viernes, 31 de agosto de 2012

A romantic warrior


Un salto vetusto. Una línea al infinito. Un recorrido sin trazar. Como un derrotero de magma perpetuo me inmiscuyo en los quehaceres diarios de la cotidianeidad mas excelsa y descubro así, que mas allá de mis subjetividades mas banales e inciertas, yo soy un tipo romántico.
No hace falta ver que la calidad de persona recorre mi trascendental karma sudaka, sino que además, todos los sueños de héroes recorren intempestivamente mi dormir y mi pensar.
Mi fuero interno se inmiscuye.
Soy pesado.
Soy pegote.
Soy egoísta.
Soy egocéntrico.
Soy caprichoso.
Soy celoso.
Soy posesivo.
Soy envidioso.
Soy cobarde.
Soy manipulador.
Soy depresivo.
Soy bastardo.
Soy canalla.
Soy un conglomerado de cuestiones sin entender.
Un muerto degollado.
Un ápice de incoherencia en el sentido mas absurdo de su acepción.
Soy también un enamoradizo que llora con las historias tristes, se alimenta de lo romántico. Aventurero que ama viajar.
Amante eterno y devoto. Buen amante.
Un perfecto esteta del romanticismo mas pasado de moda.
Un Old fashioned lover boy.  

lunes, 27 de agosto de 2012

El pequeño Borges


Un muchacho de corte afeminado me da la mano. En realidad no es gay, pero le cabe la onda Geek.
Todo esta perfecto mientras estrecha su corte adusto y altanero al son de Goldfrapp, enmascarado ser de la inconformidad y la contracultura.
Su pelo enrulado esconde un ojo tímido que siente deseos de amar y ser amado.
La literatura fascina todo.
Un dejo de elocuencia pueril recorre su prosa y no menos su lenguaje de instituto.
El ansia hace que su inocencia convierta la ausencia y pura demencia.

Un alma sensible con camisas a cuadros.
Anteojos de marco grueso confirman el cuadro clishé de la esencia platónica indie.
Aurículas en la sien, en la ciénaga dorada. Cuadrigas y aurigas de un mismo momento trascendente.
Los pantalones son chupines como el corazón que todo lo convierte en pop.
La fatalidad de convertirse en lo no convencional, lo único, lo anti popular y de modé.
Zapatitos o botas, completan el cuadro de la vacuidad mas vacía de un espíritu altivo que se busca a sí mismo.

Nada que cambiar de un mundo que nada puede ofrecer. Sólo cine independiente y escritores Beatnik para empezar. Como mínimo.
Un esbozo nerd del cipayo contemporáneo.
El deseo de ser entendido como lo mas de lo mas.
Un escritor reconocido por lo irreconocible.
Un pequeño genio. Un pequeño Borges... hipster.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Albino's attack!!!


Una noche de invierno, nacieron Juan y Edgardo Invierno. La piel de estos niños era blanca como la nieve y arrugada como el mar. Pronto se vio que su pelo y su alma también. Tenía la blancura del mismo infierno blanco.
De niños se metieron en mas de un problema al escribir en teclados que se escriben solos, o no. Además encontraban placer en "geder" a sus compañeritas y mostrarles sus pálidos miembros.
Un día llegaron al colegio dos gemelos negros, Wilson y Hermenegildo,  y entonces empezó la hecatombe. Los hermanos Invierno no pararon de provocar a los gemelos Moreno.
Largas batallas campales se sucedieron hasta que terminaron destruyendo buena parte de las instalaciones escolares. A veces ganaban los Moreno, haciendo uso de su elevada fuerza física, y a veces los Invierno por medio de fechorías de la peor calaña e inspiración maquiavélica.
Un día desapareció Wilson, uno de los hermanos Moreno, tras un partido de fútbol del que fueron parte los hermanos Invierno. El marcador final del partido se había inclinado a favor del equipo de los hermanos Invierno, lo que entonces no justificaría una venganza por parte de los ganadores.
De todos modos fueron interrogados por la policía y los hermanos Invierno, detenidos por primera vez en su vida, tenían miedo. Negaron toda acusación y salieron libres.
Sin embargo esa mancha quedó en su expediente. Al poco tiempo la familia Invierno se mudó al norte donde hacía mas calor y nunca se los vio mas por el viejo terruño. Algunos todavía los creen culpables de la muerte del gemelo Moreno.
Sin embargo otros dicen que al joven Moreno lo mató un viejo granjero racista que odiaba a los niños y aparentemente el muchacho Moreno acostumbraba robar naranjas de la casa del viejo.
Además, como dicen los mas cuerdos, los hermanos Invierno no se hubiesen conformado nunca con matar a uno solo de los hermanos Moreno sino a los dos.
Después vino el tiempo de la adolescencia, el descontrol y las drogas. A Edgardo se le dio por leer libros de cocina macrobiótica, jugar a los dados y tocar el saxofón. En cambio Juan, que siempre fue la manzana podrida del dúo, se inclinó mas por las apuestas, las guitarras fuertes y las drogas duras.
Un día, un músico británico dijo, en relación a los dichos de un conocido conductor radial, que en el país (...) eran todos unos indios.
Alguien contestó los dichos racistas del músico, declamando que en este país "hay gente mas blanca que ud, señor ... por ejemplo los hermanos Invierno". "Mas blancos que ud, y con mas rock!", dijo otro.
El compositor británico de música complaciente se tuvo que guardar sus dichos, ya que al ver la foto de los hermanos Invierno a los que se hacía referencia, no pudo mas que guardarse toda su pacatería de señor mojigato inglés, rendido a la irrefutable evidencia.
Pero un día de extravío mental, Juan se fumó las vertebras de un desconocido anfibio paraguayo, lo que le ocasionó severo daño cerebral que lo dejó en coma por dos años.
Dicen que Edgardo le iba a tocar tonadas con su saxo, mientras su hermano estaba inconsciente. Pero otros dicen que Edgardo no fué nada y que le deseó la muerte a su hermano "para que no sufra mas".
Nadie sabe a ciencia cierta que fue lo que realmente pasó. Lo que si se sabe es que Juan finalmente despertó y dijo que en su letargo vio a muchos músicos amigos de él, que habían muerto hacía mucho tiempo atrás.
Pero que lo que mas le conmovió fue encontrarse con el viejo y olvidado Wilson, su archi némesis de la infancia. Su contraparte dijo Juan.
No recuerda un carajo lo que hablaron pero dice que fue un alivio saber que no le guardaba rencor por haberlo empujado a un pozo sin fondo después del partido.
Al parece, tras ser blanco de cargadas por Juan cuando terminó el partido, el moreno le habría dicho "calláte albino de mierda". Y eso a Juan no le gusto ni pizca.
...
Después de esto, Edgardo siguió haciendo música experimental basada en experiencias transmigratorias. Se casó con una chica colorada y tuvo dos gemelos de pelo rosa a los que llamó Gregorio y Mendel.
Juan se hizo adicto a la espirulina y sacó un disco de blues donde tocan todos sus amigos "vivos" del ambiente rockanrolero. Algunos dicen que su hermano toca en un tema el saxo. Otros dicen que no es él, que es otro músico.
El disco se llama... "Wilson".

jueves, 16 de agosto de 2012

Una cuestión de honor


Hatori buscaba con paciencia milimétrica y displicente al asesino de su señor, Akira.
Por entre las ramas de los árboles se filtraban rayos de luz tenue y primaveral.
Una liebre su cruzaba rápidamente ante el samurai que se abría paso ante la inmensidad del bosque.
Al llegar a un cruce de caminos, vio a los lejos una choza y un pájaro entonces pasó volando bajo.
Hatori se fué acercando de a poco, con paso sigiloso hasta la choza, mientras iba desenvainando de a poco.
Adentro había un viejo sentado en posición de loto meditativo. Tenía un sable frente suyo. Ojos cerrados.
Hatori dió un empellón a la puerta y entró. El viejo mas veloz que el rayo se hundió su propio sable.
Se hizo el harakiri. Un chorro de sangre cubrió la cara de Hatori y las tripas se dispersaron por el cuarto.

Hatori cabalgó largo tiempo mas aún. No descansaría hasta dar con el asesino de su amo.
Los campesinos lo miraban de reojo. Un samurai solo es para desconfiar.
Un día llegó a un pueblo y tropezó con una geisha que le hizo ojitos y se ocultó tras un árbol.
Hatori la amó feliz. Vivió con ella días, meses, años. Fueron felices.
El samurai casi olvida su propósito, hasta que un día recordó su deber, se levantó y siguió camino.
Se cruzó con algunos bandidos de camino a los cuales despanzurró, tiñendo su cuerpo de rojo carmín.

Una tarde de otoño, Hatori llegó a una plaza. Allí encontró al asesino de su amo. Lo reconoció al instante.
Salió corriendo entre la gente y lo persiguió hasta una casa donde el asesino se metió.
Hatori, impasible se acercó hasta el con la espada roja en mano. Nada lo detendría.
El asesino de su Señor tomó una espada e intentó una lucha desesperada y desigual. Llevaba las de perder.
Hatori cada vez iba avanzando mas, tranquilo, con toda la serenidad del mundo. Cumplía con su deber.
En cambio el asesino, un mercenario, estaba desesperado, Hatori se le venía al humo y era imparable.
Cuando Hatori estaba a punto de degollar a su adversario, éste le despacha un escupitajo en pleno rostro.
Hatori pierde los estribos, parte una mesa a la mitad con su espada y se retira limpiando su rostro.

....

Hatori no pudo concretar su plan de vengar la muerte de su amo, ya que aquel bandido le escupió el rostro.
Esto convertiría la matanza de Hatori en algo personal y perdería el primer significado.
Una cuestión de honor, difícil de entender para los occidentales.
Esto esta basado en una leyenda japonesa contada por Campbell en el programa televisivo El poder del mito.


lunes, 13 de agosto de 2012

Lógicamente de Jocsa !!!


Claro, la lógica al servicio del mercadeo de juguetes de plástico para todos los niños enfermitos de los dibujos animados.
Recuerdo a Rambo, Rambito, Rambón, y de que me enojé cuando mi abuela me hizo ese chiste de chico mientras hacía volar de una forma poco probable al muñeco con cara de hule de Stallone, un famoso come pasta de Hollywood.
No había mucha diferencia con los verdaderos héroes que veíamos en la pantalla. Para nosotros era lo mismo verlo en la tele o interpretar nuevas aventuras con nuestra imaginación. De hecho podría ser mas divertido aún.
El verdadero desafío para un grupo de niños congregados para sus quehaceres lúdicos era ponerse de acuerdo de si el juego consistiría en usar a los muñecos para crear la aventura o si nosotros mismos asumiríamos un rol con nuestros cuerpecitos inmaduros.
Yo si bien siempre fui juguetero y amigo de los muñequitos, a diferencia de mi hermano que era mas fan de los autitos, a la hora de jugar con mis amigos prefería que interpretáramos nosotros mismos a los personajes con los cuales quisiéramos sentirnos identificados esa tarde de otoño, invierno, primavera o verano.
Podíamos de repente ser Los cazafantasmas, las tortugas ninjas, los Thundercats, los halcones galácticos o los Caballeros del zodiaco.
Había muñecos que de todos modos eran irreemplazables como es el caso de los GI Joe que con sus cuerpos ateridos por una gomita podían darnos el gusto de una jornada sin transpirar ni una gota y darnos la adrenalina correspondiente.
Como yo me juntaba con los "nerds", sin saber que lo eramos claro, jugar a la pelota no era algo tan frecuente. Quizás un poco mas adelante, pero con mis amigos disfrutábamos esas pequeñas tertulias lúdico actorales donde cada uno encarnaba un personaje distinto, se ponía en esa piel como un actor consagrado y profesional. Todo luego de tomar un buen vaso de chocolatada y ver los dibus de las 4 pm, al término de Utilísima en el primigenio Telefé.
Una vez Rodrigo no entendió que la salida era salir a jugar a Los Cazafantasmas y se apareció en las veredas de Catalinas Sur (un barrio dentro de La Boca), con una bolsa llena de muñecos de Los Caza. Adentro podíamos ver que había un apretado Dr Veckman junto con pegajoso, Ray y el alargado Egon Spengler.
Le dijimos "no Rodri". "Era sin muñecos, nosotros vamos jugar a que somos los Cazafantasmas". Rodrigo nos miró a Diego y a mí con cara de tristeza. Sentía que lo dejábamos de lado. "¿Que hacer ahora con todos esos muñequitos?". Lo acompañamos a su edificio a dejar esa gran bolsa de muñecos.
A Rodrigo se lo veía decepcionado, definitivamente el prefería los muñecos. Sentía que un código se había roto. Eran tiempos de cambios. Nosotros ya sentíamos que era momento de tomar al toro por las astas y ya ser parte mas activa de los juegos. No queríamos ya intermediarios. Queríamos ser protagonistas y no solo guionistas y directores. Queríamos sentir que nosotros éramos ellos, que ellos no existían, sino que siempre fuimos nosotros.
Al menos hasta que oscureciera y ya fuera tiempo de volver a casa a cenar.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Lago de Martropía


Hoy se cumplen 6 meses de la desaparición física de Luis Alberto.
No así de su presencia simbólica. Su aura luminosa sigue vigente e iluminando el camino para aquellos que encontramos en su obra artística una guía, un camino a seguir.
Nunca traicionarse al impulso primigenio que vive en nosotros.
Siempre seguir y mirar por delante, el mañana mejor.
Su música es como un bálsamo para quienes lo admiramos, para los que encontramos en él al mayor referente de la música contemporánea argentina.
Un verdadero artista de pe a pa. Su ausencia pone en evidencia un escenario desalentador.
Pero en nosotros está mantener viva la llama de la poesía, de la magia, ese ruido de magia.
Y como dijera el poeta, como una teoría, una ecuación... "a mas merda, mas música y más lírica".

martes, 7 de agosto de 2012

El Lobo Estepario


Hermann Hesse llegó a mi como en muchos casos en la adolescencia. Es el escritor iniciático de muchos jóvenes a lo largo y ancho del mundo, desde hace varias décadas ya.
Recuerdo que mi primer acercamiento a la literatura "seria" se dio cuando estaba en 7º grado, y agarré Siddartha, esa novela de Hesse sobre el joven príncipe indio que tiene la necesidad de salir a conocer mundo y empezar así un viaje espiritual.
Creo que no lo terminé, aún embebido por la lectura de cómics e historietas. Podríamos decir que no era el momento.
Luego llegaría la secundaria y mi primer bocanada literaria, mas allá de lo dado por los docentes, sería Tolkien y su saga sobre la Tierra Media, empezando con El Hobbit, que leería dos veces, solo de la emoción que me causó. Después el extenso infierno del Señor de los anillos, que me llevaría algunos años terminar (siempre tuve una predisposición a la lectura lenta).
Terminado este proceso fantástico, coronaría todo con la innecesaria lectura del Silmarillion. Pero ávido de mas literatura y prendido ahora y para siempre al mundo de los libros, buscaría aquellas "deudas pendientes" o libros que por sus títulos o seudo renombre hacían eco en mi memoria.
Toda la literatura clásica de aventuras, desde Arthur Conan Doyle, Robert Stevenson, Rider Haggard, Oscar Wilde, etc, hasta llegar a la re lectura final del Siddartha de Hesse.
Un encuentro casual con mi prima en el Parque Centenario me recomendaría la lectura del Démian, esa novela para adolescentes que "adolecen" de futuro, de pautas, de una "guía para la vida", cosa que Bart Simpson nunca nos aclaró.
Un libro que a veces nos incomodaba. Nos rememoraba nuestra época de primaria, no tan lejana como ahora. Recuerdos de algún compañerito abusivo, y luego esa tensión sexual entre el protagonista y Démian que nos hacía por demás ruido, pero que nos metía de a poco en las primeras sombras de la literatura.
Pasarían algunos años y varias lecturas de muchas novelas y escritores poco trascendentes, y otros que si, para finalmente llegar casi virgen al año 2005. Año bisagra en mi vida si los hubo, por mucho tiempo idealizado como el mejor año de mi vida, para luego ser desbancado por otros años mejores, por suerte.
Ese año mi vida empezó a conocer los pequeños placeres de la vida adulta que se habrían ante mi con mi primer noviazgo serio, mi primer trabajo serio, mis primeros intentos de hacer algo con mi vida... serios.
Luego de venir de un año, (el anterior), donde sufrí estudiar el CBC, el fracaso de un amor que nunca fue correspondido, la falta de dinero, pero sobre todo la falta de amor, terminarían por aniquilarme como al Werther, al estilo suicida romántico.
Nada, puras tonterías de adolescente tardío y disfuncional, que no sabía redirigir sus pulsiones al lugar correcto.
En cambio a penas empezó el 2005 me fui a la costa con mis amigos, empecé a salir con la amiga de la novia de un amigo y me di cuenta que podía tener una novia como el resto de mis amigos, y tener sexo con ella, y salir con ella a comer o ir al cine como una persona normal. Realmente dudaba de mi capacidad para conseguirlo.
Tenía el año libre debido a que debía un final del CBC que daría a fin de año así que me dediqué a cursar los talleres de todas aquellas cosas que nunca me había animado a hacer. Y vino el de AUDIOVISUAL, Literario, Percusión, y en la segunda mitad de año llegarían los de Guión en diversos lugares. Para tener una perspectiva mas amplia.
La relación con mi primer "novia" no prosperó y murió al llegar el invierno, cosa que por otro lado se haría bastante frecuente en mi vida amorosa a partir de ese momento. El invierno me quita amores, siempre.
Pero lo bueno de todo es que yo mantenía ese empuje que venía arrastrando desde principio de año y me sentía matador con las minas, la auto estima la "tenía re grande" y mis ganas de hacer cortos, escribir guiones y dedicarme a los audiovisuales en un estado de total "in-crescendo".
Era agosto, poco después de mi cumpleaños y un día en un taller de guión la conocí. La que sería el "primer amor de vida". Verónica.
Un flechazo inmediato atravezó nuestras miradas, algo que no olvidaría nunca. Era la segunda clase y de pronto me había encontrado con esta chica.
Mientras todos hablaban de cine, de libros, de las cosas que tenían ganas de escribir, yo la miraba anonadado y dije algunas tonterías para impresionarla. Típico.
A la siguiente clase, hice de tripa corazón y me acerqué a hablarle. Parecíamos cortados por la misma tijera pensé. Gustos muy parecidos en cine, música y sobre todo literatura. Una de las primeras cosas en las que descubrimos que coincidíamos era en nuestro fanatismo por el viejo y querido Hermann Hesse. Sin saberlo, su prosa había unido a dos jóvenes argentinos, casi medio siglo después de morir.
Nos fuimos conociendo y yo me fui animando cada vez un poco mas hasta animarme a invitarla a salir. Cosa que se dio de una manera muy natural por suerte para mi.
En breve nuestras largas charlas sobre literatura pusieron en evidencia mi no lectura de la obra maestra de Hesse, El lobo estepario. Ella lo había leído hacía poco. Me decía que lo leyera, que no perdiera mas el tiempo, que era super flashero, que la había marcado, que le voló la cabeza, etc.
Era tipo "deja lo que sea que estés leyendo y empezá a leerlo". Yo me lo había comprado un par de años antes, pero como me pasa con muchos libros, su lectura puede ser inmediata o postergarse hasta tiempo indeterminado. Eso me había sucedido con el Lobo.
Sin embargo no tardó para que rápidamente descartara lo que estaba leyendo en el momento y empezara la lectura del libro del bueno de Hermann mientras decía "si si Vero lo que digas".
En ese estado de completo enamoramiento que distingue los primeros meses de una relación, encaré la lectura del clásico libro sobre Harry Haller y sus multifacéticas personalidades, el teatro mágico y la tormentosa relación con la locura, o triángulo amoroso con Armanda y Pablo.
Una novela con la cual por momentos me perdí, pero que me voló la peluca, o eso creí. Definitivamente una novela que me marco, si.
Pero por el momento en la que la leí, lo que significó esa lectura, lo que significó la persona que me la recomendó con quien sentía en ese momento una conexión como nunca había sentido antes con nadie. Mi primer gran amor.
A los pocos meses, antes que terminara el año, ella termino conmigo y fue un golpe duro. Al otro día de que cortáramos una apendicitis me dijo "hola, si vos sos de los que somatizan. Bienvenido al mundo de los conflictuaditos, del sufrir por amor" y sentí que me hice hombre en serio, o eso pensé después.
Después la vida daría sus vueltas, sus giros... pero hasta ese momento, un libro marcó un momento único de mi vida para siempre.
Cosas que pasan, la vida misma mis queridos amigos.

viernes, 3 de agosto de 2012

La pasión de Juana de Arco

Los siglos legitimaron el sufrimiento eterno. Largas cadencias de dolor y extirpación fueron fútiles ansias de regenerar lo usado, lo destruido, lo maltratado.

La santa inquisición, verdadero aquelarre de magos negros, adoradores de lo mas satánico del hombre, en contra de la primer mujer elevada en armas.

La edad media fue la fatalidad encarnada. El oscurantismo trajo la tiranía de los hombres y con su peor faceta. Su máscara de muerte mas cruenta: la ignorancia.

Juana siempre fue nombre de guerrera. Especie de Valkiria divina contra la desolación del hombre. Contra su instinto de destrucción. Contra su conflicto de castidad.

Las lágrimas corren por tus mejillas y por las de todas las mujeres de verdad. La lucha de géneros la empezaron los hombres y la van a terminar las mujeres.

El hombre, consciente de su oscuridad, corroe todo con su halo de los prescindible. Pero los Amazonas, herederas de Juana de Arco, correrán finalmente a derrumbar la tiranía patriarcal.

Un nuevo tiempo se asoma para las oprimidas, hijas de la Gran Madre universal, con su Juana como mesías a la cabeza, reina del nuevo mundo. La primer feminista. La primer lesbiana.