lunes, 22 de agosto de 2022

Endogamia ediciones

 



endogamia

nombre femenino
  1. 1.
    Matrimonio entre personas de la misma casta, raza, comunidad o condición social.
    "la endogamia es frecuente en comunidades aisladas"
  2. 2.
    Selección de profesionales entre los mismos de la profesión o entre los que les son muy cercanos, de manera que no se permite la entrada de personas ajenas al mismo.


Roberto y Ricardo fundaron una editorial. Junto con Raúl, Ramiro y Romualdo. Después se sumó Rigoberto y finalmente llegó Ricardo II. Se aceptaba otro con el mismo nombre, bajo condición de que aceptara ser el segundo, el que llegó después. Más aún que uno de los Ricardo era EL Ricardo. Se pensó en aceptar a un Ricardo III pero les hacía acordar mucho a Shakespeare y en su afán anti británico, ellos preferían a Lugones. 
La idea no era sólo ser una editorial endogámica. Primero había surgido la idea de reunir a un grupo de amigos escritores y fundar una especie de grupo literario, como si se tratara de los de Florida, o los Santos de Boedo...
Luego crear una revista, obvio. Y de a poco, llegar a la editorial. Año tras año fueron consiguiendo alcanzar estas metas. Pero cuanto más se expandían, también necesitaban incorporar gente de afuera. 
La gente de afuera es molesta, decía Roberto. Tienden a traer ideas nuevas, otros estilos, algunos quieren mandar, y nosotros ya somos como una familia, casados entre nosotros. No queremos gente de afuera que venga a trastocar nuestro endogámico modo vida literaria. 
Ricardo (primero) a veces intentaba convencer a Roberto que, si bien coincidía completamente con él, bueno en fin... había que incluir a algún tipo de vez en cuendo. Sobre todo para mantener las apariencias y no ser acusados por otros grupos literarios de justamente ser restrictivos y extremadamente endogámicos. 
Roberto aceptaba a regañadientes las ideas de Ricardo, pero la última palabra la tenía él, que era el más famoso, el que más había publicado y todos dentro del grupo le temían y reverenciaban en partes iguales. También era el personaje polémico, al que odiaban otros factores del mundillo. Entonces, ya sea por ser amado u odiado en partes iguales, su palabra tenía peso y era la que cortaba el estofado. 
Raúl tenía más pasta de editor y sobre todo para toda la parte de redes e informática. Ricardo era el escritor soñador. Y otros que eran más amigos que escritores, se aunaban a su alrededor para auto alabarse entre sí. Ellos creían que si el mundillo los odiaba y no eran reconocidos, al menos entre ellos se dirían las cosas más lindas y sobre todo se publicarían cualquier pedo suelto que les saliera del culo. Sea este relevante o no. 
Cuando Javier intentó acercarse le dijeron que no. Que andaba cerca pero que no era de la familia. Podía colaborar Alfredo, Matías o Marcelo, pero ninguno quedaría en planta fija. Algunos, durante años intentaban entrar al grupo de Endogamia Ediciones. Durante años y años. Pero siempre quedaban como una mera promesa. Para ser del grupo había que ser de la familia, o sea... hablar como ellos, pensar como ellos, escribir como ellos, tener el humor de ellos, odiar a los que odian ellos, bardear como ellos y cubrirse las espaldas entre sí, como ellos... así, de pronto aparecía un Raulito, doctor en petes de la UVA, con anteojitos y cara de malo, y se sabía acomodar para entrar al grupo. En un año (o menos) ya estaba adentro, escribía para la revista y le publicaban lo que tuviera, y si había sido supervisado, mejor.
La realidad, es que esto más tenía que ver con un caerle bien al "jefe" y al resto del triunvirato, que con verdaderos motivos literarios. Escribía lo que ellos querían que escribiese y como quería... Así, sin mas vueltas. Un pobre pendejo culeado lamebotas de los otros viejos culeados. Y así, el ciclo endogámico habría sus fauces de vez en cuando, por necesidad de adquirir sangre nueva y renovar el contrato vampírico entre ellos. 
En determinado momento, hasta los nombres de sus libros se parecían, o se homenajeaban entre sí. Una forma de linkear la obra del otro, un agradecimiento, una literatura combinada y entretejida porque por sí sola vale poco. Esa red literaria autoindulgente y autocelebratoria, esa intelligentzia que pretende la trascendencia autopublicándose y aplaundiendose entre sí, es una literatura muerta, que ya nació muerta y no puede más que seguir siendo eso: aplausos en la nada. 

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