martes, 30 de abril de 2024

Los Argentinos en la Luna...


 


6


Los Argentinos pudieron comprender que la única forma de vencer a los Yankis era usando la astucia. No se podía pretender ser empáticos o cooperativos. Desde el origen, ambas naciones habían mantenido a lo largo de los siglos, relaciones áridas. De idas y vueltas, por momentos de competencia y en otros, en cambio, de sumisión. Pero esos tiempos de relaciones carnales con el hermano mayor del norte, habían terminado y quedado atrás. Al fin, los pocos argentinos que seguían apoyando el entreguismo se habían extinguido y es resto, comprendido que no existe valor como nación si no se es libre y soberano. 

Federico compuso una especie de Juegos Olímpicos donde cada país presentaría a un campeón. Pero, minetras que Argentina presentó un candidato diferente para cada disciplina, Estados Unidos presentó al mismo para todas: Elon. 

Xavi había sido corrido de su puesto porque nadie creía en él, nadie confiaba siquiera que pudiera pensar por sí mismo. Entonces, Elon decidió ser él solo y no podría haber cometido mayor error. El Yorugua le dió un paseó increíble en juegos con pelota. Lino lo aplastó en cálculo avanzado. Trafalgar lo dejó muy atrás en carrera de bots y el tío le dió una paliza en ajedrez. Por último, el gran combate en lucha grecorromana, que Elon se consideraba tan experto... Federico lo dominó y humilló sin problemas durante toda la contienda. 

Elon sabía que había llegado el final. Debía cumplir con su palabra y dejarles el gran planeta Violeta a los sudamericanos. O sea, a Argentina y Uruguay, que habían conseguido fusionarse finalmente como una sola nación que es como debería haber sido desde siempre. Eran más de cien millones de Argentinos, junto con los Uruguayos y no se desacartaba la llegada de otros país hermanos de Sudamerica como Bolvia, Chile y Paraguay. Todo era posible. El planeta era lo suficientemente grande para albergarlos a todos y conformar así el primer planeta latino de la historia de la humanidad. Federico sabía esto pero también tenía en cuenta que no quería más seguir a cargo de todo el operativo. Necesitaba su lugarteniente, su señor Spock, su Chewbacca, y pronto lo encontraría...

Los Norteamericanos comenzaron a embarcar para la evacuación definitiva del planeta. Federico los observaba atentamente. Aquellos eran los desciendientes de los que fueran los villanos de la Tierra desde la caída de los Nazis hasta hace pocos siglos atrás. Pero ahora eran un pueblo desplazado, desclazado, derrotado. No eran ni la sombra de lo que habían sabido ser en tiempos anteriores. Federico los observó con el corazón comprimido. Con lástima...

Se reunió con los otros cuatro astronautas sudamericanos y llegaron a un acuerdo. 

Federico se acercó lentamente a su colega Yanqui, el señor Elon III miraba el suelo, pateando priedritas y el cordobés le alargó la mano en señal de paz. Elon levantó la mirada compungido, humillado, sabiendo que ya no era lo que antes fueran... Se enjugó una furtiva lagrimita y limpiándose el polvo de su mano derecha, la extendió y se dieron un fuerte apretón. 

Federico dijo las palabras que el otro nunca hubiera dicho, porque eso era lo que diferenciaba a sus pueblos, la solidaridad: 

-Pueden quedarse si quieren, hay lugar para todos. Y si no, estaremos apretaditos pero estaremos seguros.

El Yanqui no podía entender ese idioma. 

-Si Elon, nadie afuera... todos adentro. 

Mientras los dos líderes se fundían en un fraternal abrazo, el anillo de Beto llevaba inscripto, un signo, del alma...


FIN

No hay comentarios: