viernes, 29 de abril de 2022

Y el rol protagónico es para...

 


 Vivimos en un mundo donde la competencia pueril entre nosotros es parte de la lógica del mercado y es status quo desangrar culos, almas y conciencias en estos tiempos. 

 Ser vendidos, ser comprados, ser manipulados por los mass media, por los amigos, los familiares, las parejas y los compañeros de trabajo. Todos sacan su tajada para destruir al otro y posicionarse en el mejor lugar posible. 

 La expresión "sálvese quien pueda" no es un chiste, es una triste realidad. Y es triste porque es lamentable que como humanidad nos hayamos dejado caer tan bajo. Porque la palabra que define el salvarse sólo a los codazos es PATETISMO. 

 La gente usualmente no quiere escuchar acerca de estos temas. Prefiere mostrar fotos de sus gatos, hacer bailes ridículos, o mostrar seudo logros que son completamente intrascendentes y no logran motivar mas que una semi envidia medio berreta. Porque todo bien pero ¿a quien carajo le importa?

 A nadie le importa nada lo del otro. Cuando no logramos concretar nuestros proyectos nos convertimos en unos mezquinos egoístas e hijos de puta. Sí, así sin más. Unos verdaderos forros de mierda que sólo esperan que al otro le vaya tan mal como a uno. Es lamentable. Siniestro y lamentable. 

 Pero vivimos en una sociedad que premia este tipo de actitudes. A aquellos que se creen grandes ganadores de lo que sea, mañana se les puede dar vuelta la tortilla y convertirse en unos verdaderos ignotos que nadie recuerda. 

 Y cuando queremos romper con esa lógica enfermiza lo hacemos por la negativa, con la violencia hacia el otro o uno mismo. Es la enajenación por la enajenación misma. No podemos tolerar esto, y que el sistema nos controle hasta en nuestras emociones más básicas. Estamos condenados así. 

 La pregunta es ¿por qué dejamos que este modelo nefasto de vida nos controle y manipule nuestro camino? Guiandonos así a un indefectible mal final. Porque sentir que si no logramos estar en primera plana no somos nada. Es todo muy lamentable por cierto. 

 Ahora ya no queda otra opción que pegarse un tiro en la capocha como hizo el pobre Cobain, porque si no podemos lidiar con el posmodernismo entonces ese es nuestro final cantado. A menos que logremos torcer la vara que determina nuestro destino y escapemos de la lógica alienante que gobierna nuestras consciencias y actitudes. 

 No existe una sóla forma de vivir, la cantidad es infinita, el tema es animarse a cruzar el espejo y ver más allá de lo evidente. Diría Leo-no- No?


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