jueves, 4 de septiembre de 2014

Cadete XIX

-¿Que onda? ¿Que vas a hacer? ¿Vas a volver a Psicología? ¿Vas a estudiar algo?
La secuencia parecía repetirse, de forma distinta, sin tantas presiones del tipo obsesivo proyectuales como en A, pero volvía la duda, el quehacer, el porque así y no de otra manera, la manera correcta. Primaba nuevamente el "que dirán" por sobre cuestiones mas trascendentales como la unión o la química. Ni que hablar del amor. V nunca reconoció haberse sentido enamorada con nadie. Nunca le di importancia a eso, para mi era tanto una postura snob, como una actitud de autodefensa para no sentirse tan involucrada con alguien y por ende, poder llegar a salir herida. Claro que esto es lo que también pensaba yo como para no sentirme herido. Ambos nos protegíamos a nuestra manera de una posible separación dolorosa.
Con V compartíamos otras muchas cosas en otros muchos niveles, pero la cosa no estaba funcionando en la cotidianidad, de hecho ella empezaba a incorporar extrañas ideas del devenir, de tener auto, estudie algo, etc, era como la antítesis perfecta de A, pero intentando hacer ese rol, de un modo casi forzado. Yo me sentía confundido ante esto y no sabía bien que responderle mas que vaguedades. Para mi la posta pasaba por otro lado entre nosotros, pero ella parecía empezar a auto convencerse de que no, que había algo mas que faltaba. Como venía de sufrir por estos temas varios años atrás, opté por no darle importancia a las nuevas inquietudes que V empezaba a demostrar, cosa que al evadir, empezó a deteriorarse todo de una manera confusa. A diferencia de lo sucedido con A, no encontraba verdaderos motivos para estar mal con V, de hecho disfrutaba mucho de la relación, de nuestra complementaridad respecto al costado creativo de las cosas. Con V solíamos regalarnos libros, hablar de escritores, leer fragmentos de libros en la cama uno al lado del otro antes de dormir; también caminar por San Telmo, observando las casas antiguas donde nos gustaría vivir. Pero mi error fue también apurar las cosas. Yo ya me quería ir a vivir con ella, quería que ya no nos separáramos mas. Pero ella se escapaba de mi cuando tocaba estas cuestiones, un miedo latente parecía emerger de ella como un viejo fantasma no superado.
Un día, que estábamos solos en mi casa me dijo de la nada que quizás un día nos separaríamos, que ella sabía que eso iba a pasar y que se ponía mal porque sentía que no me quería hacer perder el tiempo. Yo le marqué sobre lo absurdo de su presuposición, que me parecía que se estaba adelantando. Pero ella hablaba en serio, ella ya se había predeterminado todo en su cabeza, y yo no me daba cuenta hasta que manera tenía ya todo mas o menos planeado.
Un poco como para hacer algo compartido, empezamos a ir a francés los dos juntos. Amantes de la lingua franca, nos mandamos a un curso del Rojas dictado en una iglesia del centro. Al principio estábamos entusiasmados, y nos charlábamos en francés, las cosas básicas a la vuelta a su casa, pero poco a poco fuímos perdiendo el interés. Luego vino una fiesta de principio de año de la radio, nuevamente, quiso recuperar el interés de la primera pero definitivamente le faltó la magia. Cuando nos fuímos, no nos fundimos como aquella otra vez. Le dije que nos fuéramos de vacaciones juntos, pero me decía que tenía que trabajar. Parecía que cada vez tenía menos tiempo para compartir cosas conmigo y parecía concentrarse cada vez mas en su trabajo. Traté de hacer la mía, me empecé a juntar mas con una pareja amiga, el rulo y la colo. Algunas veces nos juntámos los cuatro y estuvo bueno, pero V de inmediato quería irse, por lo general a verse con sus propios amigos, diciendo que odiaba la salidas de parejas, que para mi no lo eran sino mas bien era juntarse con mis amigos, no con una pareja, pero ella parecía no entenderlo así. Entonces surgían discusiones. De a poco nos pelábamos mas. Cada uno, en su carácter de lider, quería ser el capitán del barco y timonel, dictaminar a donde ir, con quien, cuando si y cuando no.
"Tenía que estar en el tiempo de Garcia y me hinché las bolas" dijo el flaco, respecto del fallido proyecto en conjunto con Charly, y yo me sentía un poco así, lo que yo proponía era desvalorizado y solo podía cada vez mas, solo acoplarme a lo que ella hiciera con sus amigos. Por otro lado un grupito de ellos entró a la radio donde yo estaba, cosa que empezó a mezclar los tantos un poco. Yo me sentía invadido por el entorno de V, pero a la vez no había forma de que mi entorno, mucho mas reducido que el de ella, hiciera mínima mella en su cotidianidad. Con la única que parecía llevarse bien era con mi vieja. De hecho fué la única novia que tuve que se llevó bien con mi vieja. Mi vieja la adoraba, me preguntaba siempre por ella, y en su afán de creerse un poco bruja, siempre me decía "es V..., ella va a ser tu mujer, los re veo yéndose a vivir juntos...", y yo un poco le creía, pero sentía a la vez que había otra fuerza, del otro lado, pujando por que eso no pasara, una especie de extraño complot silencioso que nos quería separar. Entonces empecé a flashear con eso. Algo o alguien del entorno de V estaba metiendo fichas para que dejáramos de estar juntos. Me sentía tan convencido de eso como convencido de antes de que A me había estado guampeando por ahí. Claro, yo no tenía ninguna certeza de nada, como siempre, pero sentía el augurio como una fuerza intuitiva que creía tener, por el simple hecho de ser hijo de una bruja. Lo cual no dejaba de hacerme sentir que cada día estaba mas loco.
Un día nos enteramos lo del acv de Cerati, y ella que era bastante fana de él, se puse triste y sombría por unos días. Intenté no presionarla en algunas cuestiones, pero luego todo volvió a la normalidad. Sin embargo, una noche que ella tocaba la guitarra, tratando de sacar Cantata de puentes amarillos, yo no se que broma hago o sonido o no se qué, pero ella de pronto me grita fulero y yo me quedo pasmado. En mi afán de hacerme el ofendido, en vez de dejarla pasar, me enojé, le grité, me fuí al balcón y estaba amagando con irme a cada rato, finalmente ella vino un poco por sugerencia de su hermana, que había visto todo, a decirme que ya estaba la comida y entonces aflojé, pero en ese momento sentí que ya había una mala onda conmigo y empecé a alejarme de a poco de ella, mentalmente en principio, porque ese maldito instinto no me vaticinaba ningún desenlace positivo.
Con la llegada del mundial, hubo una especie de tregua entre nosotros, vimos casi todos los partidos que jugó Argentina en dicha ocasión, hasta que se terminó el sueño, una vez mas, en cuartos de final, cuando la eficiencia alemana le pasó por encima a la épica futbolera del Diego y sus once gladiadores.
Cuando ya no había mas nada que compartir, cuando ya no nos leíamos a la noche, cuando ya su amiga brasilera no estaba (ya que nunca volvió de Brasil), cuando ya no íbamos a recitales, cuando ya no nos escribíamos mensajes de texto a la madrugada para decirnos lo loco de estar juntos otra vez, cuando ya no charlábamos hasta cualquier hora de ovnis, sueños, y del universo mismo, cuando ya no íbamos a andar en bici a los bosques de Palermo, o a pasear juntos a su perro, cuando ya ni siquiera nos invitábamos el uno al otro cuando salíamos con nuestros amigos, cuando ya casi no teníamos relaciones, cuando parecía que se había extinguido rápidamente esa pasión que nos había consumido en los primeros seis meses, entonces ya no quedaba mucho mas. Ya nuestro amigo "Cortazarín" (como le decíamos cariñosamente a Cortázar) no nos podía venir a salvar. Intenté de todo, la invité a conocer el barrio de mi infancia y me dijo para que, lo cual sentí como un rechazo excesivo. Cuando ya no sabía que hacer para remarla, cuando el bote parecía irse a pique, recurrí a lo poca plata que tenía y compré dos entradas para ir a ver a Fuerza bruta en el Recoleta. Ella se sorprendió pero hasta por ahí nomás, me agradeció y ahí quedó todo. El invierno ya se cernía sobre la ciudad de la furia de Cerati y nosotros dos, casi sin hablarnos fuímos a ver el show. Increíble malavares, puestas en escena, acción, chicas en bolas arriba de un plástico que casi nos tocaba, música electrónica, espuma, baile, acción por doquier, todo lo que a ella siempre le había gustado, sin embargo yo solo bailaba, ella estaba ahí quieta, y me miraba hasta con un poco de incomprensión y lástima.
Cuando salimos me dijo que nunca me había visto tan copado, que había estado bueno el show, me agradecía por la invitación, pero que se tenía que ir a un cumpleaños de un amigo. Yo pensé que era joda, pero no lo era. Me saludó distante y casi sin mediar mucha mas palabra se subió a un taxi y desapareció entre las luces nocturnas de una Buenos Aires fría y húmeda. Yo me quedé parado ahí, solo, inmóvil, con frío, al lado de avenida Libertador, tratando de comprender que es lo que había pasado. Por que había dejado de quererme así. Ni siquiera me había invitado a acompañarla, aunque sea de compromiso, por haberla invitado a ver Fuerza bruta aunque mas no sea, pero no, me dejó ahí, abandonado, como se deja a un perro rabioso en un bosque, casi huyendo, como si fuera un monstruo peligroso. Entonces no me quedó otra opción que hacer lo propio y tomarme un taxi, pero a mi casa. Estaba entre triste y confundido. Solo sabía una cosa, no había vuelta atrás después de ese desplante horrible.
Pocos días después, en su casa, luego de que le había comprado un libro de cuentos de Hesse y le había hecho un dibujo de el principito para adornar su pared, ella no me dejó siquiera tocarle un muslo a la noche. Yo estaba cansado, cansado de todo. Me sentía despreciado por todos lados, por mi novia, por mi ex, por la gente de mi trabajo, por mi familia, mis amigos, por la gente anónima de la calle, por todos, sentía que todos me desvalorizaban y entonces, en un rapto único de locura en mi vida, decidí ir en contra de ese mundo, tratar de ser lo mas cruel y agresivo con todos, lastimarlos a todos, hacerlos bien mierda. Estaba realmente podrido. Mi primera víctima fue V. Esa misma noche, bajo una sarta de comentarios dolientes, decidí dejarla, por mas que llorara de hilo en punta. Casi sin pestañar, bajo una coraza de, desconocido hasta ese momento, desdén, me fuí y la dejé sin llorar una sola lágrima. Antes de irme, como para hacerme el canchero cambié el lema por el famoso y gastado "tomémonos un tiempo" e inmutable desaparecí del barrio de Las cañitas. Lo que no sabía es que ya no volvería del mismo modo.
Pocas semanas después de que ni la llamé ni le dí señales de vida, ella me llamó y me preguntó como estaba, le dije que bien, me hice el indiferente y cuando sentía que la cosa daba vueltas y vueltas le pregunté terminante si quería volver conmigo si o no, casi como si fuera que le estaba dando la chance de su vida, pero ella, con su amor propio aún a cuestas me dijo con vos llorosa que no. Y yo, estúpidamente ofendido, le dije que me parecía bien y que entonces iría en esos días a buscar mis cosas. Ella se puso mal pero aceptó, y hundió aún mas la daga en mi tonto y estúpido orgullo.
Cuando la volví a ver, una semana después del último llamado, yo venía dejugar al fútbol con amigos y estaba chivado y de mal humor por haber perdido. Me senté un rato a la mesa de ella, como la vez que nos volvimos a ver después de cuatro años, cuando le conté que tenía un programa de radio y nos preguntamos tímidamente si estábamos saliendo con alguien. Pero ahora la cosa era distinta, los dos estábamos con caras amargadas, recelosos del otro, resentidos, un poco enojados por la nueva frustración para nuestras respectivas vidas amorosas. Yo no quise seguir un segundo mas ahí, y agarré las pocas cosas que me quedaban en su casa, algún que otro libro, algo de pilcha, algunas películas, etc. Nada que no podría haber resignado, pero el ir a buscar las cosas a veces es una simple y tonta excusa para ver al otro y nada mas.
Entonces, abajo, cuando me fué a despedir, nos saludamos con un beso en la mejilla y casi sin hablar, nuestras cabezas se despedían formalmente diciéndole al otro hasta nunca, mientras nuestros corazones no podían dejar de mirarse tristes, llorosos y estirando brazos que no tenían la capacidad de estirar.
Y así nuestros caminos volvieron a separarse una vez mas.

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