lunes, 8 de octubre de 2012

De chico me ratoneaba con las piernas de Kathleen Turner


Así es, tan crudo como la realidad. Tan ratonero como la infancia.
Así como mi abuelo se ratoneaba con Greta Garbo, o mi padre con Sofía Loren, yo de chico me hacía los ratones cuando veía películas como Romancing the stone, The jewel of the Nile o The war of the Roses.
En estas 3 películas se repiten los actores Michael Douglas, Danny De Vito y Kathleen Turner.
Pero sería la esbelta figura de esta blonda actriz norteamericana la que me dejaría fascinado de niño.
Sobre todo verla en la primera de estas pelis, Romancing the stone (1984), cuando la veía corriendo en medio de la selva colombiana con esas largas piernas.
Yo tendría 7 u 8 años cuando vi esta película por primera vez. Dejaría una fuerte impresión en mi su figura, su cuerpo, su blondedad. Aunque nunca me gustaron mucho las rubias. Pero esta chica dejó huella.
Aquella película en la que hace pareja con el sexópata de Michael Douglas me marcaría. Quizás no mas que películas como Volver al futuro, Indiana Jones, Los Goonies o La guerra de las galaxias.
Pero en esta película me había enamorado por primera vez de una actriz, pero con verdadera pasión, verdadera fruición (como diría Freud), y una verdadera obsesión compulsiva que me llevaría el resto de mi vida a enamorarme de toda aquella chica que tuviera ese tipo de piernas.
Las chicas de piernas largas y esbeltas fueron como critponita para mi, siempre. Son mi talón de Aquiles. Tengo una rubia debilidad por aquellas mujeres de largos rieles. Porque siempre me ratoneo con lo que debe ser su estación.
Esta maldita debilidad me llevó a cometer errores graves en mi vida. Por ejemplo arrastrarme tras una novia que detentaba estas características físicas. Arrastrarme como un gusano sin orgullo ni honor.
Pero eso se terminó. Ahora solo puedo escuchar el canto de las sirenas que atado al mástil de mi barco, puedo decir que ya no me impresionan. Soy como el viejo Ulises.
Y sus bronceados ya no pueden atraparme.
Soy un hombre nuevo.
No me cachondean.

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