viernes, 22 de julio de 2022

¿Está Nacho? 13

 Nacho bartender

"Me peleé con mi jefe"

Como a todos, cuando entramos en la vida adulta, llega un punto crucial en donde nos inventamos, nos reelaboramos y nos convertimos en algo que ni soñábamos de pequeños. Cada uno se fué para su lado, cada uno de nuestros caminos se abrieron y ramificaron y nos alejamos porque los caminos del señor son misteriosos...

Nacho había ido desapareciendo al punto de que ya no formaba parte de nuestro grupo de la primaria, ya casi nadie le escribía o llamaba para juntarnos porque, simplemente, nuestros caminos se habían bifurcado en la vida. Creo que a principios del 2006 hicimos un asado al que fué, esa noche nos sacamos una foto en la que salimos el Yorugua, Faca, Nacho y yo, en pose Los Intocables. Años después, esa foto fue trucada por uno de nosotros y borraron a Nacho, a modo de broma. Calculo que ya era el año 2010 porque se había compartido en Facebook (ya había comenzado la era Facebook con todo). Nacho, como era de suponer se molestó por la humorada y nos puteó en siete colores, como el cerro. Nos acusó, entre otras cosas de ser "unas envidiosas de su crecimiento" y no sé que paparruchadas más... Bromas aparte, cada vez que veíamos a Nacho por esos años, nos contaba que andaba laburando de bartender en bares y boliches. Primero empezó haciendo dibujitos en los cafés y luego revoleando unos mezcladores que creo que fué lo que vimos que andaba manipulando la última vez que fuimos a su casa, que no recuerdo exactamente el año, pero habrá sido a mediados de los 'dosmiles'. Una de las cosas que se convirtió en sintomática en Nacho (nuevas patologías sintomáticas nacheanas para variar) era un nuevo caballito de batalla y era decir que había renunciado a su laburo porque se había peleado con su jefe porque era un tarado y no sé cuanto y lamarencoche. La primera vez que nos lo dijo quedamos "Uh! Mirá vos, que warrior que es Nachito", pero cuando ya lo empezó a repetir cada vez que nos cruzábamos por la vida nos fuimos dando cuenta que era una nueva mitología Nacheana. Como toda mitología, quizás tenga algún ingrediente irrastreable de verdad, quizás la pasó una situación así en algún momento y se sientió re zarpado, pero el hecho de que cada vez que nos veíamos, y hablo cada muerte de obispo, quizás una vez por año como mucho, nos contara la misma historia como si fuera un hecho reciente. Como es característica clásica de Nacho, si uno afrontaba este hecho y le mencionabas que eso ya nos lo había contado, que dejara de ser chamuyero, él apenas esbozaba una defensa o sólo reía. En nuestras vidas personales nos podían pasar miles de cosas, trabajos, estudios, abandonos de estudios, enfermedades, abuelos que fallecen, novias, rupturas, viajes, etc, etc, pero cada vez que uno se volvía a re-vincular con Nacho era como volver a Catalinas Sur, volver a los 90s, volver a esas chanzas tan típicas de Nacho que nunca cambiaron. Quizás, él nos vea a nosotros y piense lo mismo: "Ah, este Santi, siempre igual desde que lo conocía allá por el 92 o 93..." No lo sé, lo que sí sé es que esto en Nacho es tan patente, su característica mitómana tan fuerte que es imposible no tener un fuerte deja vú cada vez que uno se lo vuelve a cruzar. Creo recordar que a finales del 2007 me lo crucé ahí por la calle Hipólito Yrigoyen y Bernardo de Irigoyen. Yo estaba con mi flamante novia Ana, unas amigas suyas, mi prima y sus amigas y algunos amigos míos. Una amiga de mi novia de aquel tiempo tenía los talleres de dibujo de su padre en esa calle que si mal no recuerdo eran también de Hermenegildo Sabat. Allí mismo nos hicimos nuestra propia fiesta y rancho aparte. Al llegar al lugar nos cruzamos con Nacho que iba a entrar a trabajar a algún bolichón del lugar. No recuerdo si nos dijo que se había peleado de nuevo con su jefe, pero no me extrañaría que sí, porque Nacho, siempre que lo veías te contaba algo y por lo general, en este nuevo siglo La anécdota Nacheana era la famosa cita "Me peleé con mi jefe". A partir de este momento, y si la memoria no me falla, a Nacho me lo empecé a cruzar cada cinco años aproximadamente. En el 2013 festejé mis treinta pirulos en una casa del centro donde vivía una compañera de laburo con su pareja. Allí vinieron mis amigos, algunos amigos de amigos, los chicos de la radio, Marina, mi novia de aquel momento de la cual me separaría dos meses después, y aparición sorpresa del año, vino Nacho!. Claro, yo había esparcido invitaciones a diestra y siniestra porque no se cumplen 30 años todos los días, pero no esperaba para nada ni mucho menos que vinieran todos, y sobre todo Nacho. Lo más loco de todo fué que cuando llegamos al lugar con mi novia, Nacho ya estaba ahí, esperando en la casa de mi compañera de laburo. De verdad que fue una tremenda sorpresa y me alegró su inesperada visita. Por aquel tiempo la amistad con mis compas de la primaria estaba en declive, y sólo un año después me dejaría de ver con el grupete aquel famoso de la primaria, sobre todo la caída del triunvirato Faca, Uru y yo. Al menos yo me alejé por diversas desaveniencias y nunca más nos volvimos a ver con Faca. Con el Uru intenté algunos acercamientos algunos años después pero la cosa estaba fría y no insistí más. Pero ese cumpleaños en que apareció Nacho fue un gran regocijo. Se puso a hablar a mi chica, una piba 8 años más chica que yo, Nacho le decía adelante mío que yo era un roba cunas, un chupasangre y que tuviera cuidado conmigo, en fin, las típicas desubicaciones Nachescas, tan tradicionales. Por supuesto que me cagué de risa, en cambio Faca, me dijo aparte "Es un desubicado, no cambia más este pibe", y bueno, le dije que era así, 100% Nacho. 100% NACHO.

Nacho, un amigo, y adiós!

Como dije antes, después de aquella noche no lo volví a ver por unos largos e intensos cinco años más. En mi vida, como en la de cualquiera, pasó de todo en ese tiempo. A finales de ese 2013 conocí una chica en mi trabajo y comenzamos una ardua y larga relación sexoafectiva. Muy intensa, con altibajos, ideas y venidas, viajes y convivencias, rupturas y brotes... En medio de esa batahola me volví a cruzar con Nacho de casualidad, una última vez. Era febrero o marzo del 2018, y mi chica, la Maguita, me había corrido de nuestro depto por cuestiones que ya ni recuerdo, pero supongo que por discusiones, por hartazgo mutuo, etc. Estaba durmiendo en una colchoneta en lo de mi vieja. Andaba muy bajoneado y estaba fumandome un pucho en la puerta de mi trabajo, una librería ahí frente a Plaza Armenia, Palermo. Serían las 4 o 5 de la tarde. En eso ando mirando a la gente pasar, cuando veo que viene caminando Nacho ahí por Costa Rica. ¿Que hacés boludo? Nada, trabajo acá y ¿vos?. Acá a la vuelta, en un bar nuevo zaraza, porque laburaba en otro lado y tuve una pelea con mi jefe... Me quedé mirando a Nacho pensando "estamos en el 2018 y Nacho sigue repitiendo la misma fórmula desde el 2005 por lo menos... no lo puedo creer" pero más que indignarme me alegró el día, le dije que me había separado y me le eché en los brazos a llorar, no pude evitarlo. Nacho, muy sorprendido me consoló como pudo. Me dijo que él también se había separado hacía un par de años de una novia japonesa que tenía. Que también le dolía y bueno... esas cosas. Yo intenté componerme y le agradecí la empatía. Nacho, un poco conmovido me dijo que contara con él, que "nosotros" éramos sus amigos, siempre. Creo que casi vuelvo a quebrar. Para mí hacía años que ya no existía un "nosotros" como grupo de amigos, y Nacho hacía más tiempo que iba y venía como un fantasma en nuestra vidas, sin embargo, ahí estaba él, diciendo de una manera implícita que más allá de todo el camino recorrido, de todo el agua bajo el puente y todo el tiempo pasado, ahí estaba él. Firme junto al pueblo. Para él, la amistad no consistía en acordarse de los estúpidos cumpleaños, ni vernos todas las semanas, ni todos los meses, ni siquiera todos los años, era algo que trascendía todo aquello, era hermandad sellada por el valor que le da el tiempo a un vínculo que nunca se corrompió. Y de verdad, después que Nacho siguió de largo, me sentí mejor respecto a mi asunto. Fue una visita casi como de película, como el ángel guardián que te viene a recordar que somos mortales, que todo lo demás no importa tanto como creemos y que la amistad, a veces se manifiesta, no de la manera convencional que pensamos, si no que muta y tiene prolongaciones insospechadas. Nacho es un gran amigo, aunque no nos veamos nunca, o casi nucna, pero sé que él está ahí, él me considera su amigo y yo a él. Y quien sabe, quizás el año que viene nos volvamos a cruzar...

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