miércoles, 2 de marzo de 2022

ZAPATO VIEJO

A veces los recuerdos son caprichosos, en muchos sentidos, pero sobre todo en la forma en que pueden dormir permaneciendo en estado de latencia, hasta que un día salen a la luz. Pueden volver por épocas para luego volver a la sombra del subconsciente. 

Creo que una de las pocas cosas que recuerdo del jardín de infantes es de un compañerito, Daniel Pintore, más recordado como Zapato Viejo. 

Quizás me averguence la siguiente confesión, pero debo admitir que aquel extraño apodo se lo puse yo en un acto de bullying precoz, demasiado precoz. 

Teníamos apenas 4 años, quizás 5, pero ya andábamos poniéndonos apodos, agarrándonos de las solapas del guardapolvos, empujándonos y haciendo todo tipo de vilezas. Hoy me parece muy bizarro que siendo tan chicos ya fuéramos tan malos. Claro que no nos culpo a nosotros como niñes. Probablemente era un síntoma de época, o quizás la tele, o quizás nuestros padres o hermanos mayores, no lo sé... La cuestión, es que ya nos hacíamos nuestras maldades y hoy, teniendo casi 40, me parece increíble que todo comenzara a una edad tan prematura. 

En fin, un día de aquellos en el jardín... más propiamente dicho, una mañana, me encontraba caminando juntos a mis compañeritxs rumbo a la salita naranja (o amarilla, no recuerdo bien). En ese andar por los pasillos noto que mi compañerito Daniel Pintore ostentaba unos zapatitos medio gastados, quizás herencia de algún hermano mayor. Sin pensármelo demasiado me salió comentarle una verdadera bufonada (rol payasesco que he tenido toda mi vida). Le dije que tenía el zapato viejo. Él ni se inmutó. Por suerte no era de esos niños (como yo) que reaccionan ante todo tipo de ofensa y provocación, sea llorando, enojándose o devolviendo la ofensa. Nada. Daniel Pintore se quedó inmutable. No respondió. Apenas me miró. Claro que el sobrenombre de Zapato viejo comenzó a correr como reguero de pólvora y creo que hasta las niñas sabían de él, pero Daniel nada, mutis por el foro. 

Fueron dos años que estuve en ese jardín que luego sería donde haría toda la primaria. Antes había pasado por otro jardines debido a la naturaleza nómade de mi familia que por suerte logró estabilizarse durante 8 años en aquel hermoso barrio de Catalinas Sur. Desde 1988 hasta 1996, cuando el Menemato acabó con nuestra economía familiar y tuvimos que huir a los suburbios. Pero esa es otra historia. La cuestión es que esos 2 últimos años del Jardín de infantes (1988-1989) los pasé ahí en el colegio público del barrio, colegio fundado por un tano rarísimo que tenía la idea demente de plantar pinos...

A Daniel lo perdimos en la primaria, apenas comenzamos primer grado, en el inicio de la nueva década (1990), Pintore se fué al colegio privado de Nuestra señora de no sé que... y ya no lo volví a ver. También mi amiguito Juansito se fué tras los pasos de Pintore aunque si bien con Jonsy nos volveríamos a juntar (pasada toda la primaria separados), a Daniel no lo volvería a ver nunca más y según mi amigo, durante la primaria Daniel tampoco le daba bola a él, ni a nadie. Parece que era una especie de barrera infranqueable que no se molestaba en socializar con nadie. Es notable, quizás con lo de zapato viejo le cagué la vida, o quizás al contrario, le hice ver sin querer ni saber, que hay que desconfiar de la socialización constante, quizás haya aprendido una lección de vida a una edad tan temprana que ahora el tipo quizás sea un master of puppets, vaya uno a saber... 

En todo caso, ¿quién puede saber que habrá sido de Daniel Pintore, más recordado por todo una sala de jardín como ZAPATO VIEJO?

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