lunes, 20 de marzo de 2023

Las arañas y yo



Ser aracnofóbico no parece ser un problema mayor. Muchas personas tienen miedos patológicos a cosas peores y mucho más paralizantes que temerle a un simple arácnido. Tener miedo a subir en ascensor, a la oscuridad, a los espacios cerrados, a los abiertos, a las personas o simplemente salir a la calle me parecen fobias mucho peores. 

Ahora bien, no por eso vamos a  minimizar el hecho de que a alguien le espanten las arañas- a ver, son bichos bastantes fuleros, tienen muchos ojos, demasiadas patas, hacen telarañas que salen de sus traseros y en sí es algo asqueroso, algunas son peludas, algunas pican y algunas tienen una variedad de colores muy perturbadora. Ya sé que las menos son venenosas y mortales, ya sé que cumplen con un rol en el ecosistema (como todos) y que blablabla, pero bueno. Es un bicho que me produce más aversión que las cucarachas (que son asquerosas) y las ratas (que dan miedo por alguna cuestión histórica o del inconsciente colectivo). Pero las arañas son feas, parecen venidas de otro planeta, me hacen acordar al bicho ese de Alien que se te pega en la cara y básicamente, cualquier bicho con muchas patas largas es perturbador. 

Hecha esta aclaración debo decir que lo mío es más una importura que otra cosa. Es cierto que desde chico les he temido y si estaba al alcance de mi coraje solía matarlas para sentirme más seguro. Pero hace un tiempo he venido pensando en el asunto y he cambiado de óptica. Realmente es una crueldad matar un bicho solo por miedo. Es algo que habla bastante de nosotros los humanos en general y debe de ser una de nuestras peores características. En lo personal he decidido dejar de lado matanzas innecesarias de arácnidos. El otro día mismo, vi una entre los libros y era lo suficientemente grande para ser aniquiliada. A las chiquitas hace tiempo que las dejé en paz. Pero vi que tenía miedo de mí, más que yo de ella. La toqué un poco con un libro y se notaba que el bicho se sentía acorralado, no tenía a donde ir. En verdad me dio pena y la dejé en paz. Entendí que es lo más sensato, no sólo con los arácnidos que siguen sin gustarme, sino con las cosas que me desagradan en general. No confrontarlo, sino simplemente dejarlo ir. Así como no van a desaparecer las arañas por más que las mate cuando vea una, lo mismo las cosas de la vidad en general, siento que pasa exactamente lo mismo.

PD: Ante la pregunta recurrente de si odio al hombre araña la respuesta es no, para nada, veo todas sus películas y me entretiene bastante. Pero de todos modos me parece un goma total y no sería de mis superhéroes preferidos. Aunque su traje me parece bastante chévere, sobre todo por su combinación de colores. 

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