enojado y Lolo, la pareja de la hermana de Male se rió diciendo que pro qué se desconocían así. Para ellos les resultaba gracioso las absurdas peleas de aquellos porteños nueróticos, para Male era más de lo mismo y para Nico era el inicio de una nueva etapa de enojos sin saber por qué. En el fondo sabían que esa vuelta inneceasaria estaba condenada al fracaso en corto plazo. Nicolás no creía esa idea de Male de que vivir por separado era mejor. Para él si una pareja tendía a fortalecerse era viviendo juntos y no por separado. Pero había incapacidades mutuas que impedían el gran compromiso. Nicolás volvió a levantar temperatura como la última vez que había ido y lo primero que pensó era que tenía Antavirus. Todos se asustaron ante esta perspectiva excepto Male que sabía que nada le pasaría. Les prestaron una laptop e intetaron mirar Aguas peligrosas, película favorita de la infancia de Nico acerca de un grupo de chicos de ciudad que salen a acampar y todo termina mal. Pero no tenían buena señal y al final no la vieron. Al día siguiente, con Nico ya recuperado salieron a caminar por el bosque y él le contó la película. Male le reconocería que le encantó que le contara la película más que verla en sí. Esas eran las cosas que cuando estaban bien compartían y les hacían sentir amor el uno por el otro. Luego se quedaron leyendo junto a un arroyo del bosque, él a Kobo Abe y ella la novela gótica Jane Eyre. Nico volvía a sentir que eso tan simple era lo que le hacía feliz, y en el fondo no dejaba de fantasear con quedarse con ella a vivir ahí e intentar vivir una vida más simple y rústica. Algo que los conectara con la naturaleza y los hiciera madurar. Después caminaron hasta donde nace el río azul y se sacaron fotos entre el imponente dique natural. Ese atardecer, cuando estaban por volver a la cabaña, Nico miró por última vez ese lugar y presintió que nunca más volvería.

Cuando volvieron a Buenos Aires pasó lo mismo de siempre que volvían de un lugar idílico de relax; comenzaron las peleas. Ella nuevamente a escribirse con hombres fantasma, él atacado de celos y enojo insoportable. Todo a las pocas semanas de haber vuelto. Y una fue en una parrilla cerca de la casa de él donde ella no paraba de tomar vino, y cuando ya había comido ella se pedía otro. Nico quería irse y le insistió pero ella se puso agresiva y comenzó a decirle que quería estar con otros hombres, etc, etc. Nico tuve el feo recuerdo de Mariela diciéndole algo parecido en el ya lejano 2013. Motivo por el cual, Nico había escapado del aguijón de Mariela a los brazos de Male. Para comprobar, casi seis años después que esos brazos también tenían agujas venenosas. En un acto inédito de autovaloración, Nico se levantó y la dejó allí, insultando en el aire. Male lo llamó por teléfono pero el cortó y apagó el celu mientras paraba un taxi para irse a su casa. Por su parte era asunto finiquitado. Al día siguiente ella lo volvió a llamar y le preguntó por qué estaba enojado. Nico le reocrdó toda la zarta de estupideces que le había volcado ella por el mero hecho de intentar que parara de beber. Pero, como en muchas otras ocasiones, decía no recordar nada. Después la perdonó pero en los cuatro meses siguientes todo fue en caída libre y mucho más rápido que el año anterior. Nico continuó escribiendo la novela sobre ciencia ficción y feminismo que había empezado en el día del amigo del año anterior, cuando aún vivían juntos. Se hartó de toda la situación y en el trabajo la cosa no estaba mucho mejor. Un nuevo compañero con problemas de adicción a la cocaína, estaba meta provocar a Nicolás, como si fuera algo orquestado. Todo el asunto de Male lo tenía a mal traer desde el año anterior, pero ahora se había intensificado sobre todo con la llegada de aquel loco violento que parecía querer cagarlo a trompadas apenas cruzaban dos o tres palabras contrariados. En medio de aquella crisis, fueron con su hijo y Male a ver Dumbo al cine para descubrir que la vieja Male había vuelto con todo a lo autodestructivo. Al cuarto de película dijo que se iba al baño y no volvió hasta una hora después, tambaleándose con dos latas de cerveza. Se fue a sentar a otra parte del cine mientras Nicolás la miraba con odio. Para él eso ya era el acabóse. Cuando salieron del cine Nico la despidió mientras ella miraba perdida en la nada la situación. El hijo de Nico serio parecía entender todo más que nadie. Se vovlieron a su casa en taxi mientras veía como Male se encaminaba hacia su edificio dando traspiés en la calle. Nico quería terminar tod cuanto antes pero no se animaba a dejarla. No se animaba a dejar a nadie, nunca. Aunque supiera que eso era lo que tenía que hacerse. Él prefería el modo cobarde, hacer algo que enojara al otro para que lo dejen a él y no cargar con la ruptura. Una verdadera tontería que más tarde comprendería que era fatal...

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