miércoles, 26 de diciembre de 2012

3 rebeldes, 3 estatuas

Desde el siglo 1 antes de Cristo, hasta mediados del siglo 20, hubo muchos rebeldes, héroes mitológicos y seres reales de carne y hueso que se rebelaron contra el sistema en determinado momento de la historia. Muchos son los que se podría mencionar. Sin embargo hay tres personajes que por su vida, se llevan todos los honores y el recuerdo popular.
El primero podría ser el tracio llamado Espartaco, quien en el año 73 antes de Cristo, se sublevó junto con un grupo de gladiadores al poder romano. Su intención era liberar a los esclavos de la península itálica y escapar lo antes posible del dominio y el yugo esclavista imperial. Formó un ejército de esclavos que libraron grandes batallas y obtuvo varias victorias contra el imperio romano. Sin embargo su final anuncia la suerte de todos los que vinieron después. El adiestramiento y el poder imperial se terminaron imponiendo ante el primer intento de rebelión contra la esclavitud en el mundo antiguo. Espartaco fue derrotado y su cuerpo crucificado.
Otra historia.
Mas cerca en el tiempo, por el 1300 aproximadamente, un escosés llamado William Wallace, de origen humilde, lideró una revuelta contra el dominio de la corona inglesa, opresora e invasora de las tierras altas conocidas como Escocia. Wallace, al igual que Espartaco, también ganó varias batallas al opresor, sin ser un instruido de la táctica de guerra y asalto. Podría decirse que lo de ellos era puro corazón y deseo de libertad. Sin embargo la realidad también alcanzó a este guerrero de alma cuando finalmente sus tropas fueron diezmadas y fue capturado vivo. Su destino. no muy distante al del tracio, consistió en un "aggiornamiento" mas medieval del asunto, con todo lo que eso implica. Ahorcamiento, castración total, evisceración y finalmente decapitación.
Bueno, la típica civilización inglesa.
Otra historia mas.
A mediados del siglo 20, un idealista romántico de origen argentino, lideró la revolución mas importante del siglo en América, la revolución cubana de 1959.
A este guerrero sudamericano también le acompañaron varias victorias sobre el imperio yanqui como Bahía de Cochinos, y otras victorias mas.
Sin embargo, una vez que en Cuba se había alcanzado la liberación total del imperio, el Che, decidió llevar la revolución a otros países oprimidos como el Congo. Allí solo encontraría amargas derrotas, lo mismo que su destino final en Bolivia, donde finalmente perdería la batalla de asalto con las tropas nacionalistas y sería capturado para luego ser fusilado y expuesto su cuerpo para finalmente desaparecer.
En estas tres historias encontramos la necesidad de estos personajes de pelear contra el yugo de los imperios "asesinos de niños", al decir de Silvio Rodriguez. De pelear por un mundo realmente libre y de tumbar a aquellos que creyeron, creen y siguen creyendo que su poderío sobre las masas es un mandato divino.
Romanos, ingleses, y hasta los mismos bolivianos, comandados por yanquis, tuvieron miedo a la hora de ejecutarlos. Su muerte significó la inmortalidad en el imaginario popular. La simbolización de la revuelta y la lucha por la libertad. Ellos se daban cuenta que no mataban a simples hombres sino a leyendas vivas. Su estatura cobraba ahora altura de mito viviente y a los héroes no se los mata con armas comunes. Ellos no desaparecieron en los tiempos mitológicos. Siguieron existiendo y eso a los distintos imperios opresores de cuerpos, mentes y espíritus los asustó y los asustará siempre. Porque pone en evidencia que el hombre nació para ser libre y que siempre vana a aparecer aquellos guerreros que estén dispuestos a sacrificar todo, empezando por su vida, por la liberación de sus congéneres.
Hoy son mas que simples estatuas en sus países, y es bueno entonces tener siempre presentes a estos luchadores, verdaderos guerreros de todos los tiempos. Ellos son nuestros verdaderos héroes.

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