Manga de forros, hijos de puta, callense todos! Me hacen caso porque les puedo hacer todo el daño que yo quiera. Ustedes son una casta de pordioseros, país de mierda! Y me importan tres carajos lo que puedan pensar de mí, me importa tres carajos la gente que se queja o se muere de hamble! A ver si lo entienden soretes, vividores del estado, me IM POR TA TRES CA RA JOOOOOS!! A ver si lo entienden ratasss!!
El discurso sigue así por un buen rato. El tipo, completamente desatado, a los gritos, con una voz aguardentosa de niñito enojado, que pretende ser de autoridad pero que desnuda una gran falta de coraje, valentía y de verdadera masculinidad. El que en verdad es poderoso, no necesita insultar, agraviar a los más débiles y proferir amenazas de todo tipo. Nadie respeta eso. Su estilo de amedrentamiento es pueril, vano, simple y bastante estúpido.
El tipo era un idiota. Básicamente. Un caprichoso, nene de mamá consentido, despreciado por su padre y un lascivo de su hermana. Odiaba a todos porque Dios lo hizo bajito, poco agraciado, infeliz, acomplejado. Despreciaba a todo aquel que no pensara como él. Odio de clase, odio de raza, odio de género, odio de todo tipo. Y si encima a un ser así de excecrable le das poder, el combo ya está configurado para que estalle el polvorín.
La gente puede temer un tiempo, a su policía con armas nuevas, sus agentes pasados de coca, pero al final todo eso no dura. Cuando la gente se cansa, y más en este país, los tiranos afueraaaa.
De todos modos, a veces es importante darle un empujoncito. Ahora llegó el momento. Es ahora. Now!
La comitiva del Presidente se aprestaba para salir del Antiguo Fuerte rioplatense, en dirección al Congreso, para dar inicio a las legislativas. Algo completamente para las tapas de los pasquines, porque era evidente que aquel recinto de leyes estaba bajo su total control. Pero quien más aprieta más consigue que se deslicen contras de sus deditos gordos y ramplones.
El presidente no llegó ni a la mitad de la Plaza. Una luz se prendió, un foco aluminó a algo o alguien, que reposaba en la piramide de mayo. Una silueta negra, que al salir a la luz, se vislumbró roja.
Un hombre, no mucho más alto que el presidente, con verdaderas patillas, pelo risado castaño claro. Poderosos ojos azules y una lengua fricativa como ya no se escuchaba hacía siglos.
Aquí yace el tirano de los pueblos? - Preguntó enigmático aquel hombre de traje de cuero rojo.
La comitiva no se esperaba eso, los medios se hicieron eco al instante, y en pocos segundos estaban rodeados por cientos de cámaras trasmitiendo a todo el país.
Quien carajo sos vos?- Grito el presidente, entre asustado e intentando mantener su postura de tipo malo.
El extraño salió con toda pompa de su escondite, las luces sobre él. Algo en aquel sujeto indicaba que no era un tipo cualquiera, un halo de grandeza manaba de él.
Quien soy? Yo aquel que ha venido de hace mucho, cruzando los límites del tiempo, soy la historia que viene a pedirte cuentas, también soy el padre de los negros, el azote de los cipayos, de los traidores a la patria, de los salvages unitarios y de todos nuestros enemigos extranjeros que buscan ponernos cadenas. Pero yo soy el único que pone cadenas y que devuelve a los piratas imperiales o reales devuelta a su país. Yo soy quien a los amigos de nuestros enemigos, ni justicia!
Asi que... señor presidente... diga usted quien es!! Amigo de su Nación o enemigo?
El presidente no sabíendo que responder, optó por uno de sus insultos más bajos y bulgares.
Agarrame esta salame, yo hago lo que quiero! Viva la libertad carajo!
Algunos aplausos tímidos acompañaron el acto desafiante pero poco inteligente del presidente. Algunas caras de preocupación a su alrededor pudieron verse por todos los canales. Su hermana o pareja, le aconsejó que tuviera cuidado. Que podía ser un truco de la oposición para hacerlo pasar verguenza. Pero el presi se embaló.
Y decime, vos pelotudo, quien sos en realidad porque tenemos cosas más importantes que...
YO SOY EL RESTAURADOR!!!
Y vengo a lanzarte un desafío ante todo el país, para ver si no sos un cagón, que se esconde tras la falda de su hermana.
El presi se puso pálido en primerísimo primer plano nacional.
Que? Pero que... que... desafío?
UN DUELO! Como vos quieras, pistolas, sables, floretes, cuchillos... o a mano limpia si queres.
Pero yo... pero...
Te animás o sos un cobarde?
Antes que la hermana del presidente pudiera aconsejarle, el presidente cometió su último acto de imprudencia final. Entró en el juego del Restaurador, y contestó con soberbia e ira.
Siii, acepto maldito infeliz, te voy a hacer mierda, ya vas a ver, a vos y a todos los negros de mierda que vienen con vos. Hijo de putaaaa, ya vas a veeeer quien manda acá!!
El Restaurador apenas esbozó una sonrisa de satisfacción. Y vuelto de nuevo todo un gentleman respondió diplomático:
Perfecto, en una semana, a las tres de la tarde. Aquí en la Plaza de la Libertad, la plaza del pueblo. Veremos de quien se teñira de rojo esta vieja plaza de matanzas. Adiós.
Y dicho esto, el hombre de rojo desapareció tras un vapor púrpura. Un fuerte olor a azufre colmó todo el lugar. Y en ese momento, la comitiva siguió camino hacia el Congreso. Lo último que se pudo ver del presidente, antes de encerrarse en el auto blindado, fue una cara de espanto absoluto ante lo que acababa de suceder.
Pero estaba hecho, no podía retractarse o tendría que renunciar. Ahora había llegado el verdadero momento de la verdad.