viernes, 30 de noviembre de 2012

Angel eyes


La diatónica sinfonía de la maldad hace sus ecos mas profundos bajo las fauces de la coartada perfecta.
No pienso rescatar su sintonía. La bajeza de lo malo hace tronar mis huesos hasta mis mas lejanas extremidades.
La cópula del odio desbarata tus antinomias mas ridículas. Interpretaciones pueriles de lo falaz.
Búsqueda de sentido ansiado. Libre albedrío de lo eternamente podrido. Libre asociación de palabras en claro desuso de su máscara.
Ojos del diablo, que sin piedad pisan tu rostro hasta dejarlo hecho una simple bola de sangre y líquidos y así batirse en retirada.
Te destruyo. Te odio. Toda mi violencia mana como un veneno sangrante sin herida. Es la maldición de Marte. Del guerrero. Del beligerante.
El malo de la película o es malo, malísimamente malo, o no es nada. Es un pobre tipo.
No queremos tibios. La tibieza va de la mano de la mediocridad y la mediocridad del olvido mas perenne e infame.
Ojos de ángel caído, ángel de las tinieblas, jinete del apocalipsis, villano de lo eterno. Sin tu vileza e ignominia el mundo no sería mundo. Ying yang de lo necesario. Temible destructor.
Malo de mierda.

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