martes, 18 de febrero de 2014

Saúl, el anarquista coronado


De acá a un tiempo, un sirio, heredero de aquel otro sirio romano, llegó a las mas altas esferas del poder sudamericano.
Llegó con un engaño, con un promesa de revolución productiva para luego hacer y deshacer mas de cien años de historia.
La historia es así.
Nacido en el norte, en una época en la que todos se acostaban con todos, como siempre y su madre fecundada por vaya a saber quien y por donde.
Eso decía Artaud de Heliogábalo.
Yo digo que Menem lo hizo. Lo seguimos y nos defraudó. Casi vuelve el Carlo por mas. Olvídalo y volverá por mas.
Diez años absolutos estuvo en el poder.
Modernizó el terruño a base de privatizaciones y despidos. La ascención de parte de la clase media y el declive y caía de la otra parte. La abundancia para la alta y la mas absoluta misera para la baja.
Pero Saúl vivía de fiesta en fiesta durante diez años. Orgías, putas, merca y golf en la Rosada.
El precio de la mas descarada corrupción política lo pagaría con la muerte de su primogénito y dos atentados hacia la colectividad judía, de los que no se sabe aún si no fué cómplice.
Un pueblo arrasado en Córdoba para ocultar la venta ilegal de armas al Ecuador y Europa del este.
Cerrar la ruta 3 para llegar a Mar del plata en Ferrari en un hora a mil por hora no es nada comparado con la venta de todos los recursos del estado, un empobrecimiento total de la educación y la desaparición de la clase media trabajadora que tendría que migrar a los suburbios mientras otros se pegaban el viajecito a Miami beach.
Pero el pequeño Saúl tenía mucha merca y orgía encima como para pensar en eso. Mierda, sangre, coca, semen, todo mezclado en la sopa del anarquista coronado.
Leer "Sócrates" al revés en una prisión de lujo, sería todo su castigo.
Olvídalo y volverá por mas.

Post sricptum:
El pequeño hombrecito del norte que acuñó todo el poder en su mano durante diez desaforados años de pizza con champagne, videomatch, corrupción y merca. Y aún así, otro mas poderoso que él, le dijo clarito una vez... el trono que usted ahora detenta es un puesto menor.
Y despareció dejando un estela de azufre por detrás.

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