viernes, 23 de octubre de 2009

Flores de escritores

Flores debe ser uno de los pocos barrios que alberga a tan distintos y famosos escritores.
Empezando por Roberto Arlt, quien en la década del treinta, finales del '20, publicaba su primer novela, El juguete rabioso. Una historia, triste, gris, lastimera, retorcida, deprimente, muy al estilo Memorias del subsuelo del escritor ruso Dostoievski, el ídolo de Arlt.
Una historia en donde Silvio Astier, un muchacho con nobles aspiraciones es llevado por la tramas de una vida triste, frustrada y sin dinero, llegando a convertirse en aquello que nunca quiso.
Ambientada en el porteño barrio de Flores, donde el muchacho se maneja, sobre todo en el antiguo Mercado de Flores.
Otro escritor, no tan escritor, por su asiduidad digo, es el locutor Alejandro Dolina, y su famoso libro Crónicas del ángel gris, en donde toda una serie de pequeños cuentos alrededor de sucesos extraños, historias fantásticas y de mundos mágicos alrededor de este barrio, el cual según su autor tiene su propio ángel, y en donde los Hombres sensibles de Flores son sus seguidores, tipos que creen en todo, que no niegan nada, enamoradizos, místicos y para los cuales los sucesos fantásticos son cosas de todos los días. A diferencia de sus enemigos declarados, los Refutadores de leyendas, quienes al contrario descreen de todo, a todo le buscan una explicación lógica y que son mas aburridos todavía que sus explicaciones que de tan cientificistas ya pasan a ser absurdas.
Flores sería un lugar mágico en la visión de Dolina, donde los sueños son diferentes, donde las esquinas guardan secretos como de borrar o devolverte la memoria o de separar a las parejas que pasen por tal y tal calle, y como que el diablo vive en la bocacalle de Bacacay y no se cual otra.
Otro escritor de Flores, un tanto mas actual es el loco Cesar Aira. Aira tiene un estilo narrativo mas moderno. Es de esos tipos con los cuales uno se puede llegar a perder. Que de tan rizomático su estilo, de ser tan Deleuziano, uno puede pensar que el tipo o escribe drogado, o que es un imbécil que escribe difícil para hacerse el piola.
La cuestión es que el tipo escribe así, como en el cuento Mil gotas, o en sus novelas como La costurera y el viento, Como me hice monja, o en La guerra de los gimnasios, novela que transcurre en un gimnasio de la calle Yerbal de Flores y donde su protagonista es un conejo que quiere hacer gimnasia para ser el temor de los hombres y el deseo de la mujeres.
Tres visiones distintas del barrio, una visión mas realista como la de Arlt, bien deprimente, como una instantánea del barrio de Flores, que es para mi eso, un barrio gris.
Por otro lado la visión mas romanticista y mística de Dolina, donde coexiste la realidad con una especie de mundo Tim Burtoniano al mejor estilo Gran pez.
Por último la visión del provocador Aira, un Flores bizarro, absurdo, totalmente dantesco por momentos y donde las cosas mas locas pasan rodeadas del manto de seriedad mas increíble e incorruptible, lo que desencaja aún mas al lector.
Flores y sus escritores, un clásico ya de esta ciudad.

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