viernes, 5 de septiembre de 2014

Cadete XX

Lo que mas extrañaba de V era la sensación de estar con la persona indicada. Ella, a diferencia de A, siempre había sido mi fan, mi musa, mi inspiradora, siempre me había apoyado y alentado en toda cuestión creativa y artística, ya sea en la veta de pintura o escritura. En cambio yo siempre había sido su fan respecto a como música y hasta un oculto respeto por su capacidad cada vez mayor de encarar un emprendimiento como el que tiene hasta hoy en día con su marca de ropa. Un día, me había regalado un cuadernito en el que me instaba a seguir escribiendo, y hoy en día guardo todavía ese cuaderno casi incólume ya que cada vez que tengo dudas de si seguir con todo esto o no, miro su dedicatoria. A la larga nos fuimos separando el uno del otro de forma amigable. Ella se hizo amiga de mi amiga la colo y no pasaría mucho hasta que trabajaran en conjunto como diseñadoras. Lo cual, no dejaba de ponerme feliz, a la vez que cierta nostalgia recorría mi ser cada vez que la colo me decía que la había visto y que le había preguntado por mi. Pero de eso se trata un poco todo este asunto del amor. Siempre queda algo inconcluso. "Otro crimen quedará, sin resolver..." cantaba Cerati. Cerati, siempre Cerati.

Por mi parte, luego de mi ruptura con V, no me permití estar mal, y decidí seguir con mi vida lo mas normal posible. No quería volver a estar mal como el año anterior, asi que me hice de tripa corazón y salí a la cancha con los botines de punta, presto a pasarle por encima a todos. Pocos días después de mi ruptura, en el trabajo me dijeron que necesitaban que hiciera ocho horas, o sea de 10 a 18. Como ya sabían que había abandonado los estudios sabían que no iba a poder negarme ya que carecía de justificaciones. Entonces si, les dije y de a poco empecé a perder esa mínima libertad que había detentado tiempo atrás, cuando las mañanas y las tardes, sobre todo las tardes eran mías.
Me sumergí nuevamente en una etapa de descontrol, pero esta vez mucho mas larga y efectiva que la otra vez. Lo hice de modo mas consciente y sin remordimientos. Había decidido dejar de lado la ignominia y dedicarme a ser lo mas popular posible, abrazando todos los sistemas de sonido e inteligencia artificial que nos ofrecen las nuevas tecnologías del futuro que llegó hace rato. Entonces, facebook, twitter, youtube, instagram, blog, radio online, de por medio, empecé a abrir mi espectro de gente conocida. Agregué y agregué gente hasta el hartazgo. No faltó mucho tiempo para que entonces empezará a conocer otras mujeres. Muchas mujeres me han estremecido, muchas otras pasaron por mi piedra filosofal, el rito de la fornicación sin sentido, el sexo sin amor con pedazos de carne, algunas veces morenas, otras rubias o coloradas con pecas, siempre ellas abajo mío, haciéndoles sentir el rigor de mi sexo de fuego. Algunas gritaron como locas en celo, hasta de modo exagerado quizás, otras se quedaban quietas, inmóviles, frígidas, tímidas, y esas eran las que extrañamente mas me calentaban. Acabé por todos los orificios habidos y por haber, algunos grandes, otros mas estrechos, velludos, lampiños, de todo tipo y color. No me importaba nada. Me sumergí en una etapa de libertinaje digno de aquellos personajes con peluca como Casanova, pero siempre sin llegar a los extremos abismales de Sade.
Por un lado me sentía todo un macho latino, era el destape total de mi sexualidad. Nunca me había sentido tan atractivo, las mujeres caían una tras otra, como si estuviera de oferta. De pronto, todas querían acostarse conmigo. Algunas ya ni las recuerdo, ni sus nombres ni sus caras. Era una hilera de garche salvaje y desenfrenado y yo no tenía límites. No sabía hasta donde iba a llegar toda esa marea de correrías pero yo ya había soltado amarras y dejaba que la corriente me arrastraba y yo simplemente me dejaba llevar con una sonrisa.
Por otro lado sentía un vacío muy fuerte mientras mantenía el coito con alguna de estas chicas que pasaron por mi vida en aquella neblinosa época de mi vida. Sentía un vacío muy grande. La sutil diferencia de cojer estando enamorado y cojer solo por cojer, por el mero hecho de que simplemente puedo hacerlo, puedo estar dentro de una mujer y llenarla de mi salvia a gusto y piaccere como si fuera un pato a rellenar. Pero todo eso era algo que no sabía muy bien como parar y duró casi dos años de mi vida. Pero no hay que adelantarse.
Un día, me sentí triste, fuí a la cocina a prepararme algo para comer. No quería cruzarme con nadie. Hacía varios meses que me había separado de V, ya había puesto en marcha la maquinaria del fanfarria y el descontrol, y sin embargo no me sentía bien conmigo mismo. En una de esas aparece mi vieja en la cocina y me largo a llorar. La abracé, era el desahogo de tantos años de apostar por un montón de cuestiones, por enamorarme y equivocarme, por el dolor de extrañar sin sentido a alguien que ya no te quiere, por todos esos dolores y frustraciones que pueden embargar a alguien que ya no sabe que hacer de su vida. Que perdió el rumbo y que siente que está por desbarrancar.
Como dijo el Ferchu love, cuando se enteró lo de Cerati, "si te gusta el durazno, bancáte la pelusa". Pero yo quería el durazno sin pelusa, y a veces no se puede todo.

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