martes, 20 de junio de 2023

Olaf Stapledon o Los finales posibles de la humanidad

Ahora que lo desagradable ya se fué... podemos volver a nuestra programación habitual. Allá por 1930, un profesor de filosofía de Seacombe (UK), frente a Liverpool, comenzaba una prominente carrera literaria. Una especie de eslabón perdido de la generación de J.R.R.Tolkien y C.S.Lewis. 

Su primer libro de relevante importancia se llamaba Last and first men, o como se conocería en estas Pampas... La última y la primera humanidad. Aunque más correcto sería decir Los últimos y los primeros hombres. 

Esta novela (si es que se la puede llamar como tal) la leí este verano, habiendo ya leído de él en otros años Hacedor de estrellas y Juan Raro. Dos novelas más cercanas a un concepto de hacer literatura, aunque Star maker podría llegar a ser debatible. No importan tanto los géneros literarios (que me perdone Bajtín), acá lo que es de relevante importancia es el hecho de que siendo Olaf un tipo más del palo de la filosofía y de los ensayos naturalistas que de la narrativa, se le puede perdonar (al menos de mi parte) esa tan particular forma de hacer literatura, y encima de ciencia ficción. 

Cuando en el 2016 leí Hacedor de estrellas tuve, lo que se dice, un viaje. Las descripciones de todo ese viaje astral que el protagonista tiene, sobrevolando un universo imaginario donde todos los cuerpos celestes tienen consciencia, me dejó pasmado. Al año leería Juan Raro, una novela más convencional acerca de un sujeto que vendría a ser un superhombre, con poderes mentales y todo aquel rollo tan explotado luego en la literatura, sobre todo en la sci fi. Sin embargo, disfruté del libro.

Pero cuando este verano volví al autor con su primera gran obra Last and first men, la cosa cambió. Por un lado, me pareció completamente áspera, lenta y por momentos repetitiva. La abandoné un par de veces porque su escritura me parecía demasiado densa para leer en vacaciones. Leí algunas otras cosas en el medio para despuntar el vicio de la "lectura veraniega", con obras más intrascendentes como Tiburón de Benchley y algunos poemarios medio pelo como el de Carla Quevedo y el de Vera Spinetta (un poco mejor). Después me obligué a terminar el libro de Stapledon porque más allá de toda pena, pienso que la vida es buena... Ejem, quiero decir... que pienso que el libro está bueno. La cosa es que la manera de narrar de Stapledon, sin diálogos, contando consecuentemente finales abruptos de la humanidad, puede cansar a cualquiera. 

El libro va de eso, como a partir de lá década del 30, la humanidad va tomando caminos álgidos. Claro, previo a la Segunda Guerra, el autor adivina que Alemania estará en el ojo de la tormenta, lo mismo que Rusia y eventualmente Estados Unidos. Toda esa primera parte es interesante pero aburre un poco ya que habla de un siglo veinte que al final no fué así, pero de todos modos es legible. Ese primer tercio del libro cuesta, es el más descriptivo al ser el autor más cercano en el tiempo, y a veces, entran en breve escena algunos personajes con unos diálogos muy minimalistas. 

Todo lo que vendría después, es pura imaginación del autor. Para la humanidad preveé como trece finales diferentes. Y a su vez, la humanidad iría mutando de forma, pasando por ser una especie de pato, hasta una consciencia incorpórea. (Debo hacer una sangría aquí y decir que tanto este libro como Star maker, sin quererlo y a veces hasta sin saberlo, ha dado de comer a casi la totalidad de la ciencia ficción de los siguientes noventa años. Cierro corchete.) La humanidad se destruye en guerras intercontinentales (obvio) entre el Este y el Oeste. Luego se destruye por la energía atómica de una humanidad Patagónica!! Y posteriormente, siempre es el mismo esquema. La humindad se reagrupa, sale de un estadía primitivo, evoluciona hasta una civilización avanzada y luego se autodestruye. En el medio de estas bataholas, nos invaden los Marcianos que son una especie de medusa invisible. Después, la humanidad invade Venus, y destruye su ecosistema. Y así lamarencoche. No quiero spoilear ni aburrir. Es una novela bastante extensa y de áspera lectura. Animo al lector de género audaz porque pienso que el libro vale la pena y pienso que es de esas obras que corren peligro de ser olvidadas sino le damos un poco de manija. Filosóficamente hablando es interesantísima. Desde el punto de vista literario es una rareza como pocas y desde el punto de vista de la ciencia ficción es casi como una Biblia. 

La recomiendo para leer con paciencia, tiempo y determinación para finalizarla. Después viene el debate, café o vino de por medio. Salú!

5 comentarios:

Женеьвева dijo...

¡Buenas Noches!, ¿Recomendás este libro como para iniciar (y entender) la literatura del autor?

Santiago Carmona dijo...

Hola Silvina! Como estas? Sí, lo recomiendo para su lectura, pero yo que vos empezaría por Hacedor de estrellas. Si ese te gusta dale mecha a este también :)

Женеьвева dijo...

Hola Santiago, aquí estoy estudiando ya que se viene la tatormen de parciales. Aproveché un poco a descansar de la lectura académica y pasé por estos lados. Voy a seguir tu recomendación. Me parece interesante tu propuesta libreril. Asi que, en las vacaciones, voy a tratar de leer ambos para poder debatir sobre el autor. ¡Saludos camarada!

Anónimo dijo...

Женеьвева

Женеьвева dijo...

Me equivoqué y no escribí mi comentario anteriormente. Pude leer Hacedor de Estrellas. Me pareció un libro de lenguaje simple pero de una riqueza en detalles y pensamiento. Fue un antes y un después. Puedo entender al autor respecto a sus preocupaciones filosóficas sobre nuestro mundo y realidad. Nada más actual. Si bien su mirada tiene una perspectiva esperanzadora, en estos tiempos a mi me pasa lo contrario. Me pareció hermoso.