jueves, 30 de noviembre de 2023

Temporada de birras (11)

Había canciones que Male insistía en hacerle escuchar a Nico, casi como si quisiera influenciarlo de la misma manera que rechazaba toda (o casi) toda influencia de él. Uno de los temas que le ponía con insistencia era Ca plane por moi de Plastic Bertrand, un cantante punk medio anfibio y de difícil descripción. El tema estaba bueno porque rozaba entre lo punky y bizarro, cantado en francés y con un corito doo-bop muy cincuentas que cortaba la retaíla con insistencia cada seis estrofas. Y canciones como Kitty kat, Carita de alfajor, un video de Saruman cantando como si fuera un cantante de ópera y demás bizarreadas que Male consumía a diario en su soledad por la página de la Y griega roja. Más cerveza roja, mucha marihuana y un descanso del ácido... A todo esto Nicolás a veces intentaba meter bocado pero como era casi imposible se enfurruñaba y otras vez terminaban peleando. Sin embargo, no todo estaba tan mal. Habían logrado congeniar sus vacaciones en sendos laburos (algo bastante difícil de conseguir en general) y la primer quincena de enero era toda suya. Decidieron pasar Navidad con la familia de él y Año nuevo con la familia de ella. Ambos estuvieron de acuerdo que partir hacia la casa de montaña de su hermana hippie era lo mejor para vacacionar. Nicolás estaba entusiasmado ya que hacía casi cinco años que no viajaba para esos pagos. En ese momento de su vida, eso era un montón, pero luego aprendería que estaba mal acostumbrado. Antes, entonces, hicieron una parada estratégica en la casa de su madre para pasar año nuevo. Era una linda casa y vivía cerca de su tío Alberto, pero ese verano Nico decidió dejar de lado a su familia y abocarse solo a la de Male. Pasaron una hermosa Noche vieja y todo estaba de maravilla pero Male... sentía náuseas y vómitos cada vez más frecuentes, le dolían sus pequeños senos y se snetía extrañamente susceptible (aunque eso era parte de su estado natural constante). Esa tarde del 31 se escapó a la farmacia pero sin decirle nada a él. Después de comer se fueron a acostar y todo estuvo de maravilla pero a la madrugada... Nico fue zarandeado por Male quien le pidió que le acompañara al baño y allí se hizo la prueba del embarazo instantáneo. Nico no terminaba de despertarse ni de entender bien la situación. Eran las 7 de la mañana del 1º de enero y la confirmación fue casi instantánea. Male estaba recontra embarazada. Nico se sintió un imbécil de cabo a rabo. Sabía que todo esto era su responsabilidad pero prefirió guardarse para no echar más leña al fuego. Male en ese momento se encontraba procesando un abuso que sufrió en la infancia de parte de un familiar, y  estaba pensando como decírselo a su padre. En medio de todo este conflicto, se presentaba esta situación que Male tomo casi como un tragedia. De inmediato planteó que tendría que abortar. Nico, ante esta determinación de su pareja acompañó su decisión, aunque brevemente fantaseó con que tuvieran un hijo. Pero como Male no quería saber nada con el asunto ni siquiera lo mencionó. Después de todo era su cuerpo y la cagada se la había mandado él por entregarse a su instinto de animalito más básico. Nico sentía que ya olía los momentos en que su novia se encontraba ovulando fuertemente y algo en él lo casi empujaba a poseerla a como diera lugar. Pero, entendía que debía anteponer su lógica de humano ante tamaña fuerza procreadora. Fueron juntos a contarle a la madre que se alegró, pero leyó en la cara de su hija la angustia y preocupación. Preguntó una vez si eso era lo que queríamos los dos. Male asintió y luego lo miró a Nico quien asintió a su vez. La madre se encargó de llamarlo al padre de Male y contarle la nueva (no tan buena). A partir de ahí, Nicolás vió precipitarse y destruirse sus vacaciones planeadas en dos segundos. Pero los padres de ella se encargaron de buscar un lugar conocido, donde Male ya había ido en su adolescencia, y todo fué bastante veloz. Nico ofreció pagar pero los padres de ella le dijeron que se quedara tranquilo. Él la acompañó lo mejor que pudo en los días que siguieron a la intervención. Male estaba en la cama de su madre, dolorida y callada. Nico le compró algunas películas y algunos libros. Vieron juntos Life of Pi que les encantó a ambos. Él trató de brindarle todo el amor posible y ella lo percibió. Postergaron el viaje unos días y la segunda semana se fueron para la casa de la hermana en un largo viaje en micro. Cuando estaban cerca, viajando en plena montaña, un cóndor se chocó contra el vidrio del ómnibus. Cuando llegaron a una estación cercana tuvieron que esperar algunas horas hasta que mandaran otro micro de remplazo. Nico se rió del percance pero Male estaba amargada por todo el asunto vivido.

¿Y ahora que pasa eh? Cuando llegaron a la casa de montaña de su hermana y pareja, Nico sintió que había encontrado su lugar en el mundo. Male y Nico armaron una carpa al lado de la casa y pasaron los siete días ahí. Ella leyendo los libros que él le había comprado, uno de Vonnegut y otro de Kerouac, luego que se los terminó, leyó uno de Bolaño que se había llevado ella. Él apenas podía leer porque prefería contemplar el bosque y las montañas que los rodeaban. La misma noche que llegaron se los llevaron a una fiesta que había por algún lugar perdido y lejano del bosque. Fue llegar y llevarlos a ambos en auto por unos senderos de tierra y luego bajar y caminar por más senderos en la oscuridad. Para Nico era una gran aventura y se sentía bien porque iba acompañado de Male que le contaba todo acerca de aquellos rústicos lugares. Llegaron hasta un vado donde se erigían dos casas cabañas y un poco más lejos había una especie de kermesse y bailongo hippie de montaña. Muchos jóvenes y mochileros, vagaban por ahí haciendo de las suyas. Nico se había llevado la parca mexicana que su hermano había comprado en Munro en los 90s. Estaba bastante a tono, quizás demasiado. Un flaco desgarbado de rastas cuando lo vió exclamó a sus amigos ¿y este John Lennon quién es? Nico le iba a contestar que "no sé Bob Marley" o alguna tontería así pero Male le leyó la mente y se lo llevó lejos de ahí. Fueron a tomar unas cervezas y a hablar con Luca, el marido de Lila la hermana de Male. Intercambiaron fotos de hijes y se mataron de risa con las ocurriencias de los niñatos. Luego se fueron a dormir a la cabaña y el nivel de excitación de Nico era superlativo. Por la mañana se fueron a caminar por las montañas y al lado de un río Male le pidió a Nico que se la cogiera ahí mismo, de parados, mirando las montañas. La situación era extravagante pero un poco le excitaba que alguien los pudiera ver. De todos modos Nico se encargó de que el encuentro en el río fuera breve. Male estuvo rara, introspectiva y de mal humor en varios momentos del viaje. Para Nico era difícil poner en perspectiva lo que le pudiera estar pasando a Male. Otra tarde que su hermana salió en auto con su familia y ellos quedaron solos en la casa, él le pidió que lo montara. Ella no quería pero finalmente aceptó y el sexo fue agónico, breve e intenso, pero agónico. Algo comenzaba a afectar la psiquis de ambos. Finalmente, un día que decidieron ir a pasar un día del otro lado del río, se volvieron a clavar un ácido y luego meta cerveza tras otra. Nico hizo lo que siempre cuando se drogaba, sentirse con ganas de conectar y liberarse. Pero Male no, estaba sombría por demás. No paraba de hablarle de una amiga que en realidad era una conocida que se había suicidado hacía poco. Mientras Nico se enchufaba una pluma de ave en la cabeza y bailaba entre las zarzas para divertirla, ella se conectaba de nuevo con el dios Tánatos. ¿Quién podía culparla? De todos modos para Nico era un sacón de onda tras otro. Ella por momentos odiaba su felicidad que no podía compartir y buscaba herirlo diciendole que no lo amaba o que había expulsado a su hijo de su concha como caca... Nico se asustaba de ese costado tan turbio de ella. La amaba pero entendía que Male no estaba muy bien del valero. Ella lograba que por momentos él en verdad la odiara. Pero al día siguiente, cuando él le mencionaba las cosas que le había dicho en su estado de mr Hyde, ella lo negaba o decía que no la tomara en serio. Entonces Nico nunca sabía cual era la verdadera Male, si la que se desataba y le decía cosas hirientes o la otra, su novia que lo cuidaba y quería. En esos momentos para Nico era difícil entenderla en lo más mínimo. Pero por otro lado sentía que ella, ante la presión del asunto del abuso y el embarazo no deseado se le había soltado la correa y así era ella. Una bola de intensidad e inestabilidad emocional muy difícil de comprender. Antes de volver a la ciudad de la furia, pasaron por la casa del padre que vivía en una casa toda adornada al estilo sufí. Vivía con una mujer más joven que él que lo trataba como una geisha a un samurai. Male la detestaba pero careteaba bastante bien su descontento y le seguía el juego. El padre de Male lo seguía tratando con bastante deferencia a Nico que ya estaba harto de ese viejo engreído que lo despreciaba. Había algo de ese vínculo de padre e hija que Nico no podía develar y que hacía que el padre rechazara a la pareja de ella y ella a la de él. Al final todos comieron tofu y fumaron marihuana mientras Nicolás miraba por la ventana el paisaje idílico y se juró que algún día iría a vivir ahí o a algún lugar parecido. 

Cuando Male y Nico llegaron a Buenos Aires, cada uno retornó a su trabajo y todo parecía estar bien aunque Nicolás tenía un mal presentimiento. Como si todo lo vivído en el último mes no hubiera sido gratuito, para ninguno de los dos.


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