lunes, 27 de agosto de 2012

El pequeño Borges


Un muchacho de corte afeminado me da la mano. En realidad no es gay, pero le cabe la onda Geek.
Todo esta perfecto mientras estrecha su corte adusto y altanero al son de Goldfrapp, enmascarado ser de la inconformidad y la contracultura.
Su pelo enrulado esconde un ojo tímido que siente deseos de amar y ser amado.
La literatura fascina todo.
Un dejo de elocuencia pueril recorre su prosa y no menos su lenguaje de instituto.
El ansia hace que su inocencia convierta la ausencia y pura demencia.

Un alma sensible con camisas a cuadros.
Anteojos de marco grueso confirman el cuadro clishé de la esencia platónica indie.
Aurículas en la sien, en la ciénaga dorada. Cuadrigas y aurigas de un mismo momento trascendente.
Los pantalones son chupines como el corazón que todo lo convierte en pop.
La fatalidad de convertirse en lo no convencional, lo único, lo anti popular y de modé.
Zapatitos o botas, completan el cuadro de la vacuidad mas vacía de un espíritu altivo que se busca a sí mismo.

Nada que cambiar de un mundo que nada puede ofrecer. Sólo cine independiente y escritores Beatnik para empezar. Como mínimo.
Un esbozo nerd del cipayo contemporáneo.
El deseo de ser entendido como lo mas de lo mas.
Un escritor reconocido por lo irreconocible.
Un pequeño genio. Un pequeño Borges... hipster.

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