jueves, 21 de febrero de 2008

Pequeños hombrecitos azules... grises...

Siempre, desde que tengo memoria, están estos hombrecitos de azul. En los ochentas con mangas blancas, en los noventas todo de un azul muy oscuro, ahora están mas o menos igual pero con celulares chiquitos con tapita. Están todos juntos en las congregaciones, todos en ronda, hablando entre ellos. Si uno se acerca a hablarles te responden secamente, sólo lo justo y necesario. Son seres extraños, huraños, toscos, temerosos, paranoicos, con un complejo de inferioridad imporatante. Son seres grises, "viven de azul y no tienen domingos", van por la calle cumpliendo con eso de "vigilar y castigar". Ese es su rol y cuando lo cumplen con nosotros nos molesta y cuando no lo cumplen con los demás también.
Son medios extraños y a veces cuando muestran su peor parte, aflora el sadismo y la ganas de reprimir del icc de estos extraños personajes de la sociedad, nacidos en el modernismo y que cada día su función está mas despretigiada y a la vez solicitada.
Son seres a la vez marginados de la sociedad que en su función de protectores de la ley y el orden y en servicio de la comunidad perdieron el contacto el diálogo con esa sociedad de la que nacieron.
Odiados, solicitados, ningundeados, tergiversados, corruptos, malversados, coimeados, etc, estos pequeños seres nos recuerdan aquello que no debería estar pero que por culpa nuestra y nuestra falta de voluntad existe.. son un recordatorio viviente del fracaso de la sociedad eficiente y del autocontrol, así como también de la convivencia sagrada que debería poder existir sin estos funcionarios del orden... seres opacos, de pequeña alma, hombrecitos azules... grises...

2 comentarios:

Ana dijo...

GUAU, sin palabras. Hacer una bella prosa de la poli es un don.

Anónimo dijo...

si.. traté de escribir algo acerca de estos personajes que nunca por lo general les dedica una sola línea.. la idea no es atacarlos no ensalsarlos.. sólo decir como existe ese doble sentimiento en nosotros, los ciudadanos civiles, que por lo general odiamos a estos tipos, pero por otro lado deseamos que estén a nuestro servicio y velando por nuestra seguridad cuando la cosa se pone fea en la calle..