miércoles, 8 de enero de 2020

Pongo Das Mortes



En la India existen diversas castas sociales. La más elevada es la casta Brahamánica. Vendrían a ser una especie de nobleza un poco extraña, mezcla de sacerdotes y maestros, le siguen los políticos y soldados, luego los comerciantes y por último los siervos y el campesinado en general. Fuera de este triángulo del mal, podríamos decir que están los intocables; seres tan despreciados como si fueran perros callejeros. Y hasta existen los Invisibles. Seres que solo pueden salir de noche.
El sistema de castas de la India es una abominación absoluta. Un insulto a los derechos humanos. Un espanto aborrecible que tiene miles de años de existencia. Algo tan despreciable no debería existir. Yo mismo me considero un desclasado. Un ser angustiado, que camina por sobre las brasas ardientes del auto engaño y la mentira diaria. Todo mi ser, atraviesa el sistema de castas Hindú. ¿Por que? Porque tengo algún tipo de elevación y contacto con lo espiritual, de conocimiento extraño, de buscador de lo desconocido. Podría haber nacido en una casta de brahamanes y no tener problemas con eso. Pero, también, tengo consciencia política, pensamiento hiper crítico, posicionamiento ideológico fuerte y marcado. Tengo un alma guerrera que desespera por entrar en combate por una justa causa. Tengo toda mi propia ética del guerrero y creo en ella como en lo más elevado y superior. Sin embargo, también soy un laburante, un trabajador, un comerciante de libros y cultura al por mayor. Y también soy una persona que si tiene que sobrevivir puede trabajar como un asalariado en condiciones casi infrahumanas o de semi esclavitud. Porque a mi, si hay algo que no se me caen, son los anillos. Y por último sí, soy un intocable. Para muchos, mismo en la cultura occidental donde me crié, lo soy. Para mucha gente de elevado nivel social, soy una lacra, una cucaracha, un don nadie, tan vergonzoso e imposible como cualquier otro. Sería imposible para mí tener una pareja de origen noble, patricio, o hasta pequeño burguesa o de origen "nuevos ricos". Y también soy invisible para aquellos que prefieren ignorarme, pueden ser nobles o compañeros de trabajo, porque es mejor ningunear que arriesgarse a que esa persona nos pueda llegar a opacar un ápice. Aún en detrimento del propio beneficio o del bien común. Claro, porque ahí es donde uno se siente parte del todo. Sentir que atravieso a lo largo y ancho del esquema de castas de la India. Un país, donde sería todo y nada a la vez. Porque todos tenemos algo de príncipes y mendigos. En occidente al menos. Todos podemos ser todo y nada a la vez. Por eso, yo digo, de pronto y me parece que... La muerte es la gran reguladora de igualdad universal. La muerte barre con las castas, con las clases sociales, con cualquier diferencia étnica, racial, de género, etc. Ahora la antena de las viejas conexiones cósmicas nos avisa que en breve, todos nos reuniremos en la gran cosmografía universal que nos espera a la puerta de nuestro planeta.

No hay comentarios: