domingo, 27 de noviembre de 2022

Los niños índigo




Hubo un tiempo en que todos fuímos hermosos, libres de verdad. Guardábamos todos nuestros recuerdos en cajitas de cristal... Pero luego vino el hombre con sus jaulas, nos encerró y nos llevó a la ciudad...

A mediados de la década del "2000" (a falta de un nombre mejor, así la llamaré), la chica con la que salía en aquel momento me reveló acerca de la existencia de los, extrañamente llamados "niños índigo". Supuestamente una nueva raza de niñes con capacidades diferentes, medio como si fueran los X men, pero sin llegar a ser mutantes ni tener poderes tan extrafalarios. 

Sin embargo, existía esa opinión generalizada (en ciertos estratos de la clase media) de que había algunos chicos que eran niños con una inteligencia más desarrollada, más sensibles, más creativos, con un desarrollo que tenía que ver con lo intuitivo y perceptual... En fin, parecían ser los hijos de una nueva era, la famosa "gente del futuro" que vaticinaban los (ya un poco viejos) hippies/boomers.

Pero entonces me puse a indagar y averiguar de que iba todo el asunto. La realidad es que ese tipo de niños no era algo de los "dosmiles", ya venían naciendo chicos así desde los sesentas, setentas y sobre todo, los ochentas. Indagando un poco más en la deep web, me encontré con un artículo que se llamaba "La falacia de los Niños Índigos". En dicho artículo, firmado por el doctor Robert Chandra de la Universidad de Columbia, se explicaba que en realidad, a lo largo y ancho de la historia de la humanidad, van sucediendo pequeñas revoluciones generacionales, cambios no sólo de paradigma, sino también de consciencia, y si bien esto siempre está ocurriendo de manera mas o menos gradual, existen tiempos en un lapso de entre diez y cincuenta años, donde la humanidad parece pegar un salto prudencial respecto a la humanidad precedente, es ahí donde aparecen en escena entonces la teoría de los niños índigo. 

En realidad, a lo largo de la historia, existieron muchas camadas de "niños índigo" que venían a cambiar y revolucionar la consciencia humana, trayendo otra mentalidad, otras formas de vida, otras visiones del mundo. Lo que pasaba era que de esto nos empezamos a dar cuenta en estas últimas décadas, entonces parecía una novedad, una anomalía en la "matrix", pero no. Los cambios de consciencia, las "nuevas generaciones", la "gente del futuro" son parte natural de la cadena de evolución (y me atrevo a decir) de cualquier raza que habita un ecosistema, un planeta tan benévolo y apto para la vida, no puede ofrecer a lo largo de su extensa historia de vida más que eso, cambio continuo y constante. 

Dicho esto; volví a la vivoteca del centro y hablé con Carla Hyoga, una corresponsal en Islandia que hacía una maestria sobre los niños índigo. Le pregunté cómo podía uno saber quién era un niño índigo o no, así de una manera fácil, a simple vista. Su respuesta me dejó atónito. Sólo podés descubrir a los niños índigo si sos un niño índigo, para el resto de la humanidad son un espejismo, un oximorón, una mera fantasía new age. Cuando volví a mi casa sentí que estaba más confundido que antes. ¿Cómo se podía descubrir a los niños índigo sin serlo? Le dí vueltas al asunto hasta que entendí lo que Hyoga me había querido decir y era justamente eso: Sólo aquellos que hablan de los niños índigo son los que los conocen y los que los conocen SON los niños índigo, para el resto ese binomio de palabras es tan intrascendente como hermético su significado, es como hablar de unicornios plateados, una figura retórica o una quimera que sólo existe en cuentos de fantasía. Así que partiendo de la chica que me habló por primera vez de ellos, hasta el dr Chandra, Carla Hyoga hasta llegar a mí, hemos sido, somos y seremos parte de los Niños Índigo.

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