lunes, 3 de julio de 2023

Crazy Heart o "El recambio generacional"


De algún tiempo a esta parte me intrigado casi al punto de la obsesión, el tema de como las generaciones se suceden unas a otras. Y para ser más específicos, cuando ese recambio generacional queda inmortalizado en el arte.

Sigo acortando camino para ir más rápido al punto. 

En la película norteamericana Crazy heart del 2009, se trata el tema de una forma que me sirve bastante bien para ejemplificar la idea. En dicha cinta el personaje principal Bad Blake, magistral actuación del gran Jeff Bridges, es un cantante de música country venido a menos. Tiene todos los clichés del artisto yanki caído en desgracia. Mal padre, alcólico, soltero, vive en un remolque y casi nadie se acuerda de él. Por otro lado está Tommy Sweet (interpretado por Colin Farrell) que es un cantante de country en ascenso. Es la clásica historia de la estrella en caída y la nueva. Ahora que lo pienso también es una obsesión en el cine estadounidense. De todos modos lo que más me interesa de lo que plantea la película no es tanto eso en sí que es lo más normal del mundo, sino más bien como existen a veces artistas con una obra muy grosa que abre camino y genera mucha creatividad en muchas personas pero que todo eso no se ve reflejado en un éxito en términos masivos de popularidad, fama y dinero. Sin embargo, estos artistas dan pie a otros nuevos artistas que sí logran capitalizar toda esa fuente creativa y lograr producirla de una manera que conlleve a un éxito masivo. Como si las generaciones posteriores lograran sacar un poco de esa magia primigenia y traducirla para un gusto más popular. 

En Crazy heart no se pone tanto el foco en esta idea. La película se centra (lamentablemente) en los aspectos sórdidos del cantante viejo y en la fama creciente del nuevo. Sin embargo la idea está ahí latente. Subyace bajo la primera línea de la historia, la principal, el drama de Bad Blake. Es el concepto de que Bad Blake fue un groso en el pasado y que tuvo su cuarto de hora pero luego se fue perdiendo en sus problemas personales. Pero también es la idea de que vivió una época en la que el gran público no estaba preparado para algo así. Pero, 20 o 30 años después, viene un flaco nuevo (este Tommy Sweet) y haciendo algo similar pero más pop rockero y producido, logran un éxito descomunal. Y la cereza de todo es que Tommy Sweet no se cansa de decir que Bad Blake es su ídolo, que él es músico gracias a Bad Blake cuando lo escuchaba de chico. (Bueno, ahí está el meollo de la cuestión). Luego el fan conoce a su ídolo y le ve los hilos por decirlo de alguna manera. Lo invita como telonero y Blake al principio no quiere saber nada con ser el que abre para uno que se reconoce como su fan. Hay tensión, celos mutuos pero bue, después se amigan, hay redención y bla bla bla. 

Pensando en esto de mentores sin mucho éxito y discípulos populares, se me vino a la mente la frase que dice "El discípulo supera al maestro". Bueno es una frase engañosa, porque en primera instancia eso no es algo que siempre se diga, porque a veces pasa y a veces no. Además, ¿que signfica superar a alguien? Quizás superar en términos de masividad no necesariamente signifique superar en calidad. Por otro lado, lograr la masividad es algo que cualquier artista en sus cabales que pretenda vivir de su arte un poco aspira. Algunos lo admiten y otros quizás no pero la realidad es que es lo más deseable. La masividad conlleva un éxito que te puede ayudar mucho en lo económico y ahora sí, pienso en Argentina. 

La historia de Blake y Sweet un poco es también la historia de Miguel Abuelo y Andrés Calamaro, o de Charly Garcia y Fito Paez o la de Spinetta y Cerati si se quiere. Podría mencionar muchos más ejemplos en otros géneros pero prefiero manejar lo que más conozco que es el rock y me parecen los ejemplos más paradigmaticos de nuestro rock vernáculo. En el primer caso quizás Calamaro no era un gran fan de Miguel Abuelo pero sí que cuando Miguel Abuelo volvió a lan Argentina a principios de los 80s después de una década en Europa, el ya era Miguel Abuelo y a Calamaro no lo conocía nadie. Andrés tuvo su gran oportunidad en el mega grupo que fué Los abuelos de la nada versión ochentas y él con su joven alma estaba componiendo sus primero clásicos como Sin Gamulan, Mil horas o Costumbres Argentinas. Y Miguel seguía en su derrotero de loco saltimbanqui. Pero Abuelo era un poeta como pocos en el rock local, un artista impresionante que ya tenía una trayectoria artística y una hoja de ruta aún más impresionante. Un artista de otro tiempo quizás, más representativo de la generación Hippie, y Calamaro era la encarnación por excelencia de la Generación X que se morfaría los 80s y 90s. Caso similar el de Charly y Fito aunque en este caso sí Fito era un apasionado admirador de García quien le dio la oportunidad, Fito luego se alejó del nido, hizo la suya y de alguna manera terminó vendiendo más que Charly, sobre todo en los 90s. Sin embargo, en este caso, considero que Garcia siempre fue un artista popular y si bien Fito tuvo el disco más vendido de la historia del rock, Charly nunca perdió público y de hecho hace años que no saca discos buenos pero el tipo sigue renovando su público sin hacer nada. A todo esto, en ambos casos, se vieron luchas de egos (sobre todo en Calamaro y Abuelo) y un poco de García a Paez también y al final terminó todo bien. Charly y Fito son amigos y Calamaro le dedicó una canción a Abuelo donde dice que no le llegaba ni a los talones a Mike y se la pasa hablando bien de su antiguo camarada y mentor. 

El caso de Spinetta y Cerati es un poco más parecido al de la película, no tanto porque el flaco haya sido un artista en desgracia ni mucho menos, la parte sórdida es el sello yanqui. Pero si en lo que respecta a lo que pasó en esencia. El flaco desde que apareción en la escena local a finales de los 60s fue reconcido por colegas y especialistas como una especie de "nuevo Lennon" a la porteña. Quedó claro que ese pibe de Belgrano de 19 pirulos era ya un geniecillo en potencia. Sin embargo, luego de Almendra que duró apenas dos años, Spinetta cayó en una especie de círculo de músicos "difíciles" como lo catalogaban los sellos discográficos. Nadie negaba su valía pero el tema es que no vendía muchos discos y como las discográficas son empresas que pretenden vender discos se lo fue marginando en cuanto a difusión. Además de que el flaco tenía una personalidad bastante particular, donde nunca o casi nunca quería ceder en cuanto a su música, ni lírica ni sonoramente, y sólo ser fiel a lo que quería hacer. Eso es algo que siempre fue muy loable a ojos vista de sus reducidos seguidores, pero a la larga parecía que escuchar a Spinetta era un pérdida de tiempo. Como si habiendo otros que hacen lo que queremos escuchar para que lo vamos a escuchar a este que no se entiende nada. Aquí entra Gustavo Ceratí, músico también de la generación posterior a la del flaco, Charly y Abuelo, que irrumpe en la escena porteña con Soda Stereo, banda al principio apadrinada por Federico Moura, que parecía una versión de The Police más ska. Cerati ya tenía 25 años pero de a poco, con cada nuevo disco de Soda que salía en los 80s, parecía que el muchacho empezaba a tomarse más en serio las cosas. Para principios de los 90s Cerati era un artista consagrado y respetado por todos, colegas y ajenas. El éxito de Soda había sido tan arrollador en Latinoamérica que parecía haber conseguido lo que muy pocos músicos argentinos de rock habían logrado. Ser una estrella internacional. Con este halo de éxito arrasador y el respeto como gran compositor, Cerati fue alejándose del pop más chicloso de los 80s y encaró una carrera solista más sólida e interesante. Y es en medio de esta vorágine de consagración que el muchacho empieza a linkear a un músico que parecía olvidado por unos y desconocido para las nuevas camadas: Luis Alberto Spinetta. En ese acto de generosidad artística es donde Cerati hace un cover de Luis en su primer disco solista, diciendo que considera Artaud, el disco solista de Spinetta de 1973 como un disco que lo marcó para siempre. Poner el cover de Bajan en la misma posición y todo eso. Pero en fi, parecía que Spinetta y si sangre italiana no se iban a conformar así como así. Pienso que hubo un poco de recelo mutuo en los primeros años de conocerse. Pero para cuando llega el 2006 parece que logran empezar a acercarse siendo uno un cincuentón y el otro un cuarentón. Y renace el amor, tocan juntos en vivo y todos felices. Hasta que pasa el coma de Cerati y el flaco lo visita al hospital, le lee un poema y le deja una guitarra. Dos años después muere Spinetta por un cáncer fulminante y dos años después, Cerati lo sigue. Ahora bien, ¿No es todo esto que conté mucho más rico e interesante que el guión un poco gastado y trillado de Crazy heart? Creo que tenemos mejores y más interesantes historias que contar. 

Para cerrar, una simple reflexión como diría el gran Javier Martinez: Pienso que es algo normal, natural y lógico que exista el recambio generacional. Elegí el tópico músicos pero esto se da en todo el arte, y fuera de él, en el deporte, en las empresas, en la política. Aparecen nuevos protagonistas que de alguna manera portan la voz de las nuevas generaciones y este así debe ser. Mi única apreciación personal es que a veces, no siempre todo lo que reluce es oro, no siempre lo nuevo es mejor y no siempre, lo que viene a imponerse y es masivo es porque superó lo anterior. Digamos que depende de muchos factores pero no importa. Mi reflexión no va a ninguna parte. No es condenatoria y ni siquiera es un juicio de valor. Cada cual obtiene lo que obtiene y bueno, la vida es así. Seamos felices escuchando la música que más nos guste y chau. 

2 comentarios:

Женеьвева dijo...

Este fin de semana, me tomé la libertad de mirar tres películas que quería volver a ver. Una de ellas, me la recordó un compañero de trabajo, que, al igual que yo, la vio a principios del 2000, American Heart (1992) con mi amado y talentosísimo Jeff Bridges, otra que me recomendó mi compañera y, por último, Crazy Heart. Un dato de color, por si llegara a interesar, es que, la banda de sonido de American Heart tiene una canción cantada por Jeff (dato que me dio mi compañero porque me lleva 6 años de ventaja).

Estoy de acuerdo con la reseña aquí presentada. Si tuviera que centrarme en los aspectos personales de Otis (o como le gusta que lo llamen, Bad Blake porque uno de sus conflictos es su nombre de pila) y de Jack (el personaje que encarna en American Heart) podríamos estar sacando bastas conclusiones sobre los conflictos relacionales entre padres e hijos, sociedad y demás.

Queda desdibujado el conflicto generacional que tiene que ver con lo artístico en el ámbito musical (en este caso entre Tommy Sweet y Bad Blake). Otro de los puntos en donde se puede observar el conflicto en este sentido, es cuando Tony (cantante de una banda que está en sus inicios y, seguramente, le pagan apenas unas pocas chirolas más que a Blake) lo busca en la habitación en la que está parando momentáneamente. Bad tiene una actitud totalmente arrogante y esto se nota en dos cuestiones: primero cuando Tony le pide hacer un ensayo con la guitarra principal y que le enseñe algunas cosas que le enseñó a Tommy y, segundo, cuando trata de hippies a Tony y su banda. Aquí también se notan los egos y resentimientos de los que están en su ocaso para con los que se inician en el camino. Otro punto del conflicto es el papel de los fans. Ellos también juegan un papel (en este caso, cuando un hombre joven se acerca a Tommy pidiéndole un autógrafo y no conoce quién es Bad). No solo los que cambian son los artistas musicales: sus fans también: quizás los padres del joven fanático no registrarían a Bad o sí. Eso es algo que la peli no muestra.

Particularmente, puedo decir que eso también lo observé cuando era más chica (cuando aparecieron los estilos Nü Metal y otros, tildándolos como masivos y de poco talento por parte de los músicos más experimentados). Creo que es una constante cuando hay un gran recambio generacional. Estos nuevos grupos dieron en la tecla con la nueva generación de jóvenes. Después se puede debatir si hay más talento o no. Pero eso quedaría para otra ocasión.

No menos importante es la oportunidad que Tommy le da a su mentor. Más allá de sus conflictos, lo aprecia y eso lo ayuda a revivir los viejos tiempos de gloria. Por último, debo destacar cuán importante es a veces trascender desde otro lugar y, esto Bad lo hizo a través de su nuevo lugar como compositor. Y pasa, porque vemos grandes artistas musicales que pueden ceder su lugar y transmitir conocimiento como productores o compositores.

Agrego un dato: quien encarna a Tony, en verdad es un cantante. Aparece también tocando unas preciosas canciones en la serie Yellowstone y en la que personifica a un musico exconvicto.

Si llego a encontrar otro ejemplo, prometo exponerlo.

Saludos y disculpas por la extensión.

Santiago Carmona dijo...

Hola, que bueno que hyas vuelto. Gracias por tu aporte siempre esperado y bien recibido.
La verdad que se nota que la tenes mucho más fresca a la peli. Creo que. al haberla visto hace más de diez años, se me olvidaron algunos detalles.
Lo que me interesaba de la peli era esa cuestión generacional. Gran aporte cuando los fans de Tommy ni lo junan a Bad.
En fin, un montón de cosas se me vienen a la mente. Es muy impactante todo el asunto de como vamos transcitando por este mundo y pasamos de ser la "tendencia" a ser lo "viejo" en un abrir y cerrar de ojos.
Pero bueno, supongo que también de eso se trata vivir.
Un saludo grande!