viernes, 27 de octubre de 2023

El hippie solitario


Estaba solo, mirando las sombras en los álamos. En su cabeza volaban pensamientos como mariposas acerca del todo. Lo inconcebible, el más allá, los colores del arco iris, el cielo celeste y el mar azul, el campo verde y los bosques oscuros. 

Cuando las tardes saturninas sesentosas se terminaron igual él se quedó con algo de ese polvo mágico en su bolsillo y supo recrear el ambiente cuando su alma se lo requería. 

Apartado ya de todos esos tórridos amoríos, y de amistades turbulentas, la soledad le trajo mucho más sosiego del que esperaba. Se puso a pensar que tal vez no fuera necesario rodearse de una gran sociedad, ni siquiera de una pequeña comuna. 

El hippie cabrón sólo bien se lame Slljjjjjjjjjjjj.......

Quizás esos tiempos idos, aquellas tardes de Sol con guitarra y rocanrol, hayan quedado atrás, pero él bien sabe que no importa tanto el devenir, sino el presente circunstancial. Puede ser que aún lo sorprenda algún amor más antes de su partida definitiva pero eso no importa. 

Lo importante está acá, en este momento, mientras rezuma un aire fresco de liviandad y entereza por saber que nada ni nadie es fuente de su felicidad, sino y apenas el niño interior, el que se sorprende con todo, el curioso, el pibe lúdico. Esa parte de él solo puede salvarlo de la amargura y la desazón. 

Por eso, el hippie solitario quizás se lo vea sólo y apático, pero el que sabe leer las runas de la mente, entenderá que él sólo quiere jugar con quien quiera jugar, y eso es todo. Por lo demás, no se precupen, él se las arreglas con sus discos, sus cuadernos, sus guitarras, sus libros y su franqueza.

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