miércoles, 26 de junio de 2024

El (fino) arte de poner música




En verdad sería El fino arte de pasar música, pero considero que pasar es un concepto bolichero y pueril. Aquí la cuestión es que uno PONE música, porque si uno NO la pone, la música simplemente no suena. 
Es cierto. 
Y es fino, porque poner puede poner cualquier persona. El tema es que cualquiera pone cualquier música y no ponderamos el hecho de musicalizar la tarde en sí, aunque tenga su valor. Ponderamos el hecho de saber musicalizar bien, de Hacerlo bien. Esto implica (aunque no en el estricto orden que digo) tener buen gusto musical, saber sopesar el momento y el lugar (contexto) y el ámbito y gente que nos rodea. Además que, como todo buen melómano, hay que saber ser abierto para conocer cosas nuevas. 
Por favor, no se me malinterprete con eso último. Nuevas no tiene que significar necesariamente música popular contemporánea, sino en un sentido más amplio del término: todo aquello que no conozco, más allá de si es música del último mes o del último milenio. Poco interesa, lo importante es saber prestar tu oreja para una escucha lo más desprejuiciada (en lo posible). Muchas veces notaremos que hay música que con escucharla un o dos minutos ya me da una idea de como es, a donde apunta y como seguirá. Por lo general no pierdo mucho el tiempo con eso. A veces también hay que mantener limpios los oídos para que no se terminen contaminando de seudo música, música corrutpa, ritmos bobos y predescibles. 
Lo principal es esto de pasar música que contenga lo básico para ser llamada así, melodía, armonía y ritmo. Música que se pueda disfrutar y que de alguna manera sea lo bastante tolerable para un numero significativo de personas. Esto significa que músicas de índole experimental, asimétricas, antimelódicas, no serían del agrado de la mayoría. Lo mismo con estilos estridentes o de exagerada distorsión. Suelen ser molestos a los oídos de los demás. Entonces hay que apelar a lo que dije antes, tener el lugar el contexto y lugar. La gente que nos rodea si son jóvenes o no, si es gente que se nota estar difrutando de la música o gente que parece incómoda. En fin, toda una serie de cuestiones que van más allá del mero: tengo ganas de escuchar tal o cual cosa. Como decimos siempre en estos casos: bueno, para eso andá a escucharlo tranqui a tu casa. 
Por eso, creo que como hay que tener en cuenta muchos factores, además de un buen gusto y amplitud de conocimiento de artistas, discos, canciones, géneros, etc. Por ejemplo el saber moderar el volúmen, tratar de ser diversos e intentar no repetirse (en la medida de lo posible). Por supuesto que cada dj tiene sus límites y a veces uno olvida muchas cosas, algunas que ya no escuchamos más por x motivo. Pero hay que tener en cuenta las recomendaciones que nos hicieron en otros tiempos, porque así uno nutre su propia cultura musical. No seré yo quien diga que es lo que hay que escuchar o no, cada uno maneja su propio criterio al respecto. Pero está claro que si trabajás en una librería, esuchar jazz o progresivo va más que si pones cumbia o reggaeton. Lo mismo que si tenés un puesto de choris, al ecuación parece cobrar sentido si se la invierte. De todos modos, un panchería o hamburguesería que pasa King Crimson sería algo notable, aunque para comer creo que prefiero algo más tranqui... 
En fin, como dije antes, es un fino arte que no es para cualquiera. Es probable que si tenes buen gusto y lo demuestres la gente encuentre otra excusa más para odiarte. Porque sí, la gente es envidiosa por los motivos más absurdos y pedorros del mundo. La gente es mala y comenta... 

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