lunes, 16 de octubre de 2023

Una historia personal de la literatura de EEUU (S. XIX)

A continuaciòn dejaré por aquí una especie de ficha para aquellos/as que quieran introducirse en lo que considero las obras fundamentales del primer siglo de literatura Norteamericana (EEUU). Sin más preambulos, comencemos:

Rip Van Winkle (1819) / La leyenda de Sleepy Hollow (1820) Washington Irving.

Creo que todos estaríamos de acuerdo que comenzar con este autor Yanqui es clave. Ambos son cuentos, no solo archi conocidos, sino parte de la cultura popular y han influenciado a gran cantidad de obras posteriores. Fundamental influencia para géneros como el fantástico, el terror y la ciencia ficción. 

El último de los Mohicanos (1826) James F. Cooper. 

Aquí tenemos una novela por peso propio. Bastante adelantada a su tiempo en relaciòn contexto y situación literaria general en los incipientes Estados Unidos. Una historia de aventuras e historia que marcaría la senda de un nuevo género.

Naturaleza (1836) Ralph Waldo Emerson. 

Un escritor y pensador ligado al movimiento autòctono conocido como Trascendentalismo. Sus obras de poesía y ensayos son una gran influencia para autores tanto de filosofía como de ficción siendo su visión acerca del acercamiento del hombre a sus raíces naturales algo fundamental como parte de la contracultura norteamericana desde sus inicios. 

El experimento de Heidegger (1837) / La hija de Rappaccini (1844) Nathaniel Hawthorne.

Podríamos decir muchas cosas de la influencia de este gran autor en la literatura Americana, en principio mencionar que estos cuentos, junto a otros como Wakefield, marcarían el inicio de la modernidad con un agudo sentido de la crítica social y el manejo único del absurdo, influenciando a otros como Melville, Kafka, etc. 

La caída de la casa Usher (1839) / El gato negro (1843) Edgar Allan Poe. 

Mucho para agregar sobre este maestro no hay. Quizás sea el más popular de toda la lista y en su justa medida se lo merece. Poe ha inventado géneros, revolucionado la literatura y convertido en todo un ícono pop. Lo mismo que Hawthorne, mencionar solo un par de cuentos es injusto ya que casi toda su obra merece ser leída, sobre todo sus cuentos y su novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym. 

Desobediencia civil (1849)/ Walden (1854) Henry David Thoreau.

Thoreau es, como Emerson, un trascendentalista de la primera hora que llevaría sus pensamientos a la práctica al irse a vivir a una cabaña en el bosque (Walden), marcando a fuego también entonces a una parte importante de la cultura de Estados Unidos que bogaba desde el siglo XiX por un regreso a la vida simple y natural, contraponiendose a la cultura Capitlista del consumo voraz y de la falta espíritu.

Moby Dick (1851) / Bartleby, el escribiente (1853) Herman Melville.

Otro autor que marcó y dejó huella para los que vinieron después. Lo de Melville es paradigmático porque entre sus obra magna que es el Moby Dick (cita obligada para todo lector que se precie) y Bartleby, ejemplo de cuento moderno que parece adelantado 70 años a su época, mostrando a las claras que autores como Kafka o Borges no salieron de un repollo. 

La cabaña del Tío Tom (1852) Harriet Beecher Stowe. 

Un clásico de clásicos que ha salido en todo de tipo de colecciones juveniles a lo largo de al menos cien años de existencia. En los últimos sesenta fue perdiendo trascendencia y visto con malos ojos, aunque el libro esta escrito por un autora liberal y abolicionista. No deja de manejar ciertos estereotipos deifíciles de erradicar en aquellas épocas de pleno auge de la esclavitud sureña. 

Doce años de esclavitud (1853) Solomon Northup.

Si hablamos del problema de la esclavitud en Estados Unidos, un tema que tiene arriaga sus raíces en el origen mismo de la región y que sus aristas llegan hasta hoy día, entonces no podemos obviar el escrito denuncia de una de sus víctimas. Solomon Northup, un afroamericano nacido libre que fue capturado y vendido como esclavo. Esta es la contracara de la colorida novela de Stowe, publicada un año antes. 

Hojas de hierba (1855) / Canto a mí mismo (1855) Walt Whitman.

Si hablamos de literatura Estadounidense no podemos dejar de lado la tradición lírica, muy rica también desde sus inicios. Hojas de hierna es, probablemente la obra poética por excelencia del primer siglo de Estados Unidos. No se puede obviar su importante influencia, siendo el padre de una poesía bien americanista, arraigada en sus fuertes raíces, vitalista y hasta un poco narcisista, pero profundamente humanista y universalista.

La célebre rana saltarina del condado de calaveras (1565) / Aventuras de Tom Sawyer (1876) Aventuras de Huckleberry Finn (1884) Mark Twain.

También mucho se ha hablado y escrito acerca de este famoso escritor sureño. Muchas de sus historias están ligadas a la literatura juvenil (género que no existía en esos tiempos, claro) pero sus obras están plagadas de crítica social mordaz, de un uso extremo de la ironía y de un humor poco usual. Con decir que este escritor, que dio inicio como periodista, sería el primero de una larga tradición norteamericana en el siglo siguiente. La del autor-periodístico, dueño de una prosa directa y asincrónica, que marcaría el inicio de la literatura clàsica americana. 

Ben-Hur (1880) Lewis Wallace. 

Una novela clásica de la literatura decimonónica siguiendo la tradición iniciada por Cooper. Aventuras, misticismo y algo de moral en un clásico del género de novelas históricas. Su autor era un excéntrico ex militar que había luchado en la gran Guerra de Secesión.

Un habitante de Carcosa (1886) El incidente del puente del buho (1890) Ambrose Bierce.

Otro ex combatiente de la guerra civil que ilustraría con su experiencia las vicisitudes de la dura vida de los soldados en el frente de batalla. Pero Ambrose no se quedaría solo en el relato testimonial sino que trabajaría con una serie de relatos de una extraña fantasmagoría rural que haría escuela, influenciando entre otros a autores como H.P. Lovecraft en el siglo siguiente. Bierce desaparecería en México durante la revolución de 1912.

Mirando atrás (1888) Edward Bellamy. 

Quizás un autor no muy conocido hoy en día, pero que en su momento generó gran controversia por sus postulados socialistas en medio de una sociedad profundamente capitalista. Luego de la publicación de esta novela al estilo utopista se crearon varios clubs de fans a lo largo del país. Un importante representante y precursor norteamericano de la ciencia ficción.

Poemas (1890) / Esperanza (1891) Emily Dickinson. 

Siguiendo con la tradición poética de Estados Unidos es imposible no mencionar a una de sus referentes más canónicas la gran Emily Dickinson. Creadora de algunos de los versos más clásicos y arquetípicos de una lírica que por momentos se manifiesta existencialista. 

Retrato de una dama (1881) / Otra vuelta de tuerca (1898) Henry James.

Uno de los escritores más importantes de finales del siglo, dueño de una prosa cuidada y exquisita. Tal vez el más europeo de los escritores norteamericanos del siglo 19. Sus dotes e influencia se ilustran sobre todo en relatos y novelas como Otra vuelta de tuerca, donde lo fantasmagórico se mezcla con lo racional. Henry James, de alto origen social y liberal, terminaría radicándonse en Londres. 

La roja insignia del valor (1895) / El bote abierto (1897) Stephen Crane. 

Una de las últimas promesas del siglo que moría, Crane era el referente más claro del Naturalismo en Norteamerica. Su corta existencia dejaría frustrada una prominente carrera que podría haber sido tan fructífera como la de Jack London, escritor que emergería en la escena literaria en los primeros años del siglo XX. El rojo emblema del valor es una novela que transcurre en la guerra civil americana pero que trata sobre el sentido último de la cobardía y la valentía, dos caras de una misma moneda. 


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