lunes, 5 de diciembre de 2022

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El tema de los signos es uan cuestión vital, de suma importancia. Todos los signos son importantes porque conllevan un saber, un concepto o idea y están cargados de sentido. Cualquier tipo de signo me refiero. 

En cuanto a los signos zodiacales para exactamente lo mismo. Todos los signos tienen su valor implícito y así, rodeados de misterios y significados, entramos en un fenómeno social que se renueva cada vez más y que pareciera cobrar más vigencia aún que las religiones. 

El asuntillo de los signos, el zodíaco, el horóscopo y toda lamar en coche, tiene más años que Matusalén, pero desde tiempos inmemoriales, los humanos venimos (además de rezándole a nuestros dioses regionales), pensando en los astros, en el porvenir y en porqué pasan tales o cuales cosas. Es en ese afán muy propio del humano de buscar respuestas a las incógnitas más fundamentales de todos los tiempos, donde el Zodíaco parece llenar un hueco que ni la ciencia ni la religión parecen llenar ni haber llenado nunca. 

Está bien, así es como debe ser en realidad. A cada pastor su rebaño. El rebaño del pastor zodiacal quiere eso. Una serie de indentidades generales y arquitípicas donde cual pueda hacer encajar su compleja subjetividad y a la vez sentirse habilitado para sentir afinidad o rechazo con otros personas del mismo o diferente signo. 

No vamos a entrar en debate con la ciencia acerca de si tiene asidero real la cosmogonóa que la arqueología tradicional propone. Esto es lo mismo que con el Tarot, la Quiromancia, adivinación, lectura del aura y un montón de cosas más en las que uno puede creer o no, y estamos en nuestro derecho de hacerlo. Fin de ese debate por ese lado. 

En cuanto a si debemos creernos todo lo que la Astrología nos propone bueno... como dije antes, está en cada uno pero lo que sí me queda claro es que tampoco se puede andar por la vida buscando o evadiendo personas según el signo que tenga. Eso es demasiado y creo que ahí es donde algo que es inofensivo puede interponerse en nuestras relaciones interpersonales y afectarnos para mal. Nunca se sabe si vas a encontrar a tu próximo amor en el signo que más aborreces o encontrar a una persona detestable en un signo que "supuestamente" te convenía. 

O sea, está más que claro de que NO SE LE PUEDE ENDILGAR TODO AL SIGNO de una persona. Eso es un error garrafal de estrategia de todo tipo. Es cierto que a veces podemos encontrar ciertas repeticiones en determinados esquemas astrológicos y si los escorpianos suelen ser gente un poco venenosa, los arianos ser bastante egocéntricos y agresivos, los piscianos bastante conflictivos y sensibles, los leoninos un poco vanidosos e insoportables también, y bueno... como los capricornianos suelen ser personas indiferentes que no se comprometen, o los acuarianos ser medio ajenos a su entorno, los geminianos suelen ser insoportables en su dualidad, los sagitarianos son medio forros, los virginianos unos pedantes y obsesivos de primera, los cancereanos suelen ser unos insufribles, lo mismo que los librianos y taurinos, que suelen ser más tercos que una mula. En fin... todos tienen sus miserias, como así también su costado positivo. Y claro que vas a encontrar gente de ese signo que cumpla con esas características, pero también vas a encontrar gente con características que no lo corresponden al signo, como su estuvieran cruzados los astros. Y claro, me van a decir que también tiene que ver el ascendente, la luna, marte, mercurio, urano y etcétera etc...

Por supuesto, todo tiene que ver con todo pero, y no tenemos en cuenta el Horóscopo CHINO acaso? El año en que uno nació también es bastante determinante, y si uno es conejo de fuego, chancho de agua y toda la wea... Bueno, y los nombres? Acaso los nombres no nos afectan? Acaso no hay características típicas de los Santiagos o las Magdalenas? Mmmmm que ricas! Sí, todo tiene que ver con todo. Somos, en definitiva, un conglomerado de influencias astrales, familiares, hereditarias, cósmico esenciales, espirituales y psicológico-sociales que vienen a sumar a lo que ya de por sí traemos al mundo como nuestro propio diamante en bruto, nuestra gema profunda, la esencia de nuestro ser particular que se encuentra en el fondo de todas esas capas que nos van tirando a lo largo de la vida para ponernos en un molde, catalogarnos y así ser uno más en la matríz... Pero no señores, existe algo más que todo este berenjenal en el cual nos encontramos varados. Tenemos que encontrar nuestro verdadera esencia, nuestra pepita de oro en lo profundo de nuestro ser. Y creo que es menos difícil de lo que pensamos, pienso que esa pepita esta ahí, a la vista, pero hacemos la vista gorda para distraernos con tonterías que lo único que hacen es hacernos uno más del montón y no la maravillosa identidad única que traemos al mundo para hacer brillar mientras pasamos por acá...

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