viernes, 21 de febrero de 2020

Posesivo - 9

A mal paso, darle prisa.
A continuación, un resumen de algunos otros casos que vienen al caso, pero que no es mi intención detallar tanto. 

5) Volver - Rock - See Emily play

Como conté en el capítulo anterior, salvé mi vida de la caída, gracias en gran medida a mi reconexión con Vane. Si bien, los primeros meses traté de ocultar que aún lloraba la pérdida de mi ex Ivana, con el transcurrir del resto del año pude volver a recomponerme y hasta volver a enamorarme así de rápido con la que había sido mi primer amor concretado. 
Los primeros seis meses fueron casi idílicos y hasta me atrevo a decir que fueron (algunos) de los mejores momentos de mi vida. Pero después, ella se fue de vacaciones con una amiga a Brasil, yo tuve que volver a irme solo como el verano anterior (cuando aún estaba con Ivana) y quizás, esa falta de concreción, de poder irme de vacaciones con mi novia se volvió frustración de nuevo. 
Cuando volvió, yo la esperé con expectación, pero no tardaría muchos días en darme cuenta que Vane había vuelto cambiada. De repente, como si el espíritu de Ivana la hubiera poseído, empezó a preguntarme de cosas que nunca antes había hecho, como por ejemplo: si iba a cambiar de trabajo, si iba a retomar la carrera, que iba a hacer de mi vida. Un sudor frío (literal) corrió tras desde mi nuca hasta mi cadera. La maldición de la novia que me veía como poca cosa había regresado. Volví a sentirme una porquería. Hasta ese momento no me había planteado bien a que quería dedicarme. Seguía en ascuas, pero no pensé que tan pronto Vane se pusiera así. Muy cambiada de la adolescente despreocupada que había conocido en el 2005, un lustro después, ella se estaba convirtiendo en toda una empresaria con su propia marca de ropa, etc. Otra vez me había quedado atrás. Además se quejaba que siempre estaba queriendo verla y ella también quería estar con sus amigos. ¿No tenes amigos?- Me preguntó. Ante mi insistencia con escenitas me dijo que parecía una minita. Nuestra relación empezó a enfriarse los siguientes seis meses hasta el invierno, donde se congeló y quebró. Ella ya no quería hacerlo conmigo. Percibí el final de todo y una noche me fui enojado de su casa. Le dije que lo pensara, pero que así yo no quería seguir. Dos semanas después, me llamó y me dijo que ella tampoco quería seguir. Todo había terminado de nuevo. Pero esa vez me prometí no sufrir, no podía dejar que rompieran mi corazón por segunda vez en menos de un año, así que me contuve, me lo guarde todo y salí al mundo a divertirme con todo.

Cuando digo rock, me refiero a rock. A poco de ser dejado por segunda vez por Vane, busqué todo tipo de diversión. Busqué la compañía de mujeres pero solo en plan diversión. A veces podían ser varios y esporádicos encuentros a lo largo de un año, o ser algunos o solo uno. 
Repasé los cuerpos de varias mujeres hermosas y ellas lo mismo conmigo. A algunas que se empezaban a enganchar las ahuyentaba diciéndoles que me había vuelto loco con mi ex, por los celos y la posesividad. En ese momento yo creía que les mentía, que las engañaba para espantarlas, pero con el tiempo entendí que lo que les decía era la pura verdad, aunque yo intentara convencerme de que era un verso o exageración. Todas las que quise espantar se espantaron. Cuando uno dice esas cosas no causan ni pizca de gracia. Lo sé. Pero en ese momento, a los fines de cambiar de chica o evitar tener algo serio, me resultaba útil la "artimaña".  
Durante el año que siguió a la ruptura con Vane la pasé bomba, yendo de cuerpo en cuerpo, hasta que entonces, al invierno siguiente, apareció una chica que invité a tocar la guitarra a casa. Era una amiga de una amiga de una amiga. Entonces, armamos una banda, junto con una pareja amiga. (Éramos como una especie de Mamas and the Papas del submundo). Comenzamos a tener onda y bueno... me terminé enganchando. Dejé que me cautivara, que fuera ella quien tomara la iniciativa y me engatusara. Caí como el mejor. Empezamos un breve pero fogoso romance sexual, que terminé después de apenas tres encuentros. Ella después me dijo que volvía con su ex. Yo quedé dolido en mi orgullo. Después vinieron una serie de acciones mías con otras chicas en un estado de despecho total. Toda aquella vorágine de descontrol trajo sus inevitables consecuencias. Sexo, drogas y rock and roll, traen cosas, cosos y rock and roll. No sé si he sido claro...

Cuando comenzó el nuevo año, después de la vorágine descontrolada, me fui de viaje por Sudamérica. Tuve algunos tórridos romances durante la travesía y, a mi regreso, me vi con una chica que hacía tiempo le tiraba onda por La red social. Una pelirroja de pecas muy macanuda parecida a Vilma de Scooby Doo. (Yo siempre fui medio Shaggy). Empezamos a salir en modo normal, después nos seguimos viendo, y luego un poco más; tomábamos mate amargo, íbamos al cine, escuchábamos la misma música, hacíamos el amorsito muy lindo, en fin. Todo bárbaro e ideal. Yo había empezado a enamorarme de ella hasta que todo se terminó de golpe ¿Que sucedió? No lo sé. 
A pocos meses de empezar, una día ella me mandó un mail explicándome porque no podíamos seguir. Al parecer, seguía enganchada con su ex que había cortado hacía más de un año. O al menos, eso es lo que adujo. Yo me sentí muy mal y traté de pensar que había hecho mal. Sin embargo, al parecer, ella vio que yo me estaba enganchando y ella no quería empezar nada serio. Eso me dijo. 
Yo pensé lo siguiente. Poco antes de empezar a salir con ella, yo me había quedado sin trabajo. Quizás, como antes, esa falta de algo concreto me jugó en contra. Por otro lado, cometí el error de decirle que la amaba, un día que lo hacíamos, cosa que ella me dijo que odiaba. Por último, creo que una semana antes que me cortara (reitero,por mail si), creo que yo le había hecho una escenita de porque no nos veíamos, o algo así que ya no recuerdo. Pensé que quizás esto era mi error más fatal. Tal vez, la piba era muy perceptiva y reconociendo a los de mi calaña, abrió el paraguas y prefirió evitarse problemas futuros. Esto es algo que nunca pude chequear o comprobar, pero no sería ni la primera ni la última vez que me quedaría con la duda de cuales habían sido mis errores y faltas hacia con ella. Tan graves como para cortarme a los dos meses, cuando la cosa se estaba encaminando para un noviazgo o algo por el estilo. 
También, podría darle una estocada a mi narcisismo y pensar que quizás, tan solo la piba no estaba muy enganchada conmigo y no quería nada serio, como yo no quería nada serio con otras chicas u año atrás. A veces estamos de un lado, a veces del otro. La rueda de la fortuna me había dejado patas para arriba otra vez.  


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