martes, 28 de mayo de 2024

Los fabulosos cuatro hermanos: Éxito, rivales y controversias

 

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    Una vez frente a los Reyes de la Isla, Los Bardos comenzaron su presentación a todo trapo. No hubo lugar para sutilezas, el grupo arrasó con sus mejores canciones en un estado de total éxtasis. La plebe vitoreaba enfebrecida y todo el espactáculo se brindó con tal intensidad que era difícil no catalogar el acontecimiento como una especie de orgía grupal. Visto y considerando el ánimo general, Jona sintió deseos de decir algo lo suficientemente provocador, porque tocar frente al poder le generaba una contradicción. Toda su vida había odiado la crianza dictatorial de su tío Aroon y tener a aquellos reyezuelos que nunca asomaban sus narices ante sus siervos era una oportunidad que no podía desperdiciar. 

-Los chicos y chicas del fondo pueden cantar, saltar aplaudir y gritar cuanto quieran... Los nobles del palco pueden hacer sonar sus alhajas. Gracias!- Dicho esto, Jona sonrió como un niño que acaba de decir una picardía.

    Es imposible describir el atronador aplauso de la gleba. Todo el palacio pareció venirse abajo por los gritos ensordecedores, sobre todo de las muchachitas que ya amaban para siempre a ese grupito de jóvenes desrgabados de provincias. Los Bardos habían hecho historia para siempre. Por su parte, Juda se agarró la cara y negaba completamente avergonzado por el exabrupto de su hermano mayor. ¿Qué necesidad tenía Jona de provocar así a las autoridades? Para Juda era algo innecesario que ponía en riesgo a todo el proyecto del flamante grupo de bardos locales. Pero por suerte para ellos se equivocó. Nadie del palco le prestó mayor atención a Jona porque tenían demasiada estima por sí mismos como para considerar aquello como un agravio. Por otra parte, poco importaba lo que un pobre plebeyo tuviera para decir de ellos. En definitiva ellos gobernaban el reino y lo seguirían haciendo por más Jonas que hubiera en el mundo. Pero para la plebe, ese pequeño acto de rebeldía un poco iconoclasta fue lo suficiente mente significativo como para tomarlo a partir de allí como un acto de liberación total. Todo lo que se continúa de aquel suceso se precipitó de forma tan rápida que los cuatros bardos nunca terminarían de comprenderlo del todo a lo largo del resto de sus vidas.

    La fama de los cuatro hermanos, ahora los "fabulosos" cuatro hermanos vale decir, creció a lo largo y ancho de todo el reino. Sus presentaciones no les dieron respiro a lo largo de casi todo un año entero, tocando en los lugares más recónditos de la Isla. Y cuando esto ya no era suficiente, volvieron a cruzar el charco para presentarse (nuevamente) en el Gran Continente. Esta vez nadie los mandó a casa por el hecho de que el pequeño Sila fuera muy pequeño. El éxito fue arrollador y comenzaron a girar por todo el mundo. La clave del éxito de Los Bardos eran las canciones de la dupla Jona-Juda, la capacidad armónica del conjunto y la paciencia para mantener al grupo unido por parte del primo Levi. Quizás Levi necesitaria un capítulo enter para sí mismo, pero al ser mayor que los cuatro muchachitos, el primo de Jona tenía experiencia en grupos de mineros que solía dirigir desde su temprana juventud. Trabajar en lugares tan arduos le habían forjado el carácter lo suficiente para soportar grandes momentos de presión y su liderazgo era respetado por su capacidad para mantener la unidad en medianos y pequeños grupos de gente diversa. Aquí el reto era menor. Para Levi era pan comido mantener en línea a esos precoces muchachitos de pueblo. Jona era el líder nato del grupo pero Levi era quien mantenía las cosas en orden y mientras uno direccionaba al grupo, el otro impedía cualquier tipo de resquemor de parte del resto hacia su primo.  

    No había tiempo de más, era todo ahora, todo ya. Los Bardos crecieron de tal manera que de pronto el viejo mundo les empezaba a parecer pequeño. Fue entonces que Jona les propuso a sus hermanos menores dejar todo atrás y comenzar una vida nueva en las Tierras lejanas, esas que se encontraban cruzando el gran oceáno. La propuesta al principio fue tomada como una de las típicas bromas ácidas de su hermano mayor. Pero al ver que tanto Jona como el primo Levi no sonreían y que la cosa iba en serio, fueron presas del pánico. Juda no quería someterse a todos los caprichos de Jona porque él se sentía tanto o más capacitado para dirigir al grupo como él. Pero todavía no se animaba a confrontar al hermano mayor. Su forma de contrariarlo fue darle donde más le dolía, en su punto débil. ¿Y que vas a hacer con Esther y tu hijo? Jona se puso pálido y no pudo dar una respuesta rápida. Levi salió en su ayuda y dijo que por el momento no era conveniente que ninguno dijera que tenía pareja porque eso alejaría a nuevos fans, sobre todo a las chicas más guapas y lanzadas. Juda quizo protestar aduciendo que sólo Jona tenía una pareja estable, pero Levi dijo que no era justo decir que unos podían y otro no. Juda no tuvo el coraje para confrontar aquello pero la semilla del resentimiento entre los dos hermanos compositores comenzaba a crecer poco a poco, y era algo irrefrenable. 

    Cuando Los Bardos desembocaron en el Nuevo Mundo, la cosa fué aún más impresionante que en su pequeña Isla. El nuevo mundo era mucho más vasto, más hermoso y más lleno de gente y fans. Quizás nadie los conocía bien, pero las noticias volaban y cuando llegaron causaron tanto revuelo que el viejo Rey del Lugar (casualmente de nombre Arón I) tuvo que inclinarse ante el talento de los hermanos isleños. Para Jona y compañía, el Nuevo Reino era un paraíso sin límites, todo se quintuplicó y las posibilidades se mostraron infinitas. Nunca un grupo de artistas había tenido tanta trascendencia a nivel cultural. Lo de Los Bardos fue algo fuera de toda lógica, tendieron puentes allí donde no los había, y por medio de la música (algo hasta ese momento secundario) lograron conectar al mundo entero. 

    Pronto aparecieron por todo el viejo terruño, como también el nuevo continente, grupos de chicos que querían lograr lo que Los Bardos. Miles de muchachos comenzaron a aprender las veleidades de la música, afinando viejas cítaras, mandolinas o banjos. Ajustando parches y djembés que en su vida hubieran agarrado sino fuera por los pueblerinos de la pequeña Villa isleña. Algunos comenzaron a seguir el camino trazado los cuatro hermanos y lograron cierto subidos al éxito de cola que dejaban Los Bardos. Quizás los más conocidos seán los cinco primos conocidos como Los Rocas Vivas. Estos se vendieron como un grupito de rufianes malechores que tocaban en las cantinas del viejo reino y su aspecto de malandras les confirió cierta fama, por oposición a los cuatro chicos de pueblo. Otros destacables con Los Pájaros, Los Robles, Los Medanos, Los Quizás, etc, etc.  

    A todo esto, el pequeño Sila comenzó a componer sus primerar canciones, mientras el grupo avanzaba de pueblo en pueblo. Al principio esto fué alentado por sus sus hermanos mayores ya que les parecía simpático que el chiquitín hiciera lo suyo. A Rufo, con tal de pasarla bien lo mismo le daba componer o no, era un tipo sin mayores problemas. Con marcar el ritmo era un tipo feliz. Pero pronto, las canciones de Sila pasaron de ser malas, a mediocres, y de ahí a pasables. No faltaría mucho para que pasaran a ser buenas y de buenas a muy buenas. Entonces aquello ya no resultaría simpático para la dupla Jona-Juda.  

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