jueves, 9 de mayo de 2024

Ellos o Nosotros (o como aprender a "vinculearnos" con dulzura)


Me dije a mí mismo, dale, no seas ratón. No podés seguir así, pensando en que todo el mundo guarda una cuña en contra tuya. Todos te odian, todos te miran mal, todos... piensan mal de tí, o de mí. Todos de todos. Me di cuenta que no podía escribir, que cada vez me cuesta más expresar mis pensamientos, ni que hablar de mis sentimientos. Esos sí que están marginados y guardados bajo cuatro llaves. Cuando nos damos cuenta que el mundo es un lugar hostil somos demasiado jóvenes para asimilarlo. Cuando lo asimilamos parece ser demasiado tarde. Debo entender que no es fácil (en estos tiempos difíciles) relacionarse con los demás. Pareciera que estamos tan inmersos en nuestro día a día, en contar los pesos para llegar a fin de mes, en tratar de hacer alguna que otra cosa que nos gusta para no volvernos locos, que nos olvidamos del resto de la humanidad. Resto importante que, en tiempos de ultra-individualismo, se nos vuelve un ente hostil que si no cumple con nuestra espectativas le huímos como a la peste. Socializar es un acto revolucionario, o mejor dicho, es un acto de extrema valentía. Pero a socializar le falta un lado b tanto o más importante que el mero hecho de socializar, y eso es mantener constancia con nuestros vínculos. Pero no solo mantenerlos como si fueran un coche viejo que necesita manutención, sino a darles verdadero afecto. Cuidarlos y de ser necesario curarlos como si fueran una plantita o un hije. Pero nos cuesta tomar tanto compromiso y preferimos hacer primar la lógica de lo descartable. Ya no nos bancamos nada del otro, porque si Nosotros repetimos hasta el hartazgo que La Patria es el Otro y Ellos se regodean en su egoísmo narcisista, entonces tenemos un problema: Los hipócritas somos nosotros. Nos llenamos la boca de palabras que suenan bien, que son válidas y que defienden grandes valores. Pero después, pareciera que no podemos dar la talla para tamaña pelea. Ellos desdeñan todo sentimiento humanitario de solidaridad y comunidad pero se hacen cargo de eso. Nosotros decimos que defendemos lo contrario pero ¿En verdad es así? ¿Lo defendemos? ¿Es cierto que somos mejores que ellos? ¿Volvimos mejores? No lo sé, pienso que el camino es el que Nosotros elegimos pero no sé si estamos a la altura de la circunstancias. Sé que es difícil, sé que es mucho más difícil mantener una postura de compromiso con un otro que simplemerte entregarse a nuestros instintos egoístas donde el "sálvese quién pueda" pareciera primar con toda lógica. Pero el camino fácil no parece ser el más sano y el difícil pareciera ofrecernos un futuro más agradable para todos porque si nos preguntaran que preferimos Si vivir en un mundo donde algunos estén muy bien y otros muy mal, pero nosotros ser de la parte que estamos muy bien o vivir en un mundo donde todos estemos razonablemente bien ¿que eligiríamos? A simple vista parece una pregunta tonta pero dentro nuestro sabemos que no es tan así. Todos queremos vivir lo mejor posible, lo queremos para nosotros y para los que más queremos, como mucho para los que conocemos. El resto de la humanidad pareciera ser algo abstracto que no nos concierne mucho más por el mero hecho de ser humanos. Pero como dice Luppi en la película Martin Hache: "¿Que me une con un tucumano o un formoseño?" Ni que hablar de con un sudafricano o un chino. Pareciera que nada. Sin embargo nos une todo. Desde los mismo planteos, las mismas inquietudes, hasta los mismos temores o dudas existenciales. Todos somos de la misma especie humana, creativa y pensante. Pero nos da miedo pensar a un nivel macro que nos una con el extenso magma de congéneres. Porque eso reduce nuestra identidad y nos hace sentir una mera hormiguita en un hormiguero anónimo y universal. Nada de eso debería ser así, todos y cada uno de nosotros tenemos nuestro valor intrínseco, nada nos quita eso. Ni que estemos en medio de un planeta enorme con millones de seres iguales a nosotros, ni que estemos solos flotando en una nave por los confines más recónditos de la galaxia. Nos contituímos por nuestro propio ser si, es cierto, pero también somos lo que somos por vivir rodeados de la gente con las que convivimos en este breve espacio de tiempo que compartimos la vida. Y creo que ahí reside el valor de la Comunidad, una Comunidad organizada, libre y soberana, que se conoce y respeta a sí misma. Y cuando hablo de Comunidad no pienso sólo en mi barrio, en mi ciudad o país, sino en toda la región y en el mundo entero. Todos somos Comunidad humana y me resulta muy difícil pensar que la evolución de la humanidad se dirige hacia el egoísmo más cerrado y abyecto. Cuando pienso que puede haber otra civilización más evolucionada que nosotros en el universo, pienso más en una sociedad que dejó atrás las guerras y la desigualdad. El sentido común más básico nos lo dice, pero sin embargo pareciera haber una parte de nuestra Sociedad que insiste en salvarse el pellejo, juntar la mayor cantidad de capital y hasta alegrarse de dejar a la gran mayoría bien atrás. Creo que mientras sigamos con mentalidad de arañas en el hormiguero la cosa no va a avanzar hacia un rumbo positivo. Pero quiero creer en que a la larga prime la fuerza de voluntad popular que nos lleve a ser una gran comunidad del Todos para Todos.  

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