lunes, 15 de septiembre de 2008

Pitucones verdes (rompe olas).

Pitucones verdes en los codos del maestro se descosen por la iniquidad de ciertos poderes rancios, ciertos vestigios podridos y acuachentos del hilo verde que cruza la gran manzana.
Pitucones verdes, gastados, roídos y agujereados por la sombra letal del karma sureño, eterno, de las cosas al revés, dadas vuelta y otra vez puestas patas para arriba.

Algunos de ustedes por ahí piensan en lo desalineado de la estrofa, del párrafo o de la métrica (si es que hay), de este pobre e ingenuo poema pre-primavera, pre-carpas, pre-pre, pero la verdad es que no importa lo pristino o diáfano que pueda, o no pueda llegar a ser a oídos del otro, del otrito, lo importante es que de manera mas o menos desprolija, pueda corporizar una idea, un vago pensamiento o idea que atraviese sus mentes y sus corazones para despojarlos del mero intelectualismo, del formalismo y del academicismo con un tema de candente y actual realidad.

Por eso..

Pitucones verdes del profesor, del licenciado, del doctor, y del docente en general, que ya desprendidos, ya hartos de su razón de ser de meros pitucones gastados levantan su puño.
Pitucones verdes que ya cansados de tanto manoseo se arrebujan en un torbellino de revelaciones y en un mar color azul profundo, presto a llevarse al intruso, al profanador-buitre.

No hay comentarios: