lunes, 25 de octubre de 2010

El apache y el pavo


El pavo salió a picotear por el terruño, pero el hacha cargó fuerte sobre la madera labrada del bosque septentrional.

"Ave que patea" regocijado ante el buen augurio de los dioses, azotó su manopla de oso contra el pardo pabellón taciturno.

En la toldería, el médico brujo agoniza de exceso de espárragos y lentejas, y siempre dijo que si no las quiere las deja.

A todo esto "Viento en el pelo" se adelantó a la primavera de los cañaverales y acertando con su flecha, dio de lleno en la cabeza del pavo.

La magia del gran cañón huye lejos, se va al sur, las rocallosas se escapan, se convierten en grandes montañas, nuevos hemisferios, y punteagudas y frías gargantas.

Lejos, muy lejos de allí, Pangui garabatea nuevos escritos rizomáticos de lejanas tierras y perdidas costumbres y civilizaciones... la noche se acerca ya...

Es hora de apagar lo insólito y lo romántico... es el fin de lo vespertino.

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