lunes, 27 de julio de 2020

El Grand Prix Musical



Ser un loser garpa, dijo autoindulgente Gustavo, luego de sacar el último lugar en el Grand Prix Musical Intergaláctico. Numa Sadoul, plutoniano y conservador, no comprendió la afirmación de su contrincante. Numa había salido anteúltimo y no entendía porque el terrícola estaba tan feliz. Explícate, por favor, le pidió el ser verde oliva.
Quizás tendría que haber evitado hacerme el pretencioso tocando las Variaciones Golberg y cantar Photograph de Ringo Starr, o No te animás a despegar de Charly… Gustavo entonó:
Yo te digo ¿Por qué te quedás en vía muerta? No sé porque vas hacia ese lugar, donde todos han descarrilado. Por queeé no te animás a despegar… yo te digo por queeé…
El plutoniano se quedé perplejo ante esta necesidad de expresión yoica del humano.
Pero de todos modos, cuando vuelva a la Tierra todos van amarme. No importa mi lugar, todos van a hablar de mí. Allá era el mejor compositor del planeta, y aunque el universo me demostró que existen millones de seres mucho mejores que yo, eso es lo de menos. De mí se hablará un buen tiempo y pienso sacarle provecho a la situación. Quizás, hasta pueda encontrar alguien que me ame.
Ustedes los terrícolas necesitan mucho amor siempre ¿no? Que bichos raros que son en el ecosistema. Ni siquiera el resto de los animales terrícolas tienen tan arraigada esa necesidad. Contestó Numa lacónico.
Lo que pasa es que tu raza es muy fría Sadoul. Además ustedes, al ser hermafroditas pueden prescindir de todas las elecciones sexuales que en cambio nosotros tenemos que afrontar. En mi planeta, ahora, hay más de trescientos tipos diferentes de géneros. Es un lío, uno ya no sabe si le gustan los hombres, las mujeres, las dos cosas o mismo los extraterrestres como vos. En fin…
Numa se sintió incómodo ante aquella insinuación. Consideró que el terrícola estaba pasando por un momento de gran confusión hormonal. Pero trató de entender que quizás, todo eso no fuera más que una mascarada ante la falta de afecto que sufría. Necesitaba escandalizar para sentirse aprobado, aunque fuera haciendo “terricoleadas” absurdas, como les llamaba Sadoul.
Está bien terrano, no es indigno ser un perdedor. Al menos te animaste a confrontar a todos esos titanes intergalácticos. Yo siento una profunda vergüenza por mi pobre desempeño pero, quizás, tendría que ser como vos y ver el vaso medio lleno. Después de todo, los dos somos del mismo sistema estelar. Lo que me recuerda que debo irme, mi planeta me necesita, adiós… El plutónico se evaporó, como suelen hacer los de su raza.
¡Qué envidia, la tele transportación! Pensó Gustavo, que sentía que nos habíamos dormido con eso.
            Gustavo se sintió solo. Emprendió hacia el bus inter espacial que lo dejara en la Tierra, en lo posible cerca de Villa Ballester. Caminó algunas cuadras observado el esplendor cristalino de Trentor. Al llegar a la parada vio que estaba por partir una nave hacia su hogar. Era cuestión de tomarla o debería esperar un día más. Pero con una buena carrera la alcanzó. Sin embargo, tanto movimiento le dieron unas tremebundas ganas de evacuar. Necesitaba tranquilidad, y tomó la decisión de ir al baño de la estación para ir de cuerpo sin apuros.             Cuando terminó, decidió ir a esperar a la estación espacial. Ante su asombro, se enteró que la nave que dejó ir había explotado hacía pocos minutos por una falla del motor. Se entregó a una risa histérica de triunfo hasta que toda la estación voló por los aires debido a un atentado de los Blue Meanies que habían vuelto a sus fechorías.

No hay comentarios: