miércoles, 3 de octubre de 2012

No le pegarías a un hombre con anteojos


Hay como ciertos códigos de decencia creo yo. Me parece. Por ejemplo creo que es de mala educación pegarle a una persona con anteojos.
Son cuestiones de honor. Desde tiempos inmemoriales los contendientes tenían códigos de caballería.
Un hombre con anteojos corre desventaja técnica. Si se saca los anteojos disminuye su visión. Si se los deja, un certero golpe a los cristales podrían lastimar sus ojos y así dejarlo ciego.
Eso dejaría fuera de combate al contrincante pero también mancillaría el honor del vencedor. Una victoria por lo demás sucia y artera.
Deberían dejar todo en el tintero.
La basura sale hasta por los codos.
Y donde la batalla mano a mano es una sagrada contienda milenaria donde el protocolo debe ser respetado.
Sin tramposos, ni ventajistas.
Solo el dulce aroma del combate. Limpio. Hasta que el vencedor derrote en singular combate a su oponente.
Y así solucionar el asunto que fueron a dirimir.
 Sin embargo si hace falta me saco los vidrios y arreglamos cuentas sin problemas.
Uf!